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"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras" Juan Luis Vives

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Puigdemont, lanzado, puede noquear a la débil ERC de Rovira… y beneficiar a C’s

La retirada de la orden de detención europea contra el ex president Carles Puigdemont puede permitir al candidato de Junts per Catalunya hacer campaña electoral por los municipios catalanes, mientras Oriol Junqueras continúa en la cárcel de Estremera y su partido, ERC retrocediendo en las encuestas.

Puigdemont

El expresident Carles Puigdemont en su intervención por videoconferencia desde Bruselas durante el acto electoral de inicio de campaña. EFE/Susanna Sáez.

Mientras Puigdemont ha podido realizar entrevistas y actos continuamente desde su ‘exilio’ en Bélgica, Junqueras apenas ha podido transmitir mensajse al exterior y el liderazgo de Esquerra Republicana ha sido asumido por Marta Rovira, quien se está diluyendo como un azucarillo en medio de una campaña electoral inédita por todas las circunstancias.

Puigdemont está remontando en los sondeos -la prueba más cercana es el sondeo del CIS– que sitúa ya al ex president en tercera posición. El ex alcalde de Girona decidió desterrar las siglas de su partido, el PDeCAT, y hacer una candidatura al Parlament a su gusto, provocando críticas internas en el partido que todavía trata de tutelar Artur Mas.

Pero la apuesta parece ir dándole buenos resultados, a tenor de la remontada electoral que está protagonizando a costa de la debilitada ERC, quien parecía tener la victoria asegurada. Ahora, sin embargo, es Ciudadanos y su candidata, Inés Arrimadas, quien se perfila como la candidata más votada en Cataluña y disputando la victoria en escaños a ERC.

Paradójicamente, en la medida en que Puigdemont remonte a costa de ERC estará facilitando la victoria de Ciudadanos y, en caso de confirmarse esta la noche del 21D, el mensaje al mundo podría ser pésimo para el independentismo: la victoria de un partido que nació en Cataluña para defender la unidad de España.

Arrimadas erige a Cs como la garantía para acabar con el procés interminable

La candidata de Ciudadanos Inés Arrimadas durante el inicio de campaña para las elecciones del 21 de Diciembre que el partido celebró en Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta

Puigdemont solo podría salvar los muebles si las candidaturas independentistas (Junts per Catalunya, ERC y la CUP) lograran revalidar la mayoría absoluta en escaños (en votos lo dan ya casi por perdido).

Mientras, en Moncloa y en la sede central del PP en la calle Génova se ve con suma preocupación el resultado de su partido en Cataluña: según el CIS quedará último perdiendo cuatro escaños. Y creen que el resultado podría ser incluso peor si cala la llamada al voto útil a Inés Arrimadas. El único consuelo, y no menor, sería que el independentismo perdiera la mayoría absoluta en primer lugar, y el segundo que se pudiera conformar una mayoría de gobierno constitucionalista.

En este supuesto, fuentes del PP consideran que será muy complicado, en el caso de que se confirmaran los resultados que augura el CIS, lograr un gobierno de corte constitucionalista, ya que la llave la tendría Catalunya en Comú-Podem, quien muy difícilmente apoyaría la investidura de Inés Arrimadas.

Creen más probable en el PP un gobierno socialista presidido por Miquel Iceta, y apoyado por Podemos, C’s y el PP -además de la antigua Unió Democràtica de Catalunya de Josep Antoni Duran i Lleida, ya semi engullida por el PSC-. En cualquier caso, la decisión que tomen Ada Colau y Pablo Iglesias será muy difícil: apoyar un gobierno independentista o un gobierno constitucionalista. La vía intermedia deseada por Pablo Iglesias (un tripartito de izquierdas presidido por ERC pero condicionado por su partido y el PSC) no sumaría mayoría absoluta. Si necesitaran a la CUP, el PSC nunca entraría en ese ya de por sí complicado gobierno tripartito.

El mensaje que se prepara desde Moncloa, más de cara al resto del Estado -y del mundo- que hacia Cataluña, es ‘vender’ que gracias a la aplicación del artículo 155 de la Constitución el Gobierno de Mariano Rajoy ha restituido la legalidad y el orden en Cataluña, y todo ello ha sido ratificado democráticamente en las urnas. Además, creen que una victoria de un partido constitucionalista en Cataluña -Ciudadanos- sería la estocada mortal al procés independentista.

Miquel Iceta

El candidato del PSC Miquel Iceta abrió su campaña electoral para las próximas elecciones del 21D en un acto celebrado en L’Hospitalet de Llobregat. EFE/Andreu Dalmau

En el PSOE, por su parte, esperan un muy buen resultado del candidato del PSC, Miquel Iceta, pero al mismo tiempo saben que, en el caso de que llegara a gobernar, podría suponer un gran problema para la estabilidad interna: sus mensajes a favor de un estado plurinacional, competencias blindadas para Cataluña, un hacienda propia catalana o la condonación de la deuda, podrían provocar ipso facto el rechazo del resto de federaciones socialistas, especialmente de la andaluza (Susana Díaz), la aragonesa (Javier Lambán) o la castellano-manchega (Emiliano García-Page). Todo ellos barones que se enfrentaron abiertamente a Pedro Sánchez en el proceso de primarias.

Así las cosas, la recién iniciada campaña catalana se juega en el tablero catalán, pero tiene consecuencias directas, y decisivas, en el tablero español. Y, por extensión, en la estabilidad de la Unión Europea de los Estados (cuestionada por Puigdemont) y las relaciones entre Estados Unidos, la UE y Rusia (a quien los dos primeros acusaron de interferir en los asuntos internos de España favoreciendo la causa independentista promoviendo noticias falsas en las redes sociales).

Al borde del precipicio… algo se empieza a mover en Cataluña y España

En una situación de máxima tensión en las calles de Cataluña y gran preocupación en el resto de España. Con un Govern en rebeldía amenazando con una declaración unilateral de independencia y un Gobierno de España que no está logrando ni aplacar la insurrección ni encontrando vías de entendimiento y diálogo. Con decenas de miles de catalanes independentistas protestando en las calles frente a la «represión policial» y con decenas de miles de catalanes no independentistas indignados con la deriva ilegal del Govern. Con el Jefe del Estado, Felipe VI, llamando al respeto del orden constitucional, apoyado por el PP, Ciudadanos y gran parte del PSOE, y cuestionado por los nacionalistas, Podemos y algunos socialistas.  Con el conflicto copando las portadas y las televisiones de los grandes medios de comunicación mundiales. Con los grandes organizaciones empresariales muy preocupadas y algunas empresas catalanas cayendo con fuerza en la bolsa y otras migrando a otras regiones. Con Cataluña al borde del caos y el enfrentamiento social… parece que algo se mueve a nivel político.

Rajoy y Puigdemont

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, regala un facsímil de El Quijote al presidente de la Generalitat Carles Puigdemont en La Moncloa. Paco Campos/EFE

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dejado pasar unos días antes de aprobar la declaración unilateral de independencia (hasta el próximo lunes), seguramente esperando una vía de diálogo con el Estado español, exigida por la Unión Europea. Pero al mismo tiempo hace declaraciones en medios de comunicación internacionales pronosticando que declarará la independencia. Puigdemont confía, probablemente, en buscar un acuerdo que se base en un referéndum de independencia pactado con el Estado. Legal y vinculante. La CUP de Anna Gabriel exige la declaración de independencia ya, el lunes a más tardar, mientras ERC de Oriol Junqueras quiere forzar la máquina al máximo, pero, en la línea de Puigdemont, creen que la más deseable sería un referéndum pactado con el Estado, si Rajoy (más Sánchez y Rivera) se aviene forzado por la amenaza de ruptura y la presión internacional.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, busca que la presión de Alemania y Francia, y del Vaticano fuercen a una negociación pero siempre en el marco de la Constitución Española. El acuerdo se basaría en una reforma de la Carta Magna con un nuevo sistema de financiación autonómica que beneficiaría a Cataluña y otras CCAA, pero sobre la base innegociable para el PP de que la soberanía nacional seguiría siendo del conjunto del pueblo español.

Rajoy ha frenado la tesis del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de aplicar ya el artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones autonómicas anticipadas en Cataluña. Solo lo haría, la aplicación del 155, si Puigdemont declarara la independencia de forma unilateral. Llegado a ese extremo de ruptura total, el Gobierno de España, según fuentes del PP, haría valer toda la fuerza coercitiva del Estado, con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, y el beneplácito de la Unión Europea (Merkel y Macron piden a Rajoy que agote las vías de diálogo, pero le apoyarán en la opción de restituir por la fuerza el orden constitucional si Puigdemont rompe la baraja).

