El trágico destino de los amantes de Teruel

Los amantes de Teruel. Iglesia de San Pedro de Teruel (WIKIPEDIA)

Este año 2017 se conmemora el 800 aniversario de los célebres amantes de Teruel. Por eso se celebrarán en la capital aragonesa más de un centenar de actividades culturales y festivas entorno a esta leyenda que culminarán con la XXI edición de la recreación de las Bodas de Isabel de Segura del 16 al 19 de febrero.

Y precisamente, en ese marco de celebración, esta semana (el día 26 concretamente) la escritora zaragozana Magdalena Lasala presenta en Teruel El beso que no te di (Esfera de los Libros), novela con la que se une al selecto grupo de escritores que ha escrito las desventuras de los amantes. Lasala, en este caso, ha intentado ir a la historia del siglo XIII que originaría la leyenda. Ella misma nos lo cuenta en este artículo…

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El trágico destino de los amantes de Teruel

Por Magdalena Lasala | Escritora

Toda leyenda nace de una semilla de realidad. En El beso que no te di  indago a través de la memoria y las ramificaciones de la historia de Los amantes de Teruel, hasta reconstruir la verdad de esa semilla  que hace 800 años quedó en el recuerdo popular.  La experiencia de escribir esta novela ha sido uno de los  retos más estimulantes que recuerdo en mi carrera literaria, a cuyo hechizo sucumbí apenas comencé a adentrarme en la investigación que requería mi búsqueda; en ella me involucré emocionalmente hasta límites insospechados, y me reportó maravillosos hallazgos.

Para la recreación de su epopeya, parto de la versión aceptada de que la historia de amor de Diego Marcilla e Isabel de Segura transcurre a principios del s. XIII: el año 1217 es el año de la muerte de los amantes. Partiendo por tanto de la aceptación de las coordenadas genéricas comunes a todos los autores que nombran a los Amantes de Teruel, esta novela plantea una hipótesis: cómo habrían sido Isabel y Diego, en qué momento y cómo habrían vivido, qué acontecimientos habrían marcado sus vidas y cómo la propia historia del Reino y la Corona de Aragón habría influido en su separación y el desenlace de su amor; es decir la hipótesis de cómo podrían haber ocurrido las cosas, iluminando las zonas que nunca ha recogido la leyenda y detalles en que no se han detenido anteriores relatos y que permanecían en la oscuridad.

Mi principal intención ha sido conocer quiénes fueron Isabel de Segura y Diego Marcilla. Cuándo y cómo nacieron, quiénes eran sus familias, cómo se educaron, cómo era el Teruel de los primeros años de su infancia y en qué tipo de sociedad se desarrolla su amor.  Desde 1171, año de la fundación de Teruel, hasta 1190, año en que sitúo el nacimiento de Diego Marcilla, han transcurrido 19 años; y hasta 1197, año en que sitúo el nacimiento de Isabel de Segura, han transcurrido 26 años. Es decir, la villa de Teruel es todavía una ciudad incipiente que se está formando con pobladores aragoneses y navarros venidos buscando la protección de sus fueros y motivados por las posibilidades de enriquecimiento y propiedad de tierras y otros favores, a cambio de establecerse, y además por otro lado, con los caballeros, baja nobleza y políticos por orden y favor del rey Alfonso II de Aragón como lugar fronterizo en el  límite sur del reino, desde donde se buscará acometer las tareas políticas y militares de expansión de la Corona aragonesa, a costa de conquistar los territorios sarracenos limítrofes.

Nunca se había puesto imagen a la infancia y la formación de Isabel y Diego. Quería construir una red de personajes a su alrededor que ofrecen también un reflejo de cómo eran ellos y en qué ambiente se desenvolvían como hijos de familias principales en ese Teruel joven. Todos ellos son  la primera generación de turolenses nacidos ya en Teruel: Isabel y Diego, Meriem, amiga casi hermana de Isabel, las hermanas Castroviejo, Ramón Cervera, amigo de Diego y sus hermanos Sancho y Gracia Marcilla entre otros, forman la pequeña aristocracia de hijos de las familias principales de la villa que han nacido ya entre sus muros, los primeros turolenses de nacimiento.

