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Prisiones, Seguridad Social, selección vasca… el PP teme el peaje del PNV

Las cuentas están claras para que Mariano Rajoy pueda superar la investidura como presidente del Gobierno y formar un nuevo Ejecutivo. O bien logra la abstención del PSOE, que sería suficiente para iniciar la legislatura con el voto a favor del PP, o bien logra que voten a favor Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y la abstención o voto a favor de Nueva Canarias.

Rajoy con Urkullu

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el lehendakari, Íñigo Urkullu.

Desde el PP están trabajando en ambas direcciones. Por un lado, tratar de convencer al PSOE de que facilite la investidura y “la conformación del Gobierno cuanto antes por el bien de España”. Para ello, Rajoy está dispuesto a ofrecer un Gobierno de coalición al Partido Socialista. Si se niega, al menos reclamara su abstención. En el PP recalcan que “la sociedad española no aguantaría unas terceras elecciones” y confían en que, llegados a este extremo y aunque fuera en el último minuto, el PSOE no bloquearía la investidura de Rajoy.

En esta línea se han manifestado dirigentes del PSOE como Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, o el ex ministro Javier Solana. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ha dejado claro que corresponde a Rajoy buscar los apoyos para conformar gobierno entre los partidos de centro-derecha, pero también ha sentenciado que el PSOE debe estar en la oposición y que no puede haber de ninguna manera unas terceras elecciones generales.

Pero la posición actual de la Ejecutiva del PSOE es votar en contra de la investidura de Rajoy y, por ello, el PP ha iniciado el plan B, también difícil: buscar el apoyo de Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias.

El acuerdo con el Partido Nacionalista Vasco se antoja harto complicado para el PP. Y por ello Rajoy prevé encomendar a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la tarea de negociación con los huesos más duros, el lehendakari Urkullu y el presidente del PNV Andoni Ortuzar. Rajoy y Santamaría estarán coordinados también con el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso.

El lehendakari Urkullu

El lehendakari Urkullu

Un punto que dificulta mucho el entendimiento con el PNV es que las elecciones autonómicas vascas se celebrarán el próximo mes de octubre, y al lehendakari Íñigo Urkullu no le interesa mucho dar una imagen de entendimiento ni con el PP, ni menos aún con Ciudadanos, partido que defiende la supresión del Concierto Económico y de las diputaciones provinciales y forales. Ambas pretensiones suponen un «ataque al autogobierno vasco», según fuentes del PNV.

Pero el PP, que como los nacionalistas vascos defiende el Concierto y las diputaciones forales, confía en apelar a la tradición histórica de entendimiento del PNV con el Gobierno central, especialmente cuando PP o PSOE gobiernan en minoría y les necesitan. A cambio, claro está, deberán otorgar contrapartidas beneficiosas para Euskadi.

¿En qué consiste la llamada ‘agenda vasca’?

Ortuzar, presidente del PNV

Ortuzar, presidente del PNV

En primer lugar la transferencia de todas las competencias que faltan del Estatuto de Gernika. Según el Gobierno vasco faltan 24 materias pendientes de transferir, entre ellas la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y la política penitenciaria.

El Ejecutivo vasco ha reclamado en varias ocasiones asumir en su presupuesto lo que gasta la Seguridad Social en prestaciones contributivas en Euskadi, que rondaría los 7.000 millones de euros.

Este punto es complicado para lograr un entendimiento, ya que el PP, y también Ciudadanos, siempre han mostrado su oposición a lo que consideran ruptura de la caja única de la Seguridad Social. El PNV alega que se trata de cumplir el Estatuto de Gernika.

La gestión de las prisiones vascas, que ya están transferidas en Cataluña, será probablemente otra de las exigencias del PNV al Partido Popular. Históricamente, los Gobiernos de España tanto del PSOE como del PP se han negado a transferir la gestión de las cárceles vascas al Ejecutivo vasco, y el PNV tampoco las ha reclamado con verdadera insistencia.

Pero después de que la banda terrorista ETA anunciara en octubre de 2011 el cese definitivo de su actividad armada, el Gobierno del PP podría plantearse la cesión, aunque inicialmente se opondrá, especialmente si es una exigencia irrenunciable del PNV, tanto la gestión de los centros penitenciarios como el acercamiento de presos etarras a las prisiones de Euskadi (actualmente diseminados por cárceles del resto de España).

