Un paseo por la Historia… a través de los videojuegos

 

Assasin´s creed

Fotograma de Assasin´s Creed

No soy un gran jugador de videojuegos, lo confieso, pero cuanto más leo sobre ellos, más me inclino a pensar que estamos ante otro género narrativo más, como pueda ser la novela o el guión audiovisual. Sé que de esos asuntos, tratan en profundidad los compañeros de Vandal, pero me parecía que la visión amplia que hacemos aquí del género histórico tú, lector, y yo quedaría algo coja si no teníamos, al menos, un acercamiento a ellos. Además, poco podemos dudar de que los videojuegos (como las redes sociales, el cine o la televisión) están influyendo cada vez más en las novelas y los escritores. Y en el género histórico, aunque pueda sorprender a algunos, también.

Si no recuerdo mal, en la (estupenda, por cierto) novela Niños feroces (Destino, 2011), de Lorenzo Silva, el protagonista jugaba a videojuegos (¿era Call of Duty?) para ambientarse y sentir cómo se sentirían los soldados en la Segunda Guerra Mundial, pues quería novelar sobre la División Azul.

Es un ejemplo que me saltó al pensar en ello, pero hay más, seguro. Y también sé de buena tinta que hay escritores, estos ya no de ficción sino reales, que lo hacen. Necesitan sentir, experimentar un pasado que no volverá.

Desde que empecé con XXSiglos tenía claro que quería buscar la manera de hablar sobre la relación entre videojuegos y recreación de la Historia. No dudé mucho en recurrir a mi buena amiga y compañera de facultad, Belén Mainer. Belén es una mujer brillante e inquieta que ha acabado como la directora del Grado en creación y narración de videojuegos, una licenciatura que ha comenzado su andadura este curso en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Me parecía la persona idónea para adentrarnos en este mundo porque me había contado varias veces que su idea con esta carrera era hacerla desde las ciencias sociales y centrarla en formar a sus alumnos para «contar historias que pudieran ofrecer experiencias únicas».

Así que hoy, con esta guía, no solo nos transportamos al pasado con nuestra mente…

 


Un paseo por la historia… a través de los videojuegos
Belén Mainer Blanco
Universidad Francisco de Vitoria

¿Qué te parecería andar por la Venecia del Renacimiento? ¿Tantear sus recreaciones arquitectónicas y mantener conversaciones con los habitantes de aquella época? Quizá vivir y, por qué no, protagonizar el Desembarco de Normandía…, o simplemente visitar paisajes de ficción, ya instalados en nuestro imaginario popular, como los que nos describió Daniel Defoe en su Robinson Crusoe?

Entrar en recreaciones de mundos alternativos, visualmente atractivos, pasear por realidades ilusorias, explorar paisajes lejanos… huele a Assasin’s Creed, Call of Duty, dinámicas de robinsonada, y otras muchas experiencias más. Muestras sensoriales, y pronto olfativas, que nos permiten los videojuegos desde hace ya muchos años.

El mecanismo es complejo, pero posible. Requiere de pericia y licencia creativa de los autores, de su habilidad para inspirarse en lo existente y desarrollar nuevos escenarios familiarizados con nuestra historia. También precisa de la capacidad de entrega de los jugadores para cerrar ese círculo de la comunicación. Es la idea de “yo diseño un mundo imaginado” y, de otro lado, “el diseño me habla a mí individualmente y soy yo quien juega”. Los primeros, los desarrolladores, mezclan ingredientes artísticos, narrativos y técnicos en tiempo y forma adecuados; los segundos, emprenden ese maravilloso viaje de inmersión hacia realidades ilusorias con un propósito definido: divertirse mientras juegan. Producción, narración, diseño, modelado, programación…. se combinan para la construcción de mapas de juego (in)creíbles y atractivos, depositados en un limbo de realidad virtual a la espera de ser jugados por los usuarios. Espacios habilitados al alcance de un click que nos dan la oportunidad de protagonizar hechos sucedidos en diferentes tiempos históricos.

