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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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Videojuegos con Ñ: Push Cars HD

No puedo decir que este veranole haya dedicado demasiado tiempo a los videojuegos. Le he dado bastantes horas a Dead Rising (que lo abandoné hace mucho), me he terminado el Fire Emblem de Gamecube (que lo abandoné hace muchísimo más) y he tenido mis duelos a Trivial, Super Puzzle Fighter II e incluso a Mario Kart Double Dash!! y a Mario Power Tennis (mis amigos y yo vivimos un gran momento revival durante los días de playa lluviosos).

Sin embargo, creo que si sumo todo el tiempo que le he dedicado estos últimos meses a los videojuegos, ganan de calle los títulos para dispositivos móviles. Casi durante cualquier espera o trayecto, siempre y cuando no llevase encima el voluminoso A Dance with Dragons, he usado el teléfono móvil como distracción, bien para navegar, bien para jugar al dichoso Angry Birds. Nunca paso al siguiente nivel hasta que he conseguido las tres estrellasen el anterior. Eso está alargando el ya de por sí extenso y adictivo juego de los pajarillos cabreados.

El segundo título que más he «tocado» sería sin duda Push Cars HD para iPad. Ya me comprometí antes del parón estival a concederle unas líneas… y ahora lo hago con gusto y por varios motivos: porque me sirve para reiniciar la abandonada sección Videojuegos con Ñ (sí, este jueguecillo es made in Spain), porque está hecho con muy buen gusto y porque me permite comentar una vez más la importancia de los dispositivos móviles como plataformas de juegos.

Los smartphones y las tabletas están disparando el mercado de los juegos «móviles». Cada vez hay más dispositivos, cada vez hay más clientes potenciales y la tecnología actual permite crear productos que nos han hecho olvidar los buenos ratos que vivimos con cierta serpiente monocroma. Además, el negocio ha llegado a convertirse (junto con Xbox Live, PS Store y WiiWare) en una de las principales lanzaderas para pequeños grupos de desarrollo. Push Cars HD es un buen ejemplo.

Push Cars HD ha sido creado por las compañías españolas RSL Games e Ivanovich Games y pode adquirirse en la App Store de Apple desde el pasado mes de junio. Ya desde el principio, el juego da buen impresión. Para empezar, la cancioncilla que acompaña a la pantalla de título es marchosa y tremendamente pegadiza (alguna vez he dejado el iPad encendido sólo para escucharla). El tema se llama Run Wild y es de Edu Quindós. Dadle una oportunidad.

En cuanto al diseño, también me parece de lo más acertado. He de decir que los cochecillos de Push Cars me parecen más carismáticos incluso que los de la detestable Cars (soy muy fan de Pixar, pero aborrezco esta película, la segunda parte ni la he visto). Ellos, los vehículos, son los protagonistas del juego.

El desarrollo parte de un par de premisas muy simples pero muy efectivas. El juego consiste en una serie de puzles en el que debemos lograr que varios coches cumplan con sus objetivos. En total hay 9 vehículos que podemos dividir en dos grandes grupos: coches ecológicos y ecologistas que desean abandonar la bulliciosa ciudad y coches que adoran la contaminación y sólo desean chocarse contra cualquier cosa.

Nuestro objetivo es que todos ellos queden satisfechos. Para eso debemos elegir que dirección tomará cada uno teniendo siempre en cuenta sus características (algunos son más rápidos, otros aplastan al resto de coches, algunos pueden salir de la carretera…). En ocasiones también nos toca modificar otros elementos tales como flechas de señalización, lo que aumenta la cantidad de variante y el ingenio de las soluciones requeridas.

A poco que os guste el tipo de juego, Push Cars HD os dejará más que satisfechos. Y además…es español. Que no se diga que aquí sólo hay consumo y nada de producción. Bueno, creo que me está apeteciendo darle una nueva oportunidad a Cars… Ya os contaré.

Kinect, un éxito más arrollador que el del iPad y el iPhone

No puedo negarlo, estoy impresionado. Sabía que Kinect arrancó con mucha fuerza, pero jamás se me pasó por la cabeza que fuese a arrasar como lo ha hecho. El invento de Microsoft ha entrado en el Libro Guinness de los Récords como el dispositivo de electrónica de consumo que más rápido se ha vendido en la historia.

Desde que se lanzó el pasado mes de noviembre se han vendido ya más de 10 millones de dispositivos. El periodo clave fue el de los 60 primeros días, durante los cuales se vendió una media diaria de 133.333 unidades. Gracias a este ritmo frenético de ventas, el antaño conocido como Project Natal ha conseguido superar al iPhone y al iPad, dos de los mayores fenómenos tecnológicos de los últimos años.

