Ayer asistí a la presentación de Avatar, el juego de Ubisoft que convierte la esperada película de James Cameron en una experiencia jugable en 3D. Yo ya había visto en el E3 lo que hizo Disney con G-Force. Les quedó resultón, pero esto no tiene nada que ver. Avatar es una producción mucho más ambiciosa e infinitamente más espectacular.
Lo cierto es que mi primera impresión del juego fue algo contradictoria. Por un lado, el efecto 3D me pareció muchísimo mejor de lo que esperaba. Comentaba la gente de Ubi que ése había sido el comentario que más habían escuchado a lo largo del día. La tecnología utilizada produce un efecto extraño, al que no estamos acostumbrados. Genera una maravillosa sensación de estar descubriendo algo completamente nuevo.
Por otro lado, la sensación visual es como la de estar jugando con muñecos sobre una maqueta. El personaje, las naves, los mechas… parecen juguetes. Se hace muy raro, sobre todo en lo que respecta a los tamaños. Igual sólo me pasa a mí, pero me daba la impresión de que el protagonista se movía en un mundo de proporciones gigantescas, como si estuviera en Cariño, he encogido a los niños.
La demostración se realizó con la versión de Xbox 360 (que es la misma que la de PlayStation 3 y PC) en un gran monitor de 47 pulgadas, lo que desde luego ayuda a que todo luzca más impresionante. Lo que a simple vista podría parecer un juego de acción en tercera persona de lo más convencional, se convertía, gracias al derrocho de medios, en una gran pirotecnia audiovisual. Pero es precisamente en este punto en el que radica el gran inconveniente de Avatar.
Para disfrutar de la experiencia 3D no vale con las típicas gafitas con filtro rojo y azul, es necesario tener una televisión con tecnología compatible. El precio del aparatito va de 7.000 euros para arriba y además no se vende en España. Y es que todas estas innovaciones llegan sobre todo pensadas para el mercado estadounidense, donde las teles con tecnología 3D serán una de las sensaciones de esta Navidad. A nosotros nos queda mínimo un añito para disfrutarlas.
Una alternativa interesante para los que tengan ganas de comprobar la magia de las 3D son los monitores adaptados a dicha tecnología, mucho más baratos que las citadas televisiones.
En cualquier caso, me temo que la mayoría tendremos que conformarnos con jugar a Avatar en su modo de dos dimensiones. Lástima.
¿Qué os parece la tecnología 3D aplicada a los videojuegos?, ¿creéis que es interesante?, ¿tiene futuro?