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¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma se originó en los primeros siglos del cristianismo. Durante este tiempo, los devotos creían que el ayuno y la abstinencia eran una forma de prepararse para la celebración de la Pascua y de renovar su fe en Cristo. También se creía que dicho sacrificio eran una forma de mostrar solidaridad con los menos afortunados y de recordar las enseñanzas de Jesús sobre la humildad y la renuncia.

¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La Cuaresma es un periodo de seis semanas que comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos, aunque ya es tradicional alargarla hasta el Jueves Santo (por lo que duraría exactamente 44 días). Durante este tiempo, los fieles se preparan para la Semana Santa mediante el arrepentimiento, la reflexión y la penitencia.

El ayuno consistía en tomar a lo largo de toda la Cuaresma (exceptuando los domingos) una sola comida principal al día y estaban obligadas a hacerlo todas aquellas personas que hubiesen cumplido los siete años (actualmente es a partir de los 14) hasta los 59. También quedaban exentos los enfermos y las parturientas.

Por su parte, la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne ningún viernes durante toda la duración de la Cuaresma.

Además, desde 1966, el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo eran los días en el que se debía practicar conjuntamente el ayuno y la abstinencia.

A lo largo de los siglos, la práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma ha evolucionado y ha sido objeto de debate y revisión por parte de la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas.

 

No te pierdas el episodio 9 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» que hemos dedicado a un buen puñado de curiosidades relacionadas con la Semana Santa

 

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El curioso origen del término ‘desayuno’

Conocemos como desayuno a la primera comida del día que se ingiere (normalmente recién levantados por la mañana) y que, tal y como indica el diccionario de la RAE, el término proviene de ‘desayunar’, vocablo compuesto por el prefijo latino ‘des-‘ (quitar, separar, negación) y el verbo ‘ayunar’ (abstenerse de ingerir algún alimento), por lo que su significado literal sería ‘deshacer el ayuno’.

El curioso origen del término ‘desayuno’

Y es que el acto de desayunar rompe con el ayuno que se ha realizado durante la noche (desde que se tomó la cena o último alimento del día anterior).

Cada época y cultura ha tenido una costumbre diferente respecto a ese primer alimento del día, encontrándonos que muchas eran las civilizaciones en las que no se ingería ninguna comida hasta bien entrada la mañana y otras en las que se hacía nada más despertarse, con el fin de coger energía para la jornada de trabajo.

Curiosamente, durante la Edad Media, en los países con una mayor presencia del catolicismo, no era una costumbre bien vista el hecho de desayunar, debido a que, según la tradición religiosa, no se debía ingerir alimento alguno hasta haber acudido a la primera misa del día.

Incluso podemos encontrar algunos escritos medievales (entre ellos del religioso italiano Tomás de Aquino) en los que se indicaba que el ingerir algún alimento, antes de los oficios diurnos (conocidos como ‘laudes’), era considerado como un pecado (concretamente lo relacionaban con la ‘gula’, el quinto de los denominados ‘Siete pecados capitales’) ya que se estaba comiendo sin haber realizado ninguna actividad importante.

Eso sí, se permitían a ciertos grupos de la sociedad a saltarse el ayuno matinal (o sea, a desayunar) y estos eran las personas enfermas, ancianos, mujeres embarazadas, niños pequeños y aquellos trabajadores que, por su empleo, necesitaban un aporte de energía por las mañanas.

 

 

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Algunas curiosas y conocidas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Media docena de curiosas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Nuestro lenguaje cotidiano está lleno de frases hechas que las utilizamos comúnmente para referirnos a innumerables situaciones.

Las hay de todo tipo: relacionadas con la meteorología, la agricultura, los distintos oficios, el santoral, de hechos históricos, religiosos… y es que de estos últimos hay un buen puñado que están relacionados (directa o indirectamente) con la Semana Santa. Aquí tenéis algunas:

 

‘Estar pasando un calvario’

Proviene del monte en el que fue crucificado Jesús, llamado Monte Calvario (calvarium en latín quiere decir calavera) ya que en aquel lugar era donde se amontonaban las calaveras de todos aquellos condenados que habían sido ejecutados.

