Si de repente pudiéramos frenar la rotación de la Tierra, tendríamos que enfrentarnos a graves consecuencias. La primera consecuencia sería que la atmósfera, que se mueve junto con el planeta, continuaría moviéndose a la velocidad original de rotación de 1.650 km/h en el ecuador. Esto produciría vientos huracanados capaces de barrer todo lo que encuentren en su camino, incluyendo edificios, árboles y otros objetos.
Además, los océanos del planeta, que también se mueven junto con la rotación de la Tierra, continuarían moviéndose a la misma velocidad. Esto resultaría en una ola gigantesca que barrería todo a su paso, incluyendo continentes enteros.
Frenar la rotación de la Tierra requeriría una enorme cantidad de energía, más de un sixtillón (10^30) de julios. Esto es una cantidad inmensa y difícil de imaginar, especialmente si se compara con la energía que podríamos obtener quemando todo el petróleo del planeta, que es de solo un trillón de julios. Si se aplicara esa cantidad de energía, probablemente se produciría un aumento en la temperatura terrestre de miles de grados, lo que sería devastador para la vida en el planeta.
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Un día antes del terremoto en Japón, el reloj marcaba la 1:50 de la tarde y el sol se puso como a las 4:00 pm. Algo que no ocurrió nunca antes. Esta experiencia es empírica según la posición de un edificio por donde transito a diario. El efecto pudo ser el sobrecalentamiento de las placas tectonicas dilatándolas al punto de provocar un roce y el terremoto de marzo del 2011.
Aldrin
13 marzo 2011 | 15:59
Interesantísimo
24 abril 2011 | 13:55
Esperemos que no ocurra en un futuro!
24 abril 2011 | 20:54