Entradas etiquetadas como ‘hipotalamo’

¿Por qué nos entra hambre después de tomar unas copas?

A todos nos ha pasado alguna vez: salimos a disfrutar de una noche con amigos, tomamos unas copas y, de repente, nuestro estómago comienza a rugir con ferocidad, teniendo la imperiosa necesidad de comer algo (ya sea de un puesto de comida callejero o acabando con las existencias de nuestra nevera).

¿Por qué nos entra hambre después de tomar unas copas?

¿Qué hay detrás de este fenómeno? Aunque la relación entre el alcohol y el apetito es compleja y multifactorial, estudios científicos sugieren posibles explicaciones para que esto ocurra, señalando que la respuesta podría residir en el curioso papel de la proteína AgRP en nuestro cerebro, un neuropéptido encargado de regular el comportamiento alimentario de las personas y que se, según los mencionados estudios, se activa en el cerebro tras la ingesta de alcohol.

Cuando ingerimos alcohol, nuestro hipotálamo, una región cerebral encargada de regular el apetito, puede activar la producción de la molécula de ácido agouti-relacionada (AgRP), incitándonos a comer. Pero eso no es todo. El alcohol también disminuye nuestras inhibiciones, llevándonos a optar por alimentos menos saludables que normalmente evitaríamos. Es por eso que un puesto de comida callejera a altas horas de la noche nos puede resultar tentador e incluso todas aquellas chucherías o alimentos procesados que tenemos en la nevera o despensa y que, en situaciones normales, solemos evitar consumir.

Además, el alcohol deshidrata nuestro cuerpo, y la deshidratación a menudo se confunde con el hambre, lo que puede llevarnos a aumentar la ingesta de alimentos sin necesidad.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Fuente de consulta: Nature
Fuente de la imagen: rawpixel

¿Por qué a algunas mujeres se les sincroniza el ciclo menstrual?

Dos seguidoras de este blog y de la página en Facebook, Eva y Esther me hacen llegar una consulta sobre el porqué a algunas mujeres que conviven, estudian o trabajan juntas se les acaba sincronizando el ciclo menstrual.

A pesar de los avances que ha desarrollado la ciencia, el estudio que más validez tiene de cara a la profesión médica y científica, sobre la  sincronización menstrual, es el que realizó la psicóloga estadounidense Martha McClintock y que fue publicado en  1971 por la revista Nature.

Según esos estudios, las causantes directas del “Efecto McClintock” o “Regulación Social de la Ovulación” son las feromonas. Estas sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo y que están estrechamente relacionadas con la sexualidad y la reproducción, tienen unos efectos directos sobre los individuos de nuestro alrededor, provocando que varias mujeres que habitan en una misma casa o pasan muchas horas de su día a día juntas, acaben teniendo al mismo tiempo la menstruación

Las feromonas son secretadas a través de la orina o el sudor (del pubis y las axilas), pero el sentido del olfato humano no está tan desarrollado como el de los animales, por lo que no ‘olemos’ esas sustancias que ha expelido alguien que tenemos cerca de nosotros, pero sin embargo sí que somos capaces de detectarlas involuntariamente y sin darnos apenas cuenta.

Ello provoca que nos sintamos más atraídos o menos por alguien simplemente por las feromonas que desprende y nuestro organismo ha detectado. En el caso de las mujeres que conviven (dejando aparte cualquier componente sexual y/o sentimental), las feromonas hacen que empaticen entre ellas, consiguiendo que se regule sus ciclos menstruales de tal modo que los hace coincidir. Eso sí, esta  sincronización necesita un tiempo de convivencia y una relación estrecha entre esas hembras, predominando el ciclo ovulatorio de una sobre las demás y siendo la regla de éstas la que se ajusta para, finalmente, acabar coincidiendo al cabo de unos meses.

Cabe destacar que,  a pesar de los años transcurridos y la cantidad de estudios realizados sobre el tema, no se ha podido dar una explicación del porqué las feromonas influyen en esta sincronización.

La importancia del estudio realizado por Martha McClintock ayudó a que una importante parte del mundo científico aceptara la existencia de las feromonas en los seres humanos, algo que hasta entonces se creía que solo existía en los animales, aunque actualmente aun no se sabe con certeza cómo se producen o qué glándulas son las encargadas de producirlas.

Evidentemente hay voces discordantes con las conclusiones McClintock y sitúan el hecho de la sincronización menstrual más cerca de las llamadas “leyendas urbanas” y en caso de ser provocada por algún tipo de hormona sería por aquellas que se liberan a través del hipotálamo, una glándula endocrina que es la parte del encéfalo encargada de regular los ciclos menstruales (entre otras cosas), y señalan como causas de la posible sincronización (en caso de existir) al entorno compartido, número de horas de luz recibida y misma temperatura ambiental.

 

Lee y descubre en este blog más posts con Curiosidades de ciencia

 

 

Fuentes de consulta: medtempus / mum / nature / rtve

¿Por qué entra sueño después de comer?

Después de comer, nuestro cuerpo se concentra en la digestión de los alimentos que hemos ingerido. Para ello, se envía más sangre y oxígeno al sistema digestivo, lo que hace que el flujo sanguíneo en otras partes del cuerpo disminuya, incluyendo el cerebro.

Además, durante el proceso de digestión se liberan hormonas como la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), que ayudan a las células a absorber la glucosa del torrente sanguíneo para obtener energía. Sin embargo, esto también puede provocar una disminución en la glucemia en sangre, lo que puede afectar la actividad neuronal y la sensación de somnolencia.

Por otro lado, la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos o grasas puede aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, una sustancia que produce sensación de bienestar y relajación, lo que puede contribuir a la sensación de somnolencia. Sin embargo, esto no significa que todas las comidas ricas en carbohidratos o grasas nos hagan sentir somnolientos, ya que otros factores como la cantidad de comida, la hora del día y la calidad del sueño también pueden influir en esta sensación.