Después de haber realizado durante esta semana la presentación de mi libro ‘Vuelve el listo que todo lo sabe’ en Sevilla y Valdepeñas llega el turno de Madrid.
Coincidiendo con el inicio de la Feria del Libro que se celebra en el Parque del Retiro, viajo a Madrid para presentar mi nuevo libro hoy viernes 29 de mayo a las 19:30 en la librería “Con Tarima” de la calle Príncipe, 17. Una presentación muy especial en la que me acompañará el prologuista de ‘Vuelve el listo que todo lo sabe’ el gran Miguel Ángel Rodríguez “El Sevilla”. Estáis todos invitados a acercaros hasta allí y me encantará saludaros y desvirtualizaros.
Y si no puedes pasarte tienes una segunda oportunidad mañana, sábado 30 de mayo, ya que estaré firmando ejemplares en la caseta número 241 de la editorial Léeme Libros en la mencionada Feria del Libro. Por la mañana me encontraréis desde las 11:00 a las 14:00 horas y por la tarde de 19:00 hasta las 21:30 horas
Aquellos que ya tenéis alguno de mis dos libros y queréis que os lo dedique podéis acercaros igualmente hasta donde esté porque os lo firmaré encantado.
Podéis ver todos los datos en las dos imágenes que acompañan este post.
En 1981 llegó a los cines la primera de una saga de películas en las que un nuevo personaje nos haría disfrutar de lo lindo desde nuestras butacas: Indiana Jones. Interpretado por Harrison Ford y creado por George Lucas, una década antes, este valiente y arriesgado arqueólogo y profesor de universidad se enfrentaba a un sinfín de emocionantes aventuras.
Pero ‘Indiana’ era un apodo y no el verdadero nombre del protagonista y no fue hasta la tercera entrega cuando se dio a conocer cómo se llamaba verdaderamente (Henry Jones Jr.) y de dónde surgía el sobrenombre: del perro que había tenido en su niñez el intrépido arqueólogo, el cual se llamaba Indiana.
Pero esto es la razón que se nos explica dentro de la ficción de la película, pero ¿por qué George Lucas bautizó al personaje de Indiana Jones con ese nombre? pues prácticamente por el mismo motivo. Indiana era como se llamaba la fiel y cariñosa mascota, de raza Alaskan Malamute, que Lucas tuvo en la década de los años 70.
Pero, como nota curiosa, su perro no sólo le sirvió para proporcionar un apodo a su famoso personaje Indiana Jones sino que también le inspiró a la hora de crear el personaje de Chewbacca de Star Wars, otra de sus famosas sagas de películas. Muchas eran las ocasiones en las que su Alaskan Malamute lo acompañaba a todas partes sentado en el asiento del copiloto y basándose en esa imagen le proporcionó al personaje de Han Solo un acompañante peludo, fiel y amigable.
Durante algún tiempo creí que era un bicho raro porque tenía la costumbre de bajar el volumen de la radio (e incluso apagarla) en el momento exacto de empezar a buscar una plaza de aparcamiento. Después, con el tiempo, me di cuenta que no era el único que lo hacía y que era algo habitual que realiza muchísimas personas cuando intentan estacionar su vehículo.
Esto no le ocurre a todo el mundo pero sí a un buen grupo de persona que no estamos dotados de un cerebro multitarea, o lo que es lo mismo, no estamos capacitados para hacer algo que requiere nuestra concentración (en este caso buscar un hueco donde aparcar) y al mismo tiempo que haya un factor externo que pueda distraer nuestra atención (escuchar la radio o mantener una conversación con el copiloto).
No sólo nos ocurre cuando buscamos sitio donde aparcar, también cuando conducimos por un lugar que no conocemos y debemos ir mirando las diferentes señales y carteles.
Evidentemente sí que podemos hacer varias cosas a la vez, pero siempre y cuando no requieran toda nuestra atención.
Podemos pasear e ir charlando amigablemente, atender llamadas de teléfono y pensar en nuestras cosas al mismo tiempo, pero si tenemos que resolver una duda (por ejemplo hacer un cálculo mental) el ritmo en el que vamos paseando desciende e incluso llegamos a pararnos para pensar con más claridad.
Lo mismo ocurre si estamos trabajando, cocinando o realizando alguna tarea y tenemos de fondo puesta la radio o televisión, si de repente nos surge un problema y debemos resolverlo antes de hacerlo bajaremos el volumen o apagaremos el aparato de un modo espontaneo.
Los más jóvenes están mucho más preparados para poder realizar varias cosas a la vez, aunque una de ellas requiera más atención. Ello es debido a que han crecido en un entorno rodeado de las multifunciones que internet y las redes sociales les proporciona, y esto se nota en que son los que mejor preparados están para ir comentando lo que están viendo por la televisión, en un concierto o un evento y no perder el hilo de ello, mientras que las personas más mayores nos cuesta un mundo hacerlo y cuando tuiteamos sobre algo que sale por la tele (por poner un ejemplo) durante esos segundos estamos perdiendo la atención de lo que ha ocurrido en el programa o, por decirlo de otro modo, perdemos el hilo.
