Álber Vázquez: «En España se sigue viviendo con un gran de sentimiento de culpa todo su pasado imperial. Y es un error»

El escritor Álber Vázquez.

Álber Vázquez (Rentería, 1969), uno de los novelistas que volvió a poner de moda a Blas de Lezo con la exitosa Mediohombre (reeditada este 2017 en Esfera de los Libros), regresa a un contexto histórico que conoce bien: las guerras de los colonos españoles contra los indígenas en la Norteamérica del siglo XVIII. Con su última novela sobre la materia, tras Resiste Tucson y Largo camino hacia Zuni Pueblo, Guerras mescalero en Río Grande (Esfera de los Libros) se adentra en la batalla entre los dragones presidiales y los míticos apaches. Desiertos, cabalgadas, batallas en escenarios interminables… Ideal para el tórrido verano que vivimos. ¿Western? Nada del Oeste yanqui, esto está protagonizado y escrito por españoles. Más que el Salvaje Oeste, el Salvaje Norte…

Leo en la sinopsis de tu novela… «Y todo esto mucho tiempo antes de que el primer angloamericano supiera qué es un apache». ¿El auténtico western es español y no lo sabíamos?

Sí. Siento decirlo con tanta vehemencia, pero desde un punto de vista historiográfico, toda la vivencia que los conquistadores y colonos angloamericanos llevaron a cabo en el siglo XIX y que ha pasado al imaginario popular bajo el epígrafe de «western» o «far west», ya la habían sufrido los españoles en el siglo XVIII. Salvo por la inexistencia de armas de repetición, los españoles experimentan todos y cada uno de los problemas que los angloamericanos experimentarán ochenta años más tarde, llegando a idénticas conclusiones. En el trato con los apaches en particular, la vivencia de una y otra comunidad es milimétricamente idéntica.

Así que en esa línea, puestos a combatir a los indios de Norteamérica, ¿los dragones presidiales o la caballería de los EE UU?

Los unos y los otros se enfrentaron al mismo e irresoluble problema: que los apaches eran un enemigo imprevisible que no actuaba de forma coherente, que no estaba cohesionado, que tenía un alto concepto del honor en el combate y que por lo tanto despreciaba la posibilidad de morir y, sobre todo, que no evaluaba al enemigo, sino que simplemente lo atacaba. Los españoles lo intentaron todo, desde los intentos de convivencia hasta la guerra abierta. Los estadounidenses, otro tanto. Es significativo que el último gran jefe apache, Gerónimo, se rinde ante cinco mil soldados estadounidenses perfectamente entrenados y pertrechados. Gerómino tenía a su lado a treinta guerreros.


A España, ni a ninguna otra potencia colonial, le interesa el exterminio de nadie, sino controlar un mercado de dimensiones gigantescas


¿Cómo descubriste y te apasionaste por esta aventura española en el Oeste? Con esta, si no recuerdo mal, ya son tres tus novelas ambientadas en este escenario…

Descubro la epopeya española en el Oeste (que no es tal porque en el siglo XVIII esa tierra no es el oeste de nada) a través del estudio de la biografía de Bernardo de Gálvez, que en 1770, con solo 24 años, participa ya en una campaña contra los apaches precisamente entre los ríos Grande y Pecos, donde transcurre mi novela. A partir de ahí, leo vorazmente toda la literatura que existe al respecto. De esa bibliografía, una gran parte está escrita en inglés porque han sido investigadores e historiadores estadounidenses los que se han preocupado de estudiar el periodo. Y, entonces, descubro algo grandísimo y emocionante: que miles de españoles se asentaron en lo que hoy en día son los estados de Arizona, Nuevo México y Texas y los colonizaron, en el sentido más normalizado de la palabra. Ese territorio se solapa exactamente con el territorio apache a finales del siglo XVIII. Lo demás, ha consistido simplemente en tirar de un hilo cada vez más conmovedor…


Es necesario, desde la novela, rescatar del olvido la historia de España. Lo normal es que se hiciera desde la investigación historiográfica, pero como eso no va a suceder, tomaremos el testigo los novelistas.


¿Por qué crees que esta apasionante historia no ha despertado demasiado interés en España?

Porque la desconocemos. Porque en España se sigue viviendo con un gran de sentimiento de culpa todo su pasado imperial. Y es un error porque el pasado imperial español, con sus claros y oscuros, arroja un balance, creo yo, positivo. Los españoles, por ejemplo, no esclavizaron jamás a las tribus indígenas que hallaron a su paso. Al contrario, su estrategia fue de mestizaje. Es necesario, desde la novela, rescatar del olvido la historia de España. Lo normal es que se hiciera desde la investigación historiográfica, pero como eso no va a suceder, tomaremos el testigo los novelistas.

