Un clásico al mes: la novela histórica leonesa por excelencia, ‘El señor de Bembibre’, de Enrique Gil y Carrasco

Contando Estrellas / Flickr

Castillo de Cornatel. Contando Estrellas / Flickr

Mi abuela es una mujer de más de 90 años, grande, con genio, a la que —no soy original— adoro. ¿Por qué os doy la matraca con ella? Porque hoy os traigo aquí su novela favorita que, como buena leonesa, no es otra que El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco (mi edición es muy vieja, muy sobada, pero hay una edición en Cátedra, de 2004). Y con esta novela empezamos una, espero, sana costumbre, la de recomendar, al menos, un clásico de novela histórica al mes.

Se suele decir que la novela histórica tal y como la conocemos hoy nace en el siglo XIX con el romanticismo y con el británico Walter Scott (autor, entre otras, de la gran Ivanhoe, candidata a ocupar otra entrada de este tipo). Seguramente influenciados por autores como Scott, en España también se empezaron a escribir novelas de ese corte, con aventuras, amores trágicos y una Edad Media idealizada: Larra, Espronceda y, este Enrique Gil y Carrasco son los ejemplos más conocidos.

La historia de El señor de Bembibre nos lleva a la Castilla del siglo XIV—en concreto al Bierzo natal de su autor— y su tema histórico principal es la caída de los Templarios. Sí, mucho antes de que gente como Peter Berling, Matilde Asensi y otros manosearan a gusto a la Orden del Temple, estos monjes guerreros ya tenían cautivados a los escritores. Y no necesitaron de Arcas de la Alianza, misterios esotéricos ni sensibilidades new age.

libro-el-Señor-de-BembibreEn ese contexto, se centra el amor imposible, trágico —eh, que ya lo he advertido que está escrito en pleno romanticismo, con todo lo que eso conlleva—, de Álvaro Yáñez, señor de Bembibre, y de Beatriz de Ossorio. Habrá amor, intrigas políticas y religiosas, un gran villano (el conde de Lemos, enemigo del Temple, que ve el amor de los protagonistas como una amenaza para sus ambiciones), batallas, enredos y asedios.

La novela, aún con su tono arcaico —o quizá por eso mismo—, me resulta deliciosa y el amor que destila por el Bierzo es indudable. Personalmente, me gustan más Ivanhoe y Scott (del que hay indudables influencias), pero es una novela muy, muy disfrutable. No os niego eso sí, que para mí es algo más, es de esos libros que vinculas a una persona (o a dos), y le da un valor especial, más allá de la propia novela.

Y si ya os fiáis de la descripciones de Gil y Carrasco y os dedicáis a viajar por esa comarca leonesa, podréis disfrutar de localizaciones de la novela como el castillo de Cornatel (espectacular en su situación y más si nos imaginamos el capítulo del asedio) o el castillo base de los Templarios, en Ponferrada. Y fuera de la novela, sitios mágicos como Las Médulas, buena comida y bellos paisajes.

Abuela Marucha, ¡va por ti!

Los que conozcáis la novela, ¿qué os pareció? Si tenéis alguna sugerencia para tratar en esta pequeña sección de un clásico al mes, proponed. Tengo un buen listado, pero seguro que alguna se me escapa.

¡Buenas lecturas!

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3 comentarios

  1. Dice ser FRANCISCO CERRADA

    Buenos días Davis,

    me llamo Paco

    Acabo de leer tu sección y me parece muy interesante. Perdóname si lleva mucho tiempo, pero la he visto hoy

    Una de mis novelas favoritas es: PEÓN DE REY.

    He de reconocer, que soy uno de los peores lectores del mundo, pero cuando una novela histórica, sobre ordenes religiosas militares, cae en mis manos y no es muy pesada, sino que es capaz de meterme en ella, me la pudo leer en poco tiempo.

    Comentas que tienes una lista, ¿la has publicado en algún sitio?

    Muchas gracias

    05 noviembre 2015 | 08:31

  2. xx-siglos

    Buenas Paco, encantado¡ Me apunto Peón del rey, para descubrirla. Gracias por la recomendación.

    Sí comentaba lo de la lista, pero no la tengo publicada. Próximamente iré publicando listas y os iré informando de ellas (y enlazándolas aquí, claro).

    Un abrazo y gracias por comentar¡

    05 noviembre 2015 | 17:43

  3. Dice ser Nicasio Cayero

    Hola David
    interesante el tema. Sobre todo comparandolo con la novela histórica actual, en la que abunda bastante la paja. Este verano leí «La sal de la tierra» de Daniel Wolf. No me gustó mucho. Me recordaba bastante a «Los pilares de la Tierra», con su señor feudal perverso y su obispo malo, malísimo. Historias con personales actuales, traspasados a un ambiente medieval. Nada que ver con «El nombre de la rosa» de Humberto Eco o»El puente de Alcántara» de Frank Baer.
    Volviendo a tu pregunta, Gustavo Adolfo Becquer en sus leyendas tiene algunos relatos esplendidos, aunque no son propiamente novelas históricas.
    Un abrazo

    10 noviembre 2015 | 00:41

Los comentarios están cerrados.