En referencia al sufrimiento de Jesús en la cruz, se utiliza la expresión ‘estar pasando un calvario’ para referirse a las penurias y desgracias por las que atraviesa una persona.

 

‘Hacer una barrabasada’

La expresión tiene relación con Barrabás, un personaje que, según los evangelios, estaba preso a la espera de ser ejecutado en la cruz. Cuando Jesús fue apresado, Poncio Pilatos (jefe militar de la provincia romana de Judea) dio a elegir a la multitud a quién querían que indultase y la multitud eligió a Barrabás, por lo que Jesús acabó crucificado.

De esa toma de decisión desacertada surgió el término ‘barrabasada’ como  aquel acto que provoca un gran daño o perjuicio.

 

‘Ser un tonto de capirote’

El capirote es el gorro en forma de cucurucho invertido que portan sobre la cabeza los nazarenos.

Antes de ser usado por  los penitentes que desfilan en las procesiones de Semana Santa, el capirote lo utilizó la Santa Inquisición para colocárselo (a modo de escarnio público) en la cabeza a todo aquel al que acusaba de algún delito, pecado o herejía. Esto provocaba que el ‘populacho’ hiciera burla del reo, llamándole entro otras cosas ‘tonto’.

Durante las primeras procesiones religiosas (en la Edad Media) era muy común que algunos de los penitentes que en ellas desfilaban fuesen los presos mencionados en el párrafo anterior, quienes, arrepentidos de sus actos, querían arrepentirse de sus pecados, motivo por el que se incorporó esta pieza a este recorrido religioso.

 

‘No ser nada del otro jueves’

La tradición católica marcaba que durante la Cuaresma y Semana Santa, los viernes debía llevarse a cabo lo que es conocido como ‘abstinencia’ y que consistía en no poder comer carne y ciertos alimentos durante esa jornada. Eso llevó a que, aquellos que se lo podían permitir, el día anterior (el jueves) comieran opíparamente.

Esto era muy común en el Jueves Santo, ya que al día siguiente no solo debía realizarse la abstinencia sino que también se tenía que hacer ayuno de cualquier alimento (estar todo el Viernes Santo sin comer, a excepción de pequeñas porciones de dulces que le aportaran energía.

Pero no todos los jueves podían realizarse un banquete de exquisiteces, habiendo algunos jueves en el que el menú no era mucho más abundante o sabroso que otros. De ahí que surgiera la expresión ‘No ser nada del otro jueves’, al no haber diferencia entre uno y otro día.

 

‘Llorar como una Magdalena’

Algunas personas erróneamente pronuncian esta expresión diciendo ‘llorar como una madalena’, pero no, nada tiene que ver ese pequeño y redondeado bollo de repostería con la expresión original.

La Magdalena a la que se refiere el dicho es ‘María Magdalena’, personaje bíblico salvada por Jesús de ser lapidada cuando la acusaron de adultera (según el evangelio de Juan) y que estuvo presente durante la crucifixión, llorando amargamente la muerte del Mesías.

Este hecho es el que dio origen a la expresión para referirse a aquella persona que llora mucho y desconsoladamente.

 

 

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Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

A pesar de que España es un país aconfesional (laico prefieren decir algunos), la Semana Santa sigue siendo uno de los eventos más importantes que se celebran en toda la geografía y en el que, a pesar del carácter profundamente religioso de la celebración, aglutina a millones de personas que se sienten atraídas por los actos que se realizan a lo largo de esos días, siendo los más populares las procesiones.

Evidentemente, cada vez más son las personas que ven en estos días una excusa perfecta para descansar e irse de vacaciones sin tener apego alguno a la religiosidad de la fecha.

Pero la Semana Santa y toda su liturgia está llena de actos y términos que en muchas ocasiones su significado es ajeno a muchas personas que no conocen la terminología, por este motivo en este post os traigo un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabíais su significado:

La Cuaresma es el periodo de ‘cuarenta días’ que preceden a la Semana Santa. Abarca desde el Miércoles de Ceniza (último día de Carnaval) hasta el Jueves Santo. El origen etimológico de Cuaresma es el término en latín ‘quadragésima’ cuyo significado es ‘cuadragésimo día’.

