En el siglo XVII la alta y baja nobleza española consideraban deshonroso mancharse las manos con una actividad manual. Por esta razón la corte estaba llena de personas sin una función definida que pasaban el tiempo holgazaneando y pleiteando. En Madrid había tantos vagos que se promulgaron leyes obligándolos a abandonar la ciudad si no podían justificar algún trabajo o un cargo que les permitiese subsistir.
(Fuente: HISTORIA Y VIDA nº 421)