Mi memoria me engaña. Juraría que no hace demasiado que se celebró la primera edición de iDÉAME, el encuentro de jóvenes desarrolladores de videojuegos. En realidad, ya han pasado cuatro años. La IV edición de iDÉAME tuvo lugar el pasado fin de semana.
Allí estuve, el sábado, asistiendo a algunas de las ponencias, charlando con viejos amigos y compañeros del sector y también con jóvenes creadores como Rob Álvarez de Lara, de Over The Top Games, reponsables del fantástico Nyx Quest y de Fancy Pants Adventures.
En esta ocasión, Roberto no acudía a iDÉAME para presentar un proyecto o dar una charla. Era un asistente más, como yo y como muchos otros que pudimos comprobar que, con mayor o menor acierto, con más o menos recursos, en España hay buenas ideas y mucho potencial para la producción de videojuegos, y no solo para el consumo.
Como cada año, a un lado estaban los aspirantes a desarrolladores profesionales de videojuegos y, al otro, las figuras ya consolidadas del sector. En este punto, tuve la oportunidad de escuchar una vez más a Enric Álvarez, cabeza visible de Mercury Steam, quien dio una interesantísima charla en la que relató cómo un estudio español ha llegado a hacerse cargo de una franquicia tan emblemática como Castlevania.
Enric contó a los asistentes cómo fueron sus inicios en el negocio, qué pasos fue dando, cuáles fueron sus mayores tropiezos y qué aprendió de cada error. No faltaron los consejos dirigidos a los jóvenes desarrolladores. Uno de ellos —sobre el que estuvimos debatiendo varios compañeros de prensa a posteriori— me pareció especialmente destacable: es vital que un creador de videojuegos tenga claro que las personas que van a comprar su producto (los responsables de grandes compañías, no los consumidores finales) no son desarrolladores.
Enric enfatizó el hecho de que las personas responsables de una empresa a la que se quiere vender un proyecto no tienen por qué saber cómo se hacen los videojuegos. Ellos no apreciarán el duro trabajo realizado, los cientos de horas invertidas, no verán lo que ha costado construir lo que se les muestra. Solo verán los defectos, lo que le falta al producto para ser perfecto. Por ese motivo, lo importante es ser efectista y enseñar algo que entre rápido por los ojos.
Dándole vueltas a esta idea, he llegado a la conclusión de que, en la actualidad, esta idea también es extrapolable a la venta directa al consumidor. Con la ‘casualización’ del mercado de los videojuegos, cada vez es más habitual encontrarse con la renuncia a grandes complejidades en favor de mecánicas sencillas, que atrapen de inmediato a potenciales jugadores poco experimentados.
Desde este punto de vista, podríamos decir que el grueso de videojuegadores de hace años se ajustaba a un perfil más cercano a los desarrolladores (con gusto por el detalle, apreciación de las buenas ideas, valoración ajustada del nivel técnico del juego…) mientras que el grueso de videojugadores de 2012 tiene un perfil comprable al del empresario que no tiene mucho interés por la obra en sí y tan sólo busca algo que le enganche de forma directa y contundente.
Si mi hipótesis tuviese algo de validez (algo de lo que no estoy nada seguro, puesto que no es más que una opinión), el panorama no resultaría nada negativo. La semejanza de pareceres entre el «hombre de negocios» y el consumidor significaría que casi cualquier producto por el que apostase el primero, sería muy bien recibido por los segundos. Por fortuna, la situación no es tan simple como para que el mercado se reduzca a esto y, por desgracia, tampoco es tan sencillo obtener buenas ventas, tal y como reflejan los últimas cifras de ventas reveladas por aDeSe.
Para los que juegan, para los que jugarán, para los que jugaron y quieren seguir jugando,
para los que se entretienen jugando…para los que hablan, para los que no quieren hablar,
para los que prefieren jugar a leer, para mí no.
