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Guerra en el PDeCAT: Rull (duro), Vila (moderado) y Munté (dúctil) quieren ser candidatos a presidente de Cataluña

Las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre han cogido al PDeCAT (a las que se presentará pese a que suponen reconocer la legalidad española) en completo fuera de juego, con el partido a un paso de la fragmentación ante la falta de un liderazgo claro.

Mas y Puigdemont

Los ex presidentes de la Generalitat, Artur Mas, y Carles Puigdemont, respectivamente. (EFE)

Por un lado, el ex conseller de Territorio, Josep Rull, pretende ser el candidato con el argumento de mantener la línea dura independentista. Hoy ha hecho un gesto simbólico yendo a su despacho supuestamente a trabajar para desafiar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, un gesto que no ha sido secundado por ningún otro de los consellers destituidos. Incluso, la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, ha acatado la orden del 155 y ha dado por disuelta la cámara autonómica.

Rull es un perfecto conocedor del aparato del PDeCAT. No en vano, fue elegido secretario de Organización de CDC en 2011, y posteriormente coordinador general en 2014. Era un de los preferidos por Artur Mas, ex president de la Generalitat, para sucederle al frente del partido. No obstante, con los resultados de las elecciones autonómicas de 2015, en los que la CUP tenían la llave del Govern, el partido anticapitalista exigió que Artur Mas no fuera de nuevo el president, sino Carles Puigdemont, entonces un diputado por Girona y ex alcalde de esa ciudad. La CUP no quería a Artur Mas por su vinculación con la época de corrupción de Jordi Pujol y el caso 3%, y también porque consideraba que Puigdemont estaba mucho más comprometido con la independencia que Artur Mas.

Josep Rull

El ex conseller Josep Rull

Rull, ahora, pretende optar a ser el candidato del PDeCAT a president de la Generalitat, pero hay sectores del partido que consideran que su perfil duro y su talante poco pactista con los partidos no independentistas no es el idóneo ni el conveniente -a diferencia de Oriol Junqueras (líder de ERC), que sí tiene vías de comunicación abiertas sobre todo con Podemos, pero incluso con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría-.

En el lado contrario estaría Santi Vila, el ex conseller de Empresa que dimitió el día que Puigdemont descartó convocar elecciones autonómicas y optó por seguir adelante con la votación de la DUI. Su perfil sería el de un PDeCAT que volvería a la línea moderada, capaz de pactar con casi cualquier partido del arco parlamentario y defensor de un referéndum legal pactado con el Estado.

Vila ha defendido la línea histórica de CiU como partido de mayoría social y transversal catalanista, y ha elogiado la posición actual del PNV de Íñigo Urkullu e incluso el perfil centrista de Alberto Núñez Feijoo. No obstante, la deriva independentista de Junts pel Sí le ha llevado a secundar posiciones que no compartía, y finalmente decidió dimitir. Ahora, pretende devolver al PDeCAT a la centralidad y moderación que históricamente había tenido. Si no lo logra, no es descartable que se produzca una escisión en el partido y que Vila arrastre con él a alcaldes, concejales y militantes partidarios de volver a la moderación.

Neus Munté y Santi Vila

Los ex consellers Neus Munté y Santi Vila

Otra aspirante a liderar el PDeCAT es Neus Munté, que sería una vía intermedia entre Rull y Vila. Munté, ex consellera de Presidencia en el gobierno de Puigdemont es también la vicepresidenta del PDeCAT. Una histórica de CiU que incluso estuvo entre quienes optaban a presidir la Generalitat cuando la CUP vetó a Artur Mas.

Tres políticos resultarán decisivos para declinar quién puede llevarse el gato al agua y ser el candidato del PDeCAT a la presidencia de la Generalitat son Marta Pascal, actual coordinadora general, y el ex president Artur Mas. Este último, que no puede ser porque resultó inhabilitado por la consulta del 9N, quiere evitar que salga adelante la opción moderada de Santi Vila, y, si no puede ser él, preferiría a Rull o Munté. No obstante, Artur Mas es consciente de que cualquiera de los dos logrará un resultado muy pírrico en unas elecciones en las que, según las encuestas, gran parte del voto independentista se concentrará en Oriol Junqueras (ERC).

