Entradas etiquetadas como ‘jerga’

¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘tronga’?

Hoy en día está prácticamente en desuso pero el término ‘tronga’ se utilizó con frecuencia siglos atrás para hacer referencia a las muchachas solteras a las que conquistar (normalmente con el objetivo de engañarlas) por parte de un hombre.

¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘tronga’?

Etimológicamente, el vocablo es de origen incierto (tal y como indica el diccionario de la RAE), pero se sabe que surgió alrededor del siglo XVII de la jerga de la germanía (lenguaje propio de rufianes y delincuentes).

También se aplicó dicha palabra para referirse a la manceba o dama del gusto (prostituta), significado que se le dio al término en el Diccionario de Autoridades de 1739 y que mantuvo hasta la edición del diccionario académico de 1970, en la que se le añadió una segunda acepción como mujer galanteada. A partir de la edición de 2001, se modificó y quedó como «mujer galanteada o pretendida por un hombre».

 

 

Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros

 

 

 

Fuente de la imagen: rawpixel

¿De dónde proviene la expresión ‘Dar coba’?

Se utiliza la expresión ‘Dar coba’ para hacer referencia al acto de halagar, mediante una conversación, con intención de obtener alguna cosa de alguien (ya sea un favor, préstamo de dinero…) o por el simple hecho de tenerle entretenido por algún motivo.

¿De dónde proviene la expresión ‘Dar coba’?

Según indican la mayoría de expertos, dicha locución surgió alrededor del siglo XVII a través de la jerga utilizada por la germanía (delincuentes de la época), en la que muchas eran las ocasiones en la que para robar o estafar a alguien el rufián de turno entretenía a la víctima a base de hacerle halagos.

El término ‘coba’ proviene del latín ‘cubāre’ que dio origen al vocablo ‘encobar’, en referencia al acto que hacen las aves de empollar sus huevos. Parece ser que se hizo una analogía entre el mencionado hecho de encobar (como hacen las gallinas) y lisonjear a alguien.

Pero también nos encontramos quien señala que ‘coba’ en realidad es una metátesis (el cambio de lugar de algún sonido en un vocablo) de la palabra ‘boca’, debido a que los miembros de la germanía solían inventar o trasformar algunos términos para poder ser entendidos tan solo por quienes hablaban su jerga.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Fuente de la imagen: lovelornpoets (Flickr)

Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [10]

Décima entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

 

Ideo locator:

Ideo locator: Posiblemente lo has visto en multitud de ocasiones y nunca te habías parado a pensar cómo se llama el símbolo con el que se indica en un mapa el lugar donde te encuentras y, sí, tiene nombre: es el ‘Ideo locator’

 

 

Tejuelo

Tejuelo: Si eres un visitante asiduo a las bibliotecas estarás familiarizado con los tejuelos, aunque quizá en este momento no sabes a qué me estoy refiriendo. Un tejuelo es la etiqueta que se le coloca en el lomo de un libro con la que se identifica (a través de claves normalmente alfanuméricas) a qué género pertenece, autor o materia y así ser mucho más fácil a la hora de clasificar y encontrar en los estantes.

 

Cordojo

 

Cordojo: Este es un término prácticamente en desuso pero que tiempo atrás se utilizaba frecuentemente para referirse a la congoja (angustia) o aflicción que sentía alguien (en obras escritas siglos atrás aparece mencionada con asiduidad). El origen etimológico de ‘cordojo’ es el término en latín ‘cordolium’ y que literalmente se interpretaba como ‘dolor de corazón’ (cor: corazón, dolium: dolor).

 

 

Ojos de gallo

Ojos de gallo: Muchas son las personas que llaman ‘ojos de gallo’ a los molestos y dolorosos callos que salen entre los dedos del pie (hay quien también se refiere así a los que aparecen en la planta del pie). Este término no viene reflejado en el diccionario de la RAE pero es frecuente su uso en el lenguaje coloquial.

 

 

Jerigonza

Jerigonza: Cuando un colectivo (ya sea gremial o de individuos con intereses comunes) utiliza un lenguaje propio y con una serie de términos que solo ellos suelen entender suele decirse que tienen su propia ‘jerga’, pues la ‘jerigonza’ viene a ser lo mismo, lo que ocurre es que en ciertas ocasiones ese lenguaje especial de esos gremios era tan enrevesado que era difícil de entender y solía utilizarse este término para señalar a aquello que sonaba a complicado e incluso de mal gusto o soez.

