Una novela de romanos te invita a rebelarte: «Esa es la chispa de la vida»

Imagen de la serie 'Roma' (HBO).

Imagen de la serie ‘Roma’ (HBO).

«Todos debemos rebelarnos. Esa es la chispa de la vida. Negarse a aceptar. Siempre llega un momento en que alguien nos impone un límite que debemos decidir si aceptar o no». Los escritores (al menos los buenos) tienen algo a mitad de camino entre brujos y comerciales de concesionario (con mi mayor respeto a ambos gremios). Si te meten en su historia, estás perdido, has caído irremediablemente. Pedro Santamaría (Santander, 1975) es así, si lo lees o si lo escuchas. Es uno de esos escritores de novela histórica de los que se empieza a hablar, pero que si no te lo anotas en la agenda ahora, corres el riesgo de perderte algo más que interesante.

«Todos debemos…», cuenta el escritor a este bloguero hablando sobre su última novela RebeldesLas campañas de Sertorio en Hispania (Ediciones Pàmies, 2015).  Me hace de guía por una novela que he disfrutado como un crío. «…Debemos rebelarnos», como Cneo, un chavalujo hijo del humilde dueño de una tintorería de la Roma del siglo I a.C. Un lugar, que hace unas semanas, el propio Santamaría lo describía así:

Crisis. Revolución. Cambio. Lo viejo no acaba de morir, lo nuevo no acaba de nacer. Los ricos cada vez más ricos. Los pobres cada vez más pobres. Corrupción. Atropellos. Una población hastiada. Viejos privilegios. Nuevos intereses. Sí, lo has adivinado, es la Roma del siglo I adC.

Cneo se rebela. ¡Y tanto! Quizá más que por convicción, por el amor y los ardores de la adolescencia. Más tarde, también por una admiración casi pop por un militar de talla, por un general rebelde y tuerto, llamado Quinto Sertorio. Total, por varias circunstancias azarosas, Cneo acaba siendo oficial de un ejército que en Hispania, y apoyado por pueblos hispanos, lucha contra los ejércitos de la República romana, formados por romanos, para lograr una República legítima. Un carajal, como todas las guerras civiles. Luego alguien dirá que el género histórico es simplemente escapista y no comprometido.

Santamaría sabe lo que se hace. Tiene fichado a Sertorio desde que lo descubriera en un internado inglés donde estudiaba de chaval. ¿En España no? «Bueno, en España se ha pasado de la Historia en general, no solo de Sertorio», me responde.

Rebeldes

Rebeldes

Construye una historia en plan cebolla, con muchas capas y varios niveles de lectura. Se habla mucho del presente, o eso veo yo como lector. Se interpreta el pasado. Hay una postura vital, hay tema universal. La rebeldía, con sus luces y sus sombras. Con su peaje.

Hay batallas (muchas), intrigas y grandes personajes. Vemos las reuniones estratégicas y bajamos al barro que provoca la profusión de sangre y sudor. Se intenta llegar a lo que nunca sabremos a ciencia cierta de la Historia: los sentimientos, las sensaciones, las motivaciones, los conflictos personales. No cuenta la Historia, nos invita a vivirla. Así que ya no es la Historia, sino la Historia según él, pero nos vale.

Santamaría retrata la guerra con épica y suciedad, con sangre y humor cuartelario. No sienten la contienda igual un plebeyo que un aristócrata, un romano que un hispano. Todo eso lo construye con maestría; de la Historia, como el cerdo, el autor lo aprovecha todo con gusto. Gustará a los que gusten el bélico-histórico, simplemente la novela histórica de esparcimiento, y a los que busquen algo más en una narración. Todos ellos encontrarán en Rebeldes, la novela más ambiciosa de su autor hasta la fecha, algo que les atraiga.

Nos embruja el autor, ya os lo decía. Y como Cneo abrazamos la rebelión. Ah, pero puerca vida, las cosas siempre tienen su peaje. «La rebeldía nace pura, idealista. Es una idea. Pero las rebeliones suelen acabar abandonando esa base idealista que las sustenta y, de hecho, si se aferran a esos principios de las que nacieron, acaban siendo mucho más asfixiantes que lo intentaron derribar«, explica el autor. Y ejemplifica con Platón: «Un arquitecto tendrá una idea para el templo que va a construir. Esa idea es pura y perfecta. Luego crea la maqueta, que es algo más imperfecta que la idea original. Luego llega la creación en sí… que queda muy alejada de la idea original». Y que cada uno aplique esa reflexión a lo que dé la gana de la vida actual.

Oye, preguntas, ¿y qué ocurre con Cneo entonces? Tendrás que leer. Vete con Cneo, madura con él y vive esos largos años de campaña y conoce Sertorio, a Balbo, a Perpena y Pompeyo, a Corvus, a Belinos… Ya os digo, es una novela completa, bien trabajada, con momentos de reflexión y batalla, con amor y humor. Tiene esa magia literaria que nos gusta tanto en este blog, la que te hace viajar en el tiempo. Y a este autor hay que ponerle un ojo encima que, como te descuides, la arma.

Por cierto, Ediciones Pàmies ha tenido el detallazo de dejarnos dos ejemplares de Rebeldes para vosotros. Os propongo una cosa: en Facebook vamos a organizar un concursete. Os metéis en este post (dadle a Me Gusta, tened caridad) y me contáis ¿qué rebelde de la Historia merecería protagonizar una novela? Entre los que participéis, el lunes sorteo los ejemplares.

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3 comentarios

  1. Dice ser a enseñar el culo eleeeee

    Si no hubiese habido espíritus rebeldes no se habría inventado la rueda, ni la astronomía, ni la medicina, ni la libertad de prensa (uy, esto aún…..)
    Ver cómo se hacen alabanzan a YOUTUBE, a FACEBOOk, a INATAGRAM siendo com oson antros de represión y coacción a las libertades, censurando partes del cuerpo y haciéndolas pasar por malas…. teniendo como modelos de liubertad esas chorradas que llaman redes sociales qeu son igual de frenadoras de la chispa de la vida… ¿de qué linbertad hablan, de qué educación, de qué progreso y avance? Si la chispa de la vida no saldrá nunca, NUNCA, JAMÁS, de las mayorías reprimidas.
    Si tiene que aparecer siempre un espíritu libre que les dé de lo bueno, que lso escandalixce, que les haga mover neuronas. pensar distinto, hacer gimnasia a su espíritu crítico adormecido en lo políticamente correcto, uy, qué gran mentira de libertad, de prensa libre, de ideas libres. Consumismo, masa amorfa, bolsillos antes que libres neuronas.

    10 noviembre 2015 | 11:20

  2. Dice ser los ejércitos del cambio son distintos

    Preciosa rebelde cambiando el mundo.
    NO hace falta ser guerrero, fuerza bruta, sino hacerlo suavecito.
    http://www.taxidrivermovie.com/pictures/miley-cyrus-111015.jpg

    10 noviembre 2015 | 12:20

  3. Dice ser Antonio Larrosa

    Para rebelde ahora tenemos a Más que se esta pitorreando de la soberanía española y de todo lo que la menea. No comprendo la complacencia del gobierno ante tanta soberbia y vejación de la bandera de España. No lo comprendo. Ni los farmacéuticos tampoco.

    Clica sobre mi nombre

    10 noviembre 2015 | 16:56

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