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. EFE

El PSOE de Pedro Sánchez está apoyando al Gobierno de España, pero sigue haciendo gestos hacia el Govern en busca de un posible acuerdo para desbloquear la complicada situación. Fuentes de Ferraz aseguran que Sánchez rechaza aplicar el artículo 155, como sí exigen ex dirigentes socialistas como Alfonso Guerra, e incluso ha pedido reprobar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría por la actuación «desproporcionada» de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil para evitar el referéndum del 1 de octubre. No obstante, existe división interna en el PSOE. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, está en desacuerdo y pide centrar la crítica en quienes considera que han quebrado la ley, Junts pel Sí y la CUP, y no en el Gobierno de España. En cualquier caso, Pedro Sánchez quiere dejar una puerta abierta al diálogo con los independentistas en busca de un acuerdo hacia una España federal, descentralizada, en la que Cataluña tendría un reconocimiento como nación, dentro de una España nación de naciones. También apuesta por conceder un estatus especial a Cataluña, con competencias blindadas a nivel cultural, como le ha pedido Miquel Iceta, líder del PSC. Pero, como Rajoy y Rivera, Pedro Sánchez apuesta por una reforma constitucional en la que no se pusiera en cuestión que la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Pablo Iglesias y Ada Colau rechazan tanto la declaración unilateral de independencia como la aplicación del artículo 155. Apuestan por una mediación internacional en busca de un referéndum pactado y vinculante, en la línea de lo que reclama Carles Puigdemont. Pero, eso sí, sin aprobar en ningún caso una independencia sin celebrar antes un referéndum con garantías y acordado con el Estado español.

Podemos apuesta por primera vez por un diálogo directo entre el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, -no pedirá su dimisión si hay opciones de diálogo- y por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, así como entre todas las fuerzas políticas españolas. Socios de Podemos como Izquierda Unida o Compromís discrepan con Iglesias en cuanto a la mediación internacional y creen que deben ser los políticos españoles quienes sean capaces de solucionar el problema. Así lo ha manifestado Alberto Garzón.

Pablo Iglesias quiere una reforma de la Constitución hacia un Estado federal español y plurinacional, que reconociera el derecho de autodeterminación también a Euskadi y Galicia.

Rajoy con Urkullu

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el lehendakari, Íñigo Urkullu.

Y otro actor clave es el Gobierno vasco de Íñigo Urkullu y el PNV, que se ha ofrecido como mediador entre las dos partes, el Gobierno de Rajoy y el de Puigdemont. Urkullu apuesta, como Iglesias, por un referéndum pactado como fórmula para superar el conflicto, aunque cree que Euskadi podría sentirse cómoda en España si ésta pasa a ser un Estado plurinacional.

Sobre toda esta complejidad surge, pese a todo, una pequeña esperanza de abrir vías de diálogo en busca de una solución que, en ningún caso, pasara por la balcanización de España. Al borde del precipicio, algo empieza a moverse. Ojalá sea positivo.

Escaramuzas en el PP y C’s, batalla en Podemos y guerra civil en el PSOE

Los partidos políticos, después de un año con dos elecciones generales, van a cerrar 2016 inmersos en refriegas internas, (PP o Ciudadanos), en batallas orgánicas (Podemos), o casi en guerra civil (PSOE).

PSOE: la batalla pendiente entre Pedro y Susana

El Partido Socialista es, sin duda, el que vive la mayor guerra orgánica. La llamada ‘alianza de los barones’, encabezados por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, consiguió derrocar a Pedro Sánchez, ex líder socialista, al forzar una votación en un Comité Federal, a mano alzada, sobre su propuesta de celebrar unas primarias para elegir al secretario general.

Sánchez fue derrotado por 132 votos en contra por 107 a favor. En una dramática jornada con insultos, amenazas, gritos y lágrimas, el ex dirigente socialista se vio forzado a presentar su dimisión, al quedar en minoría.

El argumento del sector de los barones para provocar el relevo de Sánchez fue que había cosechado dos derrotas electorales consecutivas al obtener solo 90 y 85 diputados, respectivamente, los peores resultados de la historia del partido por dos veces consecutivas.

Y también su intento de perpetuarse como secretario general convocando un congreso express, que fue considerado como una declaración de guerra por el sector de los barones, e incluso de tratar de lograr ser presidente del Gobierno mediante un pacto con Podemos, más los partidos nacionalistas (PNV) e independentistas (ERC y CDC). Alfredo Pérez Rubalcaba, también ex secretario general del PSOE, calificó ese hipotético intento de formar Ejecutivo como “investidura Frankenstein”.

Defenestrado Pedro Sánchez, el PSOE decidió abstenerse y facilitar la investidura de Mariano Rajoy, que logró los votos a favor de Ciudadanos y Coalición Canaria, además de los del PP.

El PSOE pasó a dirigirlo una gestora con mayoría del sector de los barones, y presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, muy crítico con Pedro Sánchez y con Podemos.

Pero Sánchez, lejos de darse por vencido, ha iniciado una ronda de actos con militantes por toda España. El primero fue en Xirivella (Valencia), territorio de Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana que está alineado con Susana Díaz, quien no acudió al acto e incluso ninguneó la asistencia de Pedro Sánchez. “En la Comunidad Valenciana recibimos a siete millones de turistas”, recalcó.

Pero lo cierto es que el acto tuvo bastante éxito. Alrededor de un millar de personas ovacionaron a Pedro Sánchez y acudieron numerosos de sus afines: entre ellos el secretario general del PSOE en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, el diputado vasco Odón Elorza o José Antonio Pérez Tapias, de la corriente Izquierda Socialista y que se llegó a enfrentar a Sánchez y a Eduardo Madina en las últimas elecciones primarias del PSOE por el liderazgo del partido.

El próximo día 10 de diciembre Pedro Sánchez celebrará otro acto con militantes, esta vez en Asturias, el territorio de Javier Fernández, presidente de la gestora, en lo que fuentes del sector de los barones lo consideran como “otro desafío de quien no admite que su tiempo ha pasado tras dos fracasos electorales”. Fernández afirmó públicamente: “Él sabrá lo que hace”.

Los sanchistas, que cuentan con el apoyo de importantes secretarios generales regionales como Luis Tudanca (Castilla y León), Francina Armengol (Baleares), Sara Hernández (Madrid), Idoia Mendia (Euskadi), María Chivite (Navarra), Rafael González Tovar (Murcia) o César Luena (La Rioja), estarían preparando la batalla por la victoria en el próximo congreso federal. Está por ver si se presentará Pedro Sánchez u optará por apoyar a algún otro candidato de entre sus afines, tipo Patxi López, frente a, probablemente, Susana Díaz.

Por su parte, el sector que tumbó a Pedro Sánchez cuenta con la práctica totalidad de presidentes de gobierno socialistas (Andalucía-Susana Díaz, Comunidad Valenciana-Ximo Puig, Asturias-Javier Fernández, Aragón-Javier Lambán, Castilla-La Mancha-Emiliano García-Page y Extremadura-Guillermo Fernández Vara, todos excepto Baleares). Además, tienen el apoyo de los ex líderes del PSOE Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ambos sectores se atribuyen importantes apoyos en los territorios en teoría controlados por sus adversarios.

Desde el sector ‘pedrista’ se reclama a la gestora que convoque cuanto antes el congreso federal del PSOE para elegir al nuevo líder… o lideresa.

Podemos: Pablo o la calle contra Íñigo o las instituciones

La batalla en Podemos tiene dos nombres: el actual líder, Pablo Iglesias, y el secretario de Política y Estrategia, Íñigo Errejón.

Errejón e Iglesias en el Congreso de los Diputados

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.

Iglesias defiende un Podemos completamente de izquierdas, de estilo duro, que recupere las esencias frente a lo que llaman “casta” y frente a los de “arriba”, después de considerar que la estrategia de avanzar hacia el centro-izquierda y hacia la moderación les hizo perder un millón de votos en las generales de junio de 2016, pese a ir en coalición con Izquierda Unida. “Se nos percibió mentirosos al decir que éramos socialdemócratas”, reprochó Iglesias públicamente en una crítica directa a Errejón, director de la campaña. El líder de Podemos prefiere llevar la protesta a la calle, defiende centrar la labor de oposición liderando las manifestaciones en las calles en detrimento de la labor política en las instituciones.

Por el contrario, Errejón apuesta por un proyecto transversal, más moderado, y que centre su labor de oposición en las instituciones y no tanto en la calle. Además, a diferencia de Iglesias, cree que el retroceso en las generales de 2016 se debió precisamente al pacto con Izquierda Unida, que ahuyentó a votantes de uno y otro partido.