 

 

Jerga

 

Jerga: Y la jerga no tan solo es un lenguaje utilizado por algunos colectivos (por ejemplo de maleantes), también hace referencia a la paja o hierba que en algunas ocasiones se dispone en forma de colchón y en el que alguien se acuesta un rato.

 

 

 

Cazcalear

Cazcalear: Se dice que alguien anda ‘cazcaleando’ cuando va de un lado al otro haciendo ver que está ocupado pero que en realidad lo que está haciendo es escaquearse del trabajo y responsabilidades.

 

 

Juzgamundos

 

Juzgamundos: Término con el que se designa a aquel que anda murmurando y hablando mal de los demás (normalmente con intención de criticar) y juzgándolos.

 

 

 

Narina

Narina: La narina es el nombre con el que se conoce a cada uno de los orificios externos que tenemos en la nariz.

 

 

Doñear

 

Doñear: Solía decirse que alguien andaba ‘doñeando’ cuando tenía un trato continuo con mujeres, les daba conversación e incluso intentaba cortejar a alguna dama.

 

 

Grey

Grey: Si al leer el término ‘grey’ ha venido a tu cabeza la famosa trilogía de novelas eróticas o el título de la serie de televisión debo indicarte que andas equivocado/a. La palabra grey a la que me refiero proviene del latín y significa literalmente ‘rebaño’. Y era de ese modo como se llamaba (y aún se hace en algunos lugares) a la congregación de fieles cristianos e incluso al conjunto de individuos que tenían algo en común (religión, color de la piel, nacionalidad…).

 

Trabilla

 

Trabilla: La trabilla es la tira que hay en los pantalones (o faldas) y por la que pasa el cinturón

 

 

 

Lee otros post relacionados:

 

Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / Wikimedia commons / Wikimedia commons / Wikimedia commons / Wikimedia commons / tusnelda (Flickr) / pixabay / Wikimedia Commons / pixabay / Wikimedia commons / maxpixel / Wikimedia commons

¿De dónde surge llamar ‘jerga’ a cierto tipo de lenguaje?

¿De dónde surge llamar ‘jerga’ a cierto tipo de lenguaje?

Conocemos como ‘jerga’ al lenguaje utilizado entre sí por un grupo de personas que tienen el mismo oficio o pertenecen al mismo círculo.

Ejemplos como ‘jerga juvenil’, ‘jerga moderna’, ‘jerga coloquial’ o ‘jerga profesional’ es habitual escucharlo cuando alguien se refiere a ese modo especial y característico de hablar de ciertos individuos o colectivos que utilizan términos concretos que muchas veces son desconocidos para la mayoría de los ciudadanos o los profanos en determinados asuntos.

El término ‘jerga’ llegó al castellano en la Edad Media proveniente del occitano (lengua romance hablada en la Provenza –sureste de Francia-) ‘gergons’ y que hacía referencia a la forma de expresarse poco comprensible de algunas personas –provenientes de entornos rurales- que hablaban de forma gutural (con la garganta). Al occitano había llegado el vocablo desde el francés antiguo ‘jargon’ que le daba la misma acepción, pero que también se utilizaba para referirse al peculiar canto de algunos pájaros (que también derivó en ‘gorjeo’). Antes de ‘jargon’ pasó por las variantes ‘gargon’ (sXIII) y ‘gargun’ (sXII). Al francés había llegado –como es de imaginar- del latín ‘gurges’ vocablo utilizado –entre otras acepciones- para referirse en sentido figurado como ‘garganta’.

Cabe destacar que paralelamente a la llegada al castellano del término ‘jerga’ también lo hizo el vocablo ‘jerigonza’, de exacta procedencia y acepción y que en un inicio se utilizaba para señalar el lenguaje especial de algunos gremios, además del que era difícil de entender o de mal gusto.

 

 

Quizá te interese leer el post: Un buen puñado de términos y expresiones que utilizamos diariamente y provienen del latín

 

 

Fuente de consulta: etimologias.dechile (1) / etimologias.dechile (2) / elcastellano / RAE (1) / RAE (2)
Fuente de la imagen: pixabay

Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

Llega la novena entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

Oblito - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Oblito: En más de una ocasión hemos leído alguna noticia relacionada con una intervención quirúrgica en la que el cirujano se ha dejado olvidado algún elemento (gasa, pinzas…) en el interior del cuerpo del paciente. Ese elemento olvidado es el que recibe el nombre de ‘oblito’.

