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Origen y significado de la Cuaresma

La Cuaresma es el período de cuarenta días antes de Semana Santa (entre el Miércoles de Ceniza y el Domingo de Ramos), el cual se origina como una tradición cristiana, remontándose a los primeros siglos, cuando los cristianos realizaban un tiempo de ayuno y penitencia en preparación para la celebración de la Resurrección de Jesús.

Origen y significado de la Cuaresma

El término ‘Cuaresma’ proviene del latín tardio quadragesĭma, que significa ‘cuadragésimo’, refiriéndose a los cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto, según los Evangelios sinópticos (Mateo 4:1-11, Marcos 1:12-13, Lucas 4:1-13). Durante este tiempo, Jesús ayunó y se preparó espiritualmente para su ministerio público. Además, evoca los cuarenta años que los israelitas vagaron en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida y fue establecido formalmente en el Concilio de Nicea I en el año 325 d.C.

La Cuaresma invita a los fieles a practicar la penitencia, el ayuno y la oración intensificada como una forma de renovar su relación con Dios y de arrepentirse de los pecados, siendo un período de purificación espiritual y de preparación para la celebración de la Resurrección de Cristo.

 

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¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma se originó en los primeros siglos del cristianismo. Durante este tiempo, los devotos creían que el ayuno y la abstinencia eran una forma de prepararse para la celebración de la Pascua y de renovar su fe en Cristo. También se creía que dicho sacrificio eran una forma de mostrar solidaridad con los menos afortunados y de recordar las enseñanzas de Jesús sobre la humildad y la renuncia.

¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La Cuaresma es un periodo de seis semanas que comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos, aunque ya es tradicional alargarla hasta el Jueves Santo (por lo que duraría exactamente 44 días). Durante este tiempo, los fieles se preparan para la Semana Santa mediante el arrepentimiento, la reflexión y la penitencia.

El ayuno consistía en tomar a lo largo de toda la Cuaresma (exceptuando los domingos) una sola comida principal al día y estaban obligadas a hacerlo todas aquellas personas que hubiesen cumplido los siete años (actualmente es a partir de los 14) hasta los 59. También quedaban exentos los enfermos y las parturientas.

Por su parte, la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne ningún viernes durante toda la duración de la Cuaresma.

Además, desde 1966, el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo eran los días en el que se debía practicar conjuntamente el ayuno y la abstinencia.

A lo largo de los siglos, la práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma ha evolucionado y ha sido objeto de debate y revisión por parte de la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas.

 

No te pierdas el episodio 9 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» que hemos dedicado a un buen puñado de curiosidades relacionadas con la Semana Santa

 

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Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

A pesar de que España es un país aconfesional (laico prefieren decir algunos), la Semana Santa sigue siendo uno de los eventos más importantes que se celebran en toda la geografía y en el que, a pesar del carácter profundamente religioso de la celebración, aglutina a millones de personas que se sienten atraídas por los actos que se realizan a lo largo de esos días, siendo los más populares las procesiones.

Evidentemente, cada vez más son las personas que ven en estos días una excusa perfecta para descansar e irse de vacaciones sin tener apego alguno a la religiosidad de la fecha.

Pero la Semana Santa y toda su liturgia está llena de actos y términos que en muchas ocasiones su significado es ajeno a muchas personas que no conocen la terminología, por este motivo en este post os traigo un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabíais su significado:

La Cuaresma es el periodo de ‘cuarenta días’ que preceden a la Semana Santa. Abarca desde el Miércoles de Ceniza (último día de Carnaval) hasta el Jueves Santo. El origen etimológico de Cuaresma es el término en latín ‘quadragésima’ cuyo significado es ‘cuadragésimo día’.