En un artículo en 20minutos, titulado «Podemos ganar», Errejón apostó por que el partido busque la mayoría social y no sea «una minoría ruidosa». Pablo Iglesias, molesto con el artículo que suponía una enmienda a su proyecto de Podemos, criticó a Errejón en twitter por hacer «propaganda».

El liderazgo de Iglesias en Podemos no está en cuestión, pero sí el proyecto de partido y los miembros de la dirección. Desde el sector errejonista temen que en el próximo Congreso Pablo Iglesias, quien ha forjado acuerdos con antiguos sectores críticos como Izquierda Anticapitalista, con Echenique (secretario de Organización que sustituyó a Sergio Pascual, afin a Errejón y destituido por Iglesias), o con Teresa Rodríguez, dirigente de Podemos en Andalucía, trate de realizar una purga para laminar a los errejonistas de la dirección, «y silenciar así las voces críticas y la pluralidad».

Desde el núcleo afin a Pablo Iglesias aseguran que son Errejón y los suyos quienes relegan en cuanto pueden a los pablistas, y citan el ejemplo de la Comunidad Valenciana, donde el errejonista Antonio Montiel, secretario general de Podemos, destituyó a la pablista Sandra Mínguez como secretaria de Organización.

Ciudadanos: críticas a Rivera por falta de democracia

El liderazgo de Albert Rivera también parece incuestionable en Ciudadanos, pero los sectores críticos se están organizando en diferentes comunidades autónomas denunciando la falta de democracia interna en un partido que hace gala de ella, así como una supuesta tibieza frente al nacionalismo catalán y vasco, a diferencia de la frontal oposición con la que nació el partido.

Albert Rivera y Carolina Punset

Albert Rivera y Carolina Punset.

La cara visible de la oposición a Rivera la está representando Carolina Punset, la ex líder de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, quien está criticando abiertamente la estrategia de la actual dirección del partido. Ciudadanos ha cambiado sus valores por frases huecas, sostiene la eurodiputada, que dimitió de la cúpula pero no renunció al escaño.

Carolina Punset, hija del escritor Eduard Punset, denuncia que Ciudadanos ha incorporado a “despojos” y “rancios” procedentes de otros partidos mientras que han expulsado a militantes válidos por reclamar más democracia interna. Por todo ello, Punset reclama “juego limpio” en el próximo Congreso y no descarta enfrentarse a Albert Rivera con el apoyo de los sectores críticos que, según aseguran, se están organizando por todo el país.

Partido Popular: Aznar, el azote de Rajoy

Después de ser investido presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afrontará en febrero un congreso tranquilo, previsiblemente. La suya es la única candidatura. Pese a la tranquilidad interna, en el PP también se están produciendo escaramuzas.

Aznar y Rajoy

Rajoy junto a Aznar durante la clausura del campus de verano de FAES. (EFE)

Hay quien, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, defiende las elecciones primarias, frente la apuesta tradicional de elección por compromisarios que defienden Rajoy y su equipo.

Además, a raíz del fallecimiento de la ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dos días después de comparecer ante el Tribunal Supremo investigada por un posible delito de blanqueo, hubo críticas directas a Rajoy del expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien aseguró: “Ha muerto excluida del partido al que dedicó su vida”.

Además, sectores afines a Rita Barberá y de la vieja guardia del PP criticaron el “hostigamiento” que, en su opinión, sufrió la ex senadora durante meses por parte los nuevos dirigentes del PP, en concreto de los vicesecretarios Pablo Casado, Javier Maroto o Fernando Martínez Maíllo, quienes defendían que Barberá diera un paso atrás y renunciara ella misma al escaño para evitar dañar la imagen del PP.

El ex ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, amigo de Barberá, aseguró que la ex alcaldesa de Valencia “se sentía muy decepcionada por el comportamiento de algunos compañeros del PP”.

El ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, que tuvo que dimitir tras ser imputado por cohecho en el caso de los trajes de Gürtel (en el juicio fue absuelto), también ha reivindicado su figura, tras el fallecimiento de Rita Barberá, y ha insinuado que podría optar a alcalde de Valencia, aunque sus opciones reales son casi nulas, pues las candidaturas las aprueba la dirección nacional del PP.

Pese a la marejadilla interna tras el caso Barberá, Rajoy carece de una verdadera oposición interna (fuera de algunas críticas aisladas y ocasionales de Aznar o Esperanza Aguirre), mientras mira tranquilo cómo el PSOE sigue fracturado y sin líder y los dos líderes principales de Podemos se enfrascan en batallas tuiteras… e incluso a Albert Rivera, su socio de gobierno pero también su principal rival por el voto de centro-derecha, le aparecen sectores críticos de forma inesperada.

El equipo de Sánchez prevé noquear a Iglesias en unas terceras elecciones

Pese a las fuertes presiones externas e internas, Pedro Sánchez está decidido a que el PSOE vote No a la investidura de Mariano Rajoy tanto este viernes como ante un eventual nuevo intento del presidente en funciones tras las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre.

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. EFE

¿Tiene una alternativa de Gobierno Pedro Sánchez? «No. Los números no nos dan», según reconocen fuentes de su equipo de máxima confianza. «Solo cabrían dos opciones complicadísimas y ninguna de las dos le gustan a Pedro». O bien gobernar con Podemos y Ciudadanos, o bien con Podemos y los independentistas.

La primera es casi imposible por el veto mutuo entre Pablo Iglesias y Albert Rivera (el líder del partido morado llamó «chicle de McGyver» al jefe del partido naranja y este recordó que Iglesias «insultó a Felipe González y a Adolfo Suárez y elogia a Otegi«).

La segunda opción es todavía más improbable: un gobierno del PSOE apoyado por Podemos -que reclama el derecho a decidir de Cataluña, Euskadi y Galicia-, más los independentistas catalanes -ERC y CDC- que directamente ponen como condición obligatoria fecha para el referéndum de autodeterminación. «Con la línea rupturista que mantienen Puigdemont y Junqueras es imposible entenderse, y menos condicionados por la CUP», aseguran.

Mariano Rajoy con Albert Rivera

Mariano Rajoy con Albert Rivera. EFE

Por tanto, qué lleva a Pedro Sánchez a votar No y No a Mariano Rajoy sabiendo que no puede liderar una alternativa de Gobierno.

Las razones, según fuentes de su entorno de máxima confianza, son varias:

  1. Pedro Sánchez da por hecho que en unas terceras elecciones en diciembre el PP, con Rajoy al frente, volvería a ganar, incluso con algo más de porcentaje de voto a costa de Ciudadanos. Pero el PSOE, según confían en el equipo de confianza de Pedro Sánchez lograría una subida considerable, a costa principalmente de Podemos y un poco de Ciudadanos.
  2. El actual secretario general del PSOE considera que podría volver a darse un resultado por el que su partido (que crecería a costa de Podemos) más Ciudadanos sumaran más diputados que el PP, como ocurrió el 20 de diciembre de 2015. Si ello ocurriera, y Podemos se hundiera -y el liderazgo de Pablo Iglesias se pusiera en cuestión-, la formación podemista podría -esta vez sí- facilitar un gobierno de un PSOE reforzado más Ciudadanos, mediante una abstención. En el PSOE se confía en que el sector de Íñigo Errejón podría tomar el control del partido y arrinconar a Pablo Iglesias, «que sigue desnortado tras fracasar su estrategia de sorpasso».
  3. Si, por el contrario, el PP y Ciudadanos estuvieran rozando la mayoría absoluta, e incluso pudieran lograrla sumando juntos, y mantuvieran su actual acuerdo, «el PSOE y Pedro serían ya la única oposición fuerte y clara, Podemos volvería a ocupar el espacio tradicional de Izquierda Unida, con mucho menos respaldo en escaños», prevén las fuentes del equipo de la dirección de Ferraz.

    Pedro Sánchez y Susana Díaz

    Pedro Sánchez y Susana Díaz en un acto del PSOE. EFE

  4. O presidente del Gobierno, o líder claro de la oposición, Pedro Sánchez se reforzaría dentro del PSOE y podría ajustar cuentas con «todos los que no paran ni han parado de ponerle trabas desde dentro del partido». Se mira desde Ferraz al Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. «Hay un duelo pendiente con Susana Díaz y Pedro está decidido a mantenerlo». «Con Vara, Page o Lambán no hay problema, solo buscan su protagonismo, con Susana es distinto, ha ido a por Pedro desde casi el primer día», aseguran las fuentes de Ferraz.
  5. Y como resumen, el objetivo de Pedro Sánchez en unas terceras elecciones sería noquear a Mariano Rajoy -si los números le dieran-, noquear a Pablo Iglesias -objetivo que dan por hecho- y noquear a Susana Díaz -objetivo que está pendiente-. «Si nos abstenemos, Pedro está muerto, nuestra gente, nuestros militantes no se lo perdonarían, y es la fuerza que tiene Pedro frente a Susana».

