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¿De dónde surge la expresión ‘Para ti la perra gorda’?

Hoy en día apenas se usa la expresión ‘Para ti la perra gorda’ pero hasta hace unas décadas era muy común su uso sobre todo para zanjar una disputa verbal en la que una de las partes desistía de seguir discutiendo y la decía a modo de zanjar el tema, como si le estuviera dando la razón a la parte contraria pero no dándosela en realidad.

¿De dónde surge la expresión ‘Para ti la perra gorda’?

La expresión hace referencia a una moneda de bronce acuñada en España en 1870 cuyo valor era de diez céntimos de peseta. Ésta llevaba en el anverso la figura femenina de Hispania sentada sobre unas montañas y en el reverso un león de pie (sobre sus patas traseras) sujetando el escudo de España.

Y es precisamente ese león, cuyo diseño dejaba mucho que desear, lo que propició que el pueblo comenzase a decir que más que un león parecía un perro, rebautizando a las monedas de diez céntimos con el sobrenombre de ‘perra gorda’.

Pero al igual que había una perra gorda también había una moneda apodada como ‘perra chica’, la cual era exactamente igual pero de menor tamaño y la mitad de valor (cinco céntimos de peseta). Cabe destacar que también se acuñaron monedas de uno y dos céntimos en los que aparecía el mencionado león en el anverso, pero éstas no recibieron tales apelativos.

A lo largo de siete décadas fueron monedas de uso común y, por tanto, el apelativo de perra chica y perra gorda se utilizó ampliamente, dando esta última origen a la expresión referida.

Como dato curioso, señalar que en 1941 fueron sustituidas por monedas del mismo valor pero realizadas de aluminio y en el que se cambió el diseño (en el anverso aparecía un jinete íbero con una lanza y en el reverso el escudo de España con el águila de San Juan) y el bronce fundido, de todas las monedas antiguas de las perras gordas y chicas, fue utilizado en el tendido eléctrico del ferrocarril que unió la poblaciones de Ávila y Segovia.

 

 

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¿Cómo comprobaban antiguamente si una moneda era falsa?

Desde la antigüedad se ha estado acuñando monedas a base de metales como el oro, plata (o una aleación de ambos), cobre, bronce, vellón (aleación de cobre y plata) e incluso con aleaciones de níquel o plomo. Aquellos metales que no eran nobles solían ser bañados con alguna capa de oro o plata.

¿Cómo comprobaban antiguamente si una moneda era falsa?

Esto se ha estado llevando a la práctica desde la invención de la moneda como objeto de pago en transacciones comerciales (antes se usó la sal, piedras, el trueque de productos o animales…).

Pero llegó un momento en el que el acuñar monedas se convirtió en algo que casi cualquier persona con un poco de habilidad podía hacer y empezaron a aparecer piezas de dinero que realmente no tenían el valor que se les asignaba, debido a que se realizaban con metales baratos (como el níquel, plomo, cobre o bronce) y después eran bañados por oro o plata para hacerlas pasar por monedas de mayor valor.

Una de las tácticas utilizadas desde la antigüedad por los comerciantes para comprobar si se trataba de una moneda falsa con lo que le habían pagado (y que hoy en día todavía hay quien hace uso de ello, incluso en el mundo de la joyería) era usando lo que comúnmente se conoce como ‘piedra de toque’.

Ésta consistía en una piedra similar al mármol con la que se rayaba la moneda sospechosa y posteriormente se le añadía una gota de ácido nítrico, un potente líquido corrosivo. Si la moneda estaba acuñada con metal noble no ocurría absolutamente nada, pero si se había realizado con aleaciones de metales de baja calidad, la muesca que se le había hecho con la piedra de toque se ponía de color oscuro.

La muesca realizada con la piedra de toque también servía para ver el color interior de la moneda y comprobar con algunas muestras que se tenía a que metal o aleación correspondía.

Evidentemente existían otros métodos para detectar las monedas falsas, como podía ser midiéndolas, comprobando el peso, pegándoles un mordisco (si se doblaba o dejaba marcas profundos los dientes era señal de su falsedad) e incluso haciéndolas caer sobre una superficie (como un mármol) y dependiendo del sonido y rebote que pegase se podía averiguar.

 

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¿De dónde proviene llamar ‘pasta’ al dinero?

¿De dónde proviene llamar ‘pasta’ al dinero?

Muchas son las personas que, de forma coloquial, utilizan el término ‘pasta’ para referirse al dinero y a pesar de que se cree erróneamente que dicho vocablo se trata de un modismo creado entre los jóvenes si los que tenéis más edad os ponéis a pensar seguro que os acordáis que hace muchos años ya se decía de ese modo y con idéntico sentido.

Y es que el hecho de llamar pasta al dinero viene de muy lejos, debido a que antiguamente se le otorgó el nombre de pasta a la porción de metal que era fundido y estaba sin labrar (trabajar) como el oro, plata, cobre, níquel…

Como bien sabréis, antiguamente las monedas no se realizaban industrialmente con máquinas (como en la actualidad) sino que eran hechas de forma artesanal y utilizando metal fundido (la mencionada pasta) con el que se acuñaban, de ahí que al dinero se le acabase llamando de forma coloquial pasta.

 

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¿De dónde proviene decir que algo ‘ha quedado niquelado’ cuando está perfecto?

¿De dónde proviene decir que algo ‘ha quedado niquelado’ cuando está perfecto?

Es común utilizar expresiones como ‘Ha quedado niquelado’ o ‘Está niquelao/do’ para indicar que algo está perfecto o el resultado de un trabajo ha sido un éxito.

Para encontrar el origen de la expresión debemos retroceder hasta mediados de 1800, en el que el ‘níquel’ comenzó a ser ampliamente utilizado para recubrir y embellecer infinidad de objetos metálicos, debido a que este elemento químico contaba con la ventaja de ser muy resistente a la corrosión y ciertas inclemencias meteorológicas, ayudaba a embellecer cualquier pieza gracias a su llamativo y brillante color plateado y tenía un coste muy por debajo que otros elementos utilizados hasta entonces para realizar la misma función, como es el caso del cromo (cromado) o la plata (plateado)

A partir de la segunda mitad del siglo XIX el niquelado (dar un baño de níquel a otro metal) se puso muy de moda, dando origen a la expresión como clara referencia de algo que está perfecto y lustroso.

También es ampliamente utilizado el níquel para acuñar monedas, como sustituto de la plata, ya sea íntegramente realizadas con este metal o con alguna aleación, como es el caso de las monedas de 1 y 2 euros que son de níquel-latón en el exterior y cuproníquel (aleación de cobre y níquel) en su interior.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Post realizado a raíz de una consulta que me ha realizado Tatiana Díaz Castro (@DiazCTatiana) a través de twitter
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