Los hermanos Göring… hombre bueno, hombre malo

Esta es la historia de dos hermanos, con los mismos apellidos, la misma sangre y genes, pero que sin embargo tomaron rumbos y decisiones muy diferentes a lo largo de su vida. Los hermanos Göring (también escrito Goering) destacaron por ser dos polos opuestos entre sí en la Alemania nazi.

Por un lado Hermann Göring se codeaba con las más altas esferas alemanas y ocupaba puestos tan destacados como lugarteniente de Hitler, Comandante Supremo de la Luftwaffe o figura prominente del Partido Nazi.

Por su parte, Albert Göring sentía repulsión por el nazismo y desde sus inicios se dedico a ayudar a todo aquel que era objeto de persecución. En su haber hay una larga lista de judíos que salvaron su vida gracias a él.

Mientras Hermann firmaba sentencias de muerte, su hermano Albert utilizaba su influencia y apellido para salvar a muchos de ellos. En cierta ocasión,  Albert estaba paseando por la calle y vio como un grupo de mujeres judías eran obligadas a limpiar de rodillas la acera, se acerco a ellas, se arrodilló y se puso a ayudarlas. Tras pedirle la documentación y ver que se trataba de un miembro de la familia Göring, el oficial de las SS al cargo ordenó detener la actividad de limpieza, ya que no estaba dispuesto a ver al hermano de Hermann Göring humillado públicamente.

Hermann Göring formó parte activa en la Noche de los cuchillos largos, especialmente en la caída de Ernst Röhm. Fue subiendo escalafones dentro del Partido Nazi y acercándose cada vez más al todopoderoso Adolf Hitler.
En más de una ocasión, Albert había falsificado la firma de su hermano para salvar el pellejo a judíos o disidentes.
Hacia el final de la guerra, el poder de Hermann fue decayendo… por un lado por culpa de su adicción a la morfina y por otra por su ambición de poder. Tanta que, en 1945, envío una carta al mismísimo Hitler en que le sugería el traspaso del poder ejecutivo a su persona en vista que Hitler ya no estaba a la altura de los acontecimientos que se desarrollaban. Hitler furioso, le hizo detener y confinar a él y su familia en un castillo cercano a Berlín, le destituyó de todos los cargos y le amenazó que si él (Hitler) moría, toda su familia sería asesinada.

Albert Göring también usó su influencia para conseguir que Oskar Pilzer y su familia pudiesen huir de Alemania. Pero este solo es un caso de los muchos en los que intervino. Intensificó su actividad anti-nazi cuando fue nombrado director de exportación en la Škoda Works en Checoslovaquia. Allí, alentó a actos menores de sabotaje y mantuvo constante contacto con la resistencia checa. Albert también montó un sistema de envió de camiones a los campos de concentración nazis con solicitudes de contratar personal prisionero para realizar trabajos. Estos camiones, una vez cargados de prisioneros de los campos de concentración, se detenían en una zona aislada y a sus ocupantes se les permitiría escapar.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial los dos hermanos Göring fueron capturados y juzgados durante los juicios del Tribunal de Nuremberg.

Hermann fue declarado culpable por ser promotor de crímenes contra la humanidad y se le condeno a morir ahorcado, aunque solicitó ser ejecutado de otro modo, ya que la horca  se aplicaba a los traidores en Alemania. El 15 de octubre de 1946, dos horas antes de su ejecución, se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro de potasio.
Por su parte, Albert fue absuelto de todos los cargos gracias a los testimonios de muchas de las personas a las que había ayudado y fue puesto en libertad. Poco después volvió a ser detenido en Checoslovaquia, pero nuevamente, sus actos de ayuda a tanta gente obró a su favor y lo liberaron. Regresó de nuevo a Alemania, pero se vio rechazado debido a su apellido. Consiguió un modesto empleo como traductor y escritor y con los años el estado le concedió una pensión. Antes de fallecer, en 1966, decidió contraer matrimonio con su ama de llaves simplemente para que a ésta le quedase una pensión de viudedad y no tuviese que trabajar nunca más.

 

 

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5 comentarios

  1. Dice ser Edu Casado

    Casualidades de la vida, ayer mismo estuve yo leyendo cosas sobre Hermann Göring, un personaje que no tiene desperdicio. Muy alejado del perfil siniestro de otros jerarcas nazis como Himmler, Goebbels o Hess, Göring era obeso, fanfarrón, egocéntrico, amante del arte (que en pocas palabras, se hinchó a apropiarse de colecciones judías, sobre todo), de la buena vida y de los excesos. Por ejemplo, tenía un cetro de marfil, oro y diamantes, encargó numerosísimos retratos de él mismo con diferentes uniformes (el de Ministro del Aire lo diseñó el mismo) y se disfrazaba de arquero medieval para ir de caza. Se dice también que era el único jerarca nazi sobre el que se podía bromear en su presencia (quizá porque estaba encantado de que hablaran de él) y que en los juicios de Nuremberg le causó muchos dolores de cabeza al fiscal por su actitud chulesca y sus comentarios sarcásticos. De hecho, todavía se intenta saber cómo consiguió introducir la cápsula de cianuro que usó para suicidarse en su celda. Hay una teoría, que es la que se llevó al cine, que asegura que embelesó a uno de sus guardianes, un joven soldado americano, que llegó a sentir algo parecido a la admiración y a la simpatía por él y que fue quien le proporcionó el cianuro.

    04 junio 2010 | 9:54

  2. @Edu, gracias por tu aporte 🙂
    La verdad es que sobre la vida y hechos de Hermann Göring hay para llenar varios posts, pero también se ha escrito bastante sobre él… Sin embargo la historia de su hermano Albert es más desconocida para la gran mayoría, de ahí que haya querido hacer este post 😉
    Me alegra verte por aquí.
    Un abrazo!

    04 junio 2010 | 10:21

  3. Dice ser yo mismo

    siempre es interesante este blog, me sonaba mucho esos nombres, ya habia leido algo parecido, pero me ha gustado recordarlo, un gran post, graias!

    05 junio 2010 | 14:11

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