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¿Cuál es el origen etimológico del término ‘voto’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan cuál es el origen etimológico del término ‘voto’.

¿Cuál es el origen etimológico del término ‘voto’?

El término ‘voto’ proviene del latín ‘votum’, cuyo significado era ‘promesa’ o ‘deseo’.

En la Antigua Roma, los votos eran ofrendas o promesas hechas a los dioses para solicitar su favor, de ahí que podamos encontrar como una de las acepciones al término latino votum: ‘promesa hecha a un dios’.

Con el tiempo, el significado se amplió y el voto se convirtió en un acto de expresión de voluntad en diversos contextos.

En el ámbito político, el voto representa el derecho y la acción de elegir a través de un proceso electoral, permitiendo que la voz del pueblo sea escuchada y se tomen decisiones colectivas.

 

 

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¿Por qué se llama ‘pucherazo’ al fraude en el recuento de votos de unas elecciones?

¿Por qué se llama ‘pucherazo’ al fraude en el recuento de votos de unas elecciones?

El término ‘pucherazo’, cuya acepción en el diccionario de la RAE es ‘Fraude electoral que consiste en alterar el resultado del escrutinio de votos’, añadiendo que la expresión ‘Dar pucherazo’ (o ‘Dar un pucherazo’) significa ‘Computar votos no emitidos en una elección’.

Tanto el término como la expresión (para hacer referencia a ese tipo de fraude) se originaron durante el último cuarto del siglo XIX, tras la restauración de la monarquía borbónica y en la que los dos grandes partidos en España en aquella época (conservadores y liberales) pactaron irse turnando en el poder, sin dar posibilidad alguna de gobernar a otras formaciones (moderados, progresistas y republicanos).

El rey Alfonso XII, en connivencia con los líderes del Partido Liberal y el Partido Conservador, iba disolviendo las Cortes cada equis tiempo (acordado previamente entre ellos) y se convocaba unas nuevas elecciones, que eran manipuladas para que en el recuento de votos saliera ganador aquel candidato del otro partido que no estaba gobernando hasta ese momento y la siguiente vez a la inversa. Y así, una y otra vez durante las siguientes décadas.

Así pues, se tenía guardadas unas papeletas, del partido que debía ganar esas elecciones y en base a la cantidad que se necesitaban para la mayoría se extraían, en una especie de urna y muchos son quienes indican que semejante a un puchero u olla de cocina, surgiendo de ahí el término ‘pucherazo’.

 

 

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Fuentes de consulta: ‘Diccionario de dichos y frases hechas’ de Alberto Buitrago / fraseomania / stackexchange / confilegal / artehistoria
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¿Los presos pueden votar en unas elecciones?

A través de un correo electrónico recibo un mensaje en el que Eva N. B. me realiza una consulta en la que me pregunta si los presos pueden votar en unas elecciones.

¿Los presos pueden votar en unas elecciones?

Tal y como contempla el artículo 23.1 de la Constitución Española, ‘los  ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal’ y recogido mediante la ‘Ley Orgánica del Régimen Electoral General’ aprobada en 1985, en el que se especifica algunos supuestos en los que un ciudadano puede carecer de derecho al sufragio como estar declarado incapacitado por un tribunal médico, encontrarse internado en un hospital psiquiátrico por orden judicial o aquellos condenados que estén en prisión y en cuya sentencia el juez haya dictaminado que el recluso estaría privado del derecho a sufragio durante el tiempo que dure la condena.

Por tal motivo la respuesta a la consulta es un sí con matices, debido a que, en nuestro país, la mayoría de presos pueden hacer uso legítimo de su derecho a ejercer el sufragio desde la prisión (si es que no se ha visto afectado por una decisión judicial).

Eso si, los reclusos que no están en régimen abierto y no pueden acudir a votar a un colegio electoral deben hacerlo mediante el voto por correo. La abstención entre la población reclusa suele superar el 90 %.

Cabe puntualizar que en otros lugares del planeta, por el hecho de estar cumpliendo una condena se pierde el derecho al sufragio (durante el periodo que dure la misma) e incluso hay casos específicos en el que, dependiendo del delito y motivo por el que se le juzgó, una persona puede perder su derecho total a ejercer el voto ya no solo durante el tiempo en el que esté preso sino de por vida.