Las siguientes etapas a sortear ahora por Pedro Sánchez son los rifirrafes internos con los barones (en Ferraz creen que Susana Díaz seguirá callada, pero prevén reproches de Guillermo Fernández Vara (presidente de la Junta de Extremadura), Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Javier Fernández (Asturias) y Ximo Puig (Comunidad Valenciana).

Y sortear las elecciones autonómicas de Galicia y Euskadi del 25 de septiembre en dos plazas muy complicadas para el PSOE: en ambas prevén una bajada en escaños, aunque lucharán por que el popular Alberto Núñez Feijóo pierda la mayoría absoluta y por que el PSE mantenga lo mejor posible el tipo en el País Vasco y pueda ser decisivo condicionando un probable ejecutivo de Urkullu.

«Luego vendrá la batalla gorda en el Comité Federal, pero Pedro también tiene muchos fieles que saldremos en su apoyo… El PP y Ciudadanos tendrán que entenderse con el PNV, y no les resultará nada fácil. En cualquier caso, Pedro habrá cumplido con su promesa de votar No a Rajoy. Y si Rajoy no resulta investido, cosa que es probable, en octubre ya empezaremos la precampaña de las generales». Las terceras consecutivas.

Cifuentes, Colau, Bonig, Junqueras… liderazgos reforzados tras el 26J

Las elecciones generales del pasado 26 de junio reforzaron a Mariano Rajoy como probable próximo presidente del Gobierno, a falta de superar su investidura y sellar acuerdos con otras fuerzas parlamentarias (pese a su victoria quedó lejos de la mayoría absoluta). Por su parte, Pedro Sánchez superó el match ball que hubiera supuesto un sorpasso por parte de Pablo Iglesias, quien naufragó en su objetivo de máximos -ganar en votos y escaños al PSOE-.

Iglesias perdió un millón de votos respecto a diciembre a pesar de la coalición con Izquierda Unida, alianza que ha cuestionado Íñigo Errejón abriendo una crisis interna en la formación morada. El dirigente de Podemos sí ha defendido la alianza con IU y ha replicado a Errejón: «Tenemos que parar el balón y reconfigurar el equipo». El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, fue más allá ante las críticas de Errejón y advirtió: «Hay que extirpar las malas hierbas» e instó a formular cualquier crítica a nivel interno y no a través de los medios de comunicación.

Pedro Sánchez no reforzó su liderazgo al perder cinco escaños, pero ganó tiempo y sabe que, tal como lleva años haciendo Rajoy, el que resiste gana. Susana Díaz perdió las elecciones generales en Andalucía ante el PP y, aunque superó con creces a Podemos, hoy por hoy no tiene la fuerza suficiente para apartar a Sánchez de la secretaría general del PSOE.

Albert Rivera no tiene aún rival interno en Ciudadanos, pero se dejó 400.000 votos y 8 escaños el 26J y el peso político de su partido no se puede comparar ni al de Unidos Podemos, ni al PSOE, ni mucho menos al PP. Una arriesgada política de ambigüedad respecto al Gobierno -ni apoyar al posible Ejecutivo del PP ni estar en la oposición frontal- puede salirle bien o, según temen dirigentes periféricos de C’s, muy mal. «Si el próximo Gobierno va bien, el PP sería el beneficiado, si va mal, el PSOE y Podemos tienen las de ganar», argumentan.

Ada Colau con Pablo Iglesias

Ada Colau con Pablo Iglesias

¿Qué otros dirigentes políticos han salido reforzados del 26J?

Pese al fiasco de Podemos, es indudable que Ada Colau ha reforzado su liderazgo político. En Comú Podem repitió victoria en Cataluña de forma clara: 12 escaños por 9 de ERC, 8 de CDC, 7 del PSOE, 6 del PP y 5 de Ciudadanos. No perdió ningún escaño respecto a diciembre de 2015, aunque perdió 80.000 votos. Solo ERC y el PP subieron en votos en Cataluña, mientras cayeron bastante en votos CDC (85.000) y C’s (112.000).

Dos victorias consecutivas en Cataluña permiten a Colau seguir adelante con su pretensión de crear un partido político dirigido al margen de Podemos, de corte izquierdista pero firme defensor del derecho a la autodeterminación de Cataluña. Colau y su equipo de confianza atribuyen la caída en votos de En Comú Podem a las dudas que generó Pablo Iglesias entre su potencial electorado al asegurar que el derecho a decidir podía aparcarse en aras de un hipotético acuerdo de Gobierno entre Podemos y el PSOE.

Ada Colau considera que el derecho a decidir de Cataluña es irrenunciable y cree que la mejor formar de garantizarlo es tener un partido de estricta obediencia catalana. Su objetivo sería ganar votos del ala catalanista del PSC y de descontentos de la CUP por sus continuas divisiones internas.

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

En Cataluña también sale reforzado Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat y presidente de ERC. Su partido creció en votos hasta un total de 629.294 y en junio mantuvo los 9 escaños que ya había logrado en diciembre de 2015. Por contra, CDC se quedó en 481.000 votos, con un porcentaje menor que el PSC y casi a la par con el PP.

Junqueras tiene muchas opciones de convertirse en el próximo presidente del Gobierno catalán, especialmente si ERC se presenta por separado y vence a CDC en el lado independentista. Hoy por hoy solo Ada Colau podría impedir su victoria y no está claro que la alcaldesa de Barcelona se atreviese a optar a presidenta de la Generalitat. El actual president, Carles Puigdemont, salpicado por el escándalo de corrupción Efial, ni siquiera tiene el control de CDC, aún en manos de Artur Mas.

Junqueras podría acaparar el voto independentista tradicional de ERC y pegarle un buen bocado tanto a CDC como a la CUP.

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

En Madrid, la rotunda victoria del PP con 15 escaños, dos más que en diciembre de 2015, y un 38% de los votos refuerza a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, como la baronesa más fuerte del Partido Popular. Ahora, solo le falta plasmar ese liderazgo en un congreso regional en el que previsiblemente copará la dirección con cargos afines y pasará página a la época de Esperanza Aguirre.

Y en la Comunidad Valenciana, el reforzamiento de Isabel Bonig, presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, es también evidente. El PP valenciano, como el de Madrid, logró dos escaños más que en diciembre (35% de los votos), pero con la dificultad añadida de que en la Comunidad Valenciana gobierna un bipartito (PSOE-Compromís) apoyado parlamentariamente por Podemos. Además, Isabel Bonig y su equipo tuvieron que gestionar el escándalo del caso Taula, que supuso la imputación de casi todos los concejales colocados en la lista municipal por la ex alcaldesa Rita Barberá.

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Bonig tiene el respaldo total de la dirección nacional del PP para, en el próximo congreso regional, conformar una dirección a su medida y para continuar con la línea de mano dura contra los cargos salpicados por casos de presunta corrupción.

Otros dirigentes reforzados por los resultados electorales han sido Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP andaluz, Nagua Alba, lideresa de Podemos Euskadi,

 

Escocia quiere otro referéndum tras el ‘brexit’; el secesionismo catalán también

La victoria de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tiene múltiples consecuencias. Una de ellas es que está rebrotando el sentimiento independentista en Escocia, donde se ha impuesto en la votación la permanencia en la Unión Europea, a diferencia de Inglaterra y Gales.

La primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, amenazó con solicitar un segundo referéndum de independencia si Gran Bretaña optaba por la salida de la UE, como así ha sido. Con un rotundo 62% de los votos frente a un 38%, los nacionalistas escoceses han decantado la balanza hacia la permanencia en Europa, en contraste con Inglaterra y Gales, donde mayor es el sentimiento de pertenencia al Reino Unido.

Independentistas catalanes a favor de la secesión de Escocia del Reino Unido

Independentistas catalanes a favor de la secesión de Escocia del Reino Unido

En 2014 ya hubo un referéndum en Escocia sobre la independencia, pactado entre el primer ministro británico, David Cameron, y el entonces primer ministro de Escocia, Alex Salmond. La victoria del No a la independencia fue rotunda, un 55,3% frente a un 43,7%, lo que supuso la posterior renuncia de Salmond.

Nicola Sturgeon tomó las riendas del Partido Nacionalista Escocés y en las elecciones generales británicas de 2015 logró una contundente victoria: los nacionalistas obtuvieron 56 de los 59 escaños, cuando en 2010 solo habían logrado 6 escaños.