Por su parte, Marta Pascal es más partidaria de una vuelta al pragmatismo histórico de CiU, consciente de que el proceso se está llevando por delante al PDeCAT con constantes rupturas internas y, especialmente, con miucha pérdida de respaldo social. Además, Pascal cree que la imagen del PDeCAT junto a la CUP, anticapitalistas, no conviene más a su partido, la casa histórica de la burguesía catalana. De hecho, agradeció a Santi Vila su dimisión tras intentar por todos los medios evitar la ruptura del diálogo entre el Govern y el Estado.

Y en tercer lugar la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat, Mercé Conesa, quien también es partidaria de volver a una senda de pragmatismo, viendo que la línea independentista está arrasando al PDeCAT y que el sueño de la república catalana se ha desvanecido (ningún país la ha reconocido), las empresas más importantes han huido y la sociedad catalana está más fracturada que nunca. Conesa, según fuentes del partido, se estaría debatiendo entre la opción de Neus Munté o Santi Vila, aunque también recibe peticiones de alcaldes que la animan a ella a dar el paso. Conesa, no obstante, prefiere reservarse, consciente de que optar ahora a presidenta de la Generalitat sería prácticamente dilapidar su carrera política en vista de los malos resultados que auguran las encuestas para el PDeCAT.

El partido ha acordado presentarse hoy a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, sin nombrar candidato todavía, y con Carles Puigdemont en Bélgica previsiblemente pidiendo asilo.

Ahora, la batalla interna en el partido heredero de CiU es total entre tres almas: la independentista radical (Josep Rull), la moderada partidaria de poder entenderse con el Constitucionalismo (Santi Vila) y la media Cataluña no independentista, o una síntesis entre estas dos posiciones (Neus Munté).

Susana Díaz, Zapatero y Puig afilan sables contra Sánchez por si el PSOE fracasa el 24-M: Chacón es su apuesta

Los barones socialistas se están posicionando para el 25 mayo, un día después de las elecciones autonómicas y municipales. Serán los resultados del PSOE, y también del PP, los que marcarán el futuro político de Pedro Sánchez, actual líder de la formación. Chacon-Diaz

No obstante, la guerra soterrada entre el secretario general, que aspira a optar a presidente del Gobierno de España, y la presidenta de la Junta de Andalucía y líder del poderoso PSOE andaluz es un secreto a voces.

Susana Díaz tiene decidido que no se enfrentará en unas primarias frente a Sánchez, pero eso no significa que no vaya a apoyar a otro, u otra, candidato.  Y la ex ministra de Defensa Carme Chacón, muy cercana a Susana Díaz, se está dejando querer y podría ser la apuesta.

Si el PSOE, principalmente por la fortaleza de Podemos, logra un mal resultado en Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana, como apuntan las encuestas, la lideresa andaluza baraja dar luz verde a la ‘operación Chacón’, tras sus numerosos desencuentros con Pedro Sánchez, según coinciden diversas fuentes socialistas.

Para ello, contaría con el respaldo seguro del aparato de dos federaciones clave: Andalucía (la mayor, con más de 45.000 militantes) y la Comunidad Valenciana (la tercera, con más de 17.000). En total el PSOE cuenta con más de 195.000 militantes en toda España.

Pedro Sánchez contaría con el respaldo en principio de la dirección del PSC (por oposición a Chacón y al modelo territorial de España de Susana Díaz, que consideran más centralista que el de Sánchez). El PSC es la segunda federación del PSOE, con algo más de 20.000 militantes. Y Pedro Sánchez también cuenta con la gestora de Madrid, cuarta federación, con casi 16.000 militantes, tras la destitución fulminante como líder del PSM de Tomás Gómez, que estaba alineado con Susana Díaz. susana-diaz-ximo-puig

Ximo Puig, secretario general de los socialistas valencianos, ya apoyó a Chacón frente a Rubalcaba tras la debacle electoral del PSOE en las elecciones generales de noviembre de 2011, y posteriormente dio su respaldo público a Susana Díaz, tras el mal resultado en las europeas de junio de 2014 y la dimisión de Rubalcaba. Finalmente, Susana Díaz declinó optar a liderar el PSOE y Pedro Sánchez se impuso en primarias a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, pero con un 48% de los votos y contando con el respaldo de la mayoría de Andalucía y la Comunidad Valenciana.

La batalla de Madrid

Pedro Sánchez, para evitar que Susana Díaz se atreva a lanzar a Chacón, necesitará un buen resultado en las autonómicas y municipales. Los puntos claves son la Comunidad de Madrid: el PSOE necesitará que el PP pierda la mayoría absoluta y que tampoco le llegue para gobernar con Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera.

