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¿De dónde surge la expresión ‘Venía el villano vestido de verde’?

¿De dónde surge la expresión ‘Venía el villano vestido de verde’?

A través de la página en Facebook de este blog, Paquita Molina me pregunta sobre el origen de la expresión ‘Venía el villano vestido de verde’.

Esta expresión en la actualidad está prácticamente en desuso y se utilizaba para señalar alguna intención o amenaza oculta. Los historiadores  se atribuyen su origen nada menos que a la reina Isabel de Castilla y, por tanto, tiene más de 500 años de antigüedad.

Sitúan la acción del momento de pronunciarla en el mes de febrero del año 1500 en Segovia, durante una visita de los Reyes Católicos a una de sus diferentes residencias.

Conocida era la aversión que sentía la reina hacia el ajo, teniendo prohibida a los cocineros utilizarlo en los platos que ella debía degustar. Pero esa prohibición fue saltada en esa ocasión por orden de Leonor de Maldonado, dama de compañía de la reina Isabel desde que esta era una niña.

El motivo por el que Doña Leonor ordenase a cocina que introdujera un poco de ajo en un guiso a base de hígado de cabrito era para que éste ayudase a recuperar el color de la tez de la reina, quien en los últimos meses andaba mal de salud.

Para que Isabel no notase el sabor a ajo la cocinera lo disfrazó con una gran cantidad de hojas de perejil, pero mientras estaba degustando el plato de cabrito la reina notó en su boca el sabor a ajo que tanto odiaba y acto seguido fue cuando pronunció la famosa frase: ¡Venía el villano vestido de verde! Y acto seguido indicó a Doña Leonor que reprendiera a cocina.

Desde entonces la frase ‘Venía el villano vestido de verde’ (a veces en la forma ‘Disimulando viene el villano vestido de verde’) se utilizó para hacer referencia a cualquier amenaza oculta.

 

 

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Fuente de la imagen: pxhere

¿Por qué a los vampiros se les puede ahuyentar con ajos?

Cuando Bram Stoker creó el personaje de Drácula,  para su novela de terror publicada en 1897, lo hizo inspirándose en Vlad Tepes, un singular príncipe de Valaquia que vivió en el siglo XV.  Según numerosas fuentes, ‘Vlad el empalador’ (como era conocido) padecía una enfermedad llamada ‘porfiria eritropoyética’ la cual se caracteriza, entre otras cosas, por retraer las encías, causar fotosensibilidad (fotofobia), anemia y en la que la ingesta o contacto con el aroma que desprende un ajo puede agravarla.

La exhaustiva documentación para crear al personaje de Drácula llevó a Stoker a dotar al mismo de todos los síntomas de dicha patología, de ahí que los vampiros que nos podemos encontrar en cualquier novela, cómic o film sean sensibles a la luz solar (debido a la fotofobia), necesiten sangre para sobrevivir (a causa de la anemia, ya que los enfermos de porfiria eritropoyética debían recibir transfusiones de sangre y cuando ésta aún no existía era ingerida oralmente), les crecieran los colmillos (por las encías retraídas que dejaban al descubierto mayor parte de la dentadura) y ser ahuyentados con una ristra de ajos, que, como he comentado anteriormente, el comerlo u olerlo agrava severamente la enfermedad.

El tema de la estaca de madera y los crucifijos ya es cuestión de la ficción literaria y nada tiene que ver con la patología que originalmente padecía el personaje que inspiró la creación de Drácula y los posteriores vampiros nacidos de la imaginación de otros autores.

 

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