Esa victoria, lograda por la concentración del voto nacionalista en el SNP frente la división de los probritánicos entre conservadores, laboristas y liberales, ha dado alas a Sturgeon para plantear un nuevo referéndum de independencia y la salida de la UE es una excusa perfecta.

Está por ver qué pasará en Londres, quién y cuándo sucederá a David Cameron, y si permitirá otro referéndum en Escocia después de que hace solo dos años se haya celebrado uno con un resultado muy claro a favor de la permanencia en Gran Bretaña.

¿Y las consecuencias en España?

El independentismo catalán reclama también un referéndum de independencia y pone el escocés como ejemplo a seguir. En Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se ha abogado mayoritariamente por defender una consulta pactada con el Estado, mientras que la CUP reclama una declaración unilateral de independencia y en ERC no se descarta, ante la negativa del Gobierno español a celebrarlo.

No obstante, los resultados de las elecciones autonómicas en Cataluña el 27 de septiembre de 2015, planteadas como plebiscitarias por el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, arrojaron una victoria en escaños de los partidos independentistas, pero una victoria en votos de los partidos que defienden, cada uno con sus matices, la permanencia de Cataluña en España (52% frente al 48%).

Puigdemont con el ex primer ministro escocés, Salmond

Puigdemont con el ex primer ministro escocés, Salmond

Ahora, los independentistas catalanes esperan a los resultados del 26 de junio en las elecciones generales para ver si un nuevo gobierno en España facilitaría un referéndum en Cataluña. No parece nada fácil ya que el único de los partidos con opciones de gobernar que defiende la consulta, Unidos Podemos, necesitaría, según todas las encuestas, gobernar apoyado al menos por el Partido Socialista, que rechaza un referéndum en Cataluña. El PSOE, al igual que el PP y Ciudadanos, sostienen que en un hipotético referéndum deberían votar el conjunto de los españoles, y no sólo los pertenecientes a una Comunidad Autónoma. Incluso, Pablo Iglesias se ha mostrado dubitativo sobre este asunto en la campaña electoral, asegurando que no debe ser una línea roja para poder conformar un gobierno con los socialistas, pero remarca que es su apuesta y no renuncia a celebrarlo en Cataluña. el País Vasco y Galicia.

Tanto ERC como CDC ponen como condición para apoyar a cualquier posible gobierno en España la celebración del referéndum… mientras miran de reojo a Escocia.

¿Qué políticos escribirán libros este año?¿Por qué hubo un boom en 2015?

2015 fue uno de los años con más elecciones en España desde la democracia: hubo elecciones municipales y autonómicas el 24 de mayo y elecciones generales el 20 de diciembre. Además, Andalucía celebró elecciones anticipadas el 22 de marzo y Cataluña también, el 27 de septiembre.

Todo ello, y teniendo en cuenta que un año antes, en 2014, también hubo comicios europeos, provocó una eclosión de la edición y venta de libros de temática política tanto en 2015 como en 2014. También ayudó la aparición de nuevos partidos, que enarbolaron la bandera de la regeneración, y que ya en las elecciones europeas lograron dar la sorpresa como Podemos, y en menor medida Ciudadanos.

En cambio, 2016 apunta a que la actividad editorial en cuanto a libros de contenido político va a menguar, como parece lógico. Y ello pese a que habrá comicios autonómicos en Euskadi y Galicia, y no se descarta que haya unas nuevas elecciones generales, si Mariano Rajoy y Pedro Sánchez no logran ser investidos presidentes.

Iglesias en la presentación de su libro

Pablo Iglesias, líder de Podemos, en la presentación de su libro ‘Una Nueva Transición’. EFE

Pero eso no significa que no vaya a haber muchos y variados libros sobre políticos, o escritos por políticos, durante este año.

Así, desde la editorial Akal, que el año pasado publicó el libro ‘Una Nueva Transición’, de Pablo Iglesias, (video de la presentación del libro) y que recientemente han publicado ‘La verdad sobre el caso Nóos’, de Diego Torres (ex socio de Iñaki Urdangarin) avanzan que publicarán un libro sobre política, que dará mucho que hablar. De momento mantienen el secretismo.

En Espasa, el año pasado publicaron ‘El cambio sensato’, de Albert Rivera, -en el que el líder de Ciudadanos se reivindicaba como “la tercera vía política al margen del PP-PSOE” y defendía eliminar subvenciones a sindicatos a y patronal. En 2014, entre otros libros de políticos, publicaron uno del actual presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ‘La jungla de los listos’ sobre “corrupción, abusos y tropelías cometidas en España”. Sin embargo, de momento no tienen previsto publicar ningún libro de políticos en 2016.

'El Cambio Sensato', de Albert Rivera.

‘El Cambio Sensato’, libro de Albert Rivera.

En cambio, en ediciones Península sí van a publicar de forma inminente (el 26 de enero) un libro que confían en que dé mucho juego. En concreto, uno de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex gobernador del Banco de España durante el gobierno de Zapatero, que se titula ‘Economistas, políticos y otros animales’. MAFO rompe un largo silencio y reprocha que “tenemos profesionales capaces de diseñar las políticas que hay que adoptar” para que España se sitúe entre las “democracias ilustradas” pero “nadie las pone en marcha”.

Península, que el año pasado también publicó el libro ‘Recuperar el futuro’, de Luis Garicano (hombre fuerte de Ciudadanos en el área económica) también publicará en febrero el libro ‘Preso pero Libre’ de Leopoldo López, el líder de la oposición venezolana al régimen de Nicolás Maduro, que se encuentra encarcelado. Se basa en las conversaciones que mantiene con su mujer, la también opositora Lilian Tintori, cuando le visita a la prisión y sus notas manuscritas, sacadas clandestinamente de la cárcel militar de Ramo Verde. Es un libro de un político extranjero pero el tema, la situación política en Venezuela, está permanentemente de actualidad en España.

Ediciones Turpial es una editorial que publica habitualmente libros de política en su colección Libros Urgentes. En 2015 lanzaron cinco títulos. El de más éxito ‘Conversación con Juan Carlos Monedero, por el periodista Ramón Lobo (en primera y segunda edición). En este libro el cofundador de Podemos criticó la reorientación del partido hacia posiciones socialdemócratas defendida por Íñigo Errejón y Carolina Bescansa, y apoyada por Pablo Iglesias, y defendió su actuación en el llamado ‘caso Monedero’ por el que cobró 425.000 euros por asesorar a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Otros libros sobre política de Ediciones Turpial fueron ‘Conversación con Luis García Montero, candidato de IU a presidente de la Comunidad de Madrid, por Jesús Maraña; ‘Conversación con Ángel Gabilondo’, candidato del PSOE a presidente de la Comunidad de Madrid, por Juan Cruz, y ‘Conversación con Jordi Sevilla’, ex ministro socialista y miembro del comité de ‘sabios’ de Pedro Sánchez. En 2016 van a continuar con sus libros políticos, «estamos ampliando la colección», aunque de momento no pueden adelantar nada.

La editorial Almuzara, que en 2015 no publicó ningún libro sobre políticos, sí lo hará este año por partida doble. Una biografía sobre Antonio Fontán, periodista que también fue el primer presidente del Senado en la Transición española; y un libro sobre las memorias de Javier Rupérez, diplomático que empezó en la UCD en 1977 y se afilió al PP en 1989. En 1979 fue secuestrado por ETA durante 31 días. Arnaldo Otegi fue uno de los acusados de participar en el secuestro, aunque posteriormente absuelto por falta de pruebas. Javier Rupérez ha sido embajador de España ante la OTAN, ante Naciones Unidas, y en países como Estados Unidos, Etiopía, Polonia o Finlandia.

Bosch (ERC) con Posada (PP) y Díez (UPyD)

Alfred Bosch (ERC) con Jesús Posada (PP) y Rosa Díez (UPyD) en la presentación del libro a favor de la independencia de Cataluña. EFE

Otro de los temas estrellas que no podían faltar en los libros sobre política en los últimos tiempos es el asunto catalán. Alfred Bosch, actual portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, escribió ‘Como amigos. La independencia de Cataluña también interesa a los españoles’, de Galaxia Gutenberg, que curiosamente fue presentado por el popular Jesús Posada, ex presidente del Congreso, y Rosa Díez, ex líder de UPyD. Ambos partidos, PP y UPyD, defensores a ultranza de la unidad de España.

También sobre Cataluña, y otros temas, habla un libro escrito el año pasado por un político, pero desde una posición ideológica totalmente opuesta. ‘Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión’, de Planeta, es la visión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en la que relata conversaciones con otros políticos sobre temas de actualidad: Zapatero, Aznar, Felipe González, Wert, Solana, Piqué o Fernández Díaz, entre otros.

