Alfred López 26 de agosto de 2020
Conocemos como ‘simposio’ al congreso, asamblea o reunión en el que un número indeterminado de expertos (de una misma o varias disciplinas) debaten sobre algún tema, aclarando dudas y preguntas del público asistente.
El término fue recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1992 con la acepción ‘Conferencia o reunión en que se examina y discute determinado tema’, que sigue manteniéndose en la actualidad.
Etimológicamente es un vocablo que proviene del griego ‘sympósion’ y cuyo significado era ‘festín’ o ‘banquete’, debido a que originalmente se denominaba de ese modo a la reunión que se realizaba para beber, comer y pasar una velada distendida.
Muchos de esos festines gastronómicos y etílicos acababan con largas e interesantes conversaciones entre los presentes sobre temas de suma importancia (política, filosofía…), que convirtió a ese tipo de reuniones en un lugar en el que grandes expertos de las artes y la filosofía debatían mientras eran escuchados por sus discípulos, propiciando que el término ‘simposio’ acabase denominando a aquella parte final del festín (el de las conversaciones) y no a todo el convite o festejo en si.
También cabe destacar la obra que el famoso filósofo Platón publicó en el siglo IV a.C. y que conocemos como ‘El banquete’ (‘Sympósion’ se tituló originalmente) y que versa en una cena donde los comensales hablan de la vida y el amor distendidamente mientras comen, beben y se divierten. Este ‘diálogo platónico’ tuvo una enorme notoriedad y popularidad.
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Alfred López 03 de abril de 2020
El término ‘ágape’ es un modo culto y formal de hacer referencia a un tipo de banquete, festín o comida que se realiza con motivo de celebrar algún acontecimiento.
Pero esta acepción del término es relativamente moderna (no fue recogida por el diccionario de la RAE hasta su edición de 1925).
Hasta entonces el vocablo servía para designar las reuniones que los primeros cristianos realizaban como fraternización entre ellos, donde se hablaba de Dios, se estrechaba lazos de cordialidad entre los miembros y se aprovechaba para hacer una comida comunitaria (aunque esto último no era el fin principal de esos encuentros, sino el religioso).
Etimológicamente, al castellano llegó desde el latín tardío ‘agăpe’ (amor, caridad, amistad, fraternidad) y a éste desde el griego ‘agápē’ (ἀγάπη), cuyo significado era ‘amor o afecto fraternal e incondicional’.
Pero originalmente no hacía referencia a un amor de pareja o personal, sino al que se siente por el prójimo, hacia la humanidad y siglos antes del Cristianismo ya hicieron referencia a ello los antiguos filósofos griegos.
Con el tiempo, el término ágape fue evolucionando y tras pasar por su significado de ‘Convite de caridad que tenían entre sí los primeros cristianos en sus asambleas, a fin de estrechar más y más la concordia y la unión entre los miembros de un mismo cuerpo’ ha acabado siendo utilizado, principalmente, para hacer referencia a un ‘banquete o comida para celebrar cualquier tipo de acontecimiento’.
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Alfred López 09 de septiembre de 2019
Décimo tercera entrega de la serie de post dedicados a traer a este blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que, posiblemente, conocías pero con otro nombre distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Orto: Posiblemente, si eres de procedencia sudamericana (más concretamente de Argentina) te haya venido a la mente la palabra ‘ano’; pero no, el ‘orto’ al que me refiero en esta entrada nada tiene que ver con la anatomía sino con la astronomía, ya que hace referencia a la salida o aparición del Sol u otro astro por el horizonte.
Hoploteca: Se refiere al museo donde se guarda o exhiben armas antiguas.
Búcaro: Es la jarra o vasija hecha de arcilla en la que antiguamente se servía o bebía el agua. Su etimología proviene precisamente de la arcilla rojiza utilizada para realizarlas.
Contrahuella: Es el plano vertical que vemos en cada uno de los peldaños de una escalera.
Trinquis: Forma coloquial de llamar al acto de dar un trago de vino o licor.