El origen del término ‘alopecia’ encontramos que fue acuñado a principios del siglo XX, cuando el prestigioso dermatólogo francés Raymond Sabouraud se puso a buscar un vocablo adecuado con el que describir la pérdida anormal de cabello que padecían algunos de los pacientes a los que visitaba y fue a fijarse en la palabra en latín ‘alopecĭa’ (que a su vez provenía del griego ‘alopekía’) con el que en la antigüedad se referían al curioso proceso por el que a los zorros (alopex) se les caía/cambiaba el pelo dos veces al año (sin que por entonces tuvieran una explicación del porqué les sucedía).
Cuando nos damos una ducha o nos lavamos las manos el jabón ayuda a que la suciedad se ‘despegue’ con mayor facilidad de nuestra piel, pero no toda se la lleva el agua con la que nos aclaramos, sino que gran parte de las bacterias se van gracias a la acción que hace la toalla a la hora de secarnos, por lo que aunque nosotros estemos limpios la porquería es transferida.
Aunque no sea visible al ojo humano, la toalla tras varios usos está impregnada de bacterias, células muertas y todo aquello que se ha llevado al secarnos; aparte de absorber el agua y cuya humedad puede originar la aparición de hongos, razón por la que tras usarla varias veces comienza a tener mal olor.
Hay que tener en cuenta que normalmente cuando estamos en nuestra casa solemos usar diferentes toallas para secarnos las diferentes partes del cuerpo, pero cuando la ducha nos la hemos dado, por ejemplo, en el gimnasio nos secamos el cabello, axilas, genitales, pies y resto del cuerpo con la misma, por lo que la cantidad de bacterias que allí se concentran es enorme.
Los expertos en salud recomiendan que las toallas que usamos en casa se laven tras haberlas usado entre tres y cinco veces y las que usamos tras hacer ejercicio diariamente.
A través de las elecciones municipales, en España se elige democráticamente a los concejales que formaran parte de las alcaldías de todos los municipios del país. Aquella lista que consiga reunir más votos o apoyo de más concejales gobernará y de ahí saldrá la persona elegida como ‘alcalde’ (normalmente el candidato que encabeza la lista), quien se encargará de presidir el ayuntamiento y será el máximo responsable.
Era común que desde la antigüedad, y mucho antes de ser elegidos democráticamente, este cargo recayese en el juez del lugar, persona que se encargaba de velar por el cumplimiento de la ley y legislarla en cada población.
De la figura de estos fue de donde surgió el término alcalde para referirse a ellos, debido a que este vocablo de origen árabe significa literalmente ‘el juez’ (al- qâḍi).
La palabra alcalde está compuesta por ‘al’ utilizado en la legua árabe como artículo (el), tan presente en el inicio de tantísimas palabras que utilizamos actualmente, y ‘qâḍi’ (juez).
Hoy en día un estanco es un establecimiento en el que se puede encontrar un sinfín de artículos de lo más variado y que nada o poco tienen que ver con la venta de tabaco, el producto por el que se idearon este tipo de comercio.
Pero hasta hace unas décadas, en los estancos tan solo se podía encontrar tabaco, sellos, timbres del Estado, impresos oficiales y poca cosa más.
De hecho, a esos lugares se les llamó de ese modo porque el término ‘estanco’ proviene del verbo ‘estancar’ que es la prohibición de comercializar cierto tipo de productos que tan solo pueden ser gestionados y vendidos bajo la supervisión y permiso del Estado, teniendo lugar tales transacciones comerciales en los locales especificados para ello.
El Estado tenía el monopolio sobre estos artículos y marcaba los lugares en los que se podía poner a la venta en exclusividad, de ahí que la concesiones para poder regentar un estanco (también llamado ‘Expendeduría de Tabaco y Timbre’) se ha realizado desde siempre a través de concursos públicos y en los que se pedían una serie de requisitos.
A pesar de existir una legislación muy específica sobre la venta al mayor y al por menor de tabaco y que ésta únicamente se podía realizar en los estancos, muchos fueron los comercios (sobre todo relacionados con la restauración) que comenzaron a vender cajetillas sueltas, las cuales eran adquiridas previamente en un estanco y se vendía añadiéndole un pequeño recargo como beneficio.
Durante largo tiempo, esta actividad de venta con recargo se realizó al margen de la ley (aunque existía cierta permisividad en algunos casos), pero desde hace unas décadas se reguló y legisló al respecto por lo que, para la venta de tabaco al por menor, había que pedir un permiso específico a la administración, concediéndose por un periodo de tres años y teniendo la obligación el establecimiento a adquirir el tabaco únicamente en el estanco que se le asigna.
