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¿De dónde surge llamar ‘abril’ al cuarto mes del año?

El mes de ‘abril’ debe su nombre al término latino ‘aprilis’, cuyo significado era ‘abrir’, pero no se tiene demasiado claro cuál es su origen etimológico y de dónde sacaron este vocablo para denominar así al segundo mes del año del antiguo calendario romano (el cuarto en el calendario Gregoriano que utilizamos actualmente); una denominación que ya figura en escritos del siglo IV a.C.

¿De dónde surge llamar ‘abril’ al cuarto mes del año?

Existen varias teorías sobre cómo se originó este nombre:

Una de ellas indica que ‘aprilis’ deriva de aperire, que también significaba ‘abrir’ en latín y es que este nombre se le dio a ese mes porque era el momento del año en el que comenzaba la primavera (en el hemisferio norte, evidentemente) y las flores y las plantas comenzaban a abrirse después del invierno.

Otra teoría señala que proviene de la diosa griega Aphrodita (Venus para los romanos), cuyo festival (Veneralia) se celebraba en ese mismo mes para honrar a la diosa del amor y la belleza. Según esta teoría, el término aprilis podría ser una versión abreviada de ‘Aphrilis’, que significaría ‘mes de Aphrodita’.

También se ha sugerido que podría derivar del griego ‘aphrós’, que significa ‘espuma’, ya que en este mes se produce una gran cantidad de espuma en los ríos debido al derretimiento de la nieve y el hielo.

 

 

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Fuente de la imagen: calendario-abril.com

El curioso origen del término ‘veneno’

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘veneno’.

El curioso origen del término ‘veneno’

Conocemos como ‘veneno’ a la sustancia que, tras ser ingerida o inoculada, es altamente tóxica y perjudicial para la salud, pudiendo provocar graves enfermedades e incluso la muerte.

Pero en su origen, este término no hacía referencia ese tipo de compuesto, sino que dicho término fue acuñado para denominar así a las pócimas y preparados elaborados para ayudar a subir la libido masculina (lo que también conocemos como ‘afrodisiaco’).

Y es que, antiguamente, el afrodisiaco y el veneno eran exactamente lo mismo, lo único que diferenciaba a ambos términos era que el primero provenía del griego y el segundo del latín.

Etimológicamente, ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) hacía referencia a ‘Afrodita’, la diosa griega del amor y ‘veneno’ (venēnum) a ‘Venus’, su equivalente en la mitología romana.

Los antiguos alquimistas elaboraban pócimas y sustancias para devolver la vigorosidad sexual a los hombres (no existía lo que conocemos comúnmente como ‘Viagra’) y en el mundo romano se les denomino como ‘venēnum’, mientras que en el griego se les llamaba ‘aphrodisiakós’.

Con el tiempo, el término venēnum acabó sirviendo para denominar a todo tipo de sustancia medicinal que se preparaba en una botica (farmacia) y, curiosamente, a quien lo elaboraba se le conocía como ‘venenario’ (boticario) y así aparece recogido en los primeros diccionarios oficiales de nuestra lengua.

Y siguió transcurriendo el tiempo y el término veneno (venenum) dejó de ser usado para hacer referencia a las sustancias que ayudaban a subir la libido, quedando el vocablo ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) para tal fin y el otro para todo tipo de medicamento, pócima o sustancia. Ante la toxicidad de algunos preparados se le empezó a añadir una coletilla al término encontrándonos que existía el ‘venenum bonum’ (veneno bueno) y el ‘venenum malum’ (veneno malo).

Fue durante la Edad Media cuando el término veneno (también escrito como ‘venino’) pasó a denominar solamente a las sustancias tóxicas y mortales, mientras que los medicamentos convencionales se les llamó ‘fármaco’ (del latín ‘pharmăcum’ y éste del griego ‘phármakon’).

 

 

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El curioso y mitológico origen de la expresión ‘Ser la manzana de la discordia’

El curioso y mitológico origen de la expresión ‘Ser la manzana de la discordia’

Se utiliza la expresión ‘Ser la manzana de la discordia’ para señalar a alguien que provoca, intencionadamente, que haya disputas, desavenencias y discrepancia de opiniones dentro de un grupo, lugar…

Erróneamente son muchas las personas que creen que dicha expresión proviene del pasaje bíblico en el que Eva toma un fruto prohibido del árbol del bien y del mal en el ‘Jardín del Edén’ (que como os expliqué en otro post no era una manzana, ya que se trataba de un error de traducción).

Pero la expresión nada tiene que ver con las ‘sagradas escrituras’ sino con una leyenda que se recoge en la mitología griega y que tiene que ver con Eris, Diosa de la discordia y las desavenías.