Otro término muy utilizado en Semana Santa es Pascua. Este vocablo, tras evolucionar y pasar por varios idiomas (latín, griego y hebreo), fue acuñado para referirse al final del periodo de ayuno que se realiza durante la Cuaresma. Se celebra a partir del Domingo de Resurrección y marca el final de la Semana Santa (de ahí que el resto de días lleven acompañados la palabra ‘Santo’ –Jueves Santo, Viernes Santo…- y a partir de ahí se le adjunte la palabra ‘Pascua’ –Domingo de Pascua, Lunes de Pascua…)

Pero sin lugar a dudas, tal y como os indicaba en el primer párrafo de este post, uno de los actos más populares y que aglutina a más personas son las ‘procesiones’. El nombre a esa marcha o desfile religioso en el que participan numerosas personas proviene del término en latín ‘procedere’ cuyo significado es ‘marchar/andar hacia adelante’.

En cualquier procesión hay una serie de actos que tienen su nombre específico: ‘Cruz de guía’: es la cruz que encabeza la marcha. El ‘encuentro’: el Domingo de Resurrección salen distintas procesiones, unas portan un Cristo y otras una Virgen, van recorriendo diferentes calles hasta que en un punto se encuentran ambas imágenes. Una ‘imagen’ es una estatua, efigie o pintura de una divinidad o de un personaje sagrado.

Los ‘pasos’ son diferentes imágenes que son sacadas en procesión y que escenifican y representan diferentes momentos de los últimos días de Cristo y su resurrección.

Varios términos relacionados con los pasos y sus significados son:

  • Andas: Tablero sujeto con dos varas paralelas horizontales sobre el que se ponen las imágenes que se sacan en procesión.
  • Baquetón: Moldura que se sitúa encima de la parihuela.
  • Candelabro de guardabrisas: Candelero de varios brazos con tulipas para proteger las velas del aire y evitar que se apaguen.
  • Faldón: Tela de terciopelo con la que se cubre la parihuela del paso.
  • Gloria: Medallón que suele llevar el palio en la cara inferior, en el que se representa al Espíritu Santo o a la Inmaculada Concepción.
  • Hachón: Cada uno de los cuatro cirios que, por regla general, están situados en las esquinas del paso.
  • Llamador o martillo: Aldaba de metal situada en la parte delantera de los pasos, tallada habitualmente con formas que representan algún motivo simbólico y religioso. El capataz lo utiliza para dar algunas de las órdenes a los costaleros.
  • Palio: Especie de dosel colocado sobre cuatro o más varas largas, bajo el cual se lleva procesionalmente el Santísimo Sacramento, o una imagen.
  • Parihuela: Estructura (de hierro o madera) sobre la que se dispone el resto de los elementos que componen el paso y que se cubre con los faldones.
  • Respiradero: Celosía que rodea el paso para que los costaleros puedan respirar.
  • Trabajaderas: Listones de madera bajo los que se colocan los costaleros para levantar el paso.
  • Simpecado: Insignia que en las procesiones sevillanas abre marcha en la sección de cofradías de la Virgen, y que ostenta el lema sine labe concepta. El nombre procede de la expresión sin pecado concebida, fórmula religiosa que hace referencia a la inmaculada concepción de la Virgen María.

Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

Algunos términos relacionados con las personas y sus vestimentas que forman parte en las procesiones y sus significados son:

  • Aspado: Término que se aplica a quien por penitencia (sobre todo la que se hacía en Semana Santa) llevaba los brazos extendidos en forma de cruz, atados por la espalda a una barra de hierro, espada, madero o algo similar. Esta costumbre se ha conservado en algunas localidades donde estas personas reciben el nombre de empalaos.
  • Azotado: disciplinante.
  • Camarera: Mujer que se encarga de cuidar el altar y las imágenes, y de vestir la imagen con el hábito y el manto con el que desfilará. Suelen acompañar a la virgen, a veces con mantilla y peineta.
  • Capataz: Jefe de los costaleros y el que los guía en la procesión.
  • Capirote: Cucurucho de cartón o rejilla que se cubre con el capuchón.
  • Capuchón: Tela con la que se cubren la cabeza, que deja al descubierto solo los ojos.
  • Cíngulo: Cordón con una borla a cada extremo que se ata a la cintura para ceñirse la túnica.
  • Cargador, costalero, hermano de carga o portador: Persona que lleva el paso cargándolo sobre el costal o sobre las cervicales, protegidas por una almohadilla denominada costal. También se le conoce como cargador, portador o hermano de carga.
  • Cofrade, nazareno o penitente: Miembro de una cofradía; también recibe el nombre de nazareno y penitente.
  • Cofradía: Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad. La archicofradía es la cofradía más antigua o que tiene mayores privilegios que otras.
  • Contraguía: Ayudante del capataz; suele haber más de uno y se sitúan en las esquinas traseras o en los laterales del paso.
  • Disciplinante o flagelante: Persona que se disciplina en las procesiones de Semana Santa, es decir, que se flagela la espalda como penitencia. También recibe el nombre de azotado o flagelante. Antes se los denominaba disciplinantes de sangre para diferenciarlos de los disciplinantes de luz, que eran los que alumbraban con hachas y cirios a los que se disciplinaban.
  • Escapulario: Dos trozos de tela o cartón unidos por dos cintas largas, en los que se puede encontrar el escudo de la hermandad y una imagen. Se cuelga del cuello y las piezas quedan una sobre el pecho y la otra en la espalda.
  • Manolas: Nombre que reciben en algunos lugares las mujeres que visten de negro, con mantilla y peineta; en las procesiones del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo la mantilla y la peineta son negras, mientras que el Domingo de Resurrección suelen ser blancas.

 

 

Lee y descubre en este blog más curiosidades relacionadas con la Semana Santa

 

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Fuentes de consulta: profesoresdeele / fundeu (pdf) / etimologias.dechile / Diccionario de la RAE
Fuentes de las imágenes: garrellmillhouse (Flickr)pixabay

¿Cuál es el origen de la expresión ‘el truco del almendruco’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘el truco del almendruco’?Días atrás, a través de un mensaje DM de twitter, mi compañero y amigo Juan Revenga (*) me preguntó sobre el origen de la expresión ‘el truco del almendruco’.

Casualmente este es un tema que había estado investigando tiempo atrás y que dejé aparcado a la espera de encontrar la ocasión para publicarlo. La consulta del amigo Juan me brinda dicha oportunidad para hablar del tema.

Cabe destacar que, en realidad, el origen de la expresión queda algo confuso y no hay datos que den una fiabilidad al 100% sobre la procedencia de este dicho. Tras realizar una exhaustiva búsqueda y consultar a varios amigos historiadores y expertos en orígenes etimológicos a continuación os presento la conclusión a la que he llegado.

Como bien sabréis, se suele utilizar la expresión ‘el truco del almendruco’ para referirse al método simple y fácil de llegar a la resolución de algún problema (por ejemplo: ‘mi truco del almendruco para que no se me corte la mayonesa es añadirle unas gotas de agua caliente’).

El almendruco es el fruto del almendro cuando todavía está verde y tierno (inmaduro) y que acabará convirtiéndose en la rica y muy saludable almendra.

Y es precisamente el motivo de ese punto de inmadurez de la almendra (cuando todavía es un almendruco) lo que nos da la pista del que podría ser el origen: famosa es la leche de almendras que se elabora de una manera sencilla tras dejar las almendras en remojo con agua unas cuantas horas (con el fin de que se ablanden) y posteriormente pasarlas por una licuadora hasta encontrar el punto líquido que la convierte en leche.

