Juan Carlos González (Carpetania): «En Madrid hemos despertado tarde en la novela histórica»

Juan Carlos, durante el paseo ‘En el nombre de Lope’ (foto cedida por CARPETANIA)

Que la ficción -ya sea televisiva, cinematográfica o literaria- es un elemento íntimamente relacionado con el turismo es algo que hoy en día parece obvio. En Madrid, la asociación Carpetania llevan dieciséis años aprovechando ese filón. A uno de sus fundadores, Juan Carlos González, le conocí en las pasadas Jornadas madrileñas de novela histórica. «Antes de arrancar, hicimos un análisis del mercado cultural y vimos que la oferta en Madrid era muy tradicional: una visita panorámica, un Museo del Prado, un Madrid de los Austrias… En cambio, en Londres o París ya se hacían visitas de Sherlock Holmes o de Amélie«.

Y así hasta hoy, donde además de esos pasos guiados (walks) tradicionales que comentaba González, hacen visitas de el Madrid de El Ministerio del Tiempo, el de la Movida o el de Sabina, o el de novelas como Ladrones de tinta, El rey pasmado, La forja de un rebelde o Alatriste. «Conocer Madrid a través de una novela, una película o serie, es una muy buena opción», afirma.

«Buceamos en qué novelas y películas habían trabajado Madrid», explica González, «y una de las primeras que encontramos fue Alatriste. Hablamos con Pérez-Reverte y su editorial y vimos que podíamos pasear el Madrid de los Austrias a través de esas novelas y contar la época de otra manera: en vez de hablar de reyes, podíamos ir con la gente de píe, con los espadachines«.

Le pregunto por su forma de crear estos paseos -«leer y buscar cómo relacionar los textos con lugares e historia de Madrid»- y me explica que en cada paseo intentan «llevar un objeto para interactuar con el libro y lo que vemos; esos objetos fijan la atención y quedan en la retina: en Alatriste llevo una espada o un sombrero de ala ancha; en Ladrones de tinta, en un momento de la novela de Mateo-Sagasta, el protagonista va a la barbero y le purgan con una bolita. Así que llevo una especia de canica y enseño cómo era aquella práctica que la novela retrata muy bien».

Este historiador y guía, que ha trabajado en distintas áreas de formación y animación sociocultural, conoce bien al público de Carpetania: «Buscamos al turista de citybreak, que viene a Madrid por un fin de semana sobre todo por ocio y cultura; conoce Madrid, pero por sí mismo no podría pasear un Madrid tematizado». Su programación depende de la «agenda cultural» que repasa al dedillo: qué vieja gloria vuelve a sacar disco; qué obra de teatro clásica se representa; qué película, qué novela está de moda… «Esa es mi búsqueda», dice Juan Carlos, la de elementos que puedan despertar el interés por un momento de la historia de Madrid.

Cuenta que ahora está diseñando un paseo titulado «el Madrid de los espías, que supone caminar la ciudad a través de esta práctica, desde los primeros agentes de Felipe II, hasta los espías industriales del siglo XVIII, los conspiradores del XIX, hasta los nazis de los años 30 y 40. Y supongo que ahora tendré que meter a los espías informáticos».

No puedo desaprovechar a un lector tan voraz y atento de novela histórica como Juan Carlos cuando pasa por XXSiglos. ¿Novela histórica por devoción o por trabajo? «Las dos cosas», responde, «por un lado es formación continúa como los informáticos que están siempre buscando un nuevo virus. Por otro lado, la parte del investigador, que como historiador me encanta. Y por último, también estás diseñando, estás creando un nuevo espacio».

González ve el auge de la novela histórica como una buena «sinergia»: «contactamos con autores y editoriales y hacemos sinergias; a ellos les viene bien por la difusión, porque esto es una adaptación más y a nosotros porque creamos una nueva actividad«.

Eso sí, aunque hay mucho material escrito, entre clásicos y contemporáneos, y mucho aún sin adaptar reconoce que «en Madrid hemos despertado tarde en la novela histórica», frente a otras ciudades europeas o Barcelona. «Madrid es un pozo sin fondo, siempre podemos escribir sobre ella y hay muchas cosas por tratar». ¿Por ejemplo?; pregunto. No duda: «La Edad Media está todavía pendiente; los detectives, ahora está empezando con Víctor Ros o La cajita de rapé, pero faltan más. Y luego los años de la República, del 31 al 36; hay mucho sobre la Guerra Civil, pero los años anteriores fueron apasionantes. Si tuviera tiempo, las escribiría yo», confiesa.

Y ahora que es periodo vacacional, ¿qué nos propones? «En verano tiramos más de visitas nocturnas. El Madrid de la movida, que es casi un musical. Los Misterios y Secretos de Madrid. O el Madrid de capa y espada, que es como un thriller en el siglo de Oro, al estilo de las buenas novelas que tenemos de esa época como Decidnos quién mató al conde, de Ernesto Luján».

Así que hoy, además de «buenas lecturas», os deseo «buenos paseos». Y a vosotros, ¿qué os parecen estas visitas tematizados?

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