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¿De dónde surge la expresión ‘Ponerse hecho una furia’?

Cuando una persona tiene un gran enfado y éste viene acompañado de exaltación e incluso violencia suele decirse que ‘se ha puesto hecho una furia’.

¿De dónde surge la expresión ‘Ponerse hecho una furia’?

Aunque se sabe que el término ‘furia’ proviene de un vocablo homónimo en latín y etimológicamente éste de ‘furor’ (de ahí palabras como ‘enfurecerse’, ‘enfurecido’…) el adjetivo a ese estado de violencia e ira se lo dieron tres personajes de la Mitología Romana conocidas como las ‘Furias’ (Furiae) y que a su vez provenían de la Mitología Griega (las ‘Erinias’).

Las Erinias (Furias para los romanos) eran tres jóvenes diosas menores surgidas de las gotas de sangre derramadas por el dios Urano tras ser castrado por su propio hijo Cronos. Estas divinidades venían para representar la violencia, discordia y venganza.

 

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Fuente de la imagen: Craig Sunter (Flickr)

¿Por qué se llama ‘cólera’ al ataque de ira? ¿tiene algo que ver con la enfermedad del mismo nombre?

¿Por qué se llama ‘cólera’ al ataque de ira? ¿tiene algo que ver con la enfermedad del mismo nombre?

Se conoce como ‘cólera’ a una enfermedad intestinal infecciosa que provoca fuertes diarreas, vómitos y deshidratación. Desde la antigüedad se tenía el convencimiento que dicha dolencia estaba estrechamente relacionada con la ‘bilis’ (secreción amarillenta o verdosa, altamente amarga, y que es producida por el hígado de los vertebrados). De ahí su nombre ‘cólera’ que etimológicamente nos llega del latín ‘cholĕra’ y a éste del griego ‘cholḗ’ (χολή) que significaba literalmente ‘bilis’.

Por otro lado nos encontramos al médico griego Hipócrates de Cos (que vivió entre el 460 a.C y el 370 a.C) a quien se le atribuye una teoría (altamente defendida por los filósofos y expertos de la época) que catalogaba la personalidad de los individuos en cuatro estados (Teoría de los humores) y en la cual destacaba que esos estados (valiente, enojado, depresivo y calmado) eran producidos por cuatro fluidos (humores) que recorrían por el interior del organismo de cualquier persona.

Los líquidos que provocaban esas condiciones en el carácter de los individuos eran: la sangre (producida por el corazón) la cual proporcionaba valentía y coraje; la bilis amarilla (producida en el hígado) que daba exacerbación y mal carácter;  la bilis negra (que se producía en el bazo) responsable del decaimiento y la depresión; la flema (que se producía en los pulmones) que convertía a la persona en indiferente y aplacada.

Y fue precisamente la relación de esa ‘bilis amarilla’ con la ira y el enojo lo que le dio al término cólera (que, como unos párrafos más arriba he explicado, significa literalmente bilis) la acepción de exasperación, rabia, enfado o furia (entre otras) y dando origen a expresiones como ‘tener un ataque de cólera’, ‘entrar en cólera’ o ‘montar en cólera’.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Post realizado a raíz de una consulta realizada por Karla Lorente a través de la página en Facebook de este blog.
Fuente de la imagen: Craig Sunter (Flickr)

¿Por qué cuando tenemos hambre nos ponemos de mal humor?

Como ya os he explicado en otros post, nuestro organismo es sabio y sabe en cada momento qué es lo que necesita para seguir en condiciones óptimas. Si tenemos frío se contraen y relajan, rápida y repetidamente, algunos de nuestros músculos para producirnos tiritera y así poder mantener nuestros órganos internos a una temperatura óptima. Pues cuando tenemos hambre pasa algo parecido… nuestro cuerpo se pone en marcha para autoalimentarse.

Esto hace que vaya echando mano de las reservas energéticas que tenemos (glucógeno), pudiendo provocar que el nivel de glucosa en nuestra sangre descienda  y ello nos provoque el  típico enfado y mal humor tan común en muchas personas  cuando tienen hambre.

Quienes más lo padecen son los niños, cuyas reservas son menores y necesitan ingerir alimentos en periodos más cortos de tiempo, llegando a ponerse insoportables y/o con un buen berrinche.

Pero hay otro elemento que puede provocar que nos enojemos con más facilidad cuando tenemos hambre y éste es la serotonina. Cuando sus niveles son bajos es uno de los causantes de nuestra irritación. La serotonina es una hormona encargada de controlar nuestros diferentes estados, como la ira, ansiedad, apetito, excitación, sueño, angustia, etc…

También debemos tener en cuenta que el ayuno prolongado y posterior descenso de glucosa en sangre (hipoglucemia) puede venir acompañado de algún mareo y malestar; algo que comúnmente muchas personas describen como “un bajón de azúcar”, el cual suele pasarse tras tomar algún alimento o bebida dulce.

 

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Fuentes de consulta: fisterra / nbcnews
Fuente de la imagen: somospacientes

Diez ‘cosas malas’ que son ‘buenas’ para la salud

Existen ciertas cosas que, aunque comúnmente se consideran negativas para la salud, en realidad pueden aportar beneficios si se utilizan de manera adecuada y moderada. Live Science publicó una lista de las 10 ‘cosas malas’ que pueden ser ‘buenas’ para nuestra salud.

La cerveza, por ejemplo, puede mejorar la función cardiovascular si se consume de manera moderada. Según un estudio de la Universidad de Harvard, beber una o dos cervezas al día puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca en un 25%.

Aunque parezca contradictorio, un ataque de ira ocasional también puede ser beneficioso. Un estudio publicado en la revista Journal of Psychosomatic Research encontró que expresar la ira de manera saludable y controlada puede reducir los niveles de estrés y mejorar el bienestar emocional.

El café, en cantidades moderadas, es una importante fuente de antioxidantes en nuestra dieta y puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes. Además, se ha demostrado que el consumo de café está relacionado con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson y Alzheimer.

Aunque no se recomienda el uso de drogas recreativas, un estudio con 36 voluntarios demostró que pequeñas dosis de LSD pueden ayudar a superar algunas etapas del alcoholismo y evitar recaídas.

La exposición moderada al sol puede ayudar a combatir el desánimo y aumentar la productividad en el trabajo. La luz solar estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo.

Aunque pueden parecer asquerosos, los gusanos pueden salvar vidas. Desde el año 2003, la FDA aprobó su uso medicinal en Estados Unidos. Las larvas se colocan sobre las heridas y se alimentan de las bacterias y el tejido muerto, ayudando a estimular la cicatrización y prevenir infecciones.

La marihuana, en uso terapéutico y bajo control médico, se ha utilizado para mejorar los síntomas de la quimioterapia y la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, es importante destacar que su uso recreativo sigue siendo ilegal en muchos lugares.

El vino tinto es un componente esencial de la dieta mediterránea y se ha demostrado que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. El resveratrol, un antioxidante encontrado en la piel de las uvas, puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer.

El chocolate, siempre y cuando sea de alta calidad y con alto contenido de cacao, también puede aportar beneficios a la salud. Los antioxidantes del chocolate pueden prevenir ciertos tipos de cáncer, mejorar la salud cardiovascular y aumentar el flujo sanguíneo al cerebro.

Por último, el sexo también puede ser beneficioso para la salud. Además de ser una forma natural de reducir la tensión y mejorar el bienestar emocional, también puede mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.