¿Cuál es el origen de la expresión ‘Meterse en camisa de once varas’?

La expresión  ‘Meterse en camisa de once varas’ es una conocida locución  utilizada para señalar la poca conveniencia de complicarse la vida innecesariamente. Su origen es algo confuso, encontrándonos diferentes explicaciones sobre su procedencia y existiendo un batiburrillo de datos en numerosas publicaciones de la red, aunque en los libros etimológicos tampoco se aclara gran cosa, tirando cada autor hacia un lado distinto.

¿Cuál es el origen de la expresión 'Meterse en camisa de once varas'?

La explicación más extendida y que se popularizó en los inicios de los blogs y redes sociales (al compartirse en numerosas publicaciones) es la que señala que su origen se sitúa en la Edad Media, concretamente en un tipo de ceremonia que se celebraba tras la adopción de un hijo, en la que el padre adoptivo debía meter al niño por la manga de una camisa muy grande hecha para la ocasión y que medía ‘once varas’. Tras sacar al pequeño, por la cabeza o el cuello de la prenda, el padre debía darle un fuerte beso en la frente como prueba de la aceptación de la paternidad. Según explicaban algunos expertos, la mencionada ceremonia tenía como objeto el simular el parto. Las varas son una antiquísima unidad de medida correspondiente a 84 centímetros, por lo que la mencionada camisa debería tener una extensión de nueve metros (algo que creo que es una exageración, no convenciéndome en absoluto esta explicación, aunque décadas atrás, a la falta de tener más información e investigar, llegué incluso a creerme).

Otras fuentes indican que la expresión ‘Meterse en camisa de once varas’ es la variación de otra antigua locución que decía ‘Meterse en cañiza de once varas’. Una ‘cañiza’ era una especie de cabaña, hecha y cubierta de cañas, que servía para encerrar a las ovejas en el campo y donde se resguardaban los pastores de la lluvia e inclemencias meteorológicas.

Hay quien señala que una camisa de once varas era una forma coloquial de referirse a una prenda de ropa muy holgada.

También encontramos que una de las muchas acepciones que tiene el término ‘camisa’ es el de ‘parte exterior de la muralla de un castillo’, por lo que la expresión podría cobrar mucho sentido al hacer referencia a esa fortificación, debido a que eran levantadas con una altura de entre ocho y diez metros (según la fortaleza) y el meterse en la misma, para realizar un asalto, era una empresa dificultosa, por lo que daría mucho sentido a la expresión. En el diccionario de la RAE de 1780 aparece la siguiente entrada en la palabra camisas: ‘En la fortificacion es la parte de la muralla hácia la campaña que suele hacerse de piedra blanda, ó ladrillos blandos. Llámase CAMISA por bestir la muralla por la parte de afuera: otros la llaman muro, á distincion de lo restante que llaman terraplen, por ser de tierra’.

 

Y, vosotros ¿con cuál explicación os quedáis? (a mí, la que más me convence es la última)

 

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Fuentes de consulta: ‘El porqué de los dichos’ (José María Iribarren) / Tesoro de la Lengua Castellana ( Sebastian de Covarrubias) / Abecedario de dichos y frases hechas (Guillermo Suazo Pascual)
Fuente de la imagen: publicdomainpictures

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