Aunque no lo parezca y siempre hayamos pensado todo lo contrario, efectivamente, el agua templada nos sacia mucho más la sed que si la tomamos fría.
Como bien es sabido, los días que hace calor perdemos una gran cantidad de líquidos a través de la sudoración. Esto es debido a que nuestro organismo es homeotérmico, lo cual hace que la temperatura de nuestro cuerpo se pueda regular y mantener constante (si hace frío tiritamos y si hace calor sudamos).
Cuando la temperatura es elevada y hace calor, la superficie de nuestra piel necesita refrigerarse continuamente, lo cual hace que transpiremos mucho más y, por lo tanto, se provoque un cambio térmico.
El hecho de expulsar más líquido a través del sudor provoca que necesitemos ingerir más cantidad de agua y así poder saciar la sed, apeteciéndonos mucho más tomarla bien fría, con el convencimiento de que ésta nos refrescará y saciará mucho más rápido.
El problema está en que el hecho de ingerir agua muy fría provoca que ésta sea absorbida prácticamente al instante en nuestro tubo digestivo y apenas da tiempo a que pueda llegar a la superficie de la piel y así refrigerarnos, por lo cual esa agua tan fría no nos sirve para recuperar el líquido perdido tras la sudoración, dándonos la sensación de seguir teniendo más sed.
Por este motivo, es aconsejable que, además de tomar de vez en cuando agua fría para ‘refrescarnos’, vayamos bebiéndola también a temperatura ambiente, la cual podrá ser absorbida mucho mejor por nuestro sistema y cumplirá su perfecta función de refrigeración.
Otras entradas que podrían interesarte:
- ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una persona normal sin beber agua?
- ¿Por qué nos ponemos a tiritar cuando tenemos frío?
- ¿Por qué el sudor huele tan mal?
- ¿Los gatos sudan?
- ¿Por qué los perros no sudan?
- Algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías
- 7 mitos de la ciencia que incluso algunos médicos han llegado a creerse
Fuente de consulta y más info: Quo / sedientosdesaber / saluddatos
Fuente de la imagen: victor_nuno (Flickr)