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¿Por qué hay una réplica de la Giralda de Sevilla en la provincia de Tarragona?

Circulando por la carretera N-340 dirección sur, nada más entrar en la provincia de Tarragona te encuentras con la población de L’Arboç (Baix Penedés), en la que poseen una réplica a escala 1:2 de la famosa Giralda de Sevilla.

Alrededor del origen de la construcción de la réplica del minarete sevillano existe una simpática leyenda que es más popular que su verdadera historia, incluso entre muchos de sus habitantes, a los que conozco a través de haber vivido muy cerca de allí durante unos cuantos años.

La falsa historia sobre el origen de la Giralda de L’Arboç cuenta que un matrimonio de emigrantes sevillanos, tras varios años residiendo allí, echaban enormemente de menos a su Giralda, suspirando día y noche por volver a verla.  Pasaron los años y a base de esfuerzo y trabajo habían recogido un buen capital, pero eran tan importantes los negocios que allí tenían que les era imposible volver a su tierra de origen. Así que pensaron que si ellos no podían ir hasta el monumento éste iría hasta ellos, mandando construir una réplica a escala y disfrutarla todos los días de su vida.

Pero evidentemente esta historia, llena de romanticismo y nostalgia, es falsa. El verdadero origen de porqué hay una réplica de la Giralda de Sevilla en la provincia de Tarragona, es el siguiente:

Este llamativo monumento de algo más de un siglo de antigüedad, fue un homenaje que le quisieron rendir a su viaje por Andalucía en su primer aniversario de boda, Joan Roquer i Marí y Candelaria Negravernis.

El joven matrimonio recibió en 1886 una importante herencia por parte de un tío indiano de la muchacha que había hecho fortuna en América. Esto les llevó a invertir en varios proyectos culturales, entre ellos la construcción del Teatro Romea de Barcelona o el Teatro Arbosense, población de la que era originario Joan, aunque residían en Barcelona.

Su buena posición económica los llevó a viajar por Andalucía y disfrutar de las construcciones que dejaron los musulmanes durante el tiempo en el que estuvieron en Al-Andalus.

Tras varios años de viajes y negocios, en 1898 decidieron adquirir un terreno de considerables dimensiones en el que mandarían construir una réplica de todos aquellos  lugares que les había fascinado durante sus viajes por el sur.

Un año después comenzaron las obras, que se prolongaron hasta 1907 e inaugurada un año después  (la torre de la Giralda fue acabada en 1902).
Pero no solo el minarete se construyó allí. En su interior se puede encontrar una réplica del patio de los leones de la Alhambra de Granada  y un salón cubierto por una cúpula bizantina forrada con 30 kg de láminas de papel de oro, construida a semejanza del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla.

Gracias al espíritu inquieto de sus propietarios, en los siguientes años la Giralda de L’Arboç se convirtió en un lugar de encuentro de personajes vincularos estrechamente con la cultura, donde se realizaban tertulias y festivales de música.

 

 

 

 

Fuentes, imágenes y más info: diaridetarragona (pdf) / lagiraldadelarboc

Cuando en el Madison Square Garden de Nueva York había una Giralda

El Madison Square Garden es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Nueva York. Allí se ha celebrado todo tipo de evento de los más diversos caracteres: combates de boxeo, conciertos de rock, partidos de baloncesto, hockey e incluso lucha libre… un sinfín de actos que han hecho del lugar uno de los más conocidos del planeta.

Pero este imponente estadio no siempre ha estado en su actual ubicación, ni tenía la misma estructura… todo lo contrario.

El actual MSG ha pasado por cuatro fases diferentes desde se construyó por primera vez en 1879 y tiene tras de sí una apasionante historia que, incluso, guarda un asesinato cometido en 1906 y que fue  catalogado como “el crimen del siglo”. Pero uno de los datos más sorprendentes es la réplica de la famosa Giralda de Sevilla que se construyó en el segundo Madison Square Garden en 1890.

El nombre le proviene de su primera ubicación en la  Av. Madison entre las calles 26 y 27 y allí estuvo entre los años 1879 y 1889. Tras un cambio en la nueva gerencia se decidió derruirlo y construir algo  más ambicioso en un momento de plena modernización de Nueva York.

Los encargados de llevar a cabo el proyecto fueron los arquitectos Stanford White, Charles McKim y William Rutherford Mead que utilizaron todos sus conocimientos para aportar a la ciudad un lugar que pudiese ser considerado un símbolo y en el que se vieran reflejadas algunas técnicas de construcción utilizadas en importantes ciudades europeas, hecho que propició que se levantase una réplica de la Giralda.

Su inauguración se realizó en 1890 y el lugar había sido habilitado como un espacio polivalente en el que se podían realizar infinidad de eventos, tanto culturales como deportivos y de entretenimiento. La réplica del minarete sevillano fue uno de los elementos más alabados del nuevo Madison Square Garden, el cual destacaba en el Manhattan moderno y cosmopolita en que se estaba convirtiendo la ciudad.

Pasaron los años y la Giralda de Nueva York cada vez tenía más peso específico en los retratos y guías de la ciudad, siendo una de las postales más adquiridas por los turistas que la visitaban.

Pero no todo fue de color de rosa en la historia del MSG. Como os comentaba en el inicio de este post, en 1906 se cometió un crimen que llenó centenares de páginas de los diarios de la época. La víctima no era otra que uno de los arquitectos encargados de diseñar la edificación.

Stanford White llevaba una doble vida, que compaginaba su faceta de arquitecto y padre de familia con la de un lascivo mujeriego que perseguía a jóvenes coristas del cabaret situado en el mismo Madison Square Garden.

Evelyn Nesbit fue su última perdición y la que llevó al marido de ésta a pegar tres tiros en la cabeza del amante de su mujer, la noche del 25 de junio. La prensa le dedicó múltiples páginas al suceso y el caso fue catalogado como “el crimen del siglo”. Durante el juicio, Harry Kendall Thaw, el esposo despechado, declaro que  cometió el crimen a causa de “un momento de locura transitoria”, por lo que fue absuelto, quedando en libertad sin cargos.

Con la llegada de la crisis de los años 20, las deudas obligaron a los propietarios del Madison Square Garden a tirarlo de nuevo abajo y vender el solar, para construir en 1925 un nuevo MSG, esta vez sin la mítica réplica de la Giralda y que tampoco sería el definitivo y actual estadio.

 

Fuentes e imágenes: nyc-architecture /http://yhoo.it/z2EpsQ