Mucho ha cambiado el panorama de los multijugador masivos online en los últimos años, una transformación que acaba de cobrarse una nueva víctima, Warhammer Online. El título que nació como el más serio rival de World of Warcraft echará el cierre a todos sus servidores el próximo 18 de diciembre.
Mythic, el estudio responsable del juego, ya ha eliminado la posibilidad de crear nuevas cuentas de usuario y asegura que, durante el mes y pico que queda de actividad, se añadirán contenidos a modo de «fiesta de despedida» y como agradecimiento a los fieles.
Pero no, esta no es la historia que tantas veces vimos en el pasado, con el WoW como titán imbatible, acaparador de cuota de mercado, derribando rivales uno tras otro. No. Hace algunas semanas regresé temporalmente a Azeroth para conocer finalmente a los pandas y descubrí cuán diferentes son ahora las cosas en ese universo.
Las inmensas tierras de los Reinos del Este, Kalimdor, Rasganorte y demás zonas de ese mundo son prácticamente eriales, al menos en mi servidor. De hecho, en mi vieja hermandad, de unas 150 personas, tan sólo siguen conectándose de vez en cuando un par.
Es una lástima, pero creo que a World of Warcraft ya le pesan los años, ahora mismo no desprende tanta veteranía como vejez. No es un ataque a Blizzard, ni mucho menos, tan sólo es ley de vida. La compañía cada vez ofrece más (ahora mismo el juego trae de serie todos los contenidos hasta Cataclysm), pero ya urge la llegada de un sucesor porque los números no cesan de bajar.
Al final, parece que ha calado la fórmula de las microstransacciones, de los online gratuitos y de los títulos dirigidos a dispositivos móviles. Y a la hora de seleccionar los nuevos referentes del juego online, lo tengo claro: League of Legends, Guild Wars 2, World of Tanks y Minecraft. Aun así, tengo la sensación de que esto no es más que un momento de transición, con muchos y muy rápidos cambios y actores que aún tienen que mover ficha.
¿Cómo veis el presente y futuro de los MMO?, ¿jugáis actualmente a alguno?