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¿De dónde surge que en algunos lugares se le llame ‘cuzo’ (o cuza) a una persona fisgona?

A través de la página de Facebook de este blog, recibo un mensaje de Rodrigo Alonso que me consulta sobre el origen de llamar ‘cuzo’ o ‘cuza’ a una persona fisgona o entrometida, ya que es un término muy utilizado en Zamora, de donde es originario.

¿De dónde surge que en algunos lugares se le llame ‘cuzo’ (o cuza) a una persona fisgona?

Los términos ‘cuzo’ y ‘cuza’, tal y como especifica el diccionario de la RAE, son adjetivos utilizados en zonas concretas de Asturias, Galicia o León (y de otros lugares de Castilla, aunque esto último no viene indicado) para hacer referencia a una persona indiscreta y fisgona.

Etimológicamente proviene del término ‘cuz’ y a su vez este de interjección ‘¡cuz, cuz!’ con el que se llama a los perros.

También podemos encontrar que a cierto tipo de perro pequeño se le conoce como ‘cuzco’ (no confundir con la población peruana, ya que nada tienen que ver entre sí los vocablos) y también ‘cuzo’, existiendo referencias en algunos diccionarios del siglo XVIII (como el de Esteban de Terreros y Pando, de 1788) a la llamada de los canes o a denominar de ese modo a los de pequeño tamaño y/o edad.

En el continente americano, también se denomina en algunos lugares ‘cuzo’ a una persona entrometida (como en México) e incluso ‘cusco’ (con seseo) que es la interjección utilizada para llamar a un perro en Argentina o Uruguay.

El hecho de que en algunos lugares se les llame cuzo o cuza a las personas fisgonas o entrometidas, surge del carácter curioso y fisgón que tienen los perros, sobre todo cuando son de corta edad.

 

 

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¿Por qué se conoce como ‘husmear’ a la acción de investigar o ir curioseando?

Es muy común encontrar en algunas novelas, series o películas la referencia a ‘husmear’ como un sinónimo de estar investigando un asunto, curioseando o intentando indagar sobre algún asunto. Es un término suele estar muy relacionado con detectives, policías e investigadores privados y habitual que se les referencie con expresiones del tipo ‘andar husmeando’.

¿Por qué se conoce como ‘husmear’ a la acción de investigar o ir curioseando?

Husmear también es lo que realizan algunos animales (como los perros) cuando andan olisqueando y rastrean algo con el olfato. Esta acción también es conocida como ‘husmar’, aunque es menos utilizada.

Proviene del término ‘husmo’, utilizado para referirse al olor que desprende la carne cuando empieza a estar pasada o en mal estado. Esa pestilencia es la que atraía olfativamente a los perros de presa u otros animales.

No hay consenso respecto a la procedencia etimológica de husmo, aunque la mayoría de expertos señalan que proviene del griego ‘osme’: olor.

De este vocablo también han derivado otros como ‘husma’ (el diccionario lo define como ‘rastreo mental de algo’) o ‘husmia’, que aunque no está recogido por la RAE es utilizado en algunas regiones españolas (sobre todo de Castilla y León y Extremadura) y que se utiliza como referencia al ‘metomentodo’ o ‘entrometido’ (el que mete sus narices en asuntos ajenos).

 

 

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Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [8]

Octava entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Asueto: Jornada de fiesta que se toma una persona en sus obligaciones laborales o estudios, en un día que no es festivo, normalmente utilizado para arreglar ‘asuntos propios’ como ir al banco, hacer recados o simplemente descansar. Entre los funcionarios españoles se conoce este día también como ‘moscoso’ en referencia al exministro Javier Moscoso.

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Cuesco: Nombre que recibe los huesos de la fruta; como el de la ciruela, cereza, nectarina. También se llama de este modo a la ventosidad (pedo) ruidosa, debido a que esa flatulencia recuerda al sonido de uno o varios huesos caer al suelo.

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Saltatriz: Término que proviene del latín y que se usaba en la Antigua Roma para referirse a la mujer que tenía como oficio saltar y bailar, con el fin de entretener al público.

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Chozno: Cuando alguien nombra a un chozno se está refiriendo a un nieto en cuarta generación o, para decirlo de otro modo, es el hijo del tataranieto de una persona.

 

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Cabrillas: Las cabrillas son aquellas manchas coloradas que aparecen en las piernas cuando se está mucho tiempo al lado del fuego de una chimenea, hoguera…

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Intonso: Se usa el término intonso para referirse a una persona inculta o que nunca ha leído. Dicho término proviene de llamar así a dos páginas de un libro que siguen unidas y cuyo pliego no ha sido cortado.

 

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Efélide: Modo en el que también se le llama a las ‘pecas’ (manchitas que salen en la piel)

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Siguemepollo: Se trata de una cinta de adorno que colgaba en la parte trasera del vestido de una mujer. Solía usarse en los vestidos elegantes usados en fiestas y actos sociales en los que siempre había algún joven muchacho (llamados antiguamente pollos) que iba detrás de alguna dama con el fin de cortejarla. Había todo un código de lenguaje no verbal en la forma de llevar dicha cinta, que indicaba las intenciones de la muchacha respecto al ‘pollo’

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Vidajenear: Fisgonear, cotillear, chafardear sobre la vida ajena de otras personas.

 

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Diastema: Se trata del espacio que queda entre dos dientes (por ejemplo entre los incisivos central superior)

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Escrúpulo: Medida de peso utilizada antiguamente por los boticarios (farmacéuticos) que correspondía al equivalente a 1,55517384 gramos. Dicha medida se calculaba mediante 24 granos de piedra debido a que el término ‘escrúpulo’ proviene del latín y quiere decir ‘piedrecilla’.

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban
Maridillo: Se conocía como ‘maridillo’ a un pequeño brasero que se utilizaba antiguamente y que servía para calentar los pies, muy usado por amas de casa mientras realizaban tareas sentadas. Existía el dicho (hoy en día totalmente desfasado y machista) que indicaba que estos pequeños braseros mantenían calientes los pies de la mujer durante el día al igual que lo hacía el marido en la cama durante la noche.

 

 

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