 

Erina - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Erina: Continuamos con las operaciones quirúrgicas, porque se conoce como ‘erina’ a cada uno de los ganchos que utilizan los cirujanos para separar los tejidos (y no se toquen entre si) durante una intervención (también usado por anatomistas y forenses).

 

Gulusmear - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Gulusmear: Se conoce como ‘gulusmear’ a la acción de ir olisqueando y probando todo lo que se está cocinando, con intención de saber el punto de cocción, sal o por el simple gusto de probar la comida y saber qué se está guisando. Está compuesto por la unión de los término ‘gula’ y ‘husmear’.

 

Résped - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Résped: Así es como se llama la característica lengua de las serpientes (o cualquier tipo de víbora y culebra).

 

 

Espantagustos - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Espantagustos: Con este término es como se conoce al típico ‘aguafiestas’. Aquella persona que con su agrio y mal carácter se dedica a interrumpir los momentos de alegría y animación de los demás.

 

Lechuguino - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Lechuguino: Este curioso vocablo, que proviene de principios del siglo XIX, se comenzó a utilizar para referirse a aquellos jóvenes presumidos, a los que le gustaba ir a la moda (en su origen francesa). Posteriormente también se usó el término para señalar a aquellos muchachos (todavía en la adolescencia e imberbes) que querían aparentar ser ya hombres  hechos y derechos para galantear con mujeres mayores que ellos. El término ‘lechuguino’ proviene de la moda de vestir totalmente de verde (siguiendo la moda francesa) de aquellos jóvenes partidarios de la invasión napoleónica (conocidos comúnmente como ‘afrancesados’).

 

Rompegalas - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Rompegalas: Se conoce como ‘rompegalas’ a aquella persona que se presenta en cualquier evento o lugar mal peinada, desaliñada y con ropas que no son adecuadas para la ocasión. Debemos tener en cuenta que el término ‘gala’ no solo significa fiesta o evento, sino que también hace referencia a los trajes y vestidos elegantes que se visten en ocasiones especiales.

 

Ñáñara - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Ñáñara: Modo coloquial de decir que alguien padece de flojedad y pereza, proviniendo este término de ‘ñoño’ (cosa o persona de poca sustancia, apocada y sin fuerza). Curiosamente el vocablo ‘ñoño’ proviene del latín ‘nonnus’ cuyo significado literal era ‘anciano’.

 

Pisaverde - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Pisaverde: Actualmente está prácticamente en desuso este término, pero antiguamente se utilizaba para señalar a aquel hombre, con ademanes afeminados, que se acicalaba y perfumaba exageradamente y se dedicaba a pasear para que lo contemplaran, dijeran piropos y galanterías.

 

Vespertilio - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Vespertilio: Modo como se le llamaba también a los murciélagos, debido a que estos quirópteros son nocturnos y salían de los escondrijos donde habitan al atardecer, ‘vesper’ en latín.

 

 

Caire - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Caire: Con este término se referían, siglos atrás, al dinero ganado a través de la prostitución (ya fueran las propias prostitutas como los proxenetas). Proviene de una antigua moneda de ínfimo valor. Este vocablo está prácticamente en desuso actualmente y era utilizado antiguamente de forma jergal por individuos pertenecientes a las germanías (delincuentes y rufianes).

 

Arborecer - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Arborecer: Proceso en el que una pequeña planta crece para hacerse árbol.

 

 

 

Lee otros post relacionados:

 

 

Fuentes de las imágenes: pixabay / pixabay / resizing (openphoto) / pexels / KindredCoda (Flickr) / romitagirl67 (Flickr) / Wikimedia commons / scottchene (Flickr) / ladyorlando (Flickr) / pixabay / Wikimedia commons / arborday

¿De dónde surge llamar ‘chapero’ al joven que se prostituye con otros hombres?

¿De dónde surge llamar ‘chapero’ al hombre joven que se prostituye con otros hombres?

Se conoce como ‘chapero’ a aquel hombre (generalmente joven) que se prostituye y tiene como clientes a personas de su mismo sexo y mucho mayor que ellos.

En el Diccionario de la RAE encontramos que define el término como ‘Homosexual masculino que ejerce la prostitución’; una descripción con la que no están de acuerdo la mayoría de colectivos gais al entender que el prostituto conocido como chapero no siempre es homosexual (la mayoría de ellos aseguran no serlo, aunque mantienen ese tipo de relaciones con un fin lucrativo). La definición más acertada del término sería: ‘Hombre (joven) que se prostituye con otros hombres’.

