Una madre alemana contra Mengele: una canción de cuna en Auschwitz para no olvidar el genocidio gitano

Vista general de las instalaciones del campo de concentración alemán nazi Auschwitz II-Birkenau en Oswiecim (Polonia). ( Jacek Bednarczyk / EFE)

Vista general de las instalaciones del campo de concentración alemán nazi Auschwitz II-Birkenau en Oswiecim (Polonia). ( Jacek Bednarczyk / EFE)

Atención a esta historia. Helene Hanneman fue una enfermera alemana casada con un gitano en la Alemania nazi y con el que tuvo cinco hijos. Cuando las autoridades se presentaron  en su hogar para llevarse a su marido y prole detenidos, ella decidió irse voluntariamente, porque como alemana no estaba obligada, con ellos al campo de Auschwitz. Allí, dirigió la guardería del campo gitano (una idea del macabro Dr. Mengele).  Cuando, en agosto de 1944, las SS deciden liquidar el campo gitano, a Helen le dan, como alemana aria, la oportunidad de sobrevivir. Ella elige morir con sus hijos.

El escritor Mario Escobar ha rescatado la historia de esta mujer en Canción de cuna de Auschwitz (Harper Collins Ibérica, 2016, hace unas semanas os avancé uno de sus primeros capítulos) y con ella, la voz dormida y olvidada del genocidio gitano, el Porraimos. La novela, breve y directa, es una historia emocional y emocionante, un canto sobre el amor de una madre en medio del infierno. Un choque de trenes entre esta mujer olvidada y un monstruo célebre como el doctor Josef Mengele.( Por cierto, sorteo ejemplares en FB)

«Conocí a Miguel Palacios, de la Asociación Memoria del Genocidio Gitano, y me acerqué a él. He leído durante toda mi vida sobre el Holocausto y he visto muy poco sobre los gitanos. Le pedí historias. Días después nos volvimos a ver y él me trajo varias biografías de personas que sufrieron el Holocausto gitano. Entre ellas estaba la de Helen Hanneman. Fue algo providencial», explica este autor e historiador madrileño, al que conozco bien desde hace años y, os puedo asegurar, es un auténtico y constante ‘cazador de historias’. Mario es un escritor prolífico con multitud de novelas de diversos géneros y libros de no ficción, que, hasta hoy ha tenido más éxito en América que en su país. Ahora, con esta historia real, se ha marcado, sin duda, su mejor obra.

La novela, indudablemente conmovedora, frente a otras formas narrar el horror nazi, prefiere apostar por las emociones y por, sin obviar la dureza y el absoluto infierno que suponía, no se recrea en el morbo y la violencia. «En Helen, he querido reflejar a todas las madres, a la mía, a mi esposa…», afirma conmovido por la historia de esta mujer. Pero no sólo ese, «su historia también trasciende el amor de madre. Una vez en Auschwitz, Helen trabaja por los demás, no sólo por sus hijos y logra dirigir la guardería del campo como un reducto paradisíaco entre tanto horror para los niños, aunque sea auspiciado por Mengele».

Mengele. Resulta difícil no tener presente a este doctor y sus fechorías supuestamente científicas. «Es el gran contraste con la protagonista», me explica, «cuanto más desprendida y generosa es ella, más resalta el sadismo, la ambición y la crueldad de él. Él justifica todo con su ideología; para ella su ideología era su familia«, asegura.

9788416502158La novela no oculta su intención de poner voz al olvidado genocidio gitano.  A pesar de que, en un principio, a los gitanos «los salvó», una loca teoría nazi que pedía estudiarlos por sus supuestos antecedentes arios en la India, acabaron convirtiéndose en el colectivo que más sufrió el Holocausto tras los judíos. «Se calcula que murieron entre 250.000 y 500.000 gitanos, entre los campos y el conocido como exterminio por balas», explica el historiador. «Por eso, me resultaba sangrante leer que a los pocos que sobrevivieron, cuando regresaron, les volvieron a fichar, usaron los números que tenían tatuados en sus cuerpos de los campos y se les negó el estado de víctimas. Hasta los años 80 Alemania no les reconoció como víctimas del genocidio. Y hasta 2013 no se les invitó al homenaje oficial», explica el olvido.

Escobar, a pesar de su inequívoca intención, no dulcifica el campo. A veces, los propios internos son brutales y crueles entre ellos. «Uno de los elementos más terribles del nazismo es cómo lograron deshumanizar a las víctimas. Recuerdo el testimonio de un superviviente del campo de Treblinka que rememoraba horrorizado cómo se alegraba cuando llegaba un tren de prisioneros. Él se ocupaba de recoger la ropa y las joyas de las víctimas, sin importarle su destino. Para él, era una semana más de vida». Me vienen a la cabeza las palabras del historiador David Solar en la presentación de libro en Madrid hace unas semanas: «Los nazis sólo fueron eficaces matando y robando».

