"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

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Estados Unidos revive la pena capital

El Tribunal Supremo de los Estados Unidos, por 7 a 2, ha confirmado la inyección letal como método para aplicar la pena de muerte; el argumento de que ese procedimiento mortal causa “un sufrimiento cruel” no ha merecido la conformidad de los jueces. El 7 a 2 es un resultado contundente que revela que la pena de muerte sigue contando con mucho soporte en la cúpula judicial.

La sentencia del Supremo pone punto final a una moratoria en las ejecuciones que duraba siete meses. Los estados federados, que son los competentes en la materia, volverán a aplicar la pena capital por este procedimiento. Algo más de una decena de estados ha decidido suprimir la pena de muerte, Nueva Jersey lo hizo hace poco menos de un año, en la que parecía ser una corriente favorable a esa posición.

La sentencia del Supremo, aunque no sea sobre el fondo del asunto, refuerza a quienes defienden esa pena. Ninguno de los tres candidatos que siguen en la carrera electoral para la presidencia ha cuestionado la pena capital.

En Europa se entiende mal que una democracia tan experimentada como la norteamericana mantenga ese sistema, que no ha acreditado que prevenga el delito. Todo lo contrario la sociedad norteamericana tiene un grave problema de delincuencia y un abrumador número de personas en prisión en condiciones duras que no son suficientes para desalentar a los delincuentes.

Curiosas tomas de posesión

La foto del día es la ministra de Defensa pasando revista a las tropas. Todo conforme al guión, ningún tropiezo. La foto del primer gobierno de Felipe González fue la presencia del presidente en una misa en la División Acorazada. Fotos simbólicas que explican sin palabras y oficializan cambios.

La anécdota la pusieron los guardias municipales de circulación multando a los coches oficiales mal aparcados en al calle Alcalá, en carril bus, en la puerta del nuevo ministro de Igualdad, que antes fue sede de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (la que Montilla mandó a Barcelona) y antes del banco Santander en Madrid. Los guardias cumplieron con su trabajo, multar al infractor. Quienes dejaron los coches aparcados merecen sanción y apercibimiento. La arrogancia de los coches oficiales es inadecuada y de ello tienen mucha culpa los jefes. El vicio del coche oficial es caro e innecesario, un dispendio prepotente. La multa la deberían pagar los jefes.

Pero el acto de toma de posesión más político estaba en el ministerio de Industria, con Solbes y Sebastián como protagonistas, más aun tras el comentario del vicepresidente en Washington un día antes, advirtiendo que el jefe es él y que el ministro quizá sea una estrella emergente.

En el salón de Industria no se cabía, allí estaban en primera fila los eléctricos, que no fallan a esa cita, que saben que en esa casa tienen mucho que negociar. También los de las telecomunicaciones e incluso los de las constructoras, que son siempre sensibles al que contrata. Mucho ibex35 y también muchos altos funcionarios, sobre todos técnicos comerciales, en activo o excedencia, que presentaban sus respetos al nuevo jefe.

Me llamó la atención la galería de retratos de ministros de Industria que arranca en Planell, que gobernó la década de los cincuenta y sigue con los lópeces (López Bravo y López d Letona) para concluir en Montilla. Profesionalmente he prestado atención a ese ministerio como periodista desde 1973, durante casi 35 años, y conté que el nuevo ministro hace el número veinte durante ese período, de manera que tocan a año y medio per cápita, un indicador de baja estabilidad y por tanto de discutible rendimiento. Ningún ministro duró una legislatura completa; mal presagio.

La política pierde tensión

Esta noche participo en la presentación del libro “La transición: síntesis y claves” (Planeta) que ha escrito Salvador Sánchez Terán, diputado y ministro de la UCD y antes gobernador civil de Barcelona, durante el complejo bienio 1976-77. Sobre la Transición está casi todo escrito, aunque se mantienen algunas zonas de sombra que se irán aclarando con el paso del tiempo y con algunas memorias y documentos que se desvelarán en el futuro. Ahora ya es materia para historiadores.

