Hace unos meses,a raíz del anuncio del lanzamiento de Bayonetta 2 para Wii U, hablé de cómo la escasez de títulos exclusivos ha cambiado el mercado de las plataformas de videojuegos. La guerra de las consolas ya no se desarrolla en los mismos términos que antaño, los catálogos han dejado de ser la principal arma a la hora de atraer clientes. Ahora hay otros elementos que juegan un papel destacado: servicios secundarios, solidez de juego online, interfaz, periféricos…
Aun así, a pesar de haber visto mermado su protagonismo, los videojuegos siguen siendo el producto central del negocio, y poseer un título que no tiene la competencia siempre supone un valor añadido para una consola. Si te gusta Halo, sólo tienes una opción. Si lo que te mola es Uncharted, lo mismo. Y, nos guste o no, la consola que más unidades ha vendido en la generación que ya termina es Wii, la plataforma con más juegos únicos: Marios, Zeldas y Wii-cosas varias. En estos casos no hay problema, ya que se trata de juegos asociados a first parties, ¿pero qué pasa con las third parties?
El mejor ejemplo tuvo lugar hace no muchos días, cuando Capcom anunció que el fantástico Resident Evil Revelations de Nintendo 3DS llegará también, en una versión mejorada, a PlayStation 3, Xbox 360, Wii U y PC. Yo soy el primero al que le encanta la idea de probar un juegazo de portátil en pantalla grande, pero por otro lado creo que supone un considerable agravio para la portátil de Nintendo.
Resident Evil Revelations es uno de esos lanzamientos que llevan a la gente a comprar una consola o, al menos, ayudan a decidirse. Entra por los ojos, pertenece a una franquicia conocidísima y las críticas son muy positivas (más incluso que las de Resident Evil 6). Al perder esta exclusividad, Nintendo 3DS pierde una baza importante. Si a un usuario de otra consola le atre RE Revelations, ¿para qué va a comprarse la 3DS si el juego pronto verá la luz en la suya? Sí, para tenerlo en versión mini y poder jugarlo donde sea, pero tengo la sensación fundada de que eso cada vez importa menos, sobre todo con videojuegos como este, que tanto visualmente como por atmósfera son más agradecidos en pantalla grande y un salón a oscuras a poder ser.
No es la primera vez que pasa algo así. Recuerdo que en PSP sucedió en varias ocasiones: Silent Hill Origins y Syphon Filter Dark Mirror salieron después en PlayStation 2 y las entregas de God of War tituladas Chain of Olympus y Ghost of Sparta acabaron en forma de recopilatorio en PS3. En los casos en los que el port se realiza sin que haya pasado demasiado tiempo, la decisión acaba perjudicando claramente a la consola que poseía la exclusiva. Conozco un par de casos de personas que no se compraron el citado Silent Hill para PSP porque sabían que saldría al poco tiempo en PS2.
En el caso de Nintendo 3DS y Resident Evil, la «jugarreta» (homenaje velado a todos los fans de El asombroso mundo de Gumball) no es dramática. Hablando hace unos días sobre este tema con un amigo del sector, llegamos a la conclusión de que Nintendo 3DS posee un catálogo lo suficientemente interesante como para que no haya que ponerse a llorar en un rincón por perder un juego de Capcom, por muy bueno que sea. Pero, ¿qué pasaría si Wii U perdiese Bayonetta 2? Sin duda, la máquina perdería de cara al consumidor un valor más que significativo, imposible de compensar con ninguna de sus virtudes.