Quedan otras competencias autonómicas menos relevantes, relativas al turismo, meteorología, agricultura… que no debería haber problema en que el Gobierno central las cediera al Ejecutivo vasco, si hubiera acuerdo.

¿Y cuáles son los puntos más alejados entre el PNV y el PP?

El denominado por el nacionalismo nuevo Estatus de Euskadi no ha sido muy concretado por el PNV ni tampoco por el lehendakari Iñigo Urkullu, pero podría asemejarse al llamado plan Ibarretxe, aunque con una nomenclatura más suave. Los nacionalistas vascos son conscientes de que el sentimiento independentista ha caído mucho en Euskadi en los últimos años, y es solo del 21% de los ciudadanos. De hecho, Urkullu se ha desmarcado del proceso separatista catalán e incluso lo ha criticado abiertamente.

Eso no quita, no obstante, que el PNV pretenda superar el Estatuto de Gernika con un ambicioso nuevo Estatus que refuerce el autogobierno, aunque está todavía por concretar. En su aspiración máxima podría llegar a considerar al País Vasco un Estado libre asociado a España, y con capacidad de autodeterminación.

Tanto fuentes del PNV como del PP dan por hecho que este punto no será una exigencia de negociación, porque supondría la ruptura inmediata de todo posible acuerdo. No obstante, desde el PNV recalcan que Urkullu concretará en qué consiste el nuevo Estatus vasco tarde o temprano, posiblemente tras las elecciones autonómicas de octubre y una vez quede despejado el horizonte político a nivel vasco, español y europeo (salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, posible referéndum de independencia en Escocia…).

Selección vasca de fútbol

Selección vasca de fútbol

Y otro punto que aleja al PNV del PP y de Ciudadanos son las selecciones nacionales vascas. Es una antigua aspiración nacionalista, tener una selección de fútbol propia (y del resto de deportes) que en Euskadi contaría con el apoyo no solo del PNV y Bildu, sino también de Podemos. Solo se oponen el PSE y el PP, partidos ambos con menor respaldo social. Por su parte, Ciudadanos es casi marginal en Euskadi.

Dadas las enormes dificultades de lograr un pacto entre el PP y el PNV, Rajoy encomendará a Soraya Sáenz de Santamaría, con toda probabilidad, la negociación con el lehendakari Urkullu y con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, para buscar todos los posibles puntos de entendimiento. Rajoy asumirá la primera ronda exploratoria de contacto.

Fuentes del PP aseguran que si el PNV antepone la voluntad pactista con peticiones asumibles, sean las que sean, se podrán entender. En cambio, “si se tiran al monte con reclamaciones soberanistas inconstitucionales significará que quieren forzar una ruptura de negociaciones”. Llegados a este extremo, el PP efectivamente romperá negociaciones con el PNV y presionará al PSOE para que se abstenga y facilite la gobernación de España.

Fuentes socialistas y populares coinciden en augurar que el PNV ganará las próximas elecciones en el País Vasco, pero sostienen que será con poca distancia sobre Podemos. Urkullu, en ese caso, posiblemente necesitará el apoyo del Partido Socialista de Euskadi, e incluso del PP. Los partidos constitucionalistas le darían respaldo, pero tendría que renunciar a un nuevo estatuto inspirado en el plan Ibarretxe. En la oposición podrían quedar, según las fuentes socialistas y populares, Podemos y Bildu.

En cambio, si Podemos venciera al PNV, podría haber un gobierno del partido de Pablo Iglesias, con el apoyo de Bildu y, posiblemente, también del PSE.

El tablero político vasco también influye, y mucho, en el tablero político español. Y la partida vasca dificulta un entendimiento, al menos de forma rápida, entre el PP y el PNV.

Lo que exigirán Coalición Canaria y Nueva Canarias a Rajoy para apoyarle

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado que se va a reunir con todos los partidos para sondear la posibilidad de lograr su apoyo de cara a la investidura a la que deberá someterse por encargo del Rey Felipe VI. Rajoy mantiene que su oferta principal será un gobierno de gran coalición con el PSOE, acuerdo al que también prevé sumar a Ciudadanos.

