Jesús Hernández: «En España padecemos un desprecio absoluto por la Historia»

Jesús Hernández, fotografía cedida por el autor.

Jesús Hernández, fotografía cedida por el autor.

Hay escritores a los que uno les tiene especial cariño. En mi caso son muchos. Uno de ellos es Jesús Hernández, historiador, periodista y autor de (hasta hoy) veinte libros de divulgación histórica. Cuando empecé a trabajar en el mundo editorial, uno de los primeros libros que tuve que ‘mover’ en medios de comunicación fue uno suyo, Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, lo he seguido leyendo y he mantenido contacto con él. No es algo que os sorprenda, claro, ya he contado con él en XX Siglos para temas como el trivial sobre la Segunda Guerra Mundial, la polémica sobre la publicación de Mi lucha y su posible estudio en escuelas o en el tema sobre anécdotas y divulgación histórica.

Aunque para mí fue el primer autor que leí que hacía libros de anécdotas, Jesús ha hecho muchos libros de divulgación temáticos y no sólo de la Segunda Guerra Mundial (su libro sobre la Guerra de Secesión americana me encantó). De hecho, ya me recordaba hace poco que «el mero relato de anécdotas históricas tiene un recorrido limitado, y eso que tengo publicados algunos libros de ese género». Jesús me decía que estaba un poco cansado de ser considerado un autor solo de anécdotas cuando tenía muchos libros con otros estilos y enfoques.

Como muestra de esa variedad, sus dos últimos libros: Los magos de Hitler (Melusina, 2014), un libro muy interesante sobre la extraña relación entre el régimen nazi y los astrólogos (no, y no es nada tipo periodismo del misterio); Pequeñas grandes historias de la Segunda Guerra Mundial (Temas de Hoy, 2015), una divertida recopilación de historias curiosas sobre el conflicto. Además, hace pocos día, han reeditado uno de sus primeros éxitos ¡Es la guerra! (Roca Editorial, 2016), con anécdotas de diferentes conflictos bélicos.

¿Cuándo y cómo te diste cuenta que la divulgación de temas aparentemente ‘vetados’ para autores españoles como la Segunda Guerra Mundial podía ser un campo literario a explotar?

Antes de publicar mi primera obra, en 2004, casi no había ningún libro sobre ese período escrito por autores españoles, lo que consideraba una inexplicable anomalía, así que me dije “¿por qué no intentarlo?”. El éxito de ese libro, Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial, demostró que había un mercado para los autores españoles. No quiero arrogarme el papel de pionero, pero a partir de entonces fueron bastantes los autores que se decidieron a escribir sobre el conflicto, en algunos casos con resultados comparables a los de los historiadores anglosajones. En la actualidad hay trabajos sobre campañas concretas de una excepcional calidad. Estoy contento de haber contribuido modestamente a sacudirnos ese complejo que nos impedía afrontar el reto de explicar la Segunda Guerra Mundial.

Para mí uno de las claves de su éxito es que sus libros se leen con interés y atrapan. No sólo hay una búsqueda por contar los asuntos históricos, sino un trabajo para contarlas bien y de una manera entretenida. El trabajo de la divulgación me parece tan complejo como fascinante. Así que adentrémonos en cocina, cuando comienzas un proyecto… ¿te pones en la piel del lector? ¿Es difícil establecer un rasero, calcular un mínimo de lo que el lector puede o no conocer?

Como dice el tópico, antes de ser autor soy lector. Por eso trato de eliminar de mis libros todo lo que considero difícil de digerir para el lector no especializado. Además, intento crear una progresión dramática, suspense, un ritmo vivo que consiga que las páginas vuelen… Y también trato de que mis obras resulten de interés tanto para el que ya tiene muchos conocimientos sobre el tema como para el que se acerca a él por primera vez. Sí, puede parece la cuadratura del círculo, pero la verdad es que he ido consiguiendo ese objetivo. Por ejemplo, a raíz de mi último libro, Pequeñas grandes historias de la Segunda Guerra Mundial, recibo mensajes de lectores que no habían leído nada sobre el tema y que les ha encantado, y de otros que dicen haber leído ya casi todo sobre esa época y que, sin embargo, reconocen que esas historias les eran totalmente desconocidas.

