A la temperatura de 75 ºC aproximadamente, se forma una fina «tela» en la superficie de la leche. Esta tela resulta de la coagulación de partículas de materias nitrogenadas contenidas en la leche. Cuando la temperatura se eleva y empieza la ebullición, la masa de líquido entra en movimiento y aparecen burbujas de vapor que intentan salir. Éstas ejercen una presión sobre la tela superficial, la cual se levanta, arrastrando consigo parte del líquido.