El origen de dicho término está muy discutido y son varios los posibles orígenes que se le dan. Uno de los más compartidos es el que apunta que chapero proviene de la palabra chapa, siendo así como se le llamaba antiguamente a las monedas sueltas (calderilla).

Parece ser que los servicios sexuales que el joven prostituto ofrecía al cliente maduro (conocido tiempo atrás como ‘carroza’) eran pagados con monedas sueltas y de escaso valor (chapas), de ahí que al recibirlas era un chapero.

También hay quien señala (como es el caso del etimólogo Joan Corominas) quien señala que el término chapero proviene de la germanía (lenguaje jergal hablado por rufianes y maleantes) y que deriva de chapa (tapón utilizado para cerrar botellas) en el sentido de que con la relación sexual mantenida entre el joven prostituto y su cliente el orificio anal quedaba cerrado (chapado). Teniendo en cuenta que el término ‘chapar’, como sinónimo de cerrar es muy utilizado desde hace bastante tiempo, el origen propuesto por Corominas parece no ser descabellado.

Pero no quiero terminar el post sin incluir un tercer posible origen del término, que, aunque no es apoyado por un gran número de expertos, hay quien lo defiende. Se trata de ubicarlo como una de las variantes del vocablo ‘chaperón’ usado desde hace varios siglos en Castilla para señalar a aquel que con poca experiencia realizaba un trabajo eventual para el cual no estaba especializado, por lo que el resultado acababa siendo una ‘chapuza’. En base a que el chapero solía ser un muchacho joven y sin apenas experiencia, a menudo esa relación sexual solía hacerse rápido y de cualquier manera, y por tanto se decía que habían hecho un chaperón, de ahí que probablemente se les comenzara a llamar chaperos. Pero tal y como indico al inicio de este párrafo, es un posible origen que no es defendido por demasiadas personas.

Como dato curioso, cabe destacar que el término ‘chaperón’ también era utilizado antiguamente para designar a aquel adulto que acompañaba a una pareja de jóvenes con la intención de vigilar para que estos no estuvieran solos y evitar que mantuvieran relaciones  (lo que comúnmente se conoce como ‘carabina’, ‘hacer de vela’…)

 

Otros posts que te puede interesar leer:

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

Esta curiosidad es una de las que encontrarás en mi libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

Fuente de la imagen: Archivo 20minutos.es

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Nuestra lengua es rica en expresiones, refranes y aforismos que tratan sobre cualquier tema y ocasión. Los tenemos dedicados a temas meteorológicos, a las diferentes estaciones del año, a los meses y los que mencionan personas, lugares y animales (por poner unos pocos ejemplos).

Entre toda la amalgama de expresiones que existen hay algunas muy concretas en las que en el enunciado se menciona a algún animal, pero que, curiosamente, poco o nada tienen que ver realmente con los animales, ya que muchas de ellas han acabado nombrándolos por la perversión del lenguaje oral que ha ido pasando de una generación a otra o simplemente porque ese vocablo ha sido creado por alguna jerga (como el de la germanía) que lo utilizaban metafóricamente para referirse a otra cosa sin que los demás se enteraran.

Montar un pollo

La forma original (y correcta) de la expresión es ‘montar un poyo’, aunque el diccionario de la RAE admite desde hace unos años que se escriba ‘montar un pollo’ a pesar de que la locución no se refiera a la cría se la gallina.

El poyo (pollo) al que hace referencia es al podio o pequeña tribuna portátil (que tenía que ser montada) sobre las que se subían oradores que llegaban a una plaza pública y desde la que hablaban a los presentes. Normalmente eran consignas políticas que atacaban a algún partido político o al gobierno, por lo que, a menudo, solía armarse algún que otro altercado entre los asistentes y el orador. Dicha tribuna portátil  era conocida popularmente como ‘poyo’, un término que proviene de la palabra en latín ‘pódium’ y cuyo significado es ‘podio’.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener la mosca detrás de la oreja

La mosca a la que se refiere la expresión (que viene a indicarnos el acto de estar alerta, atento o expectante ante una situación) no es al insecto, sino a la ‘mecha’ (también llamada llave de mecha o serpentín) con la que antiguamente se encendía el arcabuz (arma de fuego utilizada entre los siglos XV y XVII) para hacerlo disparar. El soldado portador de dicha arma, también conocido como arcabucero, se colocaba la mecha sobre la oreja (del mismo modo que algunos operarios pueden ponerse un lapicero o alguien llevar un cigarrillo) y se mantenía alerta y preparado ante un posible ataque. En caso de necesidad solo tenía que echar rápidamente mano de ella, encender el arma y disparar.