Siempre me ha coleado una pregunta para él, después de leerle tantos libros sobre guerras (las guerras mundiales, la guerra de secesión, etc)… ¿tienes algún periodo de paz favorito de la Historia?

Sí, me fascina la década de los treinta del siglo XX, me hubiera gustado mucho vivirla. Estuvo repleta de acontecimientos, en muchos países a la vez, y nadie podía sospechar que la humanidad se encaminaba al desastre. Me imagino viajando por el Estados Unidos que estaba saliendo de la Gran Depresión, la Alemania del Tercer Reich, la Rusia de Stalin, la Italia de Mussolini, la convulsa España… Hubiera volado en un dirigible, viajado en un transatlántico… un apasionado por la historia no podría pedir más.

Ya poniéndonos serios, un escritor que se dedica a agrandar el horizonte histórico de sus lectores… ¿Cómo valorarías el conocimiento histórico medio de los españoles?

Por desgracia, en España padecemos de un desprecio absoluto por la Historia, al contrario que los británicos, que tienen por ella un respeto extraordinario, lo que ya se les inculca en la escuela. Desconocemos nuestros héroes, nuestros episodios más gloriosos, y nos entusiasma revolcarnos en el fango de los capítulos menos edificantes. Pero no pierdo la esperanza de que eso cambie. Por ejemplo, la recuperación de un personaje heroico como Blas de Lezo gracias a una iniciativa popular, o el interés que han despertado las series históricas producidas por TVE demuestran que no está todo perdido.

Y por último, ¿puedes avanzarnos algo de tu próximo proyecto?

Sí, en primavera publicaré mi vigesimoprimer libro, sobre unos hechos fascinantes que ocurrieron en Brasil nada más acabar la Segunda Guerra Mundial, que afectaron a la colonia de inmigrantes nipones. Es una historia que, si no fuera porque es cierta, podría ser una novela del género del realismo mágico. Al acabar la contienda, buena parte de la colonia nipona no sólo creía que Japón no había perdido la guerra, sino que ¡estaba convencida de que la había ganado! Llegó a surgir un grupo terrorista que asesinaba a los que admitían que Japón habían perdido la guerra. Precisamente acabo de llegar de Brasil, en donde me he documentado y he mantenido varias entrevistas que me van a ayudar a completar mi trabajo.

Pues seguro que os acabo hablando de él por aquí. ¿Vosotros conocíais a Jesús y sus libros? Como cortesía, Temas de Hoy nos ha cedido un ejemplar de Pequeñas grandes historias de la Segunda Guerra Mundial. Meteos en mi página de Facebook y participad en el sorteo: ¿Qué hecho de la Segunda Guerra Mundial os parece más increíble?

¡Buenas lecturas!

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9 comentarios

  1. Dice ser Azulmarinocasinegro

    Muy buen artículo, y una afirmación de los más interesante. La historio es lo que somos.
    «Si el presente olvida el pasado, el futuro pagará las consecuencias» (Wiston Churchill)

    20 febrero 2016 | 13:52

  2. Dice ser Predicador

    Sobre todo si hay un sector sectario que no le mola y quiere borrar aquello del descubrimiento de America, la reconquista de España en la epoca de los RRCC. etc etc…Esa bazofia es muy ducha en querer hacer olvidar cierta parte de la historia…

