En 2003, durante el transcurso de la Guerra de Irak, el gobierno de los Estados Unidos, presidido en aquel momento por George W. Bush, mandó 43 crías de gallinas al batallón de marines instalados en Kuwait y desplegados allí desde la Guerra del Golfo en 1991.
Los pollitos iban cómo detectores de elementos químicos en el campo de batalla, ya que estos animales son más sensibles a la hora de detectar armas químicas y, en caso de una fuga, éstas comenzarían a enfermar repentinamente, hecho que haría de aviso a los soldados.
Se le llamó Operación KFC (Operación Pollo de Campo Kuwaití). Casualmente las siglas KFC coinciden con las de la famosa cadena de restaurantes de pollo frito «Kentucky Fried Chicken».
Tal y como llegaron los animales a Kuwait, 41 de los 43 pollitos enfermaron y murieron por causas desconocidas, nada teniendo que ver con las posibles armas químicas.