Llevarse el gato al agua

El gato de esta expresión es una forma metafórica de indicar cómo se dejaba al adversario tras un ejercicio de resistencia y fuerza (a cuatro patas, o lo que es lo mismo… a gatas) y que ya se practicaba en la Antigua Grecia.

En sus inicios, este ejercicio se realizaba en las instrucciones militares y con los años ha acabado convirtiéndose es el famoso juego llamado ‘tira y afloja’, el cual consiste en que dos grupos contrincantes tiran cada uno desde una extremidad, hasta tumbar/arrastrar unos a los otros.

En sus orígenes se realizaba teniendo un charco o rio de por medio y ganaba aquel equipo que lograba lanzar al suelo y arrastrar a sus contrincantes hacia el terreno de ellos, cruzando la línea divisoria que marcaba el agua. De ahí que quedasen a gatas.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aburrirse como una ostra

El origen de la expresión no debemos buscarlo en el comportamiento de este preciado molusco (el cual, evidentemente, no se sabe si se aburre o no) sino al apócope de la palabra ‘ostracismo’, que era el término con que era conocido el destierro que se practicaba antiguamente la Antigua Grecia y al que se sometía a aquellos individuos que eran considerados como un ‘elemento peligroso para la comunidad’, teniendo que abandonar Atenas y permanecer exiliados y alejados de cualquier contacto con otras personas durante un tiempo (semanas, meses, años…). Ese destierro obligatorio los condenaba a estar lejos de la familia y vivir en soledad, y en consecuencia al aburrimiento, lo que dio origen a la expresión ‘aburrirse como un ostracista’, que, con el tiempo acabó en el apócope de ostra.

La palabra ostracismo no proviene de ‘ostra’ sino de óstrakon que es el modo al que se le llamaba a la concha de cerámica en la que se escribía el nombre de la persona a la que se quería desterrar.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aflojar la mosca

Nuevamente nos encontramos con otra expresión que utiliza el término ‘mosca’ y que no se refiere al insecto ni a una mecha (como la de la expresión ‘Tener la mosca detrás de la oreja’), sino que este fue un vocablo inventado y utilizado entre los pícaros y ladronzuelos del conocido como ‘Siglo de Oro’ (siglos XVI y XVII) para referirse al dinero con la intención de solo entenderse entre ellos.

Al dinero lo llamaban ‘mosca’, ya que éste lo conseguían como el que atrapa una mosca al vuelo (en clara referencia al insecto), quedando esas monedas bien sujetas en el puño del ladronzuelo. A la hora de repartir el botín con sus compinches se debía aflojar la mosca (abrir el puño para que los demás cogieran su parte).

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

 

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aquí hay gato encerrado

Sin dejar el Siglo de Oro ni a los pícaros ladrones, la expresión ‘aquí hay gato encerrado’ no hace referencia a minino alguno sino a la bolsa o talego en el que en esa época se guardaba el dinero.

Ese saquito con las monedas solía guardarse entre las ropas con el fin de no ser robado, pero la víctima que estaba en el punto de mira de los rateros era observado para ver si llevaba y dónde se lo metía, por lo que la consigna que se daban entre sí los ladrones era diciendo que había allí había ‘gato encerrado’ o, lo que es lo mismo, una bolsa escondida con dinero.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener vista de lince

En realidad la expresión debería ser ‘tener vista de Linceo’ y en su origen hacía referencia a un personaje de la mitología griega conocido por tener una vista prodigiosa (que alcanzaba hasta lo inimaginable y que incluso podía atravesar los objetos). Linceo fue uno de los argonautas que junto a Jason fueron a la búsqueda del ‘vellocino de oro’.

Con el tiempo la expresión cambió a ‘tener vista de lince’ y muchos fueron lo que creyeron que la locución provenía del felino, debido a que este animal también se le otorgaba una prodigiosa vista (de hecho el lince se llama así por Linceo).

Sudar como un cerdo

Los cerdos no sudan (al carecer de glándulas sudoríparas) y por tanto la locución no puede referirse al animal.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animalesEn realidad esta expresión la recibimos del inglés y es una traducción literal de su ‘Sweating Like A Pig!’ (¡sudar como un cerdo!), pero el cerdo al que se refiere la expresión anglosajona no es el animal sino el ‘pig iron’ (lo que en nuestra lengua se conoce como ‘arrabio’, que es el producto resultante de la fundición del hierro en un alto horno).