    20 febrero 2016 | 17:53

  3. Dice ser la Historia ni siquiera en buena memoria se tiene

    En España, como en muchas partes del mundo, hay un virus qu eenferma las ideas. No sé qué motor lo mueve ni lo alimenta, pero hay gentes que, por ejemplo, hablan de resucitar a dictadores del pasado para que ponga las cosas como deben ser, eso sí, sin dejar de usar el móvil, ni internet, viendo canales de tv, conduciendo a la hora que quieras, salir de marcha y todo eso…. Los hay que buscan en el pasado glorias y proncipios, morales perfectas, ideologías supremas… cuando ni siquiera sabían lo que era la lluvia, ni el diálogo como herramienta de progreso, ni tampoco otros tantos avances conseguidos gracias, precisamente, a quienes no pensaban igual que aquellos que marcaban por imposición las reglas. No sé qué tipo de mal aire les azota el cerebro. Otros levantan manos y proclaman a grtos otras tontadas mientras van luego a ver a su equipo de fútbol multiracial, el campo lleno de gente pacífica, incluso menores con los padres en actitud genial, no como antes, en aquellos tiempos violentos que parecen añorar. No sé qué extraña bobería ataca al cerebro de la gente, si es miedo al futuro, si es negación del presente, si es fanatismo tozudo, si es incapacidad de aceptar los progresos porque chocan estrepitosamente con eso s principios en los que no se podían provocar progresos.. Ni idea. Esos mismos que gritan disparates no saben que el simple hecho de poder gritarlos obedece a l alucha y sufrimiento de las pocas gentes que sufrieron en sus tiempos gloriosos de pasados inexistentes y fueron capaces de abrir senda de luz en las sombras del pensamiento cerrado y bruto que solía gobernar los pasados.
    Otros atacan a la diversidad sexual y luego van a un concierto a cantar le We Are The Champions u otras. Otros hablan fatalidades del sexo y luego son fans de artistas que cuidado las fiestorras que se montaban. Ahhh, pero eso no interesa, eso les perturba el entendimiento y los anula, lso tambalea en sus regios asientos….

    20 febrero 2016 | 20:08

  4. Dice ser morlaco

    Me hacen mucha gracia la gente de letras que se queja por el poco conocimiento de la gente. Sin embargo son tremendísimos ignorantes de todo conocimiento técnico, aunque usen aparatos de altísima tecnología todos los días…. Mucho más importante saber chorradas de Brasil después de la guerra mundial que conocer lo mínimo de matemáticas y física… En fin, no hay mayor ignorante que el que se cree sabio sin tener ni idea de absolutamente nada.

    21 febrero 2016 | 05:58

  5. Dice ser MaCarra

    Especialmente en Cataluña, donde llevan años reinventandose una historia que nunca tuvieron, como la Corona catalanoargonesa, reyes que nunca tuvieron..para justificar ahora que son una comunidad histórica, cuando lo que quieren decir es histérica. Solo hay que entrar en la web de la gencat para ver las barbaridades que aparecen

    21 febrero 2016 | 08:39

  6. Dice ser ¿que historia?

    ¿Qué historia:la oficial, la otra, la negra, la de la exaltación patria, la de las leyendas, la de los vencedores…?

    y como diría cualesquiera otro: y las matemáticas, y la geografía, y las ciencias, y la economía, etc., etc., etc.

    21 febrero 2016 | 08:44

  7. Dice ser el sol tras la tormenta es el que siempre ha habido

    En fin, no hay mayor ignorante que el que se cree sabio sin tener ni idea de absolutamente nada.

    Morlaco, no entiendo el argumento, pero creo que negar una parte del conocimiento humano también redunda en la ignorancia que criticas. Ay las letras y las ciencias, eterno pique de institutos y dualidad complementaria tan necesaria para comprender mejor el todo, o la parte mejor conformada. Yo de estas cosas paso, que ni sé lo que he escrito, que resulta que estuve en los dos bandos, letras y ciencias, y al final se da cuenta uno de la relatividad y escasa consistencia filosófica y científica de muchos de los universales con que nos educan en este mundo tan reacio aún de abrir ventanas a libres ideas. Ni puta idea de lo que escribo, en babia ando, seguro se nota, a ver si cuela.
    El sol tras la tormenta es el que siempre ha habido y nunca se ha ido, pero se agradece poder volver a verlo de nuevo aunque nunca dejara de estar ahí. Buenoooo, aquí ya me rompí 🙂

    21 febrero 2016 | 11:41

  8. Dice ser ciudadanokane

    No le falta razon, aqui solo se estudia la historia para hacer politica nefasta con ella..

    21 febrero 2016 | 13:04

  9. Dice ser carmela

    Aunque poca hay a la que le interese la historia ,al menos tienen pasion.
    Os recomiendo en youtube un proyecto de gente joven que han abierto un canal .Lo llaman PROYECTO 1821

    21 febrero 2016 | 23:53

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