Por cierto, el término estanco proviene del latín ‘extancāre’, cuyo significado viene a ser ‘cerrar el paso’ y se aplicaría en este caso en relación al cierre que se le hacía a los mencionados productos de cara a su libre comercialización.
Cuarta entrega de esta serie de post dedicados a traeros un buen puñado (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ocurrió con las veces anteriores.
Asonada: Se trata de una reunión (tipo manifestación) en el que un numeroso grupo de personas intentan conseguir algún objetivo, normalmente de modo violento
Fosfeno: Sensación visual que se percibe al tener los ojos cerrados fuertemente o tras frotarte los párpados
Duela: Seguro que habéis visto en más de una ocasión algún barril, pues la duela es cada una de las tablas curvas que lo forman
Carúncula: Modo en que se llama la cresta de algunos animales (gallo, pavo…)
Morueco: Carnero utilizado para procrear (semental)
Tusígeno: Aquello que nos produce tos (humo, un atragantamiento…)
Orinque: La cuerda que va desde el ancla fondeada hasta la boya
Canana: El cinturón en el que se colocan los cartuchos/balas (cartucheras) como el que llevaban los vaqueros en el Viejo Oeste o los revolucionarios mexicanos
Estepicursor: Y hablando del Viejo Oeste, no podemos olvidarnos de la especie de bola hecha de matojos secos que aparece rodando en las películas, eso es un estepicursor
Desbullador: El tenedor para las ostras
Cáncana: Banqueta o banquillo en la que el maestro solía obligar sentarse al estudiante al que castigaba
Este es uno de los mitos más comunes y más repetidos hasta la saciedad por nuestras madres y abuelas que insistían en que no se podían tener plantas en los dormitorios debido a que éstas, durante la oscuridad de la noche, absorben oxígeno y liberan dióxido de carbono. Incluso muchos son los hospitales en los que cuando llega la hora de dormir las enfermeras o familiares del paciente retiran las flores o plantas y las dejan en los pasillos.
En realidad la persona que tiene en su dormitorio alguna planta (o incluso varias) no corre peligro alguno de morir por falta de oxígeno. El consumo que hacen las plantas de este elemento, tan necesario para nosotros para poder vivir, es mínimo en comparación al que tiene cualquier ser humano e incluso animal. Lo curioso del asunto es que, quienes defienden la teoría de que hemos de retirar las plantas, en ningún momento se plantean si corremos peligro o no por compartir el dormitorio con otras personas.
De correr algún peligro por quedarnos sin oxígeno todos dormiríamos en habitaciones individuales. Si os ponéis a pensar, podréis recordar un buen puñado de ocasiones en las que habéis compartido y dormido en un mismo cuarto con otras personas (en unas colonias junto a docenas de niños y niñas, en la mili, en un albergue, con vuestros hermanos o primos…) o incluso con algún animal de compañía.
Otro de los motivos por el que es prácticamente imposible quedarse sin oxígeno por la noche al dormir junto a plantas es porque los dormitorios no son unas estancias que quedan cerradas herméticamente. Aunque se cierren las ventanas y puerta siempre hay alguna rendija por la que, por poco que sea, entra oxígeno a la habitación.
Este lunes (18 de mayo) a las 19:30 en la Casa del Libro del Paseo de Gracia 62 de Barcelona, tendrá lugar la presentación de mi segunda incursión en el mundo editorial: el libro ‘Vuelve el listo que todo lo sabe’, publicado por la editorial Léeme Libros.
Esta segunda aventura viene avalada por el éxito de mi primer libro (Ya está el listo que todo lo sabe, del que se han vendido más de 10.000 ejemplares y que está en su quinta edición) y, por lo que parece, va camino de reeditar el alcance del primero pues, en apenas un mes desde su lanzamiento en librerías, ya está en su segunda edición.
La presentación del acto correrá a cargo del periodista y amigo José Miguel Cruz, quien realizará funciones de maestro de ceremonias, dando paso a las intervenciones de Marta Conteras, ilustradora de mis libros y autora del personaje ‘Calisto’ que también aparece en la cabecera de este blog. A continuación será mi turno, momento que aprovecharé para explicar algunas cuantas intimidades y entresijos del blog y del proceso de elaboración del libro, también explicaré un puñado de curiosidades contenidas en él y terminaremos la presentación con la ya tradicional firma de ejemplares, tanto para los que adquieran el libro allí como para los que lo traigáis de casa (cualquiera de los dos libros).
Barcelona es la segunda parada de una serie de presentaciones que se abrió con la que realicé la semana de Sant Jordi en Parets del Vallés, localidad donde resido, y que continuará en Sevilla el próximo lunes 25, Valdepeñas el miércoles 27 y Madrid, donde el libro se presentará el viernes 29 y el día siguiente estaré firmando ejemplares de 11 a 14h y 19 a 21:30h en la caseta 241 de la Feria del Libro.
De todos estos próximos eventos os iré informando convenientemente.