En un extremo, duras críticas, acusaciones de destrozar el espíritu clásico de la saga, sentimientos de decepción, calificaciones de suficiente e incluso algún suspenso. En el otro extremo, halagos desmesurados, declaraciones de amor a Capcom, odas al espectáculo interactivo y notas de sobresaliente. Hacía mucho que un Resident Evil no generaba tanta controversia. ¡Resident Evil 6 lo ha conseguido!
Aún me falta mucho para completar el juego, lo reconozco, pero creo que he jugado lo bastante como para comprender lo exagerados que resultan un extremo y otro. Muchos, muchísimos fans esperábamos que Capcom retornase a los orígenes de la saga con Resident Evil 6. Yo ya manifesté mi deseo en 2009, poco después del lanzamiento de RE5, en un post que es con diferencia el que más comentarios ha tenido en este blog. Las escenas de Leon Kennedy alimentaron mis esperanzas de ver un nuevo Racoon City. Pero no, yo —como tantos otros— me equivoqué. La evolución de la saga hacia la acción ya era imparable.
¿Es justo poner verde a un juego tan solo porque no es lo que esperábamos? No lo creo. A pesar del anhelo por ver nuestros sueños hechos realidad, hay que tratar de ser mínimamente realistas y evaluar un juego por sus virtudes y defectos palpables y no por sus carencias respecto a lo que nosotros habíamos imaginado.
Dicho esto, estoy de acuerdo con muchos de los puntos más criticados de Resident Evil 6: la cámara está demasiado pegada al cuerpo de los personajes y a menudo dificulta la visión, su movimiento también resulta incómodo en no pocas situaciones, el guión es flojo, el sistema de cobertura es malo y si hablo de abuso y mal uso de los Quick Time Events me estoy quedando corto. Capcom supo popularizar este vistoso recurso con Resident Evil 4 pero, siete años después, los QTE ya han perdido frescura. Desde un punto de vista más general, podríamos decir que el gran fallo de este juego es que no ha sido capaz de ofrecer nada único que lo haga novedoso o memorable.
Al margen de esa escasa originalidad y de los defectos puntuales, Resident Evil 6 es una superproducción hollywoodiense interactiva como hay pocas. El ritmo es trepidante, las escenas de acción son capaces de convertir cualquier rostro en asombro puro, el multijugador (que puede llegar a ser cooperativo a cuatro en los momentos en que la narración cruza a dos parejas de protagonistas) garantiza un incremento de la diversión exponencial, el detalle visual es admirable y a la banda sonora no se le pueden poner pegas.
Yo seguiré esperando un RE que sacie las ansias de los viejos jugones, más que nada porque no comparto el simplista argumento de Capcom de que los últimos Resident han vendido más que los primeros y que por eso se sigue potenciando la acción. Teniendo en cuenta el gran crecimiento que ha vivido la industria en los últimos 15 años, lo raro sería lo contrario, ¿no? Pero estos deseos de retorno al pasado no me ciegan ni me impiden disfrutar. Resident Evil 6 es divertido, muy divertido si se juega con ganas. Al que le parezca lo contrario, probablemente es porque no ha sido capaz dejar totalmente de lado los prejuicios.