La leche de almendras ya era conocida durante la Edad Media y muy utilizada para elaborar un buen número de platos culinarios (sobre todo postres y dulces). La época en la que más se echaba mano de ese tipo de leche era durante la ‘Cuaresma’,  días del obligado cumplimiento de los actos de penitencia y sacrificio conocidos como ‘ayuno’ y ‘abstinencia’ y  en los que se consumían dulces (como aporte energético) procurando que no fuesen de origen animal (en este caso la leche de almendras).

Pero por aquel entonces su elaboración no era tan rápida y sencilla como lo es hoy en día, por lo que un buen ‘truco’ para quitarle dificultad a la hora de elaborarla era utilizando las almendras cuando todavía no estaban maduras (almendrucos), esto hacía que la leche resultante fuese algo amarga pero se solucionaba fácilmente añadiéndole un poco de miel.

Así pues, todo parece indicar que esa pequeña trampa a la hora de elaborar la leche de almendras es la que dio origen y fue conocido como ‘truco del almendruco’, aunque podemos encontrarnos que hay quien apunta la posibilidad de que también podría tratarse de un rico dulce de origen mediterráneo, llamado ‘almendruco’ y en el que se realiza una pasta, parecida al turrón de Jijona, con almendra, clara de huevo, azúcar y miel y con la que se elabora unas pequeñas piezas que emulan a una almendra, siendo recubiertas por una oblea crujiente que hace la función de cáscara.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

(*)Juan Revenga (@juan_revenga) es autor del fantástico blog ‘El nutricionista de la general’  del que ya os hablé en un post tiempo atrás y del muy recomendado libro ‘Con las manos en la mesa’.

 

 

Fuente de la imagen: jeltovski (morguefile)

¿Por qué durante la Cuaresma y Semana Santa se comen tantos dulces?

¿Por qué en Semana Santa se comen tantos dulces?

Durante los días de Semana Santa es muy típico el consumo de diferentes dulces de nuestra variadísima gastronomía. Quizás el dulce más famoso de estas fechas son las ‘torrijas’, de las que se tiene constancia que ya se realizaban durante la Edad Media y su nombre proviene de la palabra torrar y ésta del latín torrēre, que significa tostar.

Si recorriésemos la península de un extremo al otro, podríamos comprobar cómo en cada provincia nos encontramos con diferentes dulces que se realizan durante estas fechas (torrijas, buñuelos de Cuaresma, arroz con leche, pestiños…) todos de un gran aporte calórico.

Pero el consumo masivo de dulces durante estos días no era algo específico y exclusivo de la Semana Santa sino de la Cuaresma (el periodo de cuarenta días que van desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos) en el que siglos atrás era de obligado cumplimiento realizar durante el mismo los actos de sacrificio y penitencia conocidos como  ‘ayuno’ y ‘abstinencia’.

El ayuno consistía en tomar a lo largo de toda la Cuaresma (exceptuando los domingos) una sola comida principal al día y estaban obligadas a hacerlo todas aquellas personas que hubiesen cumplido los siete años (actualmente es a partir de los 14) hasta los 59. También quedaban exentos los enfermos y las parturientas.

Por su parte, la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne ningún viernes durante toda la duración de la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza y Viernes Santo eran los días en el que se debía practicar conjuntamente el ayuno y la abstinencia.

Durante esos días sí que se permitía ingerir algunas pequeñas porciones de alimentos que estuvieran elaborados con huevos, leche (que solía ser de almendras, para así no tener origen animal), harina o miel, y se hacía como aporte energético, sobre todo para aquellos trabajadores que debían soportar unas largas jornadas laborales (que por entonces duraban de sol a sol) con una sola comida principal en el cuerpo.

Cabe destacar que, durante las últimas décadas, las propias Diócesis y Conferencias Episcopales de los diferentes países han ido flexibilizando las normas que marcaban el ayuno y la abstinencia que debía realizarse.

Hoy en día, a pesar de que las personas que realizan dicho sacrificio y penitencia son una minoría (en comparación a antaño) y no se necesita ese aporte extra de energía y/o calorías para aguantar todo el día sin comer, la costumbre de preparar los ricos dulces caseros se ha convertido en una característica tradición de la Semana Santa.

 

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