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Infarto, farsante y harto; tres términos distintos con un mismo origen etimológico

Ya os he explicado en otras ocasiones mi pasión por buscar el origen etimológico de las palabras e ir tirando del hilo hasta saber cuál su historia y curiosidades alrededor del momento en que fue creada o empezó a ser utilizada. Muchas son las veces en las que he encontrado que diferentes términos, sin tener aparentemente nada que ver entre sí, en realidad provenían originalmente de un mismo vocablo y varias las entradas al respecto que he publicado en este blog (encontraréis los enlaces al pie de este post).

Infarto, farsante y harto, tres términos distintos con un mismo origen etimológico

En esta ocasión os traigo los vocablos ‘Infarto’, ‘farsante’ y ‘harto’, tres términos que significan cosas distintas pero con un mismo origen etimológico: el ‘relleno’.

El término latino ‘fartus’ significaba literalmente relleno y en su origen hacía referencia a la porción de comida que se utilizaba para ser introducida dentro de otra (por ejemplo el relleno de un ave con verduras y viandas). La acción de rellenar ese alimento se conocía como ‘farcire’.

Con el tiempo tanto el vocablo fartus como el verbo farcire se empezó a utilizar para denominar a todo aquello que se añadía (o sea, estaba de relleno) como podía ser durante un espectáculo teatral.

De ahí que comenzara a conocerse como ‘farsa’ (del francés ‘farce’ y a su vez del latín ‘fartus’) a la pieza cómica (generalmente satírica) de duración breve que se representaba generalmente en el entreacto de otra obra teatral de mayor importancia, ya que era un relleno que se hacía durante el descanso. A aquel actor que interpretaba dicha farsa se le empezó a denominar como ‘farsante’ (el que rellena o está de relleno).

Curiosamente, con el paso de los siglos, los términos ‘farsa’ y ‘farsante’ han pasado a ser utilizadas para hacer referencia a un engaño y fingimiento o a quien se dedica al embuste.

Utilizamos generalmente el vocablo ‘infarto’ como referencia a una lesión que se produce en un órgano (generalmente asociado al corazón y al que llamamos ‘infarto de miocardio’). En realidad esta dolencia (infarto) es producido por el aumento de un órgano enfermo (no solo del corazón, también el hígado, un ganglio…) debido a la obstrucción de una de las arterias a causa de un coágulo (o sea, que se rellena de algo sólido, como puede ser grasa).

El término infarto está compuesto por el prefijo latino ‘in’ (dentro, meter, hacia dentro) y el mencionado ‘fartus’ (relleno).

El tercer término que compone esta entrada es ‘harto’, el cual suele utilizarse para indicar que alguien está hastiado y cansado de algo, pero también decir que está saciado o ha comido lo suficiente para satisfacer el hambre. El vocablo también proviene directamente del latín ‘fartus’ y originalmente hacía referencia a quedar atiborrado tras una copiosa comida (haber rellenado por completo el estómago de alimento).

 

 

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Fuente de la imagen: nubedepalabras

¿De dónde surge la expresión ‘No perder ripio’?

¿De dónde surge la expresión ‘No perder ripio’?

Se utiliza la expresión ‘No perder ripio’ para referirse a aquel que presta mucha atención a cualquier explicación y/o a todo lo que escucha sin perder el más mínimo detalle.

El término ripio proviene del latín ‘replere’ cuyo significado es ‘rellenar’. En castellano se utiliza la palabra ripio para referirse a las piedras, fragmentos de ladrillos u otros materiales que se utilizan en albañilería para rellenar los huecos que quedan tras hacer una obra, levantar un muro, asfaltar una carretera…

Pero también podemos encontrar que dicho término se comenzó a utilizar para referirse a aquellas rimas fáciles y sin sentido que algunas composiciones poéticas llevan y que se han colocado como ‘relleno’ para que tenga la consonancia adecuada al verso (a pesar de que pueda tratarse de una palabra o frase superflua).

Del hecho de querer ‘rellenar’ cada hueco aprovechando al máximo todos los recursos/materiales (sea en albañilería como en poesía) surgieron expresiones como ‘No perder ripio’ o ‘No desechar ripio’ como clara alusión al que está muy atento a lo que oye sin perder palabra (por mi superfluo que sea el asunto) y al que no pierde ni malogra ocasión alguna.

 

 

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Fuente de la imagen: euscreen (Flickr)