He utilizado dos claves internas esenciales.  El toro y la estrella tomados aquí del mito de la propia fundación de la villa de Teruel, se identifican con Diego e Isabel para reforzar un simbolismo mistérico como personajes-arquetipo: la relación entre el toro bravo que ofrece su sangre y la estrella que permanece expectante en la oscuridad eligiéndolo a él con su brillo es una alegoría de la misma relación de amor apasionado, distancia e imposible que viven los amantes. Y por otra parte, la participación del lector como cómplice, pues igual que ocurre en las tragedias clásicas, en esta historia el lector ya conoce el desenlace; pero lo que importa, lo que implica y apasiona al lector/espectador es vivenciar el proceso de cómo se llega a ese final sabido, es decir: todos los entresijos y tramas internas que se van sucediendo para ensamblarse y llegar a desembocar en la conclusión última.  Un proceso en el que por más que se conozca de antemano el final, siempre atrapa al lector en la fantasía de que ese final puede ser de otro modo.

La reconstrucción de la psicología de los protagonistas y las personas que forman parte de su entorno e historia, así como la recreación de ambientes, contextualización histórica y propuesta de lo ocurrido en el intervalo de los cinco años de su separación, están hechas apelando primordialmente al criterio de credibilidad que siempre debe animar una novela histórica. Aunque no se tiene fehaciente prueba de la existencia real de Isabel de Segura y de Diego Marcilla, sí se remonta el conocimiento de la crónica de su amor a muchos siglos atrás hasta convertirse en un hecho aceptado que casi nadie duda de que ocurriera en sus formas más básicas. Lo que hace inmortal y eterna a la historia de amor irremediable entre ellos, pero también truncado por imposible, es la transgresión que su amor está significando con respecto a las normas y convenciones del momento social e histórico que les toca vivir. Los amantes Diego e Isabel representan un intento de ruptura de las normas sociales y de relaciones que heredan de sus mayores. Su amor reivindica la posibilidad de amarse y desear mostrarlo al mundo en un momento en que matrimonio y emociones son cosas distintas y no pueden vivirse a un tiempo. Su deseo de amarse a la luz del día contraviene las condiciones de una sociedad que basa en sus fueros y costumbres la supervivencia del individuo. Por eso Diego e Isabel representan un cambio tan profundo y difícil de asumir en su momento.

El beso que no te di gira en torno al amor como el impulso de la existencia de los amantes, aceptado por ellos como algo inevitable a lo que no quieren tampoco renunciar. Nacen amándose aunque no lo sepan aún, y van descubriéndose el uno al otro a la vez que descubren la fuerza inconmensurable e irremediable de ese amor traído a este mundo como destino. Un destino que lejos de ser una condena, será la fuerza que les lleva a querer cambiar el mundo que viven dando un paso adelante en el curso del tiempo.

*Las negritas son del bloguero y no de la autora del texto.

2 comentarios

  1. Dice ser el cerebro merece buenas vitaminas

    El ser humano es una bestia ignorante que va adquiriendo conocimiento en su evolución. Cuanto más atrás, peor.
    En esa brutalidad caben supersticiones, moralinas, dictatoriales modos de dominar las voluntades ajenas por propio miedo irracional hacia tal o cual sujeto u objeto. El conocimiento va eliminando esas taras, pero es un camino muy tortuoso porque la cadena de represión, de superstición y de irracionalidad va pasando de generación en generación sin que se permita una educación libre y sana. En ese caldo de cultivo cabe de todo lo malo. Si miramos el laneta desde fuera, desde la Luna si se queire, y se pudiera ver la cantidad de estupideces que puebla el universo humano…

    25 enero 2017 | 12:11

  2. Dice ser perico

    y no podía ser un erudito quien escriba historia y no una enchufada de Ibercaja, que no ha hecho sino poner por delante siempre su cara bonita (cuando la tenia).

    25 enero 2017 | 14:34

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