Rajoy

El presidente del PP, Mariano Rajoy.

Ese es el plan A, pero el importante es el plan B, el que se está preparando ya en Moncloa.

Para que la investidura salga adelante, Rajoy necesita 176 votos a favor, o más síes que noes. Si logra que Ciudadanos, el PNV y Coalición Canaria le voten a favor, y Nueva Canarias (el famoso Pedro Quevedo) vote a favor o se abstenga, Rajoy sería investido presidente, no habría terceras elecciones generales y España tendría nuevo gobierno.

Después vendría un gobierno en minoría, que aprobaría leyes, o modificaciones de leyes, en función de la geometría variable, con estos partidos como socios preferentes, fundamentalmente Ciudadanos, pero no exclusivos, según aseguran fuentes del PP que auguran una gobernabilidad complicada. Rajoy prevé buscar grandes acuerdos posteriores con el PSOE en materia de política internacional o seguridad, y también acuerdos, fundamentalmente, a nivel económico con el PNV, Coalición Canaria e incluso con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Y también reformas de regeneración política pactadas con Ciudadanos, a la que ofrecerán sumarse a todos los partidos, también en este ámbito buscando el acuerdo con formaciones en las antípodas del PP como Unidos Podemos.

Pedro Quevedo

Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias

En el PP dan por hecho que, aunque no será fácil, lograrán un entendimiento con Ciudadanos. Están dispuestos a sentarse y negociar con el partido de Albert Rivera todas las medidas que sean necesarias, siguiendo el ejemplo del acuerdo de gobierno que cerraron entre Cristina Cifuentes (PP) e Ignacio Aguado (C’s) en la Comunidad de Madrid.

Pero primero es la investidura, y para ello Rajoy necesita atraerse a los nacionalistas canarios, no sólo a C’s y el PNV, que serían los socios más importantes.

¿Qué van a reclamar los nacionalistas canarios?

Tanto Coalición Canaria como Nueva Canarias van a exigir, según dan por hecho en la dirección del PP, la que denominan ‘agenda canaria’, una propuesta de máximos que deberá negociarse para llegar al acuerdo.

La modificación del régimen económico y fiscal (REF) será el eje principal de la negociación. El REF se ha reformado en su vertiente fiscal durante la legislatura 2011-2015– y Coalición Canaria ya pactó con el Gobierno de Rajoy una serie de beneficios fiscales para Canarias que, entre otra cosas, han permitido por ejemplo que Brad Pitt ruede junto a Marion Cotillard la película Allied en Las Palmas de Gran Canaria. Y no solo por lo bonita que es la isla, sino también por los nuevos beneficios fiscales. No en vano, Gran Canaria cerrará este año con un récord de rodajes y repercusión económica de su incipiente industria cinematográfica.

Del régimen económico y fiscal falta por negociar, y actualizar, la parte económica. Y es aquí donde los nacionalistas canarios van a poner toda la carne en el asador.

Ana Oramas

Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria

La diputada de Coalición Canarias, Ana Oramas, lo ha dejado claro: “El régimen económico contiene todas las claves para garantizar la igualdad con el resto del territorio no solo en materia económica sino en cuestiones que nos afectan a nuestra vida cotidiana, como el descuento de viaje por residente, la subvención de la desalación de agua, la compensación del sobrecoste de la energía, las ayudas para abaratar el sobrecoste del transporte de las mercancías o las bonificaciones al transporte en guagua”.

Oramas, no obstante, sostiene que la negociación será complicada e incluso augura que la investidura no se dará hasta octubre, y será con otro candidato del PP, apoyado por Ciudadanos, el PNV y CC. En el PP creen que es una estrategia de negociación.

El segundo punto que van a reclamar los nacionalistas canarios: un convenio entre el Estado y el Gobierno de Canarias para impulsar un plan contra el paro juvenil. Podría rondar los 70 millones de euros anuales.

Un tercer punto. Actualizar con más inversión presupuestaria los convenios con el Estado en obras hidráulicas, carreteras, costas y empleo. En carreteras, por ejemplo, va a ser una exigencia fundamental de los nacionalistas canarios la finalización de la carretera de La Aldea, en Gran Canaria: una vía repleta de curvas que une el municipio de La Aldea de San Nicolás con el de Agaete. Otra carretera fundamental para que CC y NC permitan la investidura de Rajoy es la construcción del anillo insular en Tenerife.