Confuerzo: Hace referencia a los banquetes fúnebres. Seguro que en más de una ocasión habéis visto en alguna película o serie (sobre todo estadounidense) que tras un entierro los dolientes se reúnen en una casa donde se sirve de comer y beber (e incluso cada asistente lleva alguna cosa). Esta costumbre ya era realizada en la antigüedad, tanto en las culturas egipcia, griega como romana e incluso podemos encontrar referencias a ello en la Península Ibérica en los siglos XVI y XVII.
Pluscafé: Es la copa de licor que suele tomarse en la sobremesa, tras el café.
Andel: Huella o surco que deja el paso de la rueda de un carro (u otro vehículo) por un terreno (campo).
Gavilancillo: Es la punta curvada o pico que tiene la hoja de la alcachofa
Mitón: Guante hecho de punto que deja los dedos al descubierto.
Dextrógiro: Que gira o da vueltas en el mismo sentido que las agujas del reloj.
Levógiro: Al revés que el término anterior. Que gira o da vueltas en el sentido contrario a las agujas del reloj.
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Alfred López 26 de septiembre de 2016
Séptima entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Escusón: Normalmente decimos que una moneda tiene ‘cara y cruz’ y se dice de esta manera porque antiguamente era común que en las mismas apareciera por un lado la cara del rey o emperador y por el reverso una cruz (normalmente cristiana). Pues bien, se le llama ‘escusón’ al reverso de la moneda cuando en ésta lo que aparece representado es un escudo.
Mador: Se conoce como ‘mador’ a aquella fina capa de humedad que en ocasiones cubre parte de nuestro cuerpo (proveniente por ejemplo del rocío de la noche), pero que no proviene de nuestras glándulas sudoríparas y por tanto no puede ser considerado como sudor.
Lanugo: El lanugo es el vello fino y casi imperceptible, parecido a la pelusilla, que cubre parte del cuerpo de los recién nacidos o que incluso algunas personas (ya adultas) tienen en algunas partes del cuerpo.
Beborrotear: Es el acto de ir bebiendo a pequeños sorbos y de manera continuada.
Vedija: Se le llama vedija a aquel mechón de pelo que está enredado y encrespado.
Lauto: Prácticamente en desuso, el término ‘lauto’ se ha utilizado durante mucho tiempo para referirse a alguien o algo que era ‘rico, espléndido, opulento’. Proviene de la palabra en latín ‘lautus’ que significaba ‘lavado’, en clara referencia a los baños (e higiene personal) que en la antigüedad solo podían ser privilegio de personas ricas.
Adiar: Fijar una fecha (día) para realizar cualquier asunto. Por ejemplo, quedar con antelación para verse con alguien en un día concreto.
Pegotear: Lo que hace el típico gorrón que se autoinvita a casa de los demás y siempre aparece justo a la hora de comer/cenar. A este tipo de personas se les suele llamar también ‘pegote’, debido a la acción de pegarse al prójimo con la intención de ser invitada o se le pague la consumición. Muy típico son aquellos que se presentan (sin haber sido invitados) a cualquier tipo de evento (por ejemplo una fiesta de cumpleaños, banquete de una boda…).
Escamondar: Se trata de la acción de limpiar algo a lo que se le quita lo superfluo o aquello que no le sirve, por ejemplo las ramas y hojas secas de un árbol.
Faetón: Un faetón es el carruaje de paseo, con cuatro ruedas, descubierto (aunque con una capota que se puede subir y bajar) y tirado por uno o dos caballos, muy típico en algunas ciudades con el que se pasea a los turistas.
Sangradura: Así es como se le llama a la parte del brazo que se encuentra opuesta al codo (la que queda hundida al doblarse). Se le denomina de ese modo porque es por donde se hace la incisión para extraer sangre (antiguamente las famosas ‘sangrías’ y en la actualidad donde se pincha la aguja para las donaciones o análisis).
Conticinio: Momento de silencio absoluto durante la noche, cuando todos duermen y no se escucha ni un solo sonido. Proviene del latín ‘conticinium’ el cual se utilizaba antiguamente para señalar el cese total de todos los sonidos debido a que era el momento de descansar.
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