El libro de Sánchez Terán es interesante porque fue testigo y porque incorpora análisis reposado y sugestivo. Impresiona el vértigo de algunos de aquellos periodos, por ejemplo el del primer gobierno Suárez, el de los “penenes”, preconstitucional, aparentemente desahuciado, pero que llevó adelante cambios decisivos y audacias no esperadas. La intensidad de los acontecimientos entre finales del 1976 y principios del 1977 asombra: ¿como se conllevó todo aquello sin entrar en catástrofe?

Con esa lectura de fondo y viajando Madrid-Zaragoza-Madrid seguí el debate de investidura. Pura política, bastante previsible, mucha normalidad, caída de tensión, portazo a la crispación. Percibí al mejor Zapatero y un Rajoy convencido de que le toca ganar a la próxima. Y noté a las minorías en papel de tales, poco crecidos, menos imprescindibles que en ocasiones precedentes.

Lo que más me gustó del debate fueron las réplicas de Zapatero al portavoz de ERC (Ridau) y al del PNV (Ercoreca), intervenciones sin papeles, con un punto de improvisación y por tanto con la sinceridad de la la espontaneidad. Esta parece una investidura para una legislatura de normalidad, serena, aburrida y que puede devolver dignidad a la política. Hasta los diputados estuvieron más educados de lo que venía siendo usual.

Cadena perpetua…o más

Siempre que la justicia es desbordada, cuando se percibe inútil, burlada por cualquier delincuente se produce una respuesta social en demanda de más penas, más precio, más respeto. Estos días vuelve a escucharse la demanda de “cadena perpetua” para que los delincuentes se pudran en la cárcel de por vida y abandonen cualquier esperanza de reincidencia.

La propia presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se mostró ayer sensible a esa hipótesis cuando fue preguntada en público en ese acto de casi presentación de candidatura a liderar su partido y mandar a Rajoy a la galería de retratos.

Siempre he escuchado que las respuestas en caliente a cualquier problemas suelen ser malas respuestas, que las leyes necesitan reflexión y sobriedad, que normas penales inmediatas para hacer frente a delitos horribles no son necesariamente la mejor medicina preventiva.

Y en socorro de esa impresión leo esta mañana un artículo interesante del catedrático de derecho Penal Pablo Salvador Coderch titulado: «Hágase justicia» . Porque hacer justicia, algo esencial para una convivencia democrática, no pasa necesariamente por el endurecimiento de las penas; las más de las veces bastaría con el cumplimiento de las penas y con la eficacia de la administración de esa justicia.

Una justicia eficaz es condición necesaria pero no suficiente para una justicia justa. Y lograr esa eficacia en los tiempos actuales no debería ser ni inalcanzable ni complicado, tal y como Coderch propone. Bastaría con tener ganas y recurrir a quienes saben gestionar con eficacia. ¿No creen que si cualquier banco o El Corte Inglés o los de las reservas de aviones o la Tesorería de la Seguridad Social o la Agencia Tributaria… gestionaran las notificaciones de los tribunales y sus archivos y bases de datos, funcionarían como la seda? Pues eso, que no es tan complejo. No va de más penas, sirve con cumplirlas.

La cuestión del agua en Cataluña

Leo atentamente todo lo que cae en mis manos sobre el problema del agua. Y me resisto a opinar sin disponer de más elementos de juicio. He escuchado en muchas ocasiones los argumentos de los murcianos, especialmente de su presidente Valcárcel que es convincente y que se sabe la asignatura. También he escuchado a los aragoneses, entre ellos a su presidente Iglesias, que también es persona de fuste, aunque sus argumentos son más emocionales.

No entendí las posiciones sucesivas de Aznar y Zapatero respecto al macrotrasvase del Ebro. El primero aplicó la autoridad de que “se hace porque lo digo yo” y el segundo lo contrario: “no se hace porque lo digo yo”. Y ambos partidos han sacado réditos políticos (y costes) de sus posiciones enfrentadas, pero no han resuelto el problema. Todo lo contrario.

Desde que escribo en periódicos, allá por los primeros setenta, este asunto ha estado en danza. Aun recuerdo alguna portada en la revista “Doblón” sobre la sed de Cataluña y los procedimientos para calmarla. Muchas vueltas a la misma notoria e insuficiente agua en los canjilones.