Según explica el mito, durante el enlace nupcial entre Peleo y Tetis (futuros padres de Aquiles) hizo acto de presencia Eris, quien no había sido invitada a tal magno evento, con la intención de provocar un conflicto entre los allí reunidos.

Portaba una manzana de oro, la cual lanzó a los pies de las diosas Afrodita, Atenea y Hera. Dicha manzana llevaba una inscripción que indicaba que era para la mujer más hermosa, algo que motivó que las tres deidades discutiesen entre ellas sobre a quién le correspondía quedársela.

Para mediar en el conflicto ocasionado por Eris, se escogió a Paris para que eligiera a la más bella de las tres y, por tanto, debía ser la poseedora del fruto dorado.

El curioso y mitológico origen de la expresión ‘Ser la manzana de la discordia’

Tras mucho dudar e incluso intentar sobornarlo con diferentes favores por cada una de las tres diosas para ser la escogida, finalmente Paris ofreció la manzana de oro a Afrodita (quien le había prometido el amor de Helena de Esparta, esposa del rey Melenao).

El joven convencido por las palabras de la diosa terminó secuestrando a Helena, lo que dio lugar a la conocida como ‘Guerra de Troya’.

Fue de los numerosos relatos sobre este episodio mitológico de donde nació la expresión ‘Ser la manzana de la discordia’.

 

 

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¿Cómo estaban catalogadas las prostitutas en la Antigua Grecia?

¿Cómo estaban catalogadas las prostitutas en la Antigua Grecia?

En la Antigua Grecia las prostitutas tenían entera libertad para el ejercicio de su profesión.

Estaban catalogadas en tres clases:

-Las Dicteriades:
Se dedicaban a las clases más bajas. En un principio estuvieron controladas por el gobierno municipal pero con el tiempo se constituyeron en “empresas privadas” con pago de impuestos incluidos. Sus precios eran muy bajos, pero al ser inmensamente populares sus ingresos eran cuantiosos. Tanto, que incluso de sus impuesto se llegó a financiar la construcción de un templo dedicado al culto de Afrodita. Las dicteriades sobresalían por no tener estudios ni formación educacional alguna, a excepción de la técnica sexual. Para salir a la calle se les exigía que llevarán una peluca amarilla para distinguirlas de las doncellas y madres de familia noble que tenían el pelo negro.

-Las auletrides:
Éstas se dedicaban a ofrecer sus servicios a las clases medias. Se especializaron en las artes de la música, el striptease y la danza. Estas aptitudes hacía que tuvieran buenos ingresos y que fuesen comúnmente contratadas para fiestas privadas y orgías. Normalmente las auletrides provenían de familias muy pobres y eran vendidas siendo niñas a proxenetas o madamas que las instruían en el arte amatorio durante años.

-Las Hetairae
Eran las verdaderas divas. Prostitutas de lujo y refinadas. Sus clientes eran nobles, terratenientes, senadores y el clero superior. Resaltaba su extraordinaria belleza, su inteligencia y su exquisita educación. Se diferenciaban de las auletrides, entre otras cosas, porque podían acudir a eventos públicos como representaciones, banquetes o debates de filosofía y política, acompañando a sus clientes.

 

 

 

Fuente: «The History of Prostitution» de William W. Sanger (1859)
Fuente de la imagen: herakleidon

¿Qué es el ‘Veranillo de San Miguel’ (también conocido como veranillo del membrillo)?

Todos los años, hacia finales de septiembre, y siendo fiel a su cita, se presenta lo que es conocido como el veranillo de San Miguel, uno de esos fenómenos meteorológicos a los que estamos tan acostumbrados.

Se le llama así ya que es un periodo de días (no más de una semana) en el que, ya entrados en los primeros días del otoño, hace el mismo calor que unas semanas atrás y se alcanzan valores de unos 30 ºC. Coincide con la época de la recolección de muchas cosechas, por lo que es muy típico escuchar entre agricultores preguntarse por «su San Miguel».

El 29 de septiembre se celebra la onomástica de San Miguel, San Rafael y San Gabriel (los tres Arcángeles) por lo que también se le denomina a estos días como el veranillo de los Arcángeles o el veranillo del membrillo.

El membrillo es una fruta cuya época de recolección es justamente en esos días. En la Grecia antigua los membrilleros estaban consagrados a Afrodita, la diosa del amor. Este fruto era el símbolo del amor y la fecundidad, y los recién casados debían comer uno antes de entrar en la habitación nupcial.

Un refrán típico de estas fechas es «por el veranillo de San Miguel están los frutos como la miel»

 

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