Esta victoria sobre los productos de Apple no deja de sorprenderme, sobre todo porque no tengo la sensación de que Kinect haya generado un impacto en la sociedad tan brutal como el iPhone. Además, salvo el tirón prenavideño, el dispositivo está muy desamparado, casi sin juegos ni productos que exploten su potencial. Exactamente lo mismo que le ha pasado a PlayStation Move.

Si Microsoft no se pone las pilas y desarrolla buen software e incentiva a las third parties para que hagan lo propio, el éxito de los sistemas de detección de movimiento de Sony y Microsoft será mil veces más fugaz que el de la Wii. Hasta el momento, han sido los jugones más geeks y no las desarrolladoras los que han buscado formas de sacarle partido a la impresionante tecnología de Kinect.

Un movimiento muy acertado por parte de Microsoft, para intentar mejorar esta situación, es que a partir de primavera ofrecerá las librerías de desarrollo de Kinect gratis, lo que a buen seguro multiplicará el interés del aparato y hará que todos podamos disfrutar de las creaciones ingeniosas gestadas por las manos amateurs más hábiles.

¿Os gusta Kinect?, ¿creéis que es un invento que está siendo bien aprovechado o que necesita explotarse mejor?. ¿le veis potencial?

Viciado con el iPad

Ahora mismo tengo entre mis manos un flamate iPad nuevecito. Sólo voy a disponer de él durante unos días, lo justo para toquetearlo un poco y ver sus posibilidades. De primeras, mi impresión sobre el dispositivo no eran demasiado positivas: aparte de las típicas objeciones que ha citado todo el mundo (no es multitarea, no dispone de cámara, no soporta Flash y no tiene puerto USB), existe el gran inconveniente de que no tiene un utilidad destacada.

El iPad tiene muchas funciones, pero ninguna que lo convierta en un invento único. Sin embargo, una vez que lo coges te sientes extrañamente atraído por él. Es bonito, tiene un diseño muy atractivo y la interfaz, la calidad de la pantalla y la tecnología táctil (heredadas directamente del iPhone) son excelentes. Como imaginaréis, una de las cosas con las que más he trasteado ha sido con los juegos.

¿Puede el iPad convertirse en un serio competidor para las portátiles de Sony y Nintendo?, ¿Mirara cara a cara a las venideras Nintendo 3DS y la hipotética PSP 2? Lo dudo mucho. El iPhone no lo ha conseguido y no creo que el iPad lo logre. Un aparato multifunción que además ofrece videojuegos nunca podrá jugar en la misma liga que máquinas cuya finalidad primordial son los juegos.

Sin embargo, al igual que su hermano menor, el iPad es desde ya una excelente plataforma para el desarrollo de juegos. No me cabe duda de que ésta será una de las áreas más rentables para cientos de desarrolladores de todo el mundo, ya que pueden crear videojuegos muy resultones sin necesidad de realizar inversiones desmesuradas.

Entre los jueguecillos que he probado se encuentran los típicos Solitario, Sudoku y Mahjong, ninguno muy novedoso pero tan adictivos como siempre. Además, la fantástica respuesta de la pantalla táctil hace que jugarlos sea un placer. Más llamativo me ha parecido el Labirinth 2 HD, que convierte al dispositivo de Apple en una circuito tridimensional de madera que debemos inclinar de un lado a otro para conducir una bola de pinball hasta el agujero de salida.

En Dizzypad HD debemos hacer que una ranita cruce un lago saltando de nenúfar en nenúfar y Tap Tap Radiation es el típico juego que nos obliga a seguir el ritmo de una melodía dando toquecitos en la pantalla. Ninguno de ellos es revolucionario, pero la calidad de imagen y el sencillo control los hacen mucho más adictivos de lo que parecen. De hecho, yo he encontrado un nuevo vicio casi enfermizo por culpa del iPad, se llama Harbor Master.

La premisa del juego es de lo más sencilla: un escenario marítimo con varios puertos de colores y barcos que van llegando a la pantalla. Nuestro objetivo es trazar la ruta de los navíos, dirigirlos hasta un puerto de su color y después hacer que abandonen la pantalla. El problema es que cada vez aparecen más y más barcos (algunos grandes y con cargas de varios colores), y un solo choque hace que concluya la partida. No puedo parar de jugarlo.

Si alguien me pide una recomendación, le diría que no se comprase el iPad por los juegos. Pero si a ese alguien le atrae el nuevo dispositivo de Apple por otros motivos (navegación por Internet, ebooks, reproducción de vídeo…), le aseguro que en los juegos va a encontrar un pasatiempo más que interesante.