Esta mañana «La Vanguardia» dedica a la sequía y el agua nueve páginas, lo principal de la portada y algunos artículos de opinión. Todas interesantes y sugestivas. La tesis central es que hay alternativas al trasvase del Segre al Llobregat y también al traslado en barco desde la desaladora de Almería.

Saco la impresión de que ante este problema, muy serio, sobran declaraciones enfáticas y concluyentes y faltan actuaciones de detalle, micro, en todas las fases del proceso. Un caso típico de que más que una solución definitiva hay muchas soluciones parciales, pequeñas, inteligentes… que una vez puestas en práctica aliviarían.

Uno de los mayores aportes de agua es el que llega de una buena gestión de lo que hay. En eso murcianos y almerienses (como los israelitas) son unos artistas. Antes que trasvasar el Segre el minitrasvase del Ebro entre Tarragona y Barcelona, la conexión Cunit-Cubelles, puede ser de efectividad inmediata sin muchos costes y con pocas protestas.

Aprovechar el agua que existe puede ser el primer aporte, y el más barato, para remediar las carencias. Como frente a otros muchos problemas parece que en este hay que trabajar más y protestar menos.

El PNV y la ignominia

Eguibar, cabeza de fila del peneuvismo guipuzcoano, dice que con la censura a la alcaldesa de Mondragón (de ANV-batasuna-ETA) “no se resuelve el conflicto”. Como si de resolver el conflicto se tratara, como si estuviéramos ante un “conflicto”. Los nacionalistas vascos fueron codo con codo con los demás partidos y en especial con los socialistas al entierro y funeral por Isaías Carrasco, un militante de base, un hombre bueno asesinado para amedrentar a todos los demás.

Desde luego que Eguibar y sus compañeros del PNV están intensamente amedrentados, asustados, acojonados, cual gudaris de trapo. Y no es cosa de Egibar cuyas posiciones son conocidas, el EBB, cúpula colegiada del PNV había bendecido días antes la negativa a censurar al ayuntamiento proetrrra de Mondragón.

Unas horas antes los socialistas daban sus votos a un diputado del PNV para que tenga asiento en el Congreso y al grupo parlamentario vasco en el Senado para que tenga grupo. A los del PNV les parecerá que esa doble moral, con los asesinos y con los asesinados, se justifica por causa mayor, por la patria y los fueros.

Más aun la portavoz del gobierno vasco critica al gobierno socialista por no haber impedido que algunas listas de ANV concurrieran a las municipales. Los mismos que defienden que ANV concurra, critican que el gobierno no lo impidiera. Si esto no es cinismo grosero que venga Dios y lo vea.

Los socialistas de Mondragón, cuatro concejales que viven en el sinvivir de la amenaza más intolerable, tienen que conllevar a su lado a los amigos de los asesinos y a los que no quieren extrañar a esos amigos de las instituciones.

Si el martes los socialistas aceptan los votos del PNV habrán dado su visto bueno a la ignominia, si no dejan claro que lo de Mondragón es una ignominia intolerable, estaremos ante un pasteleo insufrible.

La economía, de color hormiga

Quienes pronosticaron que la economía se ponía patas arriba, se vestía de negro como las hormigas, pueden ahora reivindicar su pronóstico. No tenían razón hasta ahora, pero la realidad confirma que la cosa no va bien. Prácticamente todos los indicadores macro han ido a peor desde hace tres meses: los de empleo, los de precios, las cuentas exteriores y las cuentas públicas, los de actividad y las expectativas de los agentes económicos.

Como referencia de todo ello les recomiendo la lectura de la conferencia del gobernador del Banco de España, dictada el lunes en Las Palmas, en el marco de la Universidad y de la Sociedad de Amigos del País de aquella isla. Soy de los que atiende los informes del Banco de España y los discursos de sus gobernadores, que desde hace décadas tienen siempre carácter institucional, sereno y documentado.

La economía va a menos, las previsiones oficiales, las del Presupuesto 2008 están sobrevaloradas. Por primera vez en muchos años la realidad va a ser más pesimista que las estimaciones oficiales. No se debe ocultar que muchos de los pesimistas (agoreros les he llamados en este espacio desde hace tiempo) han venido equivocándose muchos trimestres. Como apunte puede servir que quienes les hicieron caso y se replegaron se perdieron muchos trimestres de oportunidades.