Y, ya sabéis que siempre busco ese tipo de lecturas, la historia de Helen nos habla directamente, a nuestro tiempo. «Ahora se persigue a los cristianos y a otras minorías en Oriente Próximo, miles de personas huyen de la guerra y encuentran todas las fronteras cerradas. Parece que la humanidad no aprende. Helen Hanneman fue el ejemplo de personas que ayudaron a los demás, les costara prisión, tortura o muerte. Debería haber más Helen Hanneman en el mundo».

Si os ha interesado, pasaos por mi página de Facebook que sorteo dos ejemplares de Canción de cuna de Auschwitz, cortesía de Harper Collins Ibérica.

¡Buenas lecturas!

Si te ha gustado, también te puede interesar…

Puedes seguirme en Facebook, Twitter y Goodreads.

Si te ha interesado esta entrada, quizá te interese…

 

5 comentarios

  1. Dice ser Mathar

    Si, menuda sorpresa, a pesar de lo que los medios llevan años bombardeándonos dando importancia solo a las victimas judías de los campos de exterminio, lo cierto es que murieron muchos más aparte de judíos. De los estimados 15-20 millones de muertos en los campos un máximo de 6 millones eran judíos, los demás eran gitanos, presos políticos alemanes (incluso arios, pero que estaban en contra del régimen), hasta discapacitados mataron, pero sobre todo soldados rusos y habitantes de Europa del este (rumanos, ucranianos y sobre todo polacos, etc) que entre ambos se le calcula entre 6 y 10 millones de muertos. Pero para el cine y los medios solo hubo judíos, y para quien no crea las cifras las adjunto aquí

    http://www.elholocausto.net/parte04/0405.htm

    NO justifico y además condeno lo hecho a los judíos, pero j*der que se asesinaron a muchas más personas y etnias en los campos y parece que no existieron, a ver cuándo se les empieza a reconocer (como con este libro, buen ejemplo)

    29 abril 2016 | 10:09

  2. Dice ser jos

    El genocidio gitano fue tan descomunal como olvidado, apenas ninguno de los propios gitanos lo sabe ni lo recuerda, mirad: http://www.losmundosdehachero.com/viaje-a-macedonia-con-los-gitanos-de-los-balcanes/

    29 abril 2016 | 14:14

  3. Dice ser hastaloscojones

    Si no sale la mierda de los gitanos, parece que la gente no duerme; nos olvidamos que no solo las ss enviaron a millones de personas no mas de 25, porque lo que fueron los rusos, chinos, norcoreanos, si que enviaron a campos de exterminio a muchos mas millones de lo que lo hicieron los alemanes en 9 años, olvidamos que el gran político stalin, despues de lenin, envió a mas de 100 millones de inocentes a gulags, pelotones de fusilamiento y nadie dice nada, ni artículos, ni blogs, ni noticias, incluso cuando se descubrió lo de katlyn, todos los medios de comunicación tapando como zorras, no fuera que putin se cabrease….

    ahora me vais a decir que los gitanos eran gente de paz, trabajadores, honrados, contribuian a la riqueza de los paises que ocupaban ilegalmente, igualito que los que asesinaron a sandra palo, o al gc en barbastro, o al camionero de valencia, o a los que tenian el monopolio de mercadillos en pontevedra….., pobrecitos ellos….., manda cojones.

    29 abril 2016 | 14:39

  4. Dice ser joseluis123123

    ¿ y que decir del genocidio que cometen los gitanos contra el resto de la sociedad con sus constantes robos, amenazas, okupaciones de viviendas, etc que hacen a los que no son gitanos ? los gitanos no son alemanes y por tanto no pintaban nada en Alemania y si encima no eran bien recibidos lo que no entiendo es porque no se marcharon.

    29 abril 2016 | 17:18

  5. Dice ser Mayka Tapiador

    He leído mucho acerca de los nazis, calificativo despectivo que no utilizaban los alemanes para denominarse, si no que era así como los llamaban los americanos,.
    He leído desde lo plañidera de «el niño del pijama de rayas » pasando por «los niños del Brasil «»Eva 12″, y » la cara B de la Segunda Guerra mundial :, este último no lo encontraréis en librerías, solo en Internet, pero os hará ver que la Historia la escriben los vencedores y no siempre es todo verdad. Ni los «nazis «eran tan nazis como nos han vendido, ni los judíos, (esos que ahora asesinan sin piedad a palestinos y cobran jugosas cifras por su Holocausto, )eran tan buenos y tan horriblemente asesinados, al menos no todos los que nos quieren hacer creer.

    29 abril 2016 | 20:10

Los comentarios están cerrados.