Nadie puede decir que este tipo no es especial. Como todo genio tiene sus manías… y también muy poca modestia. Hace poco, en una entrevista declaraba sin tapujos que todas las ideas de sus juegos provenían de él y que sus compañeros nunca aportan nada. «Puede parecer extraño, pero casi ninguna idea procede de otros miembros del equipo. […] Los nombres y las ideas siempre vienen de mí», comentaba el conocido diseñador.
Pero a Kojima se le perdonan esas cosas. ¿Por qué? Pues básicamente por Metal Gear. Mientras que otras conocidas personalidades del mundo del videojuego como Tim Schafer o Shigeru Miyamoto tienen el honor de haber creado múltiples personajes y franquicias de renombre, el reconocimiento de Kojima procede casi en exclusiva del universo en el que vimos nacer a Solid Snake.
Metal Gear fue el primer juego de Kojima, vio la luz para MSX 2 (la versión de NES fue posterior) en 1987 y supuso un éxito de crítica. Sin embargo, el triunfo de público a nivel mundial aún se hizo esperar un poco. Metal Gear 2: Solid Snake volvió a conquistar los corazones de los expertos, pero sólo para degustación del mercado japonés.
Fue la consola PlayStation la que, en 1998, produjo el renacimiento de la saga MG y su consagración como obra de culto. El culpable de este hecho se llamó Metal Gear Solid, un juegazo que aún hoy es aclamado por su interesante trama, su variado desarrollo, la originalidad de muchas de las situaciones que planteaba (inovidable el momentazo de Psycho Mantis), el excelente diseño de personajes, su buena mecánica de infiltración y, algo muy importante en la versión española del juego, su soberbio trabajo de doblaje.
Este exitazo estaba condenado a tener secuelas, continuaciones que buscaban alcanzar la misma brillantez sin conseguirlo pero siempre alcanzando el sobresaliente. Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty gustó pero sufrió el «efecto Jar Jar Binks» por culpa de Raiden, un nuevo protagonista que no logró mantener los desbordantes niveles de carisma de los que hacía gala Solid Snake. Metal Gear Solid 3: Snake Eater, en realidad una precuela de MGS, obtuvo un recibimiento más caluroso por parte de los jugadores.
Dejando la PlayStation 2 a un lado, hemos podido disfrutar de MGS: Twin Snakes para GameCube (un remake del MGS original), varios capítulos para la PSP y Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots, exclusivo de PS3. A la vista tenemos Peace Walker, un nuevo título para PSP, y el multiplataforma MGS: Rising.
Entre los trabajos de Hideo Kojima como guionista y director también hay que destacar dos obras de culto: Snatcher y Policenauts, dos aventuras maduras y de tramas elaboradas que aún hoy cuentan con un buen número de fans. A nivel de producción, la firma de Kojima aparece en la para mí infravalorada serie Zone of the Enders, y también en los peculiares Boktai.
Estos últimos pueden presumir de desarrollar una originalísima idea que, por desgracia, no acaba de explotar. Se trata de una serie de juegos cuyos cartuchos incluyen un sensor fotométrico que mide la cantidad de luz solar. Esta peculiaridad se complementa con una historia sobre cazadores de vampiros en la que, como es de esperar, la luz juega un papel fundamental.
Hideo Kojima es grande, pero queremos más, y no sólo Metal Gear Solid. De momento pone su nombre y su apoyo al proyecto del nuevo Castlevania (Lords of Shadow es español, no lo olvidemos), pero estoy seguro de que no tardará en presentar algún otro bombazo propio.