Margallo, en la presentación de su libro.

Margallo, en la presentación de su libro. EFE

Y sobre Cataluña también ha escrito un libro recientemente Josep Borrell, ex ministro del PSOE. ‘La cuentas y los cuentos de la Independencia’, de la editorial Los Libros de la Catarata, es un análisis muy crítico de Borell con los argumentos políticos esgrimidos por Artur Mas, expresidente de la Generalitat y líder de CDC, y Oriol Junqueras, actual vicepresidente económico del Gobierno catalán y máximo dirigente de ERC.

Un libro escrito por una política sobre otra mujer que ahora es política, de 2015, es ‘No, mi general’, de Plaza Janés. Lo escribió Irene Lozano, entonces diputada de UPyD, sobre Zaida Cantera, entonces capitán del Ejército español. Hoy ambas son diputadas del PSOE en el Congreso.

Y también encontramos casos de políticos que escriben de libros que no son de política, como el caso de Borja Sémper, dirigente del PP vasco. Sémper ha escrito libros de poesía contemporánea, como ‘Maldito (Des)Amor’, de la editorial Lapsus Calami.

Una política que debuta como escritora es María Jesús Puchalt, concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia, que ha escrito ‘Mar de Azahar’, una novela intimista de desamor e intriga. Lo publicará la editorial Versátil el próximo mes de abril y creen que puede ser una sorpresa muy exitosa.

Así quiere Sánchez formar su gobierno, ¿se lo permitirán Mas y Junqueras?

Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, está decidido a intentar liderar un gobierno de centro-izquierda en España. Cree que puede lograrlo y piensa que en caso de no conseguirlo se convertiría en presa fácil para Susana Díaz, la lideresa socialista andaluza.

Rajoy con Sánchez

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Para ello, va a esperar su momento. Sabe que Mariano Rajoy, con el voto en contra del PSOE, no tiene posibilidad ninguna de ser investido presidente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo en funciones sólo contaría con los 123 diputados del PP (122 más el díscolo Gómez de la Serna, que estará en el Grupo Mixto), así como los 40 escaños de Albert Rivera, que se ha mostrado –como Rajoy- partidario de un gobierno de concentración PP-PSOE-Ciudadanos.

Y nada más. Rajoy (con 163 escaños a favor) se quedará a 13 de la mayoría absoluta. Con un esfuerzo máximo y, sobre todo, con cesiones competenciales e inversiones relevantes en infraestructuras podría llegar a lograr el respaldo de los 6 escaños del PNV. Ese escenario se contemplaba en Moncloa antes de los comicios, quedarse a tres o cuatro escaños de la mayoría absoluta junto a Ciudadanos y necesitar al PNV. Pero se han quedado más lejos de lo que esperaban y la aritmética no cuadra: 163 escaños más seis del PNV serían 169 y Rajoy tampoco llegaría. Rivera

Además, el PNV es más proclive a entenderse con el PSOE –que ya es su socio prioritario en el Parlamento vasco y lo consideran un partido centralista pero menos reacio a ampliar competencias autonómicas-. El partido de Íñigo Urkullu no tiene ahora malas relaciones con el PP, e incluso coinciden en muchos proyectos e iniciativas de corte económico y laboral, pero los nacionalistas vascos sí se oponen frontalmente a Ciudadanos, el único partido –junto a UPyD– que hablaba abiertamente de eliminar el concierto vasco y recentralizar competencias.

Así, Pedro Sánchez da por hecho que, si Rajoy fracasa en su intento de conformar un gobierno, el Rey Felipe VI tanteará sus opciones y le encargará a él la tarea de armar un nuevo Ejecutivo. Pedro Sánchez tendrá seguramente su oportunidad y la quiere aprovechar.

¿Pero cómo? El PSOE cuenta con sus 90 escaños, más los dos de IU, que pese a obtener un resultado digno en votos, se hundió en escaños y no está para grandes exigencias. El gran socio del PSOE sería Podemos, con 69 escaños. El escollo principal es el referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quiere mantener el pulso a favor del referéndum hasta el límite. No quiere renunciar al llamado derecho a decidir, una promesa electoral de En Comú-Podem, que les llevó a ganar con claridad las elecciones generales no sólo en Barcelona sino en el conjunto de Cataluña. En Comú-Podem logró 12 escaños con el 24,74% de los votos, por los 9 de ERC (15,98%), 8 del PSC (15,7%) y DL (15,08%, el partido de Artur Mas), y 5 de C’s (13,05%) y el PP (11,12%). iglesias-colau

Fue un triunfo histórico en Cataluña y tanto Ada Colau como Pablo Iglesias saben que renunciar al llamado derecho a decidir sería engañar a su casi millón de votantes catalanes. La CUP y ERC serían los grandes beneficiados en un futuro de esta promesa incumplida.

Además, en Galicia, la coalición Podemos-En Marea-Anova-EU logró un gran resultado, segunda fuerza con seis escaños y el 25,04% de los votos, por detrás del PP (10 escaños, pero por delante del PSOE en votos y con los mismos escaños) también con la promesa de defender el derecho a decidir tanto en Cataluña como en el “resto de naciones del Estado, como Galicia”. Y tampoco están dispuestos a renunciar a su promesa electoral.

Pedro Sánchez es muy consciente de que el Comité Federal del PSOE, a instancias de Susana Díaz, le ha puesto como límite para pactar con Podemos que la formación que lidera Pablo Iglesias renuncie al derecho de autodeterminación. El artículo 1 apartado dos de la Constitución Española dice textualmente: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Chacon-Diaz

La postura histórica de los dos grandes partidos españoles, el PP y el PSOE, es que cualquier eventual referéndum que afecte a la soberanía nacional, que afecte por tanto a la unidad de España, se debería realizar al conjunto del pueblo español, y no a una parte de él (en este caso Cataluña). Esa posición es compartida por otros partidos nacionales, como Ciudadanos.

Podemos e IU, en cambio, defienden que el referéndum debería ser en la región afectada (ya fuera esta Cataluña o Euskadi), alineándose con las tesis de los partidos nacionalistas, pero con la diferencia sustancial de que tanto el partido de Pablo Iglesias como el de Alberto Garzón aseguran que defenderían un ‘No a la independencia’ en un hipotético referéndum. Además, ambos partidos contraponen a la independencia y al actual Estado autonómico una tercera vía consistente en un Estado plurinacional plenamente descentralizado y federado.

Fuentes del PSOE creen que en este punto podría llegar el entendimiento con Podemos (también con IU). Aparcar el referéndum a cambio de apostar por una profundización del Estado federal y plurinacional, así como un nuevo sistema de financiación autonómica. Pedro Sánchez no se negaría a calificar a Cataluña como nación, en la línea de lo que defiende el PSC. Pero sabe que varios de sus barones no se lo pondrían nada fácil, como Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Javier Fernández (Asturias), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), además de Susana Díaz (Andalucía).

Pero 90 (PSOE), más 69 (Podemos y sus aliados), más dos (IU), 161, siguen sin dar para la mayoría absoluta. E incluso serían menos que los 163 de PP y Ciudadanos.

¿Cómo prevé conseguir Pedro Sánchez los escaños que le faltan?

Da por hecho que puede lograr el voto a favor de los seis parlamentarios del PNV (bastaría con seguir apoyando un gobierno cómodo de Urkullu, comprometerse a culminar el Tren de Alta Velocidad a toda Euskadi y ceder algunas competencias estatales, el PNV cifra en 35 las pendientes del Estatuto de Guernika).

De lograrlo ya serían 167 diputados, cuatro más que los 163 del PP y Ciudadanos. Pedro Sánchez también podría lograr fácilmente el apoyo del único diputado de Coalición Canaria, con quien ya gobierna en coalición en Canarias. Ya sumarían 168.

Bildu, con dos escaños, podría abstenerse, o incluso votar a favor del gobierno PSOE-Podemos-IU. No en vano, difícilmente Bildu se opondrá a un gobierno en el que esté Podemos, que ha sido socio electoral en Navarra en los recientes comicios –en el Senado- y con quienes comparten gobierno autonómico en Navarra o municipal en Pamplona.

La clave volverá a estar en Cataluña. El voto en contra de ERC (nueve escaños) y de Democràcia i Llibertat (el partido de Artur Mas, ocho escaños) impediría el gobierno “progresista” al que aspira a liderar Pedro Sánchez. artur mas

¿Qué puede ofrecer el secretario general del PSOE a ERC y CDC, dos partidos que están abiertamente por la ruptura de España y la independencia de Cataluña, para que le voten a favor, o al menos se abstengan los dos?