La política de exterminio de los apaches que llevó la Corona española y tratarla en una novela de aventuras, a día de hoy, es como poco, políticamente incorrecta

Es que no se puede tocar el tema apache sin ser políticamente incorrecto según los cánones de hoy. Resumiendo mucho una historia muy compleja, la Corona no deseaba el exterminio, sino la integración. Los capitanes de los presidios (que eran destacamentos militares, no prisiones) tenían orden expresa de tratar bien a todos los indígenas que se encontraran a su paso. El problema con los apaches se resumía en que eran completamente hostiles y que robaban a los españoles, arrasaban sus ranchos y raptaban a las mujeres y a las niñas con destino a la procreación. Los españoles, como cuento yo en la novela, se dejan la piel tratando de llegar a acuerdos con los apaches. Son los apaches los que, en un territorio inmenso y prácticamente despoblado, insisten una y otra vez en hostigar a los españoles. Los cuales terminan por defenderse, claro.


A Gálvez hay que quitarle verdad porque su existencia es tan impresionante que, puesta por escrito, parecería una novela de ciencia ficción. Como ya he dicho antes, luchó contra los apaches en peleas cuerpo a cuerpo. Contra guerreros a los que les importaba menos que nada rajarte el pecho desde el cuello hasta el ombligo. Y terminó siendo virrey de Nueva España y ciudadano honorario de los Estados Unidos. Bien, pues al ciudadano medio español, Gálvez no le suena ni de pasada.


Qué piensas de ese debate recurrente que llega todos los 12 de octubre: la conquista y colonización española de América fue un genocidio?

No, no fue un genocidio. Fue un mestizaje. Basta con mirar a la cara a millones de mexicanos, peruanos, bolivianos, ecuatorianos, etc. A España, ni a ninguna otra potencia colonial, le interesa el exterminio de nadie, sino controlar un mercado de dimensiones gigantescas. De eso van los siglos XVI, XVII y, sobre todo, XVIII. De controlar el comercio con las Indias. Ese era el objetivo principal al que se supeditaba todo lo demás. Si los españoles se empeñan en colonizar Arizona, Nuevo México y Texas no es para subyugar a los cuatro pobres diablos que había por allí, sino para proteger la frontera norte de su imperio. Lo cual no quita para se deba reconocer que los españoles cometieron actos que hoy en día nos parecen bárbaros.

Blas de Lezo, los españoles en Norteamerica… ¿Tu obra de ficción histórica trata de rescatar a los héroes olvidados de la historia de España? Por fechas te quedaría Bernardo de Gálvez, otro que al que por cierto, la ficción española tiene un tanto olvidado…

España tiene una historia maravillosa que desconocemos. Me pasma ver las librerías llenas de novelas sobre romanos, vikingos, japoneses, normandos y vete tú a saber qué, cuando nosotros tenemos una historia de caerte de espaldas. Sólo sin salir del siglo XVIII, época en la que yo me he especializado, hay historias para quedarse pegado al sofá de puro gozo. Sobre Bernardo de Gálvez voy a escribir una novela gigantesca porque el personaje se lo merece. A veces, cuando te enfrentas a un personaje histórico, tienes que fabular un poco para darle cierta gracia y hacerlo redondo. A Gálvez hay que quitarle verdad porque su existencia es tan impresionante que, puesta por escrito, parecería una novela de ciencia ficción. Como ya he dicho antes, luchó contra los apaches en peleas cuerpo a cuerpo. Contra guerreros a los que les importaba menos que nada rajarte el pecho desde el cuello hasta el ombligo. Y terminó siendo virrey de Nueva España y ciudadano honorario de los Estados Unidos. Bien, pues al ciudadano medio español, Gálvez no le suena ni de pasada.

La novela histórica hoy, ¿tiene una función social, la llamar la atención sobre la historia, en un tiempo donde las humanidades tienen cada vez menos peso?

Sí, sin duda. Yo hago un trabajo de investigación intensísimo para, después, contarte una historia dentro de las coordenadas de una novela de aventuras. Quiero que el lector flipe con nuestra historia porque nuestra historia es flipante. En España desconocemos nuestro pasado e, incluso, lo despreciamos porque nos sentimos avergonzados de él. La novela, la literatura de ficción, debe servir para invertir el contexto, para que nos sintamos orgullosos de nuestra gente, de los hombres y mujeres que anduvieron por esos mundos y lo hicieron lo mejor que pudieron. Esa es la gran historia de España que hay que contar.

