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¿Por qué el término ‘untar’ es sinónimo de sobornar a alguien?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan por qué el término ‘untar’ es sinónimo de sobornar a alguien.

¿Por qué el término ‘untar’ es sinónimo de sobornar a alguien?

Se conoce como ‘untar’ al acto de aplicar y extender un elemento (normalmente pringoso) por una superficie, como poner mantequilla en una rebanada o tostada de pan, administrar y embadurnar de crema el cuerpo (por ejemplo la antisolar) o engrasar algún tipo de pieza o mecanismo.

Es precisamente esta última acción la que dio origen a que se conociera como ‘untar’ también al acto de sobornar a una persona (‘Untar a alguien’), comprando (en forma de regalos materiales o económicos) su favor o complicidad en algún asunto.

Frecuentes son el uso de expresiones del tipo ‘Han untado al juez’ o ‘El árbitro del partido ha sido untado’ para indicar uno de eso actos de corrupción y cohecho.

El hecho de aplicar (untar) algún tipo de aceite o grasa a una máquina, engranaje, bisagras o cerraduras, con intención de que funcionasen suavemente, sin hacer ruido ni resistencia, dio pie a la analogía que dar a alguien algún tipo de dádiva para que, secretamente, prestara sus favores en algún asunto de su competencia y que beneficiaba al untador.

Cabe destacar que dicha analogía del término untar con el acto de corromper no es de reciente creación, encontrando que en el Diccionario de Autoridades de 1739 ya aparecía recogido, dándole la siguiente acepción: ‘Metaphoricamente vale corromper, ò sobornar con dones, ù dinero, especialmente à los Ministros, y Jueces. Dicese freqüentemente Untar las manos’. En esa misma publicación académica también se recoge la expresión ‘Untar el carro’ (muy común en la época) dándole el significado de ‘Phrase metaphórica, que vale ofrecer, ù dar dinéro, ù otros dones, para facilitar la prosecución de algun negocio, que estaba detenido, ù parado’.

Incluso en el capítulo 22 de la primera parte de El Quijote (1605) aparece la frase: […]Dígolo porque si a su tiempo tuviera yo esos veinte ducados que vuestra merced ahora me ofrece, hubiera untado con ellos la péndola del escribano […]

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El curioso origen etimológico del término ‘acaparar’

Llamamos acaparador a aquel individuo que egoístamente (o por algún tipo de beneficio) hace acopio de la mayor parte (e incluso todo) de alguna cosa (por ejemplo adquirir compulsivamente un gran número de productos que están rebajados de precio).

El curioso origen etimológico del término ‘acaparar’

Etimológicamente el término acaparar nos llegó al castellano desde el francés ‘accaparer’ cuyo significado literal era ‘comprar dejando arras’. Y es que al idioma galo llegó desde el italiano ‘accaparrare’ (asegurar un contrato dejando arras).

Existe constancia de que dicho vocablo ya era utilizado en el siglo XVI (aunque no se incorporó al diccionario en España hasta tres siglos después) y en su origen se usaba para señalar a aquel comerciante que apalabraba la adquisición de una mercancía dejando una paga y señal: las arras (además de ser las monedas que se entregan los desposados durante la ceremonia del matrimonio, también se refiere a la señal entregada como garantía en algún contrato mercantil).

El hecho de depositar esas arras como garantía con el fin de que el vendedor dejase dicha mercancía reservada, imposibilitaba ser adquirida por otros posibles compradores interesados, por lo que, con el tiempo, el término ‘acaparar’ empezó a adquirir la connotación negativa que suele darse al vocablo.

 

 

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Fuente de la imagen: davef3138 (Flickr)