El western cabalga de nuevo (también en la literatura)

Fotograma de la película Bone Tomahawk.

Al western le han dado por muerto en varias ocasiones, pero, como en el cliché propio de estas historias, siempre ha regresado para vengarse de quienes lo minusvaloraron. El siglo XXI parecía de todo menos un lugar propicio para este género de ambientación pasada y fuertemente entroncado con el paisaje, pero el sector audiovisual se ha empeñado en resucitarlo: desde la espléndida serie Deadwood, hasta las dos últimas películas de Tarantino, los remakes de Los 7 magníficos o El tren de las 3.10, la hermosa y dura Deuda de honor, la más clásica La venganza de Jane o la rareza Bone Tomahawk, entre otras, son buena prueba de ello. Incluso hemos podido ver western daneses y coreanos. Y viendo las previsiones, parece que todavía le queda cuerda para rato.

En EE UU, patria chica de un género ya universal, nunca se ha dejado de escribir novelas del Oeste: ya fueran grandes literatos como Cormac McCarthy o Doctorow o autores más regulares de puro género, el western siempre ha estado allí. Con novelas, con sus premios, con sus asociaciones. Y aquí en España, seguramente cabalgando a la estela del cine, estas ficciones han ido apareciendo cada vez más en nuestras estanterías en la última década.

Por un lado, se han ido recuperado clásicos emblemáticos como Zane Grey, Louis L´Amour o Alan May o historias que podríamos llamar neowestern, que añaden a los elementos clásicos novedades propias de la batidora de la posmodernidad.

Desde hace cinco años, Alfredo Lara, con la imprescindible colección Frontera en Valdemar, ha ido recuperando con buen tino grandes clásicos del género en español en cuidadas ediciones. Y también se ha permitido descubrir alguna obra más reciente, y más contemporánea, como La última galopada (originalmente publicada en su país en 1995 y editada en España en 2015) que combina el western más clásico con elementos de terror derivados de la magia india.

Su última propuesta es Los cautivos, de Elmore Leonard (Valdemar, 2017), recién salido de imprenta, y que propone un buen puñado de relatos de este autor, quizá más conocido por su literatura negra, pero que contiene todos los ingredientes del género: pistoleros, indios, violencia… A la labor de la colección Frontera, podemos sumar la recuperación de Valor de Ley de Portis, que se hizo junto al remake de los Coen, o el rescate de las espléndidas novelas de Oakley Hall en Galaxia Gutenberg.

Sin duda, uno de los títulos más relevantes de los últimos años ha sido la finalista al Pullitzer, El hijo, de Phillip Meyer (Literatura Random House, 2015). La novela es una saga tejana prodigiosa, que como el gran western se adentra en el mito del nacimiento de la nación y de la familia, con grandes y realistas elementos clásicos del género: el blanco secuestrado por los indios, las luchas ganaderas, etc. Además, actualmente está en emisión la serie de televisión -bastante tibia- que la adapta. Gran apuesta del género, literatura con mayúsculas.

Fotograma del remake de ‘Los siete magníficos’.

Si de western en España hablamos, además de Valdemar, hay que tener también un ojo puesto en Hoja de Lata (con obras como Cartas de una pionera, Cartas de una cazadora, El rancho de la U alada o incluso Los del San Patricio). Su última novedad es En busca de New Babylon (traducción de Luisa Lucuix, 2017) premiada novela nacida de una jovencísima debutante, la quebequesa Dominique Scali.

Por su parte Tropo Editores acaba de publicar la última novela (de 2008) del escritor y guionista Rudolph Wurliter -algo sabrá de western: fue el guionista de la película Pat Garret & Billy the Kid que dirigió el maestro Sam Peckinpah-, Zebulon (traducción de Irene Oliva Luque). Un western psicodélico y alucinado a ratos, pero que no abandona los elementos clásicos del género ni la reflexión sobre la frontera.

Y así podríamos seguir un buen rato, hablando de otros lanzamientos recientes como El banquete celestial, de Daniel Ray Pollock (traducción de Javier Calvo Perales, Literatura Random House, 2017), o de una novela aún sin publicar en España, que nos vuelve a conectar con el auge del género en el cine.

S. Craig Zahler, escritor y director de la disfrutable Bone Tomahawk, extraña mezcla de western clásico y gore, vendió los derechos de su segunda novela, Wraiths of the Broken Land (algo así como Espectros de la tierra quebrada) para que la lleve al cine el incansable Ridley Scott. La historia cuenta la búsqueda de una violenta familia y sus cómplices de la hermana secuestrada en México por un proxeneta español. Mucho menos literaria que las anteriormente citadas, no es en absoluto para estómagos delicados (y alguien debería repasar los diálogos en español en su edición original). ¿La publicará alguna editorial española cuando se acerque la película?

Por si acaso, no desensillen los caballos, no guarden los Colts y los Winchester, ni echen al baúl los sombreros y pañuelos. Quizá los necesiten antes de lo que piensan.

Un grupo ‘salvaje’ del nuevo western que nos llega…

La recién llegada… En busca de New Babylon, de Dominique Scali. Un reverendo con las manos amputadas, un pirómano, un criminal que quiere fundar una ciudad y una joven que marchan al oeste en busca de marido cruzan sus existencias en una historia «cargada de pistolas, pepitas de oro, ligueros y un montón de sueños viejos».

 

 

 

 


El psicodélico… Zebulón de Rudolph Wurliter. Zebulon, un cazador de pieles de las montañas, es maldecido por una misteriosa india. Desde entonces, su vida (o vidas) lo conducirán desde Panamá hasta California y será testigo de la fiebre del oro o el inicio de la revolución mexicana.

 

 

 

 

 


El clásico… Los cautivos, de Elmore Leonard. Quince relatos de uno de los grandes de la gran literatura de género estadounidense. Ambientados en los territorios de Arizona y Nuevo México, en ellos encontraremos apaches, forajidos, mujeres y niños secuestrados por los indios… Puro sabor a género.

 

 

 

 

 


El texano… El hijo, de Phillip Meyer. Eli McCullough, el primer varón nacido en la incipiente República de Texas, es violentamente secuestrado por los comanches. A partir de ahí, su vida y sus decisiones arrancarán una cadena que afectará a sus hijos y bisnieta. Una historia de sangre, ganado, petróleo y familia.

 

 

 

 

 


El sanguinario… Wraiths of the Broken Land, de S. Craig Zahler. Un proxeneta llamado Gris fuerza a la hermana de los  Plugford a la prostitución en México. Y sus hermanos están dispuestos a llevar la sangre y la violencia allá donde estén. Un reverso muy oscuro y muy sangriento de Centauros del desierto.

 

 

 

 


¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Todo vuelve, también en el mundo del cine y la literatura. La última peli que ví fue Comancheria, buen wester-moderno

    13 junio 2017 | 11:03

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