Monkey Island, una de las mejores y más divertidas aventuras gráficas de todos los tiempos, vuelve a entrar en escena, y lo hace por partida doble. En primer lugar se reeditará The Secret of Monkey Island, el título original creado por Ron Gilbert, Tim Schafer y Dave Grossman, que llegará actualizado con gráficos de alta definición y se podrá descargar para PC y Xbox 360.
Hasta ahí bien. Monkey Island es un juegazo y llegará tal cual era. igual de bueno. Las dudas llegan con el material nuevo, con Tales of Monkey Island, una nueva aventura gráfica que seguirá el estilo de las clásicas y que se distribuirá por capítulos a través de PC y de los servicios online de Wii y Xbox 360.
El caso es que en la página web oficial del juego ya hay disponible una demo de algo más de cinco minutillos que permite ver por dónde irán los tiros y espadazos en Tales of Monkey Island. Ayer aproveché un ratillo para descargarla y jugarla.
Quería comprobar qué es capaz de hacer Lucas Arts con una saga tan mítica tantos años después de su momento de gloria. ¿Serán capaces de emular el talento de Tim Schafer y Ron Gilbert? Con el tercer capítulo de la saga no lo hicieron mal, aunque en el cuarto (el primero en 3D) la calidad se resintió demasiado, el mundo de Monkey Island perdió frescura.
Lo primero que me llamó la atención del juego fueron los gráficos, y no por buenos precisamente. No es que yo le dé demasiada importancia a los aspectos técnicos (aún menos en una aventura gráfica), pero lo cierto es que Tales of Monkey Island me dio la impresión de ser un juego viejo, con un aspecto algo anquilosado. ¿Qué significan esos «poligonacos» en el sombrero de LeChuck?
El problema no son los gráficos en sí, que son algo secundario, el problema es que afectan al diseño, lo afean, y eso sí es importante. Un cell shading le habría venido al juego que ni pintado. Incluso un estilo cartoon, similar al de The Curse of Monkey Island, habría estado mejor.
Pero dejando el apartado visual a un lado… ¿qué se esperaría de un Monkey Island? A Guybrush Threepwood, a Elaine Marley, al pirata LeChuck, barcos pirata, monos, brujería, barriles de grog, una isla misteriosa… Pues todo eso aparece ya en los primero minutos de periplo, por lo que el «efecto nostalgia» consigue que Tales of Monkey Island nos vaya ganando el corazoncito a gran velocidad.
Los diálogos también derrochan el sentido del humor típico de la franquicia, con largas y surrealistas conversaciones en las que a menudo podemos elegir lo que queremos decir. Por último, hay algún detallito brillantes ideal para atrapar a los veteranos de forma irremediable. Me refiero a la presencia de Chuck, la planta, que apareció por primera vez en Maniac Mansion y posteriormente en muchos otros juegos. En esta ocasión tiene un papel vital en los primeros compases de la aventura.
El guión me pareció divertido y acertado (y atención que aquí viene un pequeño destripe): LeChuck ha secuestrado a Elaine y a un buen puñado de monos que ocultan no sé sabe que oscuro secreto, Guybrush llega con su barco y, tras unas breves escaramuzas, (al viejo estilo point and click) todo termina con LeChuck convertido en humano, el barco hundiéndose y Guybrush perdido en una isla y con un brazo malintencionado que ha cobrado vida propia. ¿Querés saber cómo sigue? Pues nos toca esperar. Por el momento, si no lo habéis hecho ya, podéis descargaros la citada demo y realizar vuestro propio juicio sobre el juego.
¿Qué os parece Tales of Monkey Island?