Cuarto punto. Respaldo económico a los patronatos por la rehabilitación de diversas zonas turísticas tanto en Puerto de la Cruz, en Tenerife, como en San Bartolomé de Tirajana, en Las Palmas.

Y quinto punto importante. Gestión de los aeropuertos por parte del Gobierno canario. Es una reclamación del Ejecutivo insular que actualmente está dirimiéndose en los juzgados.

En el Gobierno en funciones que preside Mariano Rajoy esperan, además, una complicada reclamación por parte de Nueva Canarias, y en concreto del presidente del Cabildo de Gran Canaria y uno de los hombres fuertes del partido, Antonio Morales.

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria

El Ejecutivo central quiere rebajar el enorme gasto que supone la generación de energía eléctrica en Canarias, 1.300 millones de euros en 2020, y 2.600 millones en 2030.

Para ello, tanto el Gobierno estatal del PP como el autonómico de Coalición Canarias, presidido por Fernando Clavijo, y apoyado por el PSOE, son favorables a la apertura de dos regasificadoras, una en Tenerife y otra en Gran Canaria, con el objetivo de introducir el gas en ambas islas.

Sin embargo, Morales, de Nueva Canarias, se opone y apuesta por agilizar los trámites para el desarrollo de energías renovables. De hecho, ha declarado que «la guerra del gas» la van a ganar. Y en este punto cuenta con el apoyo de Podemos y el PSOE local. Este puede ser uno de los puntos de fricción.

¿Quién negociará con los nacionalistas canarios en nombre del PP?

Desde el entorno de Mariano Rajoy aseguran que el presidente del Gobierno en funciones es un perfecto conocedor del régimen económico y fiscal canario, y de los problemas y reclamaciones del Gobierno canario.

En 1996 ya negoció con Coalición Canaria en multitud de ocasiones como ministro de Administraciones Públicas. Además, recalcan que incluso tiene una casa familiar en el sur de Gran Canaria y considera a las islas Afortunadas su “segunda tierra”. Además, cree que pueden lograr un entendimiento con el presidente de Nueva Canarias, Román Rodríguez, a quien consideran un político pragmático que “antepone los intereses de Canarias sobre los de partido”.

No sería de extrañar que el propio Rajoy, o alguien de su máxima confianza en su nombre, intervenga en la negociación de los asuntos principales.

En el PP dan por hecho el entendimiento con Coalición Canaria y Nueva Canarias en las subvenciones al turismo o en ayudas al transporte del plátano, y creen que la revisión del Régimen Económico y Fiscal “se puede negociar y se negociará”.

Mucho más complicado será la cesión de la gestión de los aeropuertos y la paralización de plantas regasificadoras.

Fuerte caída del nacionalismo canario

La fuerte caída a nivel electoral del nacionalismo canario también puede ayudar al entendimiento, ya que tanto Coalición Canaria como Nueva Canarias necesitan vender al electorado canario que votarles es efectivo porque logran inversiones para su tierra.

En las elecciones generales del pasado 26 de junio solo obtuvieron un escaño, el de Coalición Canaria, de 15 en juego. Y eso que es el partido que gobierna ininterrumpidamente Canarias desde 1993 con pactos alternos con el PSOE o el PP.

Por su parte, Nueva Canarias logró el escaño gracias a ir en las listas del PSOE. De hecho, no es descartable que tanto CC como NC inicien un acercamiento progresivo con la vista puesta en las elecciones autonómicas y municipales de 2019 y estudiar una posible alianza electoral.

Y para ello una acción conjunta para lograr inversiones del Gobierno central en Canarias estos años podría convertirse en un éxito para dos partidos nacionalistas que ahora están claramente a la baja ante la fortaleza tradicional, también en Canarias, del PP y el PSOE, a la que se han sumado Podemos y Ciudadanos.

Así quiere Sánchez formar su gobierno, ¿se lo permitirán Mas y Junqueras?

Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, está decidido a intentar liderar un gobierno de centro-izquierda en España. Cree que puede lograrlo y piensa que en caso de no conseguirlo se convertiría en presa fácil para Susana Díaz, la lideresa socialista andaluza.