El aludido referéndum de autodeterminación no, ya que es una línea roja que le ha marcado expresamente el Comité Federal del PSOE a Pedro Sánchez.

¿Un Estado plurinacional y federal que reconozca a Cataluña como nación, además de un nuevo sistema de financiación que primara a la región? Difícilmente contentaría a quienes pretenden la independencia total, y además contaría con el recelo de los barones más poderosos del PSOE (Díaz, Page, Vara, Fernández, Puig…), además de con la oposición frontal del PP y de Ciudadanos.

Pedro Sánchez y Ximo Puig

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Por la vertiente social, y la influencia de la izquierda catalana, desde el PSC y En Comú-Podem quizá podrían arrastar a la abstención de ERC. ¿Pero cómo convencería Pedro Sánchez a Artur Mas y Carles Puigdemont, nuevo presidente de la Generalitat catalana para que se abstengan sus diputados? ¿A cambio de qué? Esa es la gran incógnita sobre la investidura de Pedro Sánchez.

Necesitará, probablemente, mayoría simple en segunda votación. La clave será la posición de ERC y el partido de Artur Mas. Si votan en contra de su investidura, habrá nuevas elecciones en España. Si se abstienen, habrá gobierno de centro-izquierda, seguramente del PSOE apoyado en el Parlamento por Podemos, IU y el PNV como socios centrales.

Pablo Iglesias ‘seduce’ a Mònica Oltra para intentar vencer a Rajoy y Sánchez en la Comunidad Valenciana

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, da por hecho que alcanzará un acuerdo para ir en coalición con Compromís en la Comunidad Valenciana de cara a las elecciones generales, que se celebrarán previsiblemente en noviembre o diciembre de 2015.

Iglesias con Monedero y Errejón.

Iglesias con Monedero y Errejón. EFE.

En los pasados comicios generales de noviembre de 2011, Mariano Rajoy arrasó a la izquierda en la Comunidad Valenciana, y en concreto a su entonces adversario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El PP obtuvo 20 diputados, al lograr el 53,32% de los votos (1.388.465). Su mensaje de acabar con la crisis económica fue suficiente entonces para barrer a los socialistas, que lograron el 26,71% de los votos (695.691) y 10 escaños (cuatro menos que en 2008), con España al borde de la intervención económica.

Izquierda Unida logró 1 diputado (Ricardo Sixto), el 6,50% de los sufragios, UPyD otro escaño (Toni Cantó), el 5,60%, y Compromís otro (Joan Baldoví), el 4,80%. Todos ellos por la circunscripción de Valencia.

En las generales de dentro de unos meses la previsión es muy diferente. Si se tiene de referencia los resultados de las elecciones autonómicas de mayo (los más recientes), el PP habría caído a la mitad de los votos (653.186, el 26,25%). El PSOE también caería, pero mucho menos (505.186, el 20,3%).

Rajoy con Barberá

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasea junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por los jardines de La Moncloa.

Un dato elocuente. El PP (con Alberto Fabra) y el PSOE (con Ximo Puig) sumaron juntos menos votos en las autonómicas de mayo de los que logró el PP de Mariano Rajoy en las generales de 2011 en la Comunidad Valenciana.

¿Y quién se ha llevado el resto del gran pastel? En casi toda España, Podemos y Ciudadanos. En la Comunidad Valenciana también, pero no sólo.

De hecho, el gran triunfador de los recientes comicios autonómicos y municipales en la Comunidad Valenciana fue Compromís. Con Mònica Oltra de candidata a presidenta de la Generalitat, los econacionalistas triplicaron sus escaños en Les Corts al pasar de 6 en 2011 a 19 el pasado mes de mayo. De 176.213 votos pasaron a 452.654, el 18,19%, a menos de 50.000 del PSOE. Gracias a todo ello, se han llevado la alcaldía de Valencia y medio gobierno valenciano.

Iglesias, en busca del pacto

Pablo Iglesias lo tiene claro. Si quiere aspirar a vencer a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez en la Comunidad Valenciana necesita ir en coalición con Compromís. Y en ello está.

Pedro Sánchez y Ximo Puig

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Podemos obtuvo unos meritorios 279.596 votos en la Comunidad Valenciana en mayo, 13 escaños y quinta fuerza en Les Corts. Un buen resultado pero peor que en otras regiones, precisamente por la fortaleza de Compromís. Iglesias sabe que las encuestas más recientes están detectando un crecimiento progresivo del PP y del PSOE en toda España.

En el caso del PP, posiblemente porque recuperan votantes que pudieron castigarles por los casos de corrupción y los recortes yendo a la abstención en las autonómicas, o votando a otros partidos como Ciudadanos (principalmente) o Vox (en mucha menor proporción).

Y en el caso del PSOE, quizá porque antiguos votantes socialistas que se habrían mostrado dispuestos a votar a Podemos estarían de nuevo volviendo al partido de Pedro Sánchez, al visualizar que es quien tiene más opciones de vencer, o perder por poco, frente a Rajoy.

Pero Pablo Iglesias no lo ve así. Y para ello está decidido a tejer alianzas con formaciones de centro-izquierda a las que ve próximas (ICV en Cataluña, las Mareas en Galicia…). En Valencia, Alicante y Castellón su objetivo es Compromís. Sumando los votos de Podemos y el partido que lidera Mònica Oltra en las recientes autonómicas hubieran sido la primera fuerza de la Comunidad Valenciana, por encima del PP.

Y esto es lo que quiere lograr Podemos, con un añadido. Iglesias y Mònica Oltra creen que, juntos, pueden plantar cara a la tradicional bipolarización de las elecciones generales entre el PP y el PSOE, pero además confían en fagocitar a IU, formación que ya no logró representación en Les Corts Valencianes el pasado mes de mayo.

Reparos del Bloc a Podem-Compromís

Pero la operación, aunque previsiblemente saldrá adelante, no es tan sencilla. Pablo Iglesias ofrece la opción de llamar a la coalición Podemos-Compromís o Podem-Compromís (en valenciano). Oltra, ex de Izquierda Unida, aceptaría esta opción, si tienen una representación de al menos el 50% en las listas. Pero sus socios nacionalistas del Bloc –mayoritarios en Compromís- no lo ven tan claro.

Mónica Oltra

La diputada de Compromis, Mònica Oltra, con el líder del Bloc, Enric Morera

Primero porque ir coaligados con una fuerza nacional española, por muy de izquierdas que sea y partidaria de reformas constitucionales hacia un estado plurinacional, es contrario a su sentido de “obediencia estrictamente valenciana”.

Segundo, no entienden que Compromís deba renunciar a encabezar la coalición en la Comunidad Valenciana cuando casi duplicaron a Podemos en las autonómicas de mayo. Enric Morera, líder del Bloc y el más reacio a la alianza, ha negado que existan “negociaciones” con Podemos, aunque ha admitido que “ha habido algunas conversaciones importantes”. No en vano, son conocidas las reuniones (cenas incluidas) entre Pablo Iglesias y Mònica Oltra en Madrid.

De hecho, si Iglesias logra ‘seducir’ a Oltra difícilmente el Bloc podrá impedir la coalición electoral de Compromís con Podemos. La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana es la gran lideresa de la formación.

Obviamente, el PP, Ciudadanos, el PSOE e IU (o su posible coalición Ahora en Común) tratarán de poner en evidencia las discrepancias ideológicas entre Podemos y Compromís: económicas, sociales, de infraestructuras, de articulación del Estado, de financiación autonómica… Aunque son mucho más las coincidencias que las diferencias.

Albert Rivera

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera.

Ciudadanos ficha a Cantó

¿Y Albert Rivera? El líder de Ciudadanos ya ha hecho un movimiento importante, el fichaje de Toni Cantó, hasta hace poco diputado de UPyD por Valencia. De esta manera, remata a la formación de Andrés Herzog y Rosa Díez en Valencia y luchará por lograr hasta dos escaños por Valencia y uno por Alicante. El fichaje del polémico actor, no obstante, ha generado muchas críticas de militantes valencianos de Ciudadanos, que hablan de imposición y dedazo de Rivera.

Los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos), más Compromís ya están haciendo movimientos directos de cara a las generales en la Comunidad Valenciana. Ahora faltan los tradicionales, PP y PSOE. IU tendrá casi imposible mantener su escaño por Valencia, y UPyD se da ya por liquidada.

