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Videojuegos con Ñ: Deadlight

Era una de las grandes apuestas de Microsoft para el recién concluido verano, uno de los títulos estrella del Summer of Arcade de este año, una prometedora aventura que llegaba para convertirse en uno de los imprescindibles de Xbox Live Arcade. Su título: Deadlight. Su origen: español.

Desarrollado por el estudio Tequila Works, Deadlight lleva desde principios de año generando elevadísimas expectativas en los jugadores. Cada pantalla, cada nuevo vídeo, hacía presagiar lo mejor. Al final, el juego no es la obra maestra que muchos esperaban, pero tampoco ha sido —a mi parecer— la gran decepción del año (ni siquiera una de las mayores).

Es habitual que las expectativas disparadas, ya sea en un sentido positivo o en uno negativo, acaben determinando en buena medida nuestra percepción final de un libro, cómic, serie, película o videojuego. Yo con Deadlight he vivido ese fenómeno por partida doble: en un principio, todo lo que veía me encantaba, tenía muchas ganas de probar el juego; después, cuando vio la luz, algunas críticas negativas (tanto de medios como de algunos buenos amigos) me hicieron perder la esperanza; por último, cuando al fin lo he probado, he descubierto que, si bien no es tan maravilloso como esperábamos, desde luego no es un juego malo.

Existen varios puntos clave en Deadlight que han sido comentados hasta la saciedad y sobre los que me gustaría hacer mi valoración personal:

– El desarrollo funciona: Plataformas, puzles y algo de acción en una aventura 2D de avance lateral. Así podríamos definir en qué consiste Deadlight, un título que de forma inevitable trae a la memoria clásicos como Another World, Flashback o Prince of Persia.

Correr y saltar son las acciones básicas. También podemos usar un hacha, una revólver y una escopeta, aunque el juego está de tal forma que los combates son una complicación. Enfrentarse a varios zombis al mismo tiempo (aquí los llaman «sombras») suele traer problemas. También es posible agacharse, disparar con un tirachinas y llamar a los zombis para atraerlos a una trampa o a un lugar desde el que esquivarlos mejor.


Aunque el número de acciones no es muy elevado, las situaciones son lo suficientemente variadas como para mantener enganchado al jugador hasta completar la aventura. Hay momentos de carrera frenética, otros de plataformeo y algunos de rompecabezas sencillos del tipo accionar tal interruptor o mover una determinada caja.

– La historia se queda a medio gas: Con un planteamiento que recuerda a otros iconos del universo Z como The Walking Dead o 28 días después, Deadlight no consigue aportar a la trama nada especialmente diferenciador. Ni siquiera el héroe, un guardabosques llamado Randall Wayne, a pesar de un carisma que debe agradecer al actor que le pone voz (solo en inglés), logra darle mayor interés al guión. Su perfil recuerda al de otros tipos duros con familia desaparecida y, además, el hecho de que esté hablando constantemente (en ocasiones con discursos excesivamente afectados y metafísicos) le resta algo del aire imperturbable que debería transmitir.

– La ambientación sobrecogedora: El apartado artístico y sonoro tienen una calidad fuera de toda duda. Todo el mundo parece estar de acuerdo en este punto. Tequila Works ha sido capaz de construir un mundo hermosamente deprimente, un 1986 arrasado por un holocausto zombi en el que las luces y las sombras (todos los personajes se ven silueteados) conforman un apartado visual en ocasiones hipnótico.

– Muy, muy corto: No puede haber mayor verdad ni crítica a Deadlight más fundamentada que esta. Yo mismo me pasé ayer el juego en la primera partida, al 87%, en tan solo 2 horas y 14 minutos. No soy de la opinión de que los juegos (o las películas) sean mejores por ser más largos, pero es cierto que en este caso los 1.200 Microsoft Points que cuesta dejan con ganas de más.

Lo peor de todo es que esta duración es consecuencia en gran parte de otro gran defecto: la baja dificultad. Deadlight no ofrece demasiadas complicaciones. Las fases están atestadas de puntos de guardado automáticos y las muertes suelen producirse por desconocimiento de lo que está por venir. Una vez se sabe qué vendrá a continuación, es muy sencillo superar el obstáculo. Esto hace que, al final, el avance se convierta en una rutina de ensayo y error.

Puestos a ser positivos, esta escasa duración también ayuda a que las mecánicas del juego no se hagan repetitivas.

– Fallos solventados: Los primeros días tras salir a la venta, Deadlight nadaba en bugs. Por fortuna, los errores ya se han solucionado. Yo mismo he completado el juego sin haberme topado con un solo fallo.

Deadlight podría dar más de sí, por supuesto, pero también podría dar mucho menos. Un producto digno que es interesante probar, no por ser español sino porque se lo merce.