Otro término muy utilizado en Semana Santa es Pascua. Este vocablo, tras evolucionar y pasar por varios idiomas (latín, griego y hebreo), fue acuñado para referirse al final del periodo de ayuno que se realiza durante la Cuaresma. Se celebra a partir del Domingo de Resurrección y marca el final de la Semana Santa (de ahí que el resto de días lleven acompañados la palabra ‘Santo’ –Jueves Santo, Viernes Santo…- y a partir de ahí se le adjunte la palabra ‘Pascua’ –Domingo de Pascua, Lunes de Pascua…)

Pero sin lugar a dudas, tal y como os indicaba en el primer párrafo de este post, uno de los actos más populares y que aglutina a más personas son las ‘procesiones’. El nombre a esa marcha o desfile religioso en el que participan numerosas personas proviene del término en latín ‘procedere’ cuyo significado es ‘marchar/andar hacia adelante’.

En cualquier procesión hay una serie de actos que tienen su nombre específico: ‘Cruz de guía’: es la cruz que encabeza la marcha. El ‘encuentro’: el Domingo de Resurrección salen distintas procesiones, unas portan un Cristo y otras una Virgen, van recorriendo diferentes calles hasta que en un punto se encuentran ambas imágenes. Una ‘imagen’ es una estatua, efigie o pintura de una divinidad o de un personaje sagrado.

Los ‘pasos’ son diferentes imágenes que son sacadas en procesión y que escenifican y representan diferentes momentos de los últimos días de Cristo y su resurrección.

Varios términos relacionados con los pasos y sus significados son:

  • Andas: Tablero sujeto con dos varas paralelas horizontales sobre el que se ponen las imágenes que se sacan en procesión.
  • Baquetón: Moldura que se sitúa encima de la parihuela.
  • Candelabro de guardabrisas: Candelero de varios brazos con tulipas para proteger las velas del aire y evitar que se apaguen.
  • Faldón: Tela de terciopelo con la que se cubre la parihuela del paso.
  • Gloria: Medallón que suele llevar el palio en la cara inferior, en el que se representa al Espíritu Santo o a la Inmaculada Concepción.
  • Hachón: Cada uno de los cuatro cirios que, por regla general, están situados en las esquinas del paso.
  • Llamador o martillo: Aldaba de metal situada en la parte delantera de los pasos, tallada habitualmente con formas que representan algún motivo simbólico y religioso. El capataz lo utiliza para dar algunas de las órdenes a los costaleros.
  • Palio: Especie de dosel colocado sobre cuatro o más varas largas, bajo el cual se lleva procesionalmente el Santísimo Sacramento, o una imagen.
  • Parihuela: Estructura (de hierro o madera) sobre la que se dispone el resto de los elementos que componen el paso y que se cubre con los faldones.
  • Respiradero: Celosía que rodea el paso para que los costaleros puedan respirar.
  • Trabajaderas: Listones de madera bajo los que se colocan los costaleros para levantar el paso.
  • Simpecado: Insignia que en las procesiones sevillanas abre marcha en la sección de cofradías de la Virgen, y que ostenta el lema sine labe concepta. El nombre procede de la expresión sin pecado concebida, fórmula religiosa que hace referencia a la inmaculada concepción de la Virgen María.

Un puñado de palabras relacionadas con la Semana Santa y que quizás no sabías su significado

Algunos términos relacionados con las personas y sus vestimentas que forman parte en las procesiones y sus significados son:

  • Aspado: Término que se aplica a quien por penitencia (sobre todo la que se hacía en Semana Santa) llevaba los brazos extendidos en forma de cruz, atados por la espalda a una barra de hierro, espada, madero o algo similar. Esta costumbre se ha conservado en algunas localidades donde estas personas reciben el nombre de empalaos.
  • Azotado: disciplinante.
  • Camarera: Mujer que se encarga de cuidar el altar y las imágenes, y de vestir la imagen con el hábito y el manto con el que desfilará. Suelen acompañar a la virgen, a veces con mantilla y peineta.
  • Capataz: Jefe de los costaleros y el que los guía en la procesión.
  • Capirote: Cucurucho de cartón o rejilla que se cubre con el capuchón.
  • Capuchón: Tela con la que se cubren la cabeza, que deja al descubierto solo los ojos.
  • Cíngulo: Cordón con una borla a cada extremo que se ata a la cintura para ceñirse la túnica.
  • Cargador, costalero, hermano de carga o portador: Persona que lleva el paso cargándolo sobre el costal o sobre las cervicales, protegidas por una almohadilla denominada costal. También se le conoce como cargador, portador o hermano de carga.
  • Cofrade, nazareno o penitente: Miembro de una cofradía; también recibe el nombre de nazareno y penitente.
  • Cofradía: Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad. La archicofradía es la cofradía más antigua o que tiene mayores privilegios que otras.
  • Contraguía: Ayudante del capataz; suele haber más de uno y se sitúan en las esquinas traseras o en los laterales del paso.
  • Disciplinante o flagelante: Persona que se disciplina en las procesiones de Semana Santa, es decir, que se flagela la espalda como penitencia. También recibe el nombre de azotado o flagelante. Antes se los denominaba disciplinantes de sangre para diferenciarlos de los disciplinantes de luz, que eran los que alumbraban con hachas y cirios a los que se disciplinaban.
  • Escapulario: Dos trozos de tela o cartón unidos por dos cintas largas, en los que se puede encontrar el escudo de la hermandad y una imagen. Se cuelga del cuello y las piezas quedan una sobre el pecho y la otra en la espalda.
  • Manolas: Nombre que reciben en algunos lugares las mujeres que visten de negro, con mantilla y peineta; en las procesiones del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo la mantilla y la peineta son negras, mientras que el Domingo de Resurrección suelen ser blancas.

 

 

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Fuentes de consulta: profesoresdeele / fundeu (pdf) / etimologias.dechile / Diccionario de la RAE
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¿Por qué el carnaval cae cada año en una fecha distinta?

¿Por qué el carnaval cada año cae en una fecha distinta?

Existe una estrecha relación entre la fecha en la que cae la Semana Santa y los días en los que se celebrará el carnaval ese mismo año, aunque esta sea una fiesta pagana y se realice con anterioridad a la celebración religiosa. Conociendo cuándo es Semana Santa un año podremos saber qué día empieza el carnaval. Entre ambas fechas pasan exactamente cuarenta días, que es el periodo conocido popularmente como ‘Cuaresma’. Para saber por qué es así, voy a hacer un poco de historia…

El hecho de disfrazarse y celebrar una fiesta a lo largo de varios días, es una continuidad de los antiguos Saturnales, los festejos romanos que se realizaban en honor al Dios Saturno.

Fue a partir del siglo IV, durante la decadencia del Imperio Romano, cuando la iglesia católica tomó el control de la mayor parte de las celebraciones paganas que se realizaban, anulándolas y/o reconvirtiéndolas en fiestas religiosas (entre ellas las mencionadas Saturnales y las del ‘Sol Invictus’ del 25 de diciembre, las cuales reconvirtieron en lo que hoy en día conocemos como Navidad o incluso el Día de San Valentín). Con ello también vino el reubicar en el calendario otra de las grandes fiestas de la iglesia: la Semana Santa, como conmemoración de la ‘última cena’ celebrada por Jesucristo con sus apóstoles, su captura, crucifixión y resurrección, pero también otra celebración muy vinculada con los orígenes del cristianismo: la Pascua judía, que se celebraba el 14 de Nisán.

Para especificar la fecha el emperador romano Constantino el Grande estableció, en el primer Concilio de Nicea (año 325 d.C.),  una fórmula por la cual se determinaría cuándo caería la celebración de la Semana Santa y ésta sería siempre en el domingo siguiente a la primera luna llena tras la entrada de la primavera (Domingo de resurrección).

