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¿Cuál es el origen etimológico del término ‘voto’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan cuál es el origen etimológico del término ‘voto’.

¿Cuál es el origen etimológico del término ‘voto’?

El término ‘voto’ proviene del latín ‘votum’, cuyo significado era ‘promesa’ o ‘deseo’.

En la Antigua Roma, los votos eran ofrendas o promesas hechas a los dioses para solicitar su favor, de ahí que podamos encontrar como una de las acepciones al término latino votum: ‘promesa hecha a un dios’.

Con el tiempo, el significado se amplió y el voto se convirtió en un acto de expresión de voluntad en diversos contextos.

En el ámbito político, el voto representa el derecho y la acción de elegir a través de un proceso electoral, permitiendo que la voz del pueblo sea escuchada y se tomen decisiones colectivas.

 

 

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¿Cuál es el origen de la interjección ‘ojalá’?

El término ‘ojalá’ es una interjección utilizada para expresar un vivo deseo de que suceda algo, la cual proviene del árabe hispánico ‘law šá lláh’ y cuyo significado literal es ‘si Dios quiere’ o ‘quiera Dios’.

¿Cuál es el origen de la interjección ‘ojalá’?

En la actualidad, en la mayoría de ocasiones que es usado, pierde la connotación religiosa original (hacia Alá, el Dios de los musulmanes), dando al término un único sentido de deseo de que algo ocurra o se cumpla.

Originalmente, ya trasformado al castellano, se expresaba en la forma ‘oxalá’, siendo recogido de este modo por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1737 con la acepción: ‘Quiera Dios, Así sea. Usase siempre para expresar el deseo que tenemos de que suceda alguna cosa que se apetece o pide con ansia’.

No fue hasta la edición de 1817, del Diccionario de la RAE, cuando ya apareció con su grafía actual ‘ojalá’ (con jota en lugar de equis) y donde se le dio el mismo significado que en el de Autoridades.

 

 

 

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Cuando en los jardines se plantaba albahaca para despertar el deseo sexual de la persona amada

Científicamente está por demostrar el poder afrodisíaco de numerosos alimentos, especias y compuestos que se presentan como potenciadores de la libido y en los que, alrededor de éstos, hay más leyenda y mitos que demostraciones empíricas, soliendo influir a menudo en ello el efecto placebo o el efecto ‘a mí me funciona’ .

Cuando se plantaba albahaca en los jardines para despertar el deseo sexual

Una de las plantas a la que se le otorga un gran poder afrodisíaco es la albahaca y esa creencia nos viene de siglos atrás, cuando en la cultura musulmana se tenía el convencimiento de que era una planta que atraía el amor (o deseo sexual) gracias a su potente olor.

Por tal motivo muchas eran las casas en las que en su jardín se plantaban, o colocaban macetas en el alfeizar de la ventana, con el fin de atraer y retener a los amantes.

Pero otra de las razones eran las medicinales, debido a que con la albahaca se realizaban infinidad de medicinas y ungüentos, pues se tenía el convencimiento de que su olor penetraba en el cerebro y curaba la dolencia.

De hecho, el término albahaca proviene del árabe hispánico ‘al-ḥabáqa’ (ḥabáqa era el nombre genérico que le daban a todas las plantas medicinales).

La creencia de que eran plantas afrodisíacas fue tal que, incluso, durante muchísimos siglos estuvo prohibida su utilización en la cocina de los conventos religiosos e incluso plantar en sus jardines.

 

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Demisexualidad: cuando no hay atracción sexual sin sentir amor

Muchas son las personas a las que les gusta diferenciar entre hacer el amor o practicar sexo y justifican que lo primero se trata de cuando hay unos sentimientos por medio que une a las dos personas que lo practican y lo segundo es algo que se realiza sin ningún tipo de pasión, solo emoción carnal.

Demisexualidad: cuando no hay atracción sexual sin sentir amor

Entre los que defienden el modelo de relación con amor implícito se encuentran los ‘demisexuales’, personas que solo sienten deseo y excitación sexual cuando a quien tienen en frente es alguien con quien les une una gran complicidad, se conocen y existe un fuerte vínculo emocional, pero son incapaces de sentir ningún tipo de deseo sexual por alguien a quien acaban de conocer, por muy atractiva o excitante esa persona sea.

La ‘demisexualidad’ es un neologismo acuñado por la AVEN (Asexual Visibility and Education Network), traducido en español como ‘Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad’, una organización fundada en el año 2001 que defiende los derechos de las personas consideradas como ‘asexuales’ (que no sienten atracción sexual por ningún sexo) y aunque a los demisexuales no se les puede considerar como asexuales es un proyecto en el que pueden encontrarse representados.

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘beber los vientos’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘beber los vientos’?Es habitual escuchar expresiones del tipo: Fulano bebe los vientos por menganita’ para referirse a una persona que está perdidamente enamorada de otra e incluso para señalar cuando alguien quiere conseguir algo material con ansia (‘Zutano bebe los vientos por comprarse una moto’).

El origen de la expresión ‘beber los vientos’ lo encontramos varios siglos atrás (hay constancia escrita del siglo XVII en el ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas) como clara referencia a los perros de caza que se utilizan en las monterías (caza mayor) y también en la caza menor.

Estos canes, conocidos como perros venteadores, al olfatear el aire para saber dónde se encuentra la presa lo hacen como si se lo estuvieran bebiendo, entrando en un estado de excitación al detectarla y provocando en el animal un ansia por darle caza, de ahí la estrecha relación entre el gesto de parecer que está bebiéndose el viento y el deseo/empeño por conseguir algo o a alguien.

Cabe destacar que en el citado ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas la expresión aparece originalmente como ‘Beber los vientos y los elementos’ dándole la siguiente explicación:

«Dícese de un enamorado: «bebe los vientos por fulana», y del que anda en pretensión que mucho desea

 

Fuentes de consulta: ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas / Google books / tiempo.com
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