Cuando escribes una novela de apaches, ¿tienes cuidado de intentar alejar al lector de los estereotipos del western estadounidense o te aprovechas de los mismos?

Pongo mucho cuidado en no escribir un western porque resultaría anacrónico. Pero aunque no quieras, debo incluir elementos que son comunes. Por ejemplo, los soldados españoles montan a caballo, llevan espuelas, viajan durante semanas por territorios desérticos, reciben flechazos de los apaches, de los navajos, de los comanches… Sí, hay elementos de western en mi novela, pero quiero que quede claro que no lo es porque esto no es el salvaje oeste, sino el salvaje norte (de la España americana).

Este año has sacado dos novelas (una la reedición de Mediohombre)… ¿tienes alguna historia más en el horizonte?

Tengo una segunda novela ambientada en el río Grande que está prácticamente terminada. Y estoy trabajando en recuperar media docena de historias fabulosas de españoles que hicieron cosas geniales y que hoy en día nadie recuerda. Si la salud me acompaña, os vais a hartar de mí.

¿Conocéis a Álber Vázquez y sus novelas? ¿Habéis leído alguna?

¡Buenas lecturas!

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13 comentarios

  1. Dice ser Daniel 1970

    Todo lo contrarío, totalmente orgullosos del pasado imperialista español, honor y gloría a todos los héroes que nos legaron la España que ahora conocemos que sin duda de no haber existido el Imperio sería mucho peor, gracias al imperialismo y a los millones que se dejaron la vida en los campos de batalla ahora algunas regiones sacan pecho para querer irse de España que sin el sacrificio de esto héroes seguro que ni existirían. Me encanta que se nombre a Blas de Lezo y Olabarrieta Teniente General de la armada española nacido en Guipúzcoa, este héroe vasco y español ha sido el mejor estratega naval de la historia de todo el mundo, la defensa que hizo en Cartagena de Indias humillando a la mayor concentración de la historia de la armada inglesa fue un hecho prácticamente milagroso y todo gracias al ingenio de este gran hombre a pesar de que le faltaba casi medio cuerpo. Qué pena que nos estén ocultando la verdadera historia de España porque algunos gobierno autonómicos no quieren que vean sus alumnos que en sus regiones nacieron los mejores héroes de España y por cierto el País Vasco ha sido quizás en que más héroes aportó al imperialismo español y estaban orgullosos de representar a España.

    18 julio 2017 | 08:59

  2. Dice ser Daniel 1970

    He mirado la página web de Álber Vázquez y de hoy no pasa que me compre el libro ya que habla de la defensa de Cartagena de Indias por parte de Blas de Lezo, no me lo pienso perder, a partir de hoy seguiré a este escritor con mucha atención.

    18 julio 2017 | 09:07

  3. Dice ser La Nueva España

    Ayer comenzó la Cruzada contra el comunismo libertario que pretendian imponer la rojerada asentada en éste país y que llevaba mas de 30 años, conspirando con tal fin.

    18 julio 2017 | 09:27

  4. Dice ser Ricardo

    En realidad no estamos avergonzados. Lo que sí hay es un movimiento de analfabetos al asalto del poder y todos los que les apoyan que, partiendo de la incultura y abundando orgullosamente en el desconocimiento de todo lo que no sea la vulgaridad, pretenden manipular, retorcer y administrar la historia a su antojo para utilizarla de forma torticera y elaborar argumentos infantiles que, tristemente, son los únicos que pueden encajar en los manipulados cerebros de que los apoyan. Es lo que tenemos. Sólo queda la esperanza de que, en algún momento, cambie la cosa, que la nueva hornada de políticos se consuma y que la cultura sin manipulación se apodere de nuevo de la gente…

    18 julio 2017 | 10:46

  5. Dice ser de héroes y heroicidades

    Qué preciosa es la Democracia y el estado de derechos y libertades.
    El pasado, pasado es y nunca puede juzgarse desde el presente, pero si el ser humano hubiera usado antes su cerebro de manera racional y más pacífica, nos habríamos ahorrado muchos héroes y muchos desastres.
    El pasado que no se repita jamás. La mejor lección que se puede sacar.

    18 julio 2017 | 11:56

  6. Dice ser gargamel08

    Sólo están acomplejados los progres. Esos q se sienten culpables por lo que hicieron sus antepasados hace 500 años, cuando todos los países estaban en guerra e invadían y asolaban a otros países.
    Gente floja de espíritu y de mente.