18 abril 2012 | 21:25
¿Cómo que para los que prefiren jugar a leer? Si precisamente en muchos juegos, sobre todo de rol, te pasas horas y horas leyendo diálogos… Parece ser que videojuegos con grandes historias mas allá de un simple mata-mata se escapa de lo que puenden concebir las débiles mentes de algunos.
Saludos!
18 abril 2012 | 23:12
A mi solo me gustan los videojuegos de dibujos animados de la época de los 16 bits,tipo Megadrive y Supernintendo.estos juegos de poligonos realistas los odio,solo los quiero de dibujos animados como Sonic,Mario o los de Mickey.
18 abril 2012 | 23:39
En todo rpg que se precie, son los tipicos que tienes que jugar con una libreta al lado para apuntar o te vuelves loco pero si, resumiendo te pasas más de la mitad de la duración del juego leyendo y repasando notas.
Es una pena que ultimamente no se ve mas que morralla de juegos lineales en los que solo puedes avanzar en una dirección, te hinchas de matar y lees 3 conversaciones en las que tus decisiones ni siquiera importan… y a eso le llaman rpg… personalmente me quedo con mundo abierto y mil subquest en los que seguir la trama principal no es necesario para invertirle más de 100 horas a un juego.
Tal vez mi desconocimiento de todo el mercado me haga decir alguna barbaridad, pero ultimamente, el que más me ha llamado la atención es uno de smartphone The quest, tipo might & magic aunque sin grupo (aunque sea de movil la verdad que perdi la cuenta de las horas cuando iba por 230).
Personalmente, espero que sigan produciendo más juegos en esa linea, con tramas cruzadas y totalmente libres aunque imagino que será muchisimo más dificil de desarrollar. Lo unico malo, es que encontrar juegos en español que no sean «casual» o franquicias refritas es complicado 🙁
19 abril 2012 | 00:11
No puedo estar de acuerdo con tu teoría. A pesar de las similitudes que indicas entre empresarios y consumidores finales, existen muchas más diferencias que similitudes entre ellos; la principal que el empresario compra para sacar beneficios, los jugadores como hobby, ocio o adiccion. El empresario invierte, y el usuario consume, y de ahi que los gustos de los primeros no tengan absolutamente nada que ver con los gustos de los segundos (aunque pueda darse el caso de que coincidan, por supuesto), simplemente porque las motivaciones son totalmente distintas.
El jugador casual será guiado, casi inefablemente, a comprar solamente los productos cuyas campañas de marketing esten correctamente orientadas y diseñadas… Los jugadores hardcore posiblemente tambien consumiran dichos productos ademas de otros XX mas (de ahi que pueda parecer que lo que eligen los empresarios coincide con lo que les gusta a los usuarios; pero no nos confundamos, no hablamos de productos bien acabados o de gustos de ambos, sino de campañas planificadisimas y muy estudiadas).
Las mecanicas sencillas, por otro lado, tambien son divertidas de forma aislada. Un jugador hardcore puede divertirse tanto o mas que un casual con un juego que tenga dos o tres mecanicas, la diferencia radica en que posiblemente se cansara antes puesto que es algo que ya ha masticado decenas de veces en el pasado… pero puede que tambien muerda el anzuelo si el juego consta de algun extra añadido (sonido, graficos, spin-offs de una saga, etc).
Pero tambien es solo mi opinion al respecto 😉
19 abril 2012 | 08:45
La industria del videojuego no pasa por su mejor momento creativo, sin embargo de vez en cuando sale un algún titulo que me hace permanecer expectante. El ultimo juego que me pareció realmente bueno fue Fallout3, ha sido de los pocos que me hizo meterme en la historia desde el primer momento, después de eso poquito más he podido ver que se le aproxime.
19 abril 2012 | 09:15
Tranquilos va a salir Diablo 3 el 15 M, es antologico un trabajo muy fino y bien desarrollado, nada de morralla lineal, es verdaderamente una obra de arte.
Dani G, esepro un buen post sobre este tema eeee, no me defraudes.
http://www.myredwardrobe.com/
19 abril 2012 | 09:47