Los ingleses le dieron el nombre de ‘pig iron’ debido a que cuando el mineral era convertido en hierro líquido (fundiéndolo a temperaturas extremas) era pasado a unos moldes donde debía enfriarse sin ser movido. Ese molde recibía el nombre de ‘pigs’ debido a que recordaba por su forma  a las mamas de una cerda. Se sabía que ya estaba lo suficientemente frío para poder ser trasladado cuando se creaba una capa de rocío (sudor) sobre la placa: sweat pig (cerda sudorosa).

De ahí surgió la expresión ‘Sweating Like A Pig’ que nosotros tradujimos como ‘sudar como un cerdo’ (o una cerda) pero que nada tiene que ver con el animal o su transpiración y sí con el molde donde se deja enfriar el hierro fundido.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Sigue disfrutando de las curiosidades de este blog también en formato papel y no te pierdas la trilogía de libros: Ya está el listo que todo lo sabe, Vuelve el listo que todo lo sabey Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO que pueden convertirse en un regalo ideal.

Cómpralos en Amazon: http://amzn.to/2E3cMXT

 

 

 

Fuentes de las imágenes: Leonard Bentley (Fickr)ocesaronada / captura Youtube / Wikimedia commons / pixabay / Wikimedia commons / fifasoccerblog / ariescbautista

¿De dónde surge la expresión ‘Aflojar la mosca’?

¿De dónde surge la expresión ‘Aflojar la mosca’?

La expresión ‘Aflojar la mosca’ es comúnmente utilizada, de forma informal, para indicar a alguien que debe pagar algo (ya sea una deuda, una ronda de copas entre amigos, la compra que ha realizado…).

Su origen lo encontramos en la época conocida como ‘Siglo de Oro’ (siglos XVI y XVII) en el que surgieron un gran número de vocablos entre los miembros de la germanía, pícaros y rufianes que tenían su propia jerga (vocabulario) para referirse a infinidad de cosas (sobre todo relacionadas con los actos delictivos) con el fin de entenderse solo entre ellos (un ejemplo es la expresión ‘hay gato encerrado’ y que hacía referencia a la bolsa de piel en la que se guardaba el dinero y se llevaba escondida entre la ropa).

Al dinero lo llamaban ‘mosca’, ya que éste lo conseguían como el que atrapa una mosca al vuelo (en clara referencia al insecto), quedando esas monedas bien sujetas en el puño del ladronzuelo. A la hora de repartir el botín con sus compinches debía aflojar la mosca (abrir el puño para que los demás cogieran su parte).

Muchos fueron los escritores de la época (Francisco de Quevedo es uno de ellos) a los que les gustaba utilizar en sus obras algunas de esas expresiones inventadas y utilizadas frecuentemente por los miembros de bandas de delincuentes.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de la imagen: pixabay

Dabuti, nasti de plasti, mangui y otras expresiones que provienen del caló

Dabuti, nasti de plasti, mangui y otras expresiones que provienen del calóMuchas son las palabras y expresiones que habitualmente utilizamos y que hemos incorporado a nuestro lenguaje coloquial que provienen del idioma caló (lengua utilizada por el pueblo gitano).

La mayoría son términos utilizados por los más jóvenes que, sin tener conciencia de ello, ignoran que detrás de ellas hay un curioso origen, en algunos casos hasta históricos, creyendo que se trata de palabras que han sido creadas por la gente de su generación.

También hay otras que fueron ampliamente utilizadas hace unas décadas, pero que todavía hay numerosa gente que las sigue diciendo (algo que ayuda a saber que esa persona ya va teniendo una cierta edad).

Términos tan populares como dabuti (o dabuten) para indicar que algo está muy bien, es genial o fantástico; nasti de plasti que podriamos traducir como un rotundo “no” o “de eso nada” y tiene carácter contundente e irrevocable; ‘mangui’ (o mangante) para referirnos al que hurta o roba; ‘curro’ (o currante) como sinónimos de trabajo y trabajador, respectivamente; o la famosa palabra ‘chorizo’ con la que popularmente se les llama a los ladrones (y que nada tiene que ver con el rico embutido) provienen del caló.

Estos son solo cinco ejemplos de esas palabras que tenemos tan acopladas en nuestra lengua y que se las debemos al hablar del pueblo gitano. Clica sobre cada una de ellas y podrás leer sus curiosos orígenes.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de la imagen: graffwriter