El teatro de Cantó: de llamar tránsfuga a Carolina Punset a acabar en Ciudadanos

Toni Cantó

El exdiputado de UPYD, Toni Cantó. Foto: Jorge París

Toni Cantó (Valencia, 1965) siempre ha tenido claro que la vida es un teatro. Hay que representar historias para el gran público. Por ello, de joven se dedicó al teatro, y con 23 años debutó con  ‘Los Ochenta son nuestros’, una obra de Ana Diosdado que muestra las inquietudes y esperanzas de la juventud española en los años 80. Coincidió con Amparo Larrañaga, Lydia Bosch, Luis Merlo

Un año después participó en la obra musical ‘Carmen, Carmen’ (escrita por Antonio Gala). El argumento, una mujer que lucha contra el desamor. Y ese año, en 1989, también participó en una obra muy potente, ‘Hamlet’ (de Shakespeare), la tragedia más importante de la literatura británica. Otros actores coparon los personajes principales (José Luis Gómez, Hamlet; Ana Belén, Ofelia; o Alberto Closas, el rey Claudio), pero Cantó ya apuntaba alto con la obra del famoso ‘Ser o no ser’.

20 años años después de debutar en el teatro, Antonio Cantó García del Moral se afilió en UPyD, en 2008. Un partido muy combativo con los nacionalismos catalán y vasco, partidario de recentralizar competencias y también de regenerar la política española.

Cantó llegó a UPyD de la mano de Rosa Díez, la ex dirigente del PSOE (fue consejera del Gobierno vasco, Eurodiputada e inclusó llegó a optar a liderar el PSOE enfrentándose en un congreso a Zapatero y Bono).

Rosa Díez

La líder de UPyD, Rosa Díez

El actor de teatro y cine, presentador de televisión y modelo mostró su apoyo a posiciones de Unificación Comunista de España, partido que se declara marxista-leninista y que pidió el voto para IU entre 1989 y 2000, y dio luego su respaldo a UPyD en 2008. Es un partido de extrema izquierda muy crítico con los nacionalismos y con otros partidos de izquierda que, en su opinión, no defienden la unidad de España.

En UPyD, Cantó parecía sentirse muy cómodo. En 2011 logró ser diputado en el Congreso por la circunscripción de Valencia. Elogió a Rosa Díez, defendió con vehemencia los postulados de la formación magenta e incluso se metió en varios charcos, en el Congreso y en twitter. (negó que los animales tengan derechos, en su debate sobre los toros, aseguró que la mayoría de las denuncias por violencia machista eran falsas -luego pidió disculpas- se burló en twitter del seseo de Rajoy o comparó la inmersión lingüística en Cataluña con la pederastia).

Con el arranque de la legislatura todo iba bien, pese a sus errores garrafales. El PP, de ganar con mayoría absoluta, comenzó a caer en las encuestas por el desgaste de los recortes y los casos de corrupción, mientras el PSOE no despegaba. UPyD, y también IU, iban subiendo con fuerza. Llegaron a alcanzar el 9% de los votos, los de Rosa Díez, y el 13%, los de Cayo Lara, según diversos sondeos.

Ciudadanos y Podemos

Pero un joven político catalán y un profesor universitario madrileño lo cambiaron todo. Albert Rivera, líder de Ciutadans, decidió que su partido podía tener éxito también a nivel nacional, con su discurso regenerador y su oposición al independentismo catalán. Sus postulados eran similares a UPyD. Por su parte, Pablo Iglesias, que con su mensaje anticasta daba mucho juego en los debates políticos de las principales televisiones nacionales, anunciaba que iba a crear un partido que se presentaría a las europeas de 2014, como paso previo a las autonómicas de mayo de 2015 y las generales.

Díez, Cantó, Anchuelo y Lozano

Los diputados de UPyD en el Congreso de los Diputados. EFE

Empezaron los nervios en UPyD y en IU. Antes de las europeas, Albert Rivera apostó por una coalición con UPyD, que rechazaron a toda costa Rosa Díez y sus entonces afines Toni Cantó e Irene Lozano, además del más fiel Carlos Martínez Gorriarán. Por contra, el cabeza de lista de UPyD para las europeas, Francisco Sosa-Wagner defendía la confluencia con Ciudadanos.

El resultado de las europeas confirmó la fuerte irrupción de Podemos, que con 5 diputados fue la gran revelación y casi igualó a IU (seis escaños). El PP ganó las elecciones con 16 eurodiputados (calculaban que lograrían 19-20) y el PSOE se quedó en 14 escaños (Rubalcaba presentó su dimisión). UPyD logró 4, un buen resultado pero que quedó eclipsado por Podemos, y también por Ciudadanos, que logró dos.

Tras las europeas, Podemos fue logrando un crecimiento espectacular en las encuestas (engullendo a IU, y quitándole al PSOE, principalmente, pero también algo al PP, algo a UPyD, a Bildu, a Compromís, al BNG… a casi todos).

Guerra interna

En UPyD se desató una guerra interna brutal, que enfrentó a la cúpula de Rosa Díez con el eurodiputado Sosa-Wagner, y cada vez más dirigentes territoriales que consideraban que la ofuscación en no pactar con Ciudadanos estaba siendo muy negativa. Entre ellos, Alexis Marí, dirigente de UPyD en la Comunidad Valenciana que se enfrentó en primarias al equipo de Cantó. Y ganó. Pero la cúpula de Rosa Díez maniobró para afianzar a Toni Cantó. Alexis Marí abandonó el partido y se sumó a Ciudadanos.

El partido de Albert Rivera crecía en las encuestas, (y en militantes) mientras UPyD se hundía. Curiosamente, tanto Toni Cantó como Irene Lozano fueron de los más críticos con Sosa-Wagner y con un eventual pacto con Ciudadanos.

Albert Rivera

Albert Rivera, líder de Ciudadanos. Efe

Durante meses, UPyD siguió enfrascada en enfrentamientos internos… y llegaron las elecciones andaluzas de marzo de 2015. Se confirmó el crecimiento de Podemos y Ciudadanos, mientras que IU salvó por los pelos su presencia en el Parlamento andaluz. UPyD logró un ridículo 1,9% de los votos.

Y estalló la caja de Pandora. Irene Lozano y el actor Toni Cantó cambiaron de estrategia y pasaron a cargar con dureza contra Rosa Díez para tratar de forzar su dimisión. Arrastraron a muchos dirigentes, pero la fundadora de UPyD resistió. Andrés Herzog pasó a convertirse en su delfín y otros dirigentes permanecieron fieles, como Gorriarán, Mayte Pagazaurtundua o Ramón Marcos.

Lozano y Cantó pasaron a defender un acuerdo con Ciudadanos. Sosa-Wagner, a quien sobre todo la primera había descalificado, se congratuló con ironía del cambio de postura. Ante la resistencia de Rosa Díez, el 7 de abril Toni Cantó anunció que dimitía de diputado y de candidato a presidente de la Generalitat Valenciana. Abría una grave crisis a semanas de las elecciones autonómicas y municipales, perjudicando al conjunto de candidatos de UPyD. Muchos en la formación magenta intuían que estaba preparando su pase a Ciudadanos, y quería evitar un fracaso electoral personal.

Hundimiento de UPyD

Llegaron los comicios y se confirmó el hundimiento absoluto de UPyD. Desapareció de casi todos los ayuntamientos (grandes, medianos y pequeños), y de la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid. Por contra, Ciudadanos irrumpió con fuerza en casi todos los Parlamentos y Consistorios importantes. Ciudadanos es la llave en el Gobierno regional de Madrid, Andalucía, Castilla y León, Murcia, La Rioja, y muchas diputaciones y ayuntamientos. En líneas generales, permitiendo gobernar a la lista más votada.

Rosa Díez anunció la noche electoral que se retiraba y anunció un congreso para elegir al nuevo líder.  Se enfrentaron Andres Herzog, su delfín, contra Irene Lozano. Toni Cantó reapareció tras estar desaparecido desde su dimisión para ir de número dos en la lista de Lozano. Tras perder esta por un resultado ajustado (43% de los votos frente al 40%), Cantó anunció su salida de UPyD.

Unos días después, se anuncia que optará al puesto número dos de Ciudadanos al Congreso de los Diputados por Valencia como independiente. La jugada parece salirle redonda. UPyD se hunde y él puede salvarse. Atrás quedan sus ataques a Ciudadanos y a su líder en la Comunidad Valenciana: «Carolina Punset gobierna con el PP desde otro partido, eso es transfuguismo y está feo, no es mi forma de entender la política». Ayer Punset le dio la bienvenida a Ciudadanos y, con ironía, le dijo que ahora el tránsfuga es él.

La vida y la política, para Toni Cantó, es teatro. Uno se puede quitar una máscara para representar un papel (la de UPyD) y ponerse otra (la de Ciudadanos).