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¿De dónde surge llamar ‘doctor’ a los médicos si muchos facultativos no lo son?

Es habitual que, a la hora de acudir a una consulta médica, nos dirijamos al profesional que nos atiende como ‘doctor’, aunque es probable que dicho facultativo no tenga un doctorado (pero sí la licenciatura y/o correspondiente especialización).

¿De dónde surge llamar ‘doctor’ a los médicos si muchos facultativos no lo son?

Y es que debemos tener en cuenta que no todos los médicos son doctores ni todos los doctores son médicos. El de doctor (doctora en su forma femenina) no es solo un tratamiento de cortesía y respeto que da un paciente hacia el especialista sanitario que le está atendiendo, sino que en realidad se trata de un grado alto de titulación académica que ha obtenido un profesional pero que no necesariamente tiene que dedicarse a la medicina (de ahí que encontremos doctores en otros campos tan diversos como la física, arquitectura, derecho, filosofía, periodismo…).

Etimológicamente el término ‘doctor’ proviene del latín medieval ‘doctor’/’doctoris’, que hacía referencia a un enseñante, derivando estos vocablos de ‘docēre’ (el que enseña) y estaba destinado, originalmente, a los enseñantes (profesores) y encargados de impartir clases de estudios superiores (universitarios). Antiguamente, a aquel que obtenía el doctorado se le asignaba una silla o asiento en una institución universitaria (cátedra), pero con el tiempo ambas titulaciones han acabado diferenciándose, dedicándose un catedrático normalmente a la docencia y un doctor a la investigación (aunque podemos encontrar que un mismo profesional realice ambas cosas).

El hecho de que por norma general a prácticamente todos los médicos se les denomine ‘doctores’, como tratamiento coloquial y de cortesía, se originó a raíz del término ‘docto’, el cual proviene del latín ‘doctus’ y que vendría a significar ‘el que tiene enseñanzas’, en relación a los conocimientos que posee, de ahí que, antiguamente, fuese muy común acompañar con el adjetivo ‘docto’ el nombre del profesional que poseía más conocimientos que los comunes, siendo el de los médicos uno de los colectivos de la sociedad con mayor preparación y estudios.

 

 

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Fuente de la imagen: pixnio

Rebecca Lee Crumpler, la primera mujer afroamericana que se graduó en medicina en EEUU

11 de Febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia

El 11 de febrero está declarado como el ‘Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia’ desde que fue instaurado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta es una fecha en la que desde numerosas instituciones, plataformas, redes sociales y blogs se pretende dar visibilidad al trabajo de tantísimas científicas que, a pesar de estar en pleno siglo XXI, siguen encontrándose con innumerables barreras.

El pasado año participé en esta jornada con el post: ¿Quién fue la primera científica de la Historia? y este quiero hacerlo con la curiosa historia de Rebecca Lee Crumpler, la primera mujer afroamericana que logró graduarse y ejercer medicina ‘de forma legal’ en los Estados Unidos. Si ya era complicado que una mujer pudiese estudiar en el siglo XIX imaginaos lo difícil que sería cuando además su piel era negra, en una época en la que en gran parte de los Estados Unidos todavía estaba en vigor la esclavitud.

Y quiero hacer hincapié en el entrecomillado que he puesto en el párrafo anterior (‘de forma legal’), debido a que a lo largo de la Historia y mucho antes de que pudiesen estudiar la carrera, muchísimas fueron las mujeres de todos los rincones del planeta que la ejercieron, ya fuera porque fueron autodidactas, lo hicieron de manera clandestina o travestidas en hombres.

Rebecca Davis (Lee fue su apellido de casada en su primer matrimonio y Crumpler lo adoptó de su segundo esposo) nació en 1831 en Delaware, creció en Pennsylvania y posteriormente se trasladó a vivir a Massachusetts, tres Estados abolicionistas y en los que no vivió como esclava, como era el caso de otras muchas personas negras, motivo por el que pudo acudir a la escuela y trabajar como enfermera (no titulada).

A pesar del carácter antiesclavista del lugar donde vivía, no fue hasta 1860, a los 29 años de edad, cuando se le permitió matricularse en la ‘New England Female Medical College’ (un pionero centro de estudios superiores para mujeres) en el que solicitó entrar durante ocho años seguidos. Una vez le concedieron una plaza para estudiar medicina se convirtió en la primera mujer afroamericana admitida en una universidad.

El estallido de la Guerra de Secesión, en abril de 1861, provocó que viese interrumpidos los estudios durante un par de años, en los que ejerció nuevamente como enfermera y en 1863 pudo retomarlos (coincidiendo con el fallecimiento de su esposo Wyatt Lee, con quien se había casado en 1852) gracias a la beca que le concedió el senador Benjamin Wade, famoso abolicionista que tuvo un destacadísimo papel en el fin de la esclavitud en los Estados Unidos.

Rebecca terminó sus estudios en tan solo un año y en 1864 se graduaba con la titulación de médico, volviendo a conseguir un hito histórico.

En 1865 contrajo segundas nupcias con Arthur Crumpler y durante los siguientes años se encargó a atender y curar a personas negras (la mayoría habían sido esclavos) a través de la recién creada Oficina de Libertos, proporcionándoles una atención médica digna, que de otro modo nunca hubieran podido tener.

En 1860 se establecieron en Boston y abrió una consulta donde atendió principalmente a mujeres y niños afroamericanos a lo largo de las siguientes dos décadas y en 1880 se trasladaron a Hyde Park (Massachusetts). Allí escribió un libro titulado ‘A Book of Medical Discourses: In Two Parts’ que fue publicado en 1883 y que se convirtió en todo un referente para la época, además de ser el primer libro de medicina escrito por una persona afroamericana.

La doctora Rebecca Lee Crumpler falleció en 1895, a los 64 años de edad, tras una vida dedicada a la medicina.

 

 

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Post escrito con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia (11 de febrero) y al que me he querido sumar. Más información sobre esta iniciativa:  11defebrero.org, Naciones Unidas y Naukas
Fuente de la imagen: María del Álamo Ortega @marialamort (vía 11defebrero.org)