    18 julio 2017 | 12:16

  7. Dice ser Andres

    Parece que en Filipinas no se averguenzan de nosotros:

    Vean el enlace:

    https://www.youtube.com/watch?v=utvSaZPFej0

    Saludos

    Andres

    18 julio 2017 | 12:36

  8. Dice ser Lluís

    Es que españa es una mierda de país que nadie del primer mundo quiere. Solo los del tercer mundo quieren venir por la comida gratis, nada más.

    18 julio 2017 | 13:14

  9. Dice ser They live

    #6 Claro y como todo el mundo invadia,asesinaba y robaba no estaba mal hecho no? Gente floja de espiritu y de mente? Te aseguro que esa gente que hizo esas barbaridades carecian de espiritu y de mente,al igual que gran parte de la poblacion mundial siguen carentes de espiritu y de mente aunque gran parte de culpa la tienen las elites que os manipulan,te doy un ejemplo para que comprendas lo que te digo,una de las grandes defensas por la que se lucha para el ser humano es el derecho al trabajo,pero pensamos realmente que es lo que significa esto? Luchamos para tener el derecho de dar a «personas» lo mas valioso que tenemos hoy en dia la humanidad y es el TIEMPO,nuestro tiempo de vivir en esta vida y este mundo,lo que antes era esclavitud lo han convertido hoy en dia en derecho ha esclavizarse,realmente no estamos manipulados? Tenemos espiritu y mente hoy en dia?

    18 julio 2017 | 13:27

  10. Dice ser Heisenburger

    Ese «sentimiento de culpa» sólo lo tienen los ignorantes que hablan sin tener ni idea de Historia o que son tan necios que juzgan el pasado con perspectiva del presente.

    18 julio 2017 | 13:41

  11. Dice ser los héroes inteligentes

    A todxs lxs que hablan de tiempos buenos y de dond esacar glorias habría que meterlos en al máquina del tiempo y enviarlos a aquellso passados horrorosos.
    Igual así les daba por amar más el presente conseguido en Paz a base de sufrimiento y superación de abusos de todo tipo y que, además disfrutan…

    18 julio 2017 | 15:20

  12. Dice ser Jesus

    Me leí el libro de Mediohombre y me pareció buenísimo. Blas de Lezo fue un personaje histórico que se debería estudiar en todos los colegios de España. Y la gran iniciativa de Alber Vázquez escribiendo un libro sobre él nos hace más grandes a todos.

    Por cierto, hace unos días escuché un podcast sobre Blas de Lezo que recomiendo a todo el mundo que quiera conocerlo como punto de partida (aparte del libro recomendado), está contado por el maravilloso Juan Antonio Cebrián, una delicia: http://rosadelosvientospodcast.com/blas-de-lezo

    18 julio 2017 | 15:34

  13. Dice ser José

    Totalmente de acuerdo con Ricardo nº 4.- No hay ningún sentimiento de culpa, lo que hay es una jauría de analfabetos que reniegan de España porque dicen que hizo pupa a la cultura indígena.

    La conquista de América era inevitable y tarde o temprano aquellos pueblos hubieran sido conquistados por otros más adelantados y agresivos que, además de apoderarse de sus riquezas, los hubieran tenido por esclavos, no por amigos ni protegidos. No se nos puede reprochar la conquista. Era lo habitual en una época de conquistas. Con una diferencia a favor de los españoles: Y es que trataron a los indígenas, una vez superado el concepto de “enemigos” y restablecidos los puentes del entendimiento, como verdaderos amigos y con respeto, redactando incluso modélicas leyes que velasen por la integridad de sus derechos y culturas.

    Tales leyes declaraban la libertad de los indios, el derecho a que tuvieran una casa y hacienda propia, a percibir un salario justo. Proscribían los castigos corporales, señalaban para ellos 40 días de vacaciones cada cinco meses de trabajo y numerosas medidas más para evitar los abusos sobre los indios. Debo insistir: Ninguna otra nación les hubiera dado ese “mal trato”. Muchos siglos después nuestra progresista legislación viene a decir lo mismo.

    Pero además de tales leyes protectoras de los indígenas, existía el llamado “Juicio de Residencia”, un procedimiento judicial al que se sometían los funcionarios públicos, desde virreyes y presidentes de Audiencia hasta alcaldes y alguaciles, donde se revisaban sus actuaciones y se escuchaban las denuncias que pudieran producirse contra él. Con ello se trataba de evitar la corrupción, el incumplimiento de las leyes y el abuso contra los indígenas.

    Voto porque hoy esto mismo se respete en muchas naciones «progresistas».

    18 julio 2017 | 21:08

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