En primera persona

Call of Duty 2

Call of Duty 2

La serie Call of Duty, en una de sus entregas, nos llama a recorrer paisajes bélicos ambientados en conflictos bélicos de la historia como Segunda Guerra Mundial, donde podemos vivir en primera persona hechos históricos tan relevantes como el Desembarco en Normandía, la defensa del territorio ruso por parte del Ejército Rojo y otros escenarios que tuvieron lugar en Europa y Norte de África. En otras entregas, la franquicia centra sus mapas en escenarios de Europa del Este y Oriente Próximo, en entornos de la Guerra Fría, y así en cada publicación.

La saga de aventuras históricas Assassin’s Creed aprovecha el recurso narrativo típico de la rivalidad entre facciones enemigas para mostrarnos un recorrido gráfico a lo largo del tiempo, desde las cruzadas del siglo XII, pasando por el Renacimiento, la Guerra de la Independencia estadounidense, la Guerra de los Siete Años, la Revolución Francesa hasta el Londres Victoriano, por citar solo algunas etapas. Resulta emocionante vivir la perfecta recreación arquitectónica de los entornos paisajísticos y las ciudades que se encuentran en los mapas del juego. Es un placer tener la posibilidad de interactuar por los espacios, por las calles de las urbes, observar en el horizonte el skyline de estos monumentales núcleos urbanos. Subirnos por los tejados para ver desde las alturas (como haríamos en cualquier visita turística convencional) las torres y atalayas de Jerusalén o ver la Basílica di Santa Croce, Palazzo Vecchio, Campanario de Giotto y el Ponte Vecchio de la ciudad de Florencia. Y si nuestro interés va más allá, voilá, desplegamos el menú informativo sobre las características históricas y artísticas del mismo.

Red Dead Redemption nos lleva a la frontera entre Méjico y EEUU en el año 1911. Localizaciones de circuitos de carreras de coches en Forza por Río de Janeiro, Daytona, Brands Hatch, Circuito de las Américas, Lime Rock y Watkins Glen. Total War da muestras de periodos históricos desde los samuráis hasta los días de Napoleón Bonaparte…. Y así una innumerable proliferación de mundos de ficción que no son más que licencias creativas que los diseñadores hacen de la historia para proyectar escenarios, hechos y personajes que una vez fueron verdad.

Licencias creativas
Una imaginación proyectada revestida de historia inspirada en una tradicional concepción de cómo serían aquellas épocas. Propuestas inspiradas en imaginarios colectivos, mezcla de registros, de elementos que configuran espacios abiertos, participativos e interactivos. Donde hay un nexo entre el imaginario de los diseñadores y el de los usuarios. Los autores se documentan para construir espacios susceptibles de ser explorados, cartografiados y controlados por los usuarios, pero también aprovechan el conocimiento y experiencia previa de los jugadores para crear esos escenarios y acontecimientos creíbles con los cuales el usuario está familiarizado.

En este sentido, el jugador facilita la autoría de la historia a la hora de imaginar los escenarios y acontecimientos. Y se realizan con todo tipo de detalles… Los diseñadores tienen sus fuentes de inspiración en documentos, archivos… como hicieran para el videojuego L.A Noire, una versión de Los Ángeles de los años 30 y 50. Fotografías aéreas de la época, catálogos, postales y ejemplos de la arquitectura fueron catalogados y reproducidos al detalle en una clara reinterpretación de la ciudad a partir de obvias referencias previas del espacio.

Un interés por conseguir una mimesis de espacios que un día existieron para que el jugador pueda interactuar con esa representación artificial. Vivir esta experiencia es poder trasladar a este universo paralelo los conocimientos que el usuario pudiera tener de dicha época y ahondar en la comprensión narrativa del mundo mimético que se le presenta, como diría Brannigan.

¿Quieres vivir las texturas y la iluminación de la historia? Hoy puedes hacerlo de una forma muy directa y participativa a través de un nuevo medio: los videojuegos.

 

(*Las negritas en el texto son del bloguero, no de la autora del mismo)

 

Otras firmas invitadas en XX Siglos…

Los comentarios están cerrados.