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La curiosa historia de Violet Jessop, la camarera que sobrevivió a tres accidentes marítimos

La curiosa historia de Violet Jessop, la camarera que sobrevivió a tres accidentes marítimos El hundimiento del Titanic es sin lugar a dudas el accidente marítimo más célebre (aunque no el que más víctimas mortales tuvo). Se ha escrito mucho sobre él y, gracias a la película rodada por James Cameron en 1997, volvió a estar muy de actualidad.

A lo largo de la Historia muchos son los barcos (de distintos tamaños e importancia) que han sufrido algún accidente y entre todos los curiosos relatos que hay sobresale uno protagonizado por Violet Jessop, una joven de ascendencia irlandesa, aunque nacida en Argentina, que sobrevivió a tres accidentes marítimos en un periodo de cinco años (entre 1911 y 1916).

Violet entró a trabajar como camarera para la compañía naviera White Star Line. Su primer destino fue en 1910 en el buque Olympic donde desempeñó su trabajo durante varios meses hasta que el barco colisionó con el HMS Hawke, un buque de la Royal Navy, el 20 de septiembre de 1911. Aunque los daños fueron cuantiosos no se tuvo que lamentar ninguna víctima mortal.

La compañía naviera la reubicó en otros barcos hasta que el 10 de abril de 1912 estrenó su gran trasatlántico Titanic y la mandó a trabajar en el viaje inaugural. Como bien es sabido, la madrugada del 14 al 15 de abril el barco colisionó con un iceberg y naufragó, causando la muerte de un total de 1.514 personas. Violet nuevamente salió sana y salva de esa catástrofe.

Pero el destino le guardaba otro incidente naviero más. Tras esas dos traumáticas experiencias la compañía naviera decidió mantenerla durante un tiempo realizando trabajos que no fueran a bordo de un barco, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial obligó que todo aquel personal que pudiese ser útil en los buques (que habían sido transformados muchos de ellos en barcos de guerra u hospitales flotantes) debía de embarcar y colaborar con su país. Así es como Violet formo parte nuevamente de la tripulación de un barco, en este caso el Britannic, donde realizo tareas de enfermera, hasta que el 21 de noviembre de 1916 el buque chocó con una mina en el Mar Egeo, causando daños de consideración y falleciendo 29 personas.

La joven volvió a salvar su vida por tercera vez consecutiva. Violet siguió trabajando en diferentes barcos y navieras hasta que se jubiló en 1950, pero afortunadamente jamás volvió a sufrir ningún accidente marítimo.

 

 

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¿Cuál es el origen de bautizar un barco estrellando una botella de champán?

¿Cuál es el origen de bautizar un barco estrellando una botella de champán?

Desde la antigüedad siempre se ha hecho algún tipo de ceremonia a la hora de inaugurar un barco y echarlo a navegar (lo que comúnmente se conoce como ‘hacer la botadura’).

Desde sacrificios de animales, pasando por grandes festines y celebraciones en honor a sus deidades fueron las formas en que civilizaciones como la romana, griega o egipcia (entre otras) realizaban los bautizos de sus embarcaciones.

Según fue avanzando el tiempo cada país, cultura o religión tenía su propia manera de hacerlo. Unos rociando de agua bendita por todo el barco, otros realizando una misa y había quien simplemente daba un discurso pomposo.

En la Edad Media se puso de moda el ‘apadrinar’ los barcos con una personalidad relevante que hacía un brindis desde la borda de la embarcación utilizando para ello una copa de oro y piedras preciosas incrustadas.

Parece ser que en el año 1610, a Enrique Estuardo (príncipe de Gales y heredero al trono de Inglaterra y Escocia) que por aquel entonces contaba con 16 años (falleció dos años después a causa de la fiebre tifoidea) no se le ocurrió otra cosa que, tras el brindis de inauguración de una embarcación, lanzar la valiosísima copa hacía la muchedumbre que allí se encontraba. Algo que causó furor y que en siguientes ocasiones siguió haciéndose en otras botaduras (aquel que la atrapaba se quedaba con ella, algo que hizo que cada vez que se bautizaba un navío fuese un acto multitudinario).

Pero llegó un momento, a finales del siglo XVII, en el que el ritmo de construcción de barcos en Inglaterra era tan alto que no salía a cuenta el hecho de lanzar la copa (además de provocar numerosas peleas por ser quien la atrapaba), por lo que se volvió a la tradición de realizar simplemente un brindis.

La primera constancia que existe de la utilización de una botella y que ésta se rompiera sobre el casco de la embarcación en el momento del bautizo es del 21 de octubre de 1797 durante la botadura del USS Constitution (una de las primeras fragatas de la Armada de los Estados Unidos) en el puerto de Boston. Durante aquel acto, el capitán James Sever agarró una botella de vino de madeira y la estrelló contra el bauprés (el mástil horizontal colocado en la proa).

Parece ser que de aquí surgió el romper una botella de algún tipo de licor (lo más común vino o whisky). Este ritual se fue extendiendo por otros países, adoptando esta tradición.

Durante mucho tiempo la forma de romper la botella era agarrándola por el cuello (boca abajo) y golpear contra el casco. Pero hubo más de una ocasión en el que quienes apadrinaban los barcos eran niños o niñas de corta edad, adolescentes o mujeres que no tenían fuerza suficiente para lograr romper de un golpe la botella, por lo que se optó por atarla a una cinta (que salía de uno de los mástiles) y desde cierta distancia y cogiendo impulso se lanzaban contra la embarcación.

No fue hasta bien entrado el siglo XIX que no comenzó a usarse la tradicional botella de champán. Fue a partir del momento en el que esta bebida espumosa se había hecho muy popular entre las clases altas y el hecho de usar esta bebida para los actos de botadura le confería un aire aristocrático, además de glamuroso.

Desde entonces la mayoría de actos en los que se ha bautizado una nueva embarcación se ha realizado con champán (o cava en nuestro país).

Eso sí, en algunas ocasiones se han utilizado otro tipo de bebidas (sobre todo en aquellos lugares en los que se destilaba) como es el caso que tuvo lugar el 4 de julio de 2014 y en el que la reina Isabel II inauguró el portaaviones ‘HMS Queen Elizabeth’ y para la ocasión estrelló una botella de whisky escoces que se destilaba en la misma población en la que se realizó dicha botadura.

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Las mujeres y los niños primero!’?

¿Cuál es el origen de la expresión '¡Las mujeres y los niños primero!'?

Estamos acostumbrados a escuchar la expresión ¡Las mujeres y los niños primero! y de forma coloquial rápidamente la relacionamos con el hundimiento de algún barco.

El origen de dicha frase parece ser que bien pudo surgir realmente en un hundimiento, más concretamente del HMS Birkenhead, un buque de la Royal Navy Británica construido en 1845.

La madrugada del 26 de febrero de 1852, mientras navegaba frente a las costas de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) chocó contra unas rocas, lo que hizo que comenzase a hundirse. El barco transportaba a 490 soldados del 73º Regimiento de Infantería Británica, 25 mujeres, 31 niños y los 134 componentes de la tripulación. En el momento de la evacuación del buque, el Teniente Coronel Alexander Seton, al mando de la embarcación, ordenó que los primeros en abandonar y ocupar los dos únicos botes salvavidas de los que disponían debían de ser las mujeres y los niños.
Solo hubo193 supervivientes.

Ningún historiador se ha negado a reconocer que ese es el más que posiblemente verdadero origen de la archifamosa frase, pero el primer uso de la frase precisa no fue hasta 1860 cuando el escritor WD O’Connor la utilizó en su novela “Harrington”.


 

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