Entradas etiquetadas como ‘echar una cabezada’

La curiosa y reparadora ‘siesta del carnero’

La curiosa y reparadora ‘siesta del carnero’

Solemos tener asimilado que una siesta es aquella cabezada que se hace después de comer, la cual es aconsejable realizar siempre y cuando no sobrepase los 20 minutos o media hora y se convierte en algo que nos ayuda a reponer fuerzas para seguir con nuestra rutina durante el resto del día.

Como ya expliqué en otro post, el término siesta viene de ‘sextear’ o ‘sexta hora’, ya que la ‘Regla de San Benito’ (escrita por el monje Benito de Nursia en el siglo VI) indicaba la norma de guardar reposo y silencio después de la sexta hora que era la de más calor. Esta sexta hora eran las 12 del mediodía, teniendo en cuenta que los monjes empezaban su jornada a las seis de la mañana.

Pues bien, ese reposo que se hacía al mediodía se producía inicialmente antes de comer, aunque con el paso de los años se adaptó a después de la comida principal (llamada almuerzo en muchos lugares).

Pero hoy en día todavía hay muchas personas que tienen la posibilidad de echar una cabezadita justo antes de la hora de comer, siendo conocida comúnmente como ‘siesta del carnero’, aunque es común llamarla de otros modos como siesta del borrego, del burro, del gorrino, del perro… (y así con infinidad de animales, ya que parece ser que estos suelen tener la costumbre de dormir antes de comer). Parece ser que la más famosa es la del carnero ya que era muy habitual hacerla entre los pastores cuando sacaban a pastar a sus carneros, quedando sentados a la sombra de un árbol y aprovechando para descansar un rato antes de ponerse a comer.

También podemos encontrar que es llamada ‘siesta canóniga’ o ‘siesta del canónigo’, debido a que era frecuente que estos eclesiásticos echaran una cabezadita disimuladamente durante los rezos que se realizaban al mediodía.

Según indican algunos expertos, la ‘siesta del carnero’ que se produce antes de comer suele ser más reparadora que la que se hace después, ya que no solo ayuda a reponer fuerzas (sobre todo si se ha tenido una mañana cansada o ajetreada de trabajo) sino que hace que se coma con menor ansia.

 

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¿Dormir más durante el fin de semana ayuda a recuperar las horas de sueño perdido?

¿Dormir más durante el fin de semana ayuda a recuperar las horas de sueño perdido?

Es muy común pensar que si nos quedamos en la cama unas cuantas horas más de lo habitual recuperaremos aquellas horas de sueño que no hemos dormido anteriormente. Sin embargo esto no es del todo correcto debido a que nuestro cuerpo se guía por unos ciclos marcados por nuestro reloj interno. Alterar el ritmo circadiano que nos regula las horas de sueño, comida o las de realizar cualquier tarea cotidiana del día a día, lo que provocaremos es un cambio de ritmo que hará que nos cueste levantarnos, tengamos más sueño del normal y vayamos más cansados.

Por esa razón nos cuesta tanto adaptarnos de nuevo a la rutina del día a día tras un periodo de descanso e inactividad (vacaciones, bajas por enfermedad, desempleo, fines de semana, puentes…), y en lo primero en donde lo notamos es en el rendimiento, cansancio y descompensación del sueño.

Los especialistas aconsejan no variar en exceso la hora de irnos a dormir ni la de levantarnos, procurando mantener la misma rutina durante toda la semana (incluso los días de descanso). Tampoco es conveniente variar demasiado los horarios de las comidas, aunque evidentemente se permiten algunas excepciones, pero no excediendo en una hora de la que normalmente solemos hacerlo. Esos expertos también recomiendan una siestecita siempre que se pueda, pero de 20 minutos como máximo.

 

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¿Por qué no se puede evitar que, al dar una cabezadita estando sentados, la cabeza se nos vaya hacia delante?

A todo el mundo le ha pasado alguna vez: la conferencia es un poco aburrida o el viaje en tren no se acaba nunca. Uno cada vez va estando más cansado hasta que, al sentarse, se queda dormido. Entonces ocurre lo de siempre cuando pasamos del estado de vigilia al de sueño: nuestra musculatura se relaja y con ella también lo hace nuestro cuerpo. En circustancias normales, uno se acuesta para dormir y no surge ningún problema. Pero si estamos sentados o de pie, al ceder el aparato de sostén de la cabeza, ésta cae hacia delante, hacia detrás o a un lado. Esto se interpreta como un mecanismo de protección del cuerpo, ya que la posición normal del sueño es horizontal. Suele bastar con enderezar la cabeza caída para volver a ahuyentar el sueño. Sólo se mantiene ese efecto de somnolencia si se engaña al organismo a base de sostener la cabeza del durmiente o si la persona afectada adopta una postura ligeramente recostada.

 

 

 

Info extraída del libro: ¿Cuánto pesa una nube? de Iris Hammelmann
Editorial: Ma Non Troppo – ISBN: 9788496222878
Fuente de la imagen: Fotomaf de Mauro A. Fuentes