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¿Por qué hace daño si nos estiran del pelo pero no duele cuando nos lo cortamos?

¿Por qué nos hace daño si nos estiran del pelo pero no duele cuando nos lo cortamos?

A lo largo de nuestra vida nos cortamos el cabello infinidad de veces, se nos puede llegar a caer e incluso hay quien se afeita la cabeza por completo y ninguna de estas cosas causa el más mínimo dolor. Sin embargo si alguien nos da un tirón de pelo (por leve que sea) nos duele una barbaridad.

El motivo de que esto sea así es porque en la base de nuestra cabeza, por donde sale cada uno de nuestros cabellos, tenemos un sinfín de folículos pilosos rodeados de terminaciones nerviosas e infinidad de células que empujan el cabello hacia fuera. Cada pelo que crece y sale hacia el exterior no deja de ser células muertas que son empujadas afuera por otras aún vivas que se encuentran en la base.

Por tanto el pelo es una secreción de células muertas carentes de sensibilidad alguna que produce nuestro organismo, motivo por el que no nos duele a la hora de cortarlo. Pero como cada uno de esos pelos siguen unidos a nuestra cabeza, el tirar de ellos es lo que hace que las terminaciones nerviosas nos manden esa señal de dolor.

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

Algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías

Seguro que en más de una ocasión habrás dicho eso de que conoces tu cuerpo como la palma de tu mano. Pero no siempre uno sabe todo lo que esconde su organismo. En el post de hoy os traigo algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías.

  •  La huella lingual

Si deseas ocultar tu identidad no enseñes demasiado la lengua. Del mismo modo que ocurre con las huellas digitales, cada persona tiene también una impresión (huella) única en la lengua. Algunas empresas de seguridad están trabajando en crear lectores que sean capaces de identificar cada huella lingual, tal y como pasa con las de nuestros dedos.

  • La piel que mudamos

No solo las mascotas mudan su pelo. Los seres humanos arrojamos unas 600.000 partículas de piel cada hora que pasa. Eso equivale a alrededor de unos 700 gramos al año, por lo que la persona promedio ha perdido alrededor de 49 kilos de piel al llegar a los 70 años.

  •  El cómputo total de huesos

De mayores tenemos menos huesos que cuando somos bebés. Comenzamos la vida con un total de 350 huesos, pero, a raíz que vamos creciendo, éstos se van fusionando y/o soldando entre si y acabamos con tan sólo 206 al alcanzar la edad adulta.

  •  Continuo cambio de revestimiento estomacal

Cada tres o cuatros días en nuestro estómago se forma un nuevo revestimiento. Su función es para evitar que los fuertes ácidos que hay en el interior para digerir los alimentos no digieran también las paredes de nuestro estómago.

  •  Memoria olfativa

Evidentemente, nuestra nariz no es tan sensible ni está tan desarrollada como la de un perro o la mayoría de los animales, pero puede llegar a recordar la friolera de 50.000 olores diferentes.

  •  La longitud de los intestinos

El intestino delgado es, por norma general, cuatro veces más largo que la altura de un adulto (teniendo en cuenta una altura promedia de 1,70 m). Si el intestino no estuviera doblado hacia atrás y adelante sobre sí mismo, su longitud, que alcanza en muchos casos los 7 metros de largo aproximadamente, no cabría dentro de la cavidad abdominal.

  •  Invasión de bacterias

Esto posiblemente te haga estremecer: En cada centímetro cuadrado de piel del cuerpo humano hay unos 32 millones de bacterias. Pero para tu tranquilidad has de saber que, afortunadamente, la mayoría de esas bacterias son inofensivas.

  •  La fuente del olor corporal

La fuente del mal olor de pies así como de las axilas malolientes es el sudor.  Esto es conocido por todos, pero ¿sabes cuanta cantidad de sudor pueden llegar a desprender tus pies?  Un par de pies tiene medio millón de glándulas sudoríparas, pudiendo llegar a producir más de medio litro de sudor al día. Evidentemente hay que tener en cuenta factores climatológicos en los que dependiendo de la época del año en la que nos encontremos esa cantidad variará considerablemente.

  •  El estornudo veloz

El aire de un estornudo humano puede viajar a una velocidad de 160 kilómetros por hora (e incluso más). Esta es una buena razón para cubrirse la nariz y la boca al estornudar o esquivar la cabeza, cuando oyes uno viniendo hacia ti.

  •  La distancia que recorre la sangre

La sangre tiene un largo camino por recorrer: “estirados”, de extremo a extremo, hay cerca de cien mil kilómetros de vasos sanguíneos en el cuerpo humano. El duro trabajado del corazón es bombear unos 7.500 litros de sangre a través de los vasos todos los días.

  • Salivando

A lo largo de nuestra vida, cada persona produce un promedio de entre 25.000 y 35.000  litros de saliva, la cantidad suficiente  como para llenar dos piscinas.

  •  Los decibelios de un ronquido

Para muchas personas que lo tiene que soportar cada noche, el sonido de un ronquido les puede parecer ensordecedor. El promedio de un ronquido está en 60 decibelios (los mismos que una conversación en voz alta), pero puede llegar a alcanzar los 80dB. convirtiéndose en insoportable, si tenemos en cuenta que esos son los decibelios que produce un taladro eléctrico.

  •  El color del cabello y densidad

Dependiendo el color (natural) de pelo que tengas en la cabeza tendrás una mayor o menor densidad.  La cabeza humana media tiene 100.000 folículos pilosos, cada uno de los cuales es capaz de producir 20 pelos individuales durante la vida de una persona. Las personas rubias tienen un promedio de 146.000 folículos. Las de cabello negro tienden a tener unos 110.000 folículos, mientras que aquellos con el pelo castaño están justo en el promedio con 100.000 folículos. Los pelirrojos tienen el pelo menos denso, con un promedio alrededor de 86.000 folículos.

  •  El tamaño de la cabeza

Cuando somos bebés el tamaño de nuestra cabeza supone un cuarto de la longitud total de nuestro cuerpo, motivo por el que pesa y es difícil poder mantenerla erguida. Al hacernos adultos nuestra cabeza es una octava parte de nuestra longitud.

  •  La necesidad de dormir

Nuestro organismo está preparado para estar varias semanas sin comer, pero no lo está para no dormir.   El tope de tiempo que puede estar (por promedio) una persona sin dormir es de once días. Transcurrido este tiempo difícilmente se puede sobrevivir.

 

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Fuente de consulta: howstuffworks
Fuente de la imagen: Free Stock (Flickr)