Eduardo Valero, investigador sobre Madrid, enamorado de la capital de corazón y por convicción, lleva muchos años trabajando sobre la historia de la ciudad. Escribe en su blog Historia Urbana de Madrid, ha publicado libros como Historia de Madrid en pildoritas y ha divulgado los avatares de la capital en decenas de eventos y conferencias, como las recientes Jornadas madrileñas de Novela Histórica. Es un auténtico compendio de saber enciclopédico sobre la capital, sus calles y sus gentes. Ahora, está embarcado en una misión sobre otra de sus lealtades grabadas a fuego, Benito Pérez Galdós. Valero ha llevado al Ayuntamiento madrileño la petición de la concesión del honor de hijo adoptivo al escritor canario que residió y retrató como nadie la capital. Lo hace con vistas al próximo primer centenario de su muerte, que se celebrará el próximo 4 de enero de 2020.
¿Por qué ha solicitado la concesión de hijo adoptivo de Galdós para Benito Pérez Galdós?
El Reglamento para la Concesión de Distinciones Honoríficas del Ayuntamiento de Madrid establece en sus artículos 4º y 9º la posibilidad de otorgar esta alta distinción como homenaje póstumo, además, recoge la excepcionalidad que en esta ocasión representa la celebración del centenario del fallecimiento de Galdós. Estudiados y razonados todos los artículos del Reglamento, decidí tomar la iniciativa cuando muchas personas admiradoras de la vida y obra del escritor estuvieron de acuerdo conmigo en que Madrid debía saldar la deuda que tiene con él. De hecho, mucha gente se sorprendió porque pensaban que ya era Hijo adoptivo de la ciudad. Benito Pérez Galdós no solo fue periodista, novelista y político, también fue fiel cronista del Madrid que conoció. Creador de un universo de personajes que actúan en escenarios matritenses, ese que con orgullo llamamos Madrid galdosiano, es merecedor del título de Hijo adoptivo de Madrid como homenaje póstumo. Por esto y por ser una de las figuras más relevantes de la literatura universal después de Miguel de Cervantes Saavedra.