Se acordó que a la Semana Santa le precedería un espacio de cuarenta días (la Cuaresma) en los que, obligatoriamente, se debía realizar unos actos de sacrificio y penitencia, entre ellos el  ayuno y abstinencia. Este periodo comenzaba el Miércoles de ceniza, por lo que esta era la fecha límite (en los siguientes cuarenta días) para poder comer de todo, divertirse y celebrar cualquier tipo de festejo, motivo por el que se popularizó una celebración durante los tres días previos al inicio de la Cuaresma, trasladándose la fiesta y jolgorio de las Saturnales a esa fecha (para así no hacerla coincidir en diciembre con la Navidad). A esta celebración se le llamó carnaval cuya etimología proviene del término italiano  ‘carnevale’  y éste a su vez del latín ‘carnem levare’ cuyo significado es carnem (carne) y levare  (quitar): quitar la carne.

Esos tres días de fiesta y jolgorio (donde casi todo estaba permitido) dio lugar a ir disfrazado y taparse el rostro con el fin de salvaguardar el anonimato. Hoy en día, esta celebración se ha alargado una semana, comenzando en la mayoría de lugares el Jueves Lardero.

Así que ya sabéis, si queréis saber cuándo va a caer el carnaval simplemente tenéis que saber en qué fecha hay la primera luna llena tras la entrada de la primavera, iros al domingo siguiente y contar desde ahí y hacia atrás cuarenta y siete días en el calendario (los 7 de la Semana Santa más los 40 de la Cuaresma) ¿un poquito enrevesado, verdad?  Tranquilos, en el siguiente enlace podréis calcularlo automática e indefinidamente para cualquier año: CALCULADOR DE LAS FECHAS DE CARNAVAL, CUARESMA Y SEMANA SANTA.

 

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¿Por qué durante la Cuaresma y Semana Santa se comen tantos dulces?

¿Por qué en Semana Santa se comen tantos dulces?

Durante los días de Semana Santa es muy típico el consumo de diferentes dulces de nuestra variadísima gastronomía. Quizás el dulce más famoso de estas fechas son las ‘torrijas’, de las que se tiene constancia que ya se realizaban durante la Edad Media y su nombre proviene de la palabra torrar y ésta del latín torrēre, que significa tostar.

Si recorriésemos la península de un extremo al otro, podríamos comprobar cómo en cada provincia nos encontramos con diferentes dulces que se realizan durante estas fechas (torrijas, buñuelos de Cuaresma, arroz con leche, pestiños…) todos de un gran aporte calórico.

Pero el consumo masivo de dulces durante estos días no era algo específico y exclusivo de la Semana Santa sino de la Cuaresma (el periodo de cuarenta días que van desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos) en el que siglos atrás era de obligado cumplimiento realizar durante el mismo los actos de sacrificio y penitencia conocidos como  ‘ayuno’ y ‘abstinencia’.

El ayuno consistía en tomar a lo largo de toda la Cuaresma (exceptuando los domingos) una sola comida principal al día y estaban obligadas a hacerlo todas aquellas personas que hubiesen cumplido los siete años (actualmente es a partir de los 14) hasta los 59. También quedaban exentos los enfermos y las parturientas.

Por su parte, la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne ningún viernes durante toda la duración de la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza y Viernes Santo eran los días en el que se debía practicar conjuntamente el ayuno y la abstinencia.

Durante esos días sí que se permitía ingerir algunas pequeñas porciones de alimentos que estuvieran elaborados con huevos, leche (que solía ser de almendras, para así no tener origen animal), harina o miel, y se hacía como aporte energético, sobre todo para aquellos trabajadores que debían soportar unas largas jornadas laborales (que por entonces duraban de sol a sol) con una sola comida principal en el cuerpo.

Cabe destacar que, durante las últimas décadas, las propias Diócesis y Conferencias Episcopales de los diferentes países han ido flexibilizando las normas que marcaban el ayuno y la abstinencia que debía realizarse.

Hoy en día, a pesar de que las personas que realizan dicho sacrificio y penitencia son una minoría (en comparación a antaño) y no se necesita ese aporte extra de energía y/o calorías para aguantar todo el día sin comer, la costumbre de preparar los ricos dulces caseros se ha convertido en una característica tradición de la Semana Santa.

 

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