La cuestión ahora que estamos a la baja, que vamos a menos, es estimar correctamente cuan grande será la caída y por cuanto tiempo. No es lo mismo perder menos de dos puntos de crecimiento (del 3,5% al entorno del 2%) que un caída mayor (por debajo del 1,5%). No es lo mismo que la caída del crecimiento a tasas inferiores al 2% se produzca durante varios años (caso italiano) a que se registre sólo durante algún trimestre del 2009. Y no es lo mismo que las cifras de empleo se estabilicen por encima de los 20 millones de ocupados (según la EPA) o que caigan de esa cota.

Durante las dos crisis económicas serias anteriores, la de los años 70/80 y la del 1992/94 las pérdidas de ocupados fueron del orden de 1,5 millones de empleos en ambos casos y en todos ellos con intervalos entre 11 y 13 millones de ocupados. Hoy la situación es muy diferente, en lo cuantitativo (20 millones de ocupados) y en los cualitativo (la composición del empleo nada tiene que ver con diez años antes). En el azaroso campo del pronóstico sostengo que esta crisis será menos intensa y penosa que las dos a las que acabo de referirme.

Cabestro es un manso con cencerro

El portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka, es un profesor universitario con buen discurso, un economista con fundamento, y una persona correcta en sus actuaciones conocidas hasta hora. Esta tarde ha hecho un símil desafortunado con los toros como fuente. Ignoro si es taurino, que es una compleja asignatura que conviene manejar con prudencia, pero la figura de los mansos y los cabestros utilizada para encuadrar a José Bono es peligrosa, puede llegar a ser faltona y muy poco apropiada. Descortés e inadecuada. Además le pasará factura al ingenioso. Porque donde las dan las toman.

Aunque algunos pretenden que en sede parlamentaria se puede ser grosero, vociferar, abuchear, insultar… a Erkoreka ese papel no le pega. De manera que ha improvisado con los micrófonos delante que suele ser situación peligroso.

El portavoz del PNV con seis diputados y seis votos que valen para empatar y ganar va a apoyar al gobierno como lo hizo en la anterior legislatura y un poco más, aunque a veces un poco menos. De momento dice que apoyará la candidatura de Bono con un precio, con algún asiento en las instituciones que puede ir en contra de los catalanes que en estos trapicheos andan menos listos.

Pero para justificar y matar el gusanillo Erkoreka ha querido poner unas banderillas a Bono que excitarán al manchego, que ñuego pasará factura y cobrará presa. La tesis de Erkoreka es que hay mansos y cabestros, que a los primeros se les puede dejar en libertad, no molestan, y a los segundos hay que tenerles acotados, con ataduras institucionales para contener su boca.

Ignora Erkoreka que un cabestro es un buey manso con cencerro para avisar que llega y para guiar la manada. A Bono, que seguramente es más taurino y ganadero que Erkoreka, se le deben hacer los dedos huéspedes para cuando le toque lidiar al colega vasco.

Bono no es ni manso ni cabestro, es un político muy experimentado que va a ser presiente del Congreso y que va a dar mucha lidia por si mismo e inducida. Le van a votar los del PNV, que puestos a hacer el favor podían haber obtenido más rédito que el comentario peudoingenioso de los mansos y los cabestros, una parábola poco feliz. Bono puede ser muchas cosas… pero cabestro, más bien poco.

Normalizar la justicia, como prioridad

Las cinco horas de despacho del presidente del futuro Gobierno y el portavoz del grupo parlamentario que le sustenta es una buena señal. Los minutos iniciales de la legislatura evidencian serenidad y buenas maneras. Para empezar el proceso electoral ha concluido sin impugnaciones, acusaciones desaforadas. El sistema ha funcionado y las actas de diputados se entregan sin cabos sueltos.

Incluso el antiguo portavoz popular en el Congreso, el diputado raso Zaplana, ha elogiado al nuevo portavoz socialista “de lo poco que salva del gobierno”, un comentario imposible durante la pasada legislatura.