Albert Rivera

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera.

Así, Ángel Gabilondo (la apuesta de Sánchez) tendría que quedar segunda fuerza para poder presidir la Comunidad de Madrid entendiéndose con Podemos, y quizá también con IU en un tripartito. Si Podemos rebasa al PSOE en Madrid reclamará la presidencia de la Comunidad de Madrid.

El frente valenciano

Otro punto importante será la Comunidad Valenciana, donde, al igual que en Madrid, el PSOE necesitará no sólo que el PP pierda la mayoría absoluta (algo que se da por hecho) sino que no le llegue para poder gobernar con el respaldo de Ciudadanos.

El PSOE necesitará que Ximo Puig gane con holgura a Podemos para aspirar a liderar un cuatripartito con la formación de Pablo Iglesias, más Compromís y Esquerra Unida (IU), aunque esta formación podría quedar fuera de Les Corts.

Otras batallas

Otros puntos relevantes serán Castilla-La Mancha, donde el PSOE teme caer en votos y escaños pero aspira a que el PP de Dolores de Cospedal pierda la mayoría absoluta y pueda haber un gobierno de izquierdas, al igual que en Baleares, donde prevé romper la mayoría absoluta de José Ramón Bauzá. Extremadura, Cantabria o Aragón son otras comunidades donde el resultado está muy abierto.

En cambio, el PSOE prevé que el PP mantenga la mayoría absoluta, pero ajustada, en Castilla y León, en La Rioja y en Murcia. En Asturias los socialistas prevén volver a ganar, aunque el PP podría remontar por el hundimiento del partido de Álvarez Cascos. No es descartable que se reedite una fórmula similar a la actual, con el PSOE gobernando en minoría con el respaldo parlamentario del PP.

Los grandes ayuntamientos

El PSOE confía en poder desbancar al PP de la alcaldía de Madrid y jubilar a Esperanza Aguirre con un pacto de izquierdas liderado por el televisivo Antonio Miguel Carmona (aunque no es santo de devoción de Pedro Sánchez por su fidelidad a Tomás Gómez), y también en Sevilla, donde prevén quebrar la mayoría absoluta del popular Juan Ignacio Zoido. colau-pablo-iglesias

Barcelona y Ada Colau

En Barcelona, antiguo bastión socialista, el PSOE prevé un fuerte batacazo de Jaume Collboni, el aspirante del PSC, atrapado entre el actual alcalde de CiU, Xavier Trias, y la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau (que ha logrado encabezar una coalición con Podemos e Iniciativa). Trias y Colau se disputarán la victoria, el PSC y el PP se prevé que caigan de forma significativa, y que irrumpan Ciudadanos y quizá las CUP. ERC no logrará un buen resultado pero, como el PSC, aspiran a ser claves para respaldar un gobierno o bien con las fuerzas de izquierda, liderado por Ada Colau, o bien con CiU si pesa más la vertiente nacionalista sobre la social.

Rajoy con Barberá

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasea junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por los jardines de La Moncloa.

Y en Valencia la dirección de Ferraz también da por hecho que el PP de Rita Barberá sufrirá un importante descenso y perderá la mayoría absoluta, pero creen que podrá gobernar con Ciudadanos. El PSOE, con Joan Calabuig de candidato, teme sufrir un descalabro y caer a la cuarta plaza, por detrás del PP, Ciudadanos y también de València en Comú (la coalición que incluye a Podemos).

Liderazgo en juego

En función de cómo se resuelvan todos estos sudokus electorales, el madrileño Pedro Sánchez tendrá más opciones de optar sin rivales a las primarias del PSOE o, por el contrario, si los resultados del Partido Socialista son flojos se encontrará con una candidatura alternativa liderada por la catalana Chacón, y respaldada en la sombra por la lideresa andaluza Susana Díaz y por Ximo Puig, el barón valenciano.

Felipe González, muy crítico con Podemos, ya ha pedido apoyar a Pedro Sánchez, mientras Zapatero, que se reunió con Pablo Iglesias a espaldas del actual líder del PSOE y niega que sean populistas, a diferencia de Pedro Sánchez, mueve hilos contra éste y a favor de Chacón. Pero hasta el 25 de mayo sólo habrá besos y abrazos en público.