 

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Fuentes de consulta: BOE / uncomo / elmundo / eldiario / elconfidencial / abc
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¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

La famosa y antiquísima expresión «¡Voto a Bríos!» no proviene de ninguna intención de votar, con intención de dar apoyo a un candidato político, que se denomine Bríos. En realidad se trata de un eufemismo con que se expresaba la intención de rogar o jurar por Dios sin nombrarlo y, por tanto, no blasfemar. Debemos tener en cuenta que, durante gran parte de la Historia, todo aquello que pronunciar el nombre de Dios en vano estaba considerado pecado, siendo perseguido por la justicia; por lo que, gracias al ingenio de la época, se buscó una fórmula en la que se enmascaraba el nombre del Creador de una forma en la que no pudiesen acusarles de herejía al pronunciarla.

Algo muy similar ocurrió por la misma época con el otro famoso eufemismo «¡pardiez!» (¡Por Dios!). Podemos encontrar ambas formas ampliamente referenciadas en textos del Siglo de Oro español por autores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo y posteriormente en obras de Zorrilla, Jovellanos o Bretón de los Herreros.

Ya en el siglo XX, el eufemismo ¡Voto a Bríos! apareció con frecuencia en las aventuras de ‘El Guerrero del Antifaz’, unas historias ilustradas (lo que conocíamos como tebeos y que actualmente se denomina cómic) sobre un heroico batallador de la época de la Reconquista Española que lo exclamaba mientras luchaba contra los llamados ‘infieles’. Fue creado en 1943 y se publicó ininterrumpidamente a lo largo de dos décadas (posteriormente se realizaron nuevas reediciones).

 

 

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¿Puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?

¿Puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?A lo largo de la Historia hemos podido comprobar la estrecha vinculación que ha habido entre numerosísimos gobernantes y la Iglesia, existiendo largos periodos en los que la mayoría de leyes estaban dictadas y regidas por la propia curia eclesiástica. Famosos fueron los tribunales de la Santa Inquisición donde miles de personas murieron o fueron torturadas tras ser acusadas de herejes, brujas o no ser del agrado del religioso de turno. Tampoco podemos olvidar todas aquellas Guerras Santas y ataques terroristas hechos en el nombre de Dios o lo mucho que han mandado (y siguen haciéndolo) los diferentes líderes de todas y cada una de las religiones que hay en el planeta.

Si nos centramos en los representantes de la Iglesia Católica (religión mayoritaria en España, a pesar de ser un Estado aconfesional, tal y como indica el artículo 16.3 de la Constitución española), nos damos cuenta que hoy en día los representantes religiosos siguen teniendo una gran influencia y poder en las decisiones políticas.

Pero, tal y como planteo en el título de este post ¿puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?…

La respuesta es NO, pero es un ‘no’ con algunos matices.

Por un lado, según podemos encontrar en diferentes puntos de los artículos 285 (§ 3) y 287 (§ 2) del Código de Derecho Canónico (conjunto de normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia católica) los religiosos no pueden participar de la vida política de un país ni presentarse en unas elecciones generales:

[…]Está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil[…], […]No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales […]

Pero también podemos encontrar alguna que otra puntualización como la que indica: […]a no ser que según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común[…]

 

Post realizado a raíz de la consulta que me hizo llegar Laura Rodriguez a través del apartado de contacto de este blog

 

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Fuentes de consultas: diocesisdecanarias /  Código de Derecho Canónico (Vatican.va)
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¿Cuál es el origen de la palabra ‘alcalde’?

¿Cuál es el origen de la palabra ‘alcalde’?A través de las elecciones municipales, en España se elige democráticamente a los concejales que formaran parte de las alcaldías de todos los municipios del país. Aquella lista que consiga reunir más votos o apoyo de más concejales gobernará y de ahí saldrá la persona elegida como ‘alcalde’ (normalmente el candidato que encabeza la lista), quien se encargará de presidir el ayuntamiento y será el máximo responsable.

Era común que desde la antigüedad, y mucho antes de ser elegidos democráticamente, este cargo recayese en el juez del lugar, persona que se encargaba de velar por el cumplimiento de la ley y legislarla en cada población.

De la figura de estos fue de donde surgió el término alcalde para referirse a ellos, debido a que este vocablo de origen árabe significa literalmente ‘el juez’ (al- qâḍi).

La palabra alcalde está compuesta por ‘al’ utilizado en la legua árabe como artículo (el), tan presente en el inicio de tantísimas palabras que utilizamos actualmente, y ‘qâḍi’ (juez).

 

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Fuentes de consulta: Tratado de la jurisdicción de los alcaldes ordinarios de Vicente Vizcaino Perez / RAE / etimologias.dechile
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