El primer encargo que Zapatero ha hecho a su amigo Alonso ha sido que normalice los órganos judiciales, que negocie con los populares la renovación del Constitucional y del Consejo del Poder Judicial para abrir una nueva etapa en ese poder esencial en las democracias.

El encargo requiere sentido de estado y sensatez por parte de los líderes políticos que son los que deciden esos nombramientos. Luego los designados son libres para hacer lo que deben o para agradecer el cargo a quien les designó. Por eso es esencial elegir personas serias, con personalidad y carácter, que crean en la ley y la justicia.

Sin unos órganos judiciales profesionales y con reputación la democracia no puede funcionar bien, la sociedad no se sentirá amparada y protegida. Construir esa reputación empieza porque quienes ocupen esos cargos se sacudan la etiqueta partidista y actúen en conciencia, con independencia, sometidos a su buen criterio.

Para que esa utopía sea probable se requiere que los designados sean personas respetadas. No es eso lo que ha ocurrido hasta ahora. Esa es la responsabilidad de Zapatero y de Rajoy, que empieza en sus portavoces parlamentarios. Dar prioridad a la reforma de la justicia, materia a la que no dedicaron ni un segundo en los famosos y frustrantes debates electorales, es un buen comienzo. Mira que si esta es buena legislatura ejemplar. De momento no perdamos la esperanza, lo que bien empeiza puede acabar mejor.

El sistema electoral como excusa

El sistema electoral español nació de un consenso preconstitucional que habilitó las elecciones del 15 de junio de 1977. Fue uno de ,os sillares de la transición. Los muñidores tuvieron muy presentes los males del modelo pluripartidista de la Restauración que tanta inestabilidad política generó (menos de un gobierno por año entre 1876 y 1931) y evitaron los riesgos de un sistema mayoritario a la francesa. Optaron por un modelo proporcional corregido para propiciar estabilidad y mayorías razonables, que ha funcionado sin tropiezos ni enmiendas durante más de 30 años: 10 elecciones generales, 8 municipales y un centenar de autonómicas.

El sistema recibe críticas recurrentes y la acusación de causante de los males de la política. No comparto ese criterio, más bien todo lo contrario. Ningún sistema es perfecto de manera que el mejor es el menos malo. El nuestro es de los menos malos. De los diez partidos que han obtenido representación en el Congreso, ocho ajustan con bastante precisión porcentajes de votos y de escaños:

*PSOE 43,6% (votos) y 48,3% de escaños (prima de 16 asientos)

* PP 40,1% (votos) y 43,7% de escaños (prima de 14 escaños)

* CiU 3,05%(votos) y 3,14% de escaños (pérdida de 1 escaño)

* PNV 1,2% (votos) y 1,71% de escaños (prima de 2 escaños)

* ERC 1,17%(votos) y 0,86% de escaños (pérdida de 3 escaños)

* BNG 0,82%(votos) y 0,57% de escaños (pérdida de 1 escaño)

* Canarios 0,65%(votos) y 0,57% de escaños (efecto neutral)

* Na-Bai 0,24% (votos) y 0,29% de escaños (efecto neutral)

Sufren perjuicio los partidos con implantación nacional pocos voto disperso:

* IU 3,8% (votos) y 0,57 de escaños (pérdida de 11 escaños)

* UPD (Rosa Díaz) 1,2% votos y 0,29% escaños (pérdida de 3 escaños)

* Otras formaciones 7,12% de votos, ningún escaño (pérdida de 24)

Cualquier otro sistema, desde luego que el mayoritario, concluiría con desajustes semejantes y en muchos casos más graves. El sistema actual no prima a los nacionalistas que no serían excluidos (como algunos pretenden) con un distrito nacional, tal y como acreditan las elecciones europeas que utilizan esa modalidad.

Incluso el añadido al actual modelo de un distrito nacional para aprovechar los restos perdidos añadiendo más escaños no produciría cambios significativos. La Universidad de Granada ha estudiado ese efecto y el resultado final es semejante al vigente.

De manera que dejen en paz un sistema que funciona. Quizá lo más provechoso sea introducir democracia interna y transparencia en los partidos. Por ejemplo algo semejante a lo que se requiere a las sociedades cotizadas, que los anglosajones califican de públicas por su responsabilidad social.