Rajoy con Sánchez

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Para ello, va a esperar su momento. Sabe que Mariano Rajoy, con el voto en contra del PSOE, no tiene posibilidad ninguna de ser investido presidente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo en funciones sólo contaría con los 123 diputados del PP (122 más el díscolo Gómez de la Serna, que estará en el Grupo Mixto), así como los 40 escaños de Albert Rivera, que se ha mostrado –como Rajoy- partidario de un gobierno de concentración PP-PSOE-Ciudadanos.

Y nada más. Rajoy (con 163 escaños a favor) se quedará a 13 de la mayoría absoluta. Con un esfuerzo máximo y, sobre todo, con cesiones competenciales e inversiones relevantes en infraestructuras podría llegar a lograr el respaldo de los 6 escaños del PNV. Ese escenario se contemplaba en Moncloa antes de los comicios, quedarse a tres o cuatro escaños de la mayoría absoluta junto a Ciudadanos y necesitar al PNV. Pero se han quedado más lejos de lo que esperaban y la aritmética no cuadra: 163 escaños más seis del PNV serían 169 y Rajoy tampoco llegaría. Rivera

Además, el PNV es más proclive a entenderse con el PSOE –que ya es su socio prioritario en el Parlamento vasco y lo consideran un partido centralista pero menos reacio a ampliar competencias autonómicas-. El partido de Íñigo Urkullu no tiene ahora malas relaciones con el PP, e incluso coinciden en muchos proyectos e iniciativas de corte económico y laboral, pero los nacionalistas vascos sí se oponen frontalmente a Ciudadanos, el único partido –junto a UPyD– que hablaba abiertamente de eliminar el concierto vasco y recentralizar competencias.

Así, Pedro Sánchez da por hecho que, si Rajoy fracasa en su intento de conformar un gobierno, el Rey Felipe VI tanteará sus opciones y le encargará a él la tarea de armar un nuevo Ejecutivo. Pedro Sánchez tendrá seguramente su oportunidad y la quiere aprovechar.

¿Pero cómo? El PSOE cuenta con sus 90 escaños, más los dos de IU, que pese a obtener un resultado digno en votos, se hundió en escaños y no está para grandes exigencias. El gran socio del PSOE sería Podemos, con 69 escaños. El escollo principal es el referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quiere mantener el pulso a favor del referéndum hasta el límite. No quiere renunciar al llamado derecho a decidir, una promesa electoral de En Comú-Podem, que les llevó a ganar con claridad las elecciones generales no sólo en Barcelona sino en el conjunto de Cataluña. En Comú-Podem logró 12 escaños con el 24,74% de los votos, por los 9 de ERC (15,98%), 8 del PSC (15,7%) y DL (15,08%, el partido de Artur Mas), y 5 de C’s (13,05%) y el PP (11,12%). iglesias-colau

Fue un triunfo histórico en Cataluña y tanto Ada Colau como Pablo Iglesias saben que renunciar al llamado derecho a decidir sería engañar a su casi millón de votantes catalanes. La CUP y ERC serían los grandes beneficiados en un futuro de esta promesa incumplida.

Además, en Galicia, la coalición Podemos-En Marea-Anova-EU logró un gran resultado, segunda fuerza con seis escaños y el 25,04% de los votos, por detrás del PP (10 escaños, pero por delante del PSOE en votos y con los mismos escaños) también con la promesa de defender el derecho a decidir tanto en Cataluña como en el “resto de naciones del Estado, como Galicia”. Y tampoco están dispuestos a renunciar a su promesa electoral.

Pedro Sánchez es muy consciente de que el Comité Federal del PSOE, a instancias de Susana Díaz, le ha puesto como límite para pactar con Podemos que la formación que lidera Pablo Iglesias renuncie al derecho de autodeterminación. El artículo 1 apartado dos de la Constitución Española dice textualmente: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Chacon-Diaz

La postura histórica de los dos grandes partidos españoles, el PP y el PSOE, es que cualquier eventual referéndum que afecte a la soberanía nacional, que afecte por tanto a la unidad de España, se debería realizar al conjunto del pueblo español, y no a una parte de él (en este caso Cataluña). Esa posición es compartida por otros partidos nacionales, como Ciudadanos.

Podemos e IU, en cambio, defienden que el referéndum debería ser en la región afectada (ya fuera esta Cataluña o Euskadi), alineándose con las tesis de los partidos nacionalistas, pero con la diferencia sustancial de que tanto el partido de Pablo Iglesias como el de Alberto Garzón aseguran que defenderían un ‘No a la independencia’ en un hipotético referéndum. Además, ambos partidos contraponen a la independencia y al actual Estado autonómico una tercera vía consistente en un Estado plurinacional plenamente descentralizado y federado.

Fuentes del PSOE creen que en este punto podría llegar el entendimiento con Podemos (también con IU). Aparcar el referéndum a cambio de apostar por una profundización del Estado federal y plurinacional, así como un nuevo sistema de financiación autonómica. Pedro Sánchez no se negaría a calificar a Cataluña como nación, en la línea de lo que defiende el PSC. Pero sabe que varios de sus barones no se lo pondrían nada fácil, como Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Javier Fernández (Asturias), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), además de Susana Díaz (Andalucía).

Pero 90 (PSOE), más 69 (Podemos y sus aliados), más dos (IU), 161, siguen sin dar para la mayoría absoluta. E incluso serían menos que los 163 de PP y Ciudadanos.

¿Cómo prevé conseguir Pedro Sánchez los escaños que le faltan?

Da por hecho que puede lograr el voto a favor de los seis parlamentarios del PNV (bastaría con seguir apoyando un gobierno cómodo de Urkullu, comprometerse a culminar el Tren de Alta Velocidad a toda Euskadi y ceder algunas competencias estatales, el PNV cifra en 35 las pendientes del Estatuto de Guernika).

De lograrlo ya serían 167 diputados, cuatro más que los 163 del PP y Ciudadanos. Pedro Sánchez también podría lograr fácilmente el apoyo del único diputado de Coalición Canaria, con quien ya gobierna en coalición en Canarias. Ya sumarían 168.

Bildu, con dos escaños, podría abstenerse, o incluso votar a favor del gobierno PSOE-Podemos-IU. No en vano, difícilmente Bildu se opondrá a un gobierno en el que esté Podemos, que ha sido socio electoral en Navarra en los recientes comicios –en el Senado- y con quienes comparten gobierno autonómico en Navarra o municipal en Pamplona.

La clave volverá a estar en Cataluña. El voto en contra de ERC (nueve escaños) y de Democràcia i Llibertat (el partido de Artur Mas, ocho escaños) impediría el gobierno “progresista” al que aspira a liderar Pedro Sánchez. artur mas

¿Qué puede ofrecer el secretario general del PSOE a ERC y CDC, dos partidos que están abiertamente por la ruptura de España y la independencia de Cataluña, para que le voten a favor, o al menos se abstengan los dos?

El aludido referéndum de autodeterminación no, ya que es una línea roja que le ha marcado expresamente el Comité Federal del PSOE a Pedro Sánchez.

¿Un Estado plurinacional y federal que reconozca a Cataluña como nación, además de un nuevo sistema de financiación que primara a la región? Difícilmente contentaría a quienes pretenden la independencia total, y además contaría con el recelo de los barones más poderosos del PSOE (Díaz, Page, Vara, Fernández, Puig…), además de con la oposición frontal del PP y de Ciudadanos.

Pedro Sánchez y Ximo Puig

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Por la vertiente social, y la influencia de la izquierda catalana, desde el PSC y En Comú-Podem quizá podrían arrastar a la abstención de ERC. ¿Pero cómo convencería Pedro Sánchez a Artur Mas y Carles Puigdemont, nuevo presidente de la Generalitat catalana para que se abstengan sus diputados? ¿A cambio de qué? Esa es la gran incógnita sobre la investidura de Pedro Sánchez.

Necesitará, probablemente, mayoría simple en segunda votación. La clave será la posición de ERC y el partido de Artur Mas. Si votan en contra de su investidura, habrá nuevas elecciones en España. Si se abstienen, habrá gobierno de centro-izquierda, seguramente del PSOE apoyado